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Zodiaco (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

CAPÍTULO 2:

(TAURO)

TRÁGAME TIERRA

 

Con los pies bien puestos sobre la tierra.

 

 

 

Suspirando pesadamente tras leer el mensaje que acababa de recibir de parte de Historia, en el cual esta le recordaba que dentro de dos días sería el cumpleaños de su amigo Connie y debía apuntarse con su cooperación para la fiesta sorpresa que le harían, Eren solo pudo pensar en lo muy cansado que se hallaba para ir a ninguna parte. Aquel larguísimo mes de trabajo junto a Levi había sido como la muerte, succionándole las energías como una despiadada sanguijuela hasta dejarlo hecho un ser inservible que solo ansiaba llegar a casa para vegetar.

Ya fuera porque este en verdad lo detestaba, o porque quizás aún estaba bastante cabreado por lo sucedido con su móvil, su jefe le había hecho trabajar incontables horas extras durante esas últimas semanas. Aun así, Eren no se quejaba del todo a pesar de que en ocasiones sí lo había deseado con toda la desesperación de su corazón. Sí algo debía reconocerle a Levi Ackerman, era que este trabajaba bien, mejor que bien de hecho; tanto que él había aprendido muchísimo durante aquellos días esclavizado bajo su yugo del terror.

Era increíble como una persona tan pequeña pudiese ser tan cruel y dar tanto miedo, pensó Eren mientras tecleaba con presteza sin despegar la vista de la pantalla de la computadora. Si tan solo Levi fuese alguien de trato más fácil…

El inesperado y sordo golpe sobre su escritorio lo sobresaltó, haciéndolo casi caer de la silla debido al susto. Levantando sus ojos verdes lentamente, muy lentamente, Eren se encontró con la fría mirada plateada de su jefe, quien lo observaba como si él fuese la peor escoria del mundo, o, más probablemente, un germen. Tras todo aquel mes de obligada cercanía había llegado a conocerlo un poco mejor, descubriendo así que Levi les tenía un odio irracional a los gérmenes, casi como si estos fuesen los responsables de todas las desgracias del mundo. Eren realmente sentía pena por estos, porque sabía lo que era estar en esa misma situación sin merecerlo en absoluto.

Esbozando su mejor sonrisa de buen chico al tiempo que intentaba no morir intimidado por esa mirada de hielo, le preguntó a su jefe:

—¿Necesita algo de mí, señor Ackerman?

—Jaeger —masculló este, pronunciando su apellido con ira apenas controlada, lo que hizo que su estómago se contrajese a causa del espanto y amenazara con vomitar todo lo ingerido ese día, una idea muy mala y que sería como un suicidio si con ello acababa estropeando los impecables y carísimos zapatos de su jefe—, redacta esto nuevamente. Es una completa mierda.

Con un gesto de su afilada barbilla, Levi le señaló el informe que ahora descansaba sobre el escritorio. Al comprender de cual se trataba, Eren contuvo el aliento y se sintió morir.

—Pero, señor Ackerman… son más de doscientas páginas.

—Para hoy —replicó Levi con rotundidad y sin piedad alguna—. Hay partes por completo inentendibles, mocoso, ¿cómo demonios pudiste presentarnos algo así? Tenía la mínima esperanza de que al menos algo de lo que te he enseñado durante todo este puto mes hubiese entrado en esa dura cabeza que tienes, pero al parecer no ha sido así.

—No creo que esté tan mal —masculló él por lo bajo, retador, logrando de inmediato que la iracunda mirada de su jefe se afilara todavía más.

—Oh, ¿intentas decirme que estoy equivocado, mocoso? ¿Qué me estoy inventando todo esto para joderte la vida? Si no encuentras nada mal en ese informe, entonces te pediré disculpas enfrente de todos; pero si lo haces, prepárate a no dormir en absoluto todo el siguiente mes.

Eren, rumiando su rabia por aquel injusto regaño, vio al otro marchar, sin lograr convencerse de que aquel hombre fuera tan irracional. Por muy desastroso que su informe estuviera, por lo menos Levi debería haberle señalado con exactitud qué era lo que estaba mal para que así él pudiese arreglarlo. Pero no, ese hombre siempre hacía las cosas de la manera más malvada posible para desgraciar su vida. Encontrar lo que a este no le había gustado sería como hallar una aguja en un pajar.

Maldita fuera su suerte y maldito fuera Levi y su carácter de los mil demonios. Algún día, se prometió Eren, este se las pagaría.

Ahogando su furia, abrió el informe de mala gana y comenzó a leer, o por lo menos lo intentó. Nada más pasar las primeras hojas, notó con espanto creciente como todo comenzaba a parecer ininteligible. ¡Eran solo caracteres!

Entrando en pánico, Eren abrió en la computadora el archivo que tenía de este y comprobó, con auténtico terror, que estaba tan mal como el documento impreso. Por algún error absurdo de su parte, aquel maldito informe se había reconfigurado en lenguaje extraterrestre…

¡Dios, sus jefes solo habían recibido un desastre de su parte! Con razón Levi estaba tan indignado.

Poniéndose nuevamente a trabajar a toda velocidad para solucionar aquel estropicio, deseó con todas sus fuerzas que la tierra se lo tragase y lo escupiera muy, muy lejos de allí.

 

——o——

 

—Despídelo o lo asesinaré.

Cerrando de un portazo la puerta del despacho de Erwin, Levi se sentó frente a su amigo y lo miró retador. Este, acodando sus brazos sobre el escritorio y entrelazando los dedos de ambas manos con aire de padre paciente y condescendiente ante su hijo díscolo, tan solo le dedicó una mirada resignada y una benevolente sonrisa que crispó todavía más sus nervios.

—Tan solo dale un poco más de tiempo, Levi; el muchacho es algo inmaduro todavía, pero es listo y trabaja bien, por eso lo contraté.

—¡Trabaja bien, mi culo! El mocoso pasa con la puta cabeza en las nubes todo el maldito día. Parlotea como una cotorra, Erwin. ¡Conozco a toda su familia sin siquiera haberlos visto ni una vez! Sé donde estudió, conozco sus calificaciones de la escuela y la universidad, puedo enumerarte todas las cosas que le gusta hacer en sus días libres, ¡hasta sé cuántas mascotas ha tenido en su vida y puedo nombrártelas! ¡Sé más de la vida de Eren Jaeger que de la de mi propio tío, joder! —Pasándose desesperado una mano por el cabello, fulminó al otro con la mirada—. Despídelo, o antes de que acabe el día tendré sangre manchando mis manos. Te lo juro.

Por un instante, al ver como las cejas de Erwin se fruncían ligeramente, Levi tuvo la esperanza de que aceptara su petición y lo librara del condenado mocoso de una buena vez; sin embargo, cuando este negó con un gesto y dejó escapar un pesaroso suspiro, supo que estaba perdido.

—Anoche Hange revisó tus cartas, Levi. Me ha dicho que el pronóstico de este mes no es bueno para ti, nada bueno. Estos días predomina Tauro, así que serás bastante desafortunado ya que eres Capricornio —le dijo Erwin con una voz seria y profunda que auguraba mil desgracias—; pero, según ella, Eren es Aries, por lo que tu combinación con él traerá cosas provechosas para ambos. Creo que de momento es mejor que sigan trabajando juntos. Ya sabes, por seguridad.

Sin poder creerse lo que acababa de oír, Levi dejó escapar una carcajada que hasta a él le resultó terrorífica.

—¿Me estás diciendo que dejarás mi «seguridad» en las manos de un mocoso que apenas es capaz de cuidar de sí mismo solo por las predicciones astrológicas de la demente de tu mujer? —Su amigo asintió solemne—. ¡Joder, Erwin! ¡¿Es que has perdido la puta cabeza?!

—Hange nunca falla —respondió este con absoluta convicción, como si aquello zanjase todo y no necesitara de mayores explicaciones.

Aquella absurda respuesta fue la gota que colmó el vaso de su muy limitada paciencia, por lo que replicó a su amigo sin ninguna piedad:

—El amor te fundió el cerebro, cabrón, totalmente. Antes de que acabe esta semana, conseguiré que el mocoso renuncie sí o sí.

—Buena suerte con ello entonces, Levi —le dijo Erwin con una sonrisa de velada superioridad que lo hizo enfurecer aún más—. Te recuerdo que Eren es alguien bastante terco.

—Pero yo lo soy aún más, y no lo quiero aquí.

Una mirada llena de conmiseración fue todo lo que él recibió por parte del otro, pero eso no le importó; o por lo menos no lo hizo hasta que lo oyó decir:

—Gruñe y engáñate a ti mismo todo lo que quieras, amigo mío; al final ambos sabemos que en el fondo Eren te gusta. El chico es inteligente y despierto, tan solo necesita que alguien lo guíe correctamente y le enseñe a poner los pies en la tierra. No creo que haya nadie mejor que tú para ello.

—Lo que ese mocoso necesita son unas cuantas patadas en el culo que lo manden a volar bien lejos —le espetó con rencor en respuesta.

Enseñándole a su amigo el dedo medio a modo de despedida, Levi salió de la oficina de este y pegó un portazo que hizo que todos los trabajadores presentes lo miraran espantados, dirigiéndose luego a su propio despacho, aun ardiendo de rabia.

No iba a ser él quien bajara de su nube a ese condenado mocoso idiota, se prometió, ya tenía más que suficiente con sus propios problemas. Por mucho que Erwin pensara que tenerlos trabajando juntos era algo beneficioso, Levi no estaba dispuesto a cumplir con el rol de niñera que este deseaba asignarle. Detestaba a los críos.

Aunque tuviese que volver el mundo del revés, se prometió que conseguiría que Eren se largase de allí más temprano que tarde.

¿Un resguardo para su seguridad? ¡Sí, claro! Como si la mala suerte existiera.

 

——o——

 

Una vez terminó de releer por tercera vez su trabajo, Eren, sintiéndose muy orgulloso de sí mismo por su logro, se dio unas cuantas palmaditas mentales a modo de felicitación y sonrió feliz. Llevaba todo el día trabajando como un esclavo en aquel maldito informe, por lo que se encontraba más decidido que nunca a que Levi reconociera que había hecho un buen trabajo, aunque fuese lo último que hiciera en la vida. Aun así, realmente esperaba no tener que llegar a esos extremos; veintitrés años eran en verdad una vida muy corta y todavía había un sinfín de cosas que deseaba hacer.

Justo en el momento en que estaba punto de adjuntar el documento para enviarlo a sus superiores, oyó una serie de ligeros pasos a sus espaldas. Al volverse para ver de quien se trataba, sintió que el corazón se le detenía, casi a punto de sufrir un infarto al encontrar tan cerca suyo el atractivo rostro de su jefe.

—Oi, mocoso, ¿hasta qué hora planeas tenerme esperando? Ya es condenadamente tarde.

—¿Señor Ackerman? —preguntó Eren con apenas un hilillo de voz y los nervios vivos haciendo una fiesta dentro de su estómago—. ¿Por qué no se ha ido todavía a casa?

—Tch, ¿no te dije acaso que necesitaba esto para hoy? Mañana debo reunirme con nuestro cliente y quiere ver el avance de tu trabajo, el muy cabrón —le dijo este con voz afilada y cansina, pero ya sin todo el enfado que destilaba aquella mañana—. Si ya has acabado de arreglarlo, déjame verlo.

Poniéndose en pie a toda prisa, él le cedió la silla de su escritorio con amabilidad, pero el otro no la ocupó y solo se inclinó lo justo para poder leer la pantalla a una distancia segura. Probablemente por los gérmenes, se recordó Eren.

Unos quince minutos después, mientras Levi pasaba una página tras otra en silenciosa lectura, él sintió que los ojos le pesaban hasta lo imposible y sus músculos se volvían blandos. A duras penas Eren ahogó un bostezo que delataba lo muy cansado que se encontraba tras ese larguísimo día, restregando con fuerza sus ojos e intentando así despabilarse lo suficiente para no acabar siendo nuevamente regañado; sin embargo, al sentir como algo resbalaba de uno de estos y caía al suelo, maldijo por lo bajo y se agachó de inmediato.

—Mmm… nada mal. Cuando decides trabajar y no perder el tiempo en tonterías, eres en verdad ingenioso, Jaeger. Haré algunas cuantas correcciones en casa y… ¿Qué mierda te pasa ahora? —le preguntó Levi con tono de enfado al encontrarlo de rodillas en el piso.

—Se me cayó una lentilla —gimoteó él con desesperación, intentando que el desenfoque le permitiera encontrarla mientras tanteaba.

—¿Y cuánto ves sin ella?

—Poco —reconoció Eren—. Usted solo es algo así como una pequeña mancha. —Oyendo como este contenía la respiración ante sus palabras, de inmediato se corrigió, horrorizado—: ¡No! ¡Una gran mancha! ¡Una mancha muy grande, señor Ackerman!

Ante su desesperado intento de disculpa Levi solo bufó y le pegó una dolorosa colleja que lo hizo gemir, de seguro no creyéndolo en absoluto.

—Oi, mocoso, ¿no tienes anteojos acaso?

—¡Sí, los tengo! Aunque… están en casa. —El gruñido de su jefe al oír su respuesta hizo que los nervios de Eren enloquecieran aún más—. ¡Pero no se preocupe por favor, esto me ocurre siempre!

—Muévete. Ya lo hago yo —le ordenó Levi al tiempo que sus pálidas manos aparecían en su irregular campo de visión.

Aterrado ante los posibles horribles escenarios de los que podría acabar siendo víctima si aquel otro hombre decidía castigarlo para hacerle pagar por aquella tontería —ya que el piso seguramente estaría lleno de peligrosos gérmenes que Levi detestaría—, él se apresuró a intentar convencerlo de que no era necesario que lo ayudase:

—Por favor no se preocupe por mí, señor Ackerman, ¡puedo hacerlo yo solo, de verdad! Ya le he dicho que esto me ha ocurrido antes y… ¡la encontré! ¡La encontré! —gritó Eren eufórico, levantándose de un salto para enseñársela y sintiendo como su cabeza chocaba con algo durísimo que lo hizo soltar un gemido. Un gemido que se prolongó incluso cuando su boca se cerró, haciéndole comprender en ese instante que este no era suyo.

—¡JAEGER! —rugió Levi, pero en esa oportunidad su apellido sonó distorsionado y acuoso, algo que Eren entendió al ver, más o menos, como la sangre chorreaba sin pausa alguna de la nariz de su jefe.

—¡Señor Ackerman! —exclamó, intentando contener el sangrado con la manga de su camiseta, algo que el otro rechazó con un gesto seco, optando por su propio inmaculado pañuelo; de seguro por los gérmenes.

Una vez más los ojos de ambos se encontraron, pero Eren no halló en estos frío desprecio, como ya estaba acostumbrado, sino ira pura y ardiente, y quizá, tan solo quizás, un poquito de resignación.

Y mientras sacaba su móvil para marcar a Erwin y rogarle por ayuda —y no solo para Levi, sino que también para que su cabeza siguiera permaneciendo sobre sus hombros al día siguiente— ya no solo deseó que la tierra se lo tragase y lo escupiera muy lejos de allí, sino que imploró porque esta lo masticara hasta hacerlo tan pequeñito que aquel nuevo desastre dejara de importar.

¿Por qué su relación con Levi tenía que ser siempre tan, tan difícil?

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero que la lectura fuese de su agrado y valiera la pena el tiempo invertido en ella.

Lo siguiente, es dedicar este capítulo a todos quienes han cumplido añitos durante esta última semana o cumplirán por estos días, y, por lo tanto, son nativos de Tauro; pero, especialmente, me gustaría dedicarlo a dos personas.

La primera de ellas es @IsitaJaeger04 quien ha cumplido años el día de ayer, así que muchas felicidades para ella. Espero lo pasases muy bien a pesar de todas las difíciles circunstancias.

La segunda, es mi querida @ReinadeTormentas quien ha cumplido el 23 de este mes. Muchas gracias amiga por ser siempre la tormenta que me mueve y el cálido día tras esta. Muchas felicidades por un añito más, y gracias por compartirlo conmigo.

Y con esto, ya solo me queda esperar que el capítulo les gustara en su infinita locura. Esta vez el tema central juega un poco en torno al elemento que representa a los taurinos: tierra, y el cual siempre he pensado que los representa bastante bien, porque si algo tienen las personas nacidas bajo este signo, es los pies bien puestos sobre la tierra, siendo mucho más precavidos y constantes que otros signos; algo que admirar a mi parecer.

Como ya comenté, esta historia es solo algo cortito y, espero, divertido, con Eren siendo el rey de la mala suerte y Levi convertido en su víctima, jaja. Ya veremos cómo resulta para el siguiente mes y si hay algún avance en su relación, aunque dependerá de si Eren no mata a Levi antes. Un mes puede ser muy, muy largo, jaja.

Para quienes leen el resto de mis historias, aviso que estoy haciendo hasta lo imposible para que el capítulo de La Joya de la Corona salga de aquí al domingo. Lamentablemente (para mí), este resultó muy largo, lo que hace que las correcciones siempre se compliquen mucho más. Luego de eso, tocaría la actualización de In Focus para la próxima semana.

Una vez más, muchas gracias a todos quienes leen, comentan, envían mp’s, votan y añaden a sus listas, marcadores, favoritos y alertas. Son siempre la llamita que mantiene encendida la hoguera.

Un abrazo y mis mejores deseos en estos tiempos complejos. Hasta el siguiente mes, dedicado a todos los géminis.

 

Tessa.


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