—¡Buenos días, Sasuke! —gritó Naruto acercándose al azabache que estaba aburrido en su asiento.
—Ahora son buenos porque llegaste —contestó el Uchiha.
—Me gusta este lado tuyo —dijo Naruto rascando su mejilla sonrojada mientras se sentaba al lado. —Oye, ¿pensaste lo que te dije anoche?
—Hablamos de muchas cosas anoche, se especificó —respondió Sasuke.
—Sobre lo de hacer publica nuestra relación.
—Pues… ¿crees que eso sea muy necesario? ¿Tú quieres hacerlo? —cuestionó Sasuke.
—A mí si me gustaría hacerlo, pero es algo de lo que debemos estar seguros ambos; podemos empezar con nuestros amigos cercanos, luego de eso estoy seguro de que el rumor se extenderá solo.
—Dame un poco más de tiempo para pensarlo —dijo el Uchiha.
—Buen día chicos —saludó Hinata entrando al salón junto a Sakura.
—¿Qué tienen de buenos? —preguntó Sasuke girándose a verlas.
—Es viernes amargado, al menos nos dejaremos de ver dos días —respondió Sakura rodando los ojos.
—Si lo pones así entonces si son buenos —dijo Sasuke.
—Es muy temprano para que peleen —comentó Naruto.
—Hmp —Sasuke desvió la mirada de la chica que hizo lo mismo.
Hinata soltó una risita para ir a su asiento, al verlo su expresión alegre se borró.
—¿Pasa algo Hina-chan? —preguntó Sakura acercándose.
—No es nada —Hinata busco en su bolso un pañuelo para comenzar a limpiar la mesa.
—¿De nuevo la pintaron? Me voy a encargar de Karui apenas la vea —soltó molesta Sakura para acercarse a ayudarle.
—¿Ocurre algo chicas? —preguntó Naruto que estaba atento a la conversación.
—No, no pasa nada —contestó Hinata antes de que Sakura respondiera. —No te metas en problemas por mí, por favor.
Naruto vio a Sasuke que levanto los hombros.
—¿Qué tal si para que agarres confianza comenzamos con Sai? Es nuestro amigo más cercano, de ambos —sugirió Naruto
—Pues sí, me parece buena idea, confío en él y no le habla a nadie así que es seguro decirle por ahora.
—No debe tardar, hay que decírselo juntos —habló Naruto tomando la mano de Sasuke que le sonrió por el gesto.
—Hola chicos —saludó Sai entrando.
—Tardaste un poco más de lo usual —contestó Naruto.
—Olvidé la tarea de literatura y tuve que regresarme por ella —dijo Sai para sentarse tras Naruto.
—¿Es la que estabas haciendo ayer con papá?
—Si, por eso no podía olvidarla
—¿Tú la hiciste Naruto? —cuestionó Sasuke
—Por supuesto que sí, la hice sobre el libro que me regalo Jiraya-sama. Es una historia genial de ninjas —contaba emocionado el rubio. —Además, ¿ya les había dicho que el protagonista se llama como yo?
—Si, lo mencionaste unas 5 veces —afirmó Sai
—¿No te parece eso raro? Digo, tu nombre no es muy común —habló Sasuke.
—Ni idea, de seguro se le ocurrió mientras comía o algo así.
—A mí se me hace muy extraño —comentó el Uchiha.
—Le preguntaré mañana que es nuestra cena con él para sacarte de dudas. —Naruto le hizo una seña con la cabeza a Sasuke.
—Oye Sai, queremos hablar algo contigo —lo llamo Sasuke.
—¿De qué? —preguntó Sai que estaba revisando su celular.
—Es algo serio así que pon atención —regañó el Uchiha.
Sai levantó la mirada para verlos. —¿Qué pasa?
—Pues… Naruto y yo —decía Sasuke aun con duda.
—¡Chicos! ¿Hicieron la tarea de matemáticas? —los interrumpió Kiba
—Si, pero no pienso pasártela —contestó Sasuke frunciendo el ceño.
—Yo no estoy seguro de que este bien —habló Naruto.
—Que molestia es venir los viernes, la primera clase me da mucho sueño —comentó Shikamaru entrando para bostezar.
—Oye Naruto, tienes que probar esto, es un nuevo sabor —dijo Chouji entrando con un pastelito.
—Gracias, aunque deberías darle un poco a Shikamaru para que tenga energías de sobrevivir a la primera clase —bromeó Naruto.
—Por eso me siento al fondo, para poder dormir —dijo Shikamaru yendo a su lugar.
—¿Qué iban a decirme? —preguntó Sai
—Te decimos en la hora del almuerzo, cuando estemos solos —contestó Sasuke al verse rodeado por sus compañeros.
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—Entre más se acerca el día menos puedo dormir —decía Kakashi entrando a la sala de profesores.
—Lamento no haber podido dormir contigo estos días, he tenido mucho trabajo, pero hoy estaré ahí para hacerte cariñitos y que puedas descasar, ¿eso te gustaría? —preguntó Yamato.
—Si, mucho —contestó Kakashi.
—Te ves horrible Kakashi —soltó Asuma al verlo.
—Tú te ves peor —indicó Kakashi señalando las ojeras de su compañero.
—Kurenai tuvo un antojo nocturno a las 3 de la madrugada y tuve que recorrer media ciudad para conseguirlo —contó Asuma.
—A mí el asunto de la cena con Jiraiya-sama me tiene muy ansioso.
—Sigo sin entender porque, pensé que estarías emocionado de conocerlo.
—¿Alguna vez has escuchado la frase de “nunca conozcas a tus héroes”? Jiraiya-sama me ha acompañado desde mi adolescencia, lo tengo muy idealizado y me da miedo llevarme alguna decepción.
—Y pensé que el dramático era yo —comentó Asuma negando con la cabeza.
—A mí me parece tierno ver que senpai siendo un increíble profesor reconocido, se ponga así —comentó Yamato.
—Vamos, a ti cualquier cosa que haga Kakashi te parece tierna —replicó Asuma.
—Sí, tienes razón en eso. Yo tengo clase, te veo en el almuerzo Kakashi-senpai —Yamato se acercó al Hatake para darle una palmada en el hombro. —Haz tu mejor intento por relajarte.
—Lo haré solo porque me lo dices —contestó Kakashi sonriéndole.
Yamato salió de la sala para ir a su clase.
—Estoy todo el día con él, y siento que el tiempo sigue sin ser suficiente —dijo Kakashi para soltar un largo suspiro.
—Ustedes dos son tan melosos —habló Asuma.
—Mira quien lo dice, él que fue a la madrugada a conseguirle un antojito a su pareja —señaló Kakashi.
—Porque Kurenai está embarazada, no quiero que mi hijo o hija salga con cara de cualquiera de sus antojitos.
—Como sea, últimamente he notado algo diferente en Yamato.
—¿Algo diferente? ¿A qué te refieres? —cuestionó Asuma fingiendo no saber.
—Es como si buscará hacerme sentir bien de cualquier manera.
—Pues es obvio, estos días has estado ansioso y nervioso, de seguro busca que te relajes.
—Yo quería hacer sentir bien a Yamato, darle confianza para que nuestra relación funcionará y él estuviera cómodo, ¿en qué momento los papeles se invirtieron? Tengo tantas cosas en la cabeza que ni siquiera me di cuenta cuando paso.
—Solo hazle caso y relájate un poco, que me pones ansioso a mí también.
—Si, tienes razón, nada puede malir sal —Kakashi se quedo un momento procesando lo que dijo. —Maldición, no esta funcionando, no me estoy relajando.
—Yamato el otro día me compro un té que me calmo las ansias de fumar, vamos por uno, lo necesitas —sugirió Asuma guiándolo a la salida.
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—¿Por qué me llevan a un lugar apartado? Me empieza a dar miedo —decía Sai mientras Naruto lo sujetaba de la mano guiándolo a la parte trasera del edificio escolar.
—Porque no queremos interrupciones —contestó Sasuke. —Ni que alguien más escuche lo que te diremos.
—Si que es algo importante —dijo Sai.
—Mucho —afirmó Naruto para detenerse.
—Y bien, ¿qué es? —preguntó intrigado.
Naruto vio a Sasuke quien asintió y lo tomo de la mano.
—Sasuke y yo somos novios —soltó finalmente Naruto.
—¿En serio? ¿Al fin lo son? —Sai abrió los ojos sorprendido para mover su cabeza de un lado a otro viendo a sus amigos.
—Si, ya lo hemos hecho oficial —contestó Sasuke.
—Vaya, me alegro mucho por ambos… —dijo para ver a Naruto quien tenía una enorme sonrisa en el rostro. —Se que es algo que los dos querían desde hace tiempo, es genial que al fin lo hayan hecho formal.
—Eres el primero y único que lo sabe —aclaró Sasuke.
—Sai, Sasuke no se siente listo para que más personas lo sepan, así que por ahora queremos mantenerlo en secreto —añadió Naruto.
—Entiendo, será nuestro secreto entonces —contestó Sai levantando el meñique para luego lanzarse sobre ambos para abrazarlos. —Perdón, no soy bueno con estas cosas, pero que confíen en mí para esto significa mucho.
—Lo dejaré pasar solo por esta ocasión —dijo Sasuke reprimiendo con todas sus fuerzas las ganas de quitárselo de encima.
Sai se apartó de ambos. Las cosas debían ser así, su corazón lo había aceptado, por eso apuntaba a otro objetivo.
—¡Ahora vamos a comer! —exclamó Naruto animado para comenzar a caminar.
—Sai, no porque Naruto y yo seamos pareja significa que te dejaremos de lado, somos un equipo de tres —aclaró Sasuke.
Sai asintió sonriendo. —Aprecio mucho eso.
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—Bien Naruto, arranca —indicó Kakashi mientras revisaba el motor de su auto.
—¡A la orden! —el rubio giro la llave buscando encenderlo sin éxito.
—De nuevo, tarde —dijo Iruka llegando a espaldas de Kakashi asustándolo y provocando que se golpeara en la cabeza con el cofre, Iruka no pudo evitar soltar una leve risa.
—¡Hola, papá! ¡Aprendí a arrancar el auto, aunque no funciona! —gritó Naruto asomándose por la ventana.
—Lo lamento, como ves estamos teniendo unos problemas técnicos —se disculpó Kakashi sobando su cabeza.
—Por eso mejor vine, andando Naruto —lo llamó Iruka.
Naruto bajo del auto para tomar su mochila. —Ya me voy viejo, nos vemos mañana —decía acercándose a Iruka.
—Hasta mañana —contestó Kakashi bajando el cofre del auto para cerrarlo. —Los veo en la dirección que Jiraiya-sama mando.
—Haz lo posible para no llegar tarde a eso —dijo Iruka.
—No, no lo haré —replicó Kakashi cerrando su auto.
—Ya encontré la llave que me pediste senpai —decía Yamato corriendo hacia el Hatake sosteniendo una llave inglesa.
—Gracias, pero mejor mañana lo llevo a un taller —contestó Kakashi con la mano en su cabeza.
—¿Qué paso? ¿Te pegaste? —preguntó Yamato a lo que Kakashi asintió. —Oh, pobre de senpai, ¿te duele mucho? ¿Quieres que te ponga algo? —decía el castaño sobando la cabeza de Kakashi.
—No, estoy bien, vamos dentro —contestó Kakashi.
—Nos vemos Naruto, que la pases bien —se despidió Tenzō.
—¡Nos vemos Yamato-san!
—Con su permiso —dijo el castaño haciendo una leve reverencia a Iruka quien se mantuvo un momento observando a Kakashi y Yamato ir hacia el hogar del último.
—Vamos papá, tengo mucho que contarte —dijo Naruto sacándolo de sus pensamientos.—¿A dónde vamos? —preguntó curioso Naruto mientras caminaba junto a su padre.
—Vamos a cenar a tu lugar favorito —contestó Iruka.
—¡Ichiraku ramen! —exclamó el rubio emocionado. —¿Por qué vamos allá? ¿Se festeja algo hoy?
—Pues… hay alguien a quien quiero presentarte.
—¿Quién? —Naruto ladeo la cabeza.
—Nos está esperando ya ahí —señaló Iruka el lugar.
Naruto dirigió su mirada a la entrada del establecimiento para encontrarse con un hombre que al verlos sonrió.
—¿Y él quién es? —preguntó Naruto.
—Mizuki, es mi nueva pareja.
—Hola, tú debes de ser Naruto, Iruka me ha hablado mucho de ti —saludó el hombre sonriéndole, pero algo en Naruto no le daba confianza.
—Vamos a dentro para que charlemos más cómodo —indicó Iruka entrando al lugar.
Mientras esperaba su plato de ramen, Naruto veía a los adultos charlar. Se sentía un poco incomodo y no entendía el porqué.
—Aquí esta tu pedido Naruto, con extra de cerdo como te gusta —dijo la mesera poniendo el tazón en frente.
—¡Muchas gracias Ayame-chan! —agradeció Naruto. —Ya extrañaba el ramen, ya sabes cómo es papá con su frase de “más verduras y menos ramen”.
—Sabes que conmigo tienes tu ramen asegurado cada semana —contestó Iruka.
—Y te lo agradezco viejo, ¡gracias por la comida! —Naruto comenzó a comer rápidamente.
—No es eso demasiado para un chico —señaló Mizuki.
Naruto se detuvo. —Apenas es mi primer tazón.
—¿Vas a comer más? Pensaba que con el extra que te ponen tendrías suficiente. Solo digo que un chico de tu edad no debería de comer tanto, te pondrás gordito —dijo aquello ultimo intentando suavizar sus palabras.
—No porque estoy en crecimiento, además hago ejercicio —se defendió Naruto.
—Naruto juega futbol —habló Iruka.
—¿Futbol? Pensaba que hacia algún deporte más interesante —contestó Mizuki.
—Me gusta el futbol, el entrenador dice que soy muy bueno —habló el rubio orgulloso.
—Bueno, igual, el futbol no es como que sea la gran cosa —Mizuki movía su mano restándole importancia.
Naruto hizo un gesto de disgusto por los comentarios para seguir comiendo.
—Y dime Naruto, el castaño que estaba con tu papá, ¿ya es su pareja? —preguntó Iruka.
—Si, Yamato-san —contestó Naruto asintiendo.
—¿Y qué tal te llevas con él? ¿te trata bien? —interrogó.
—Me llevo genial con Yamato-san, él es agradable y me cuida cuando papá hace horas extras. El otro día hicimos un maratón de películas, a él también le gustan los superhéroes y-
—¿Películas de superhéroes? ¿No estas algo grande para eso? —cuestionó Mizuki.
—No, no lo estoy —contestó Naruto frunciendo el ceño.
—No te molestes, solo digo que no deberías de prestar tanta atención a esas cosas infantiles —alegó Mizuki.
—Como sea, todo bien con Yamato-san, es un buen tipo.
—Ya veo —dijo Iruka para quedarse pensativo.
—¿Puedo pedir otro plato? —preguntó Naruto señalando su tazón vacío.
—Claro, pide los que quieras —dijo Iruka. —Tómalo como compensación porque no te pude cuidar la semana pasada.
—¿Qué hiciste? —preguntó Naruto.
—Oh…pues…
—Salimos a una pequeña excursión, pero a donde fuimos no permitían niños —interrumpió Mizuki.
—Bueno, no importa —dijo Naruto.
—¿Y qué es esa cosa importante que quieres decirme? —preguntó Iruka.
—¡Ah! ¡Cierto! Me paso algo increíble papá —Naruto se giró emocionado a verlo. —Sasuke y yo somos novios ahora.
—¿Sasuke? ¿En serio? Pues ya estas en edad de tener novio así que esta bien, me alegro por ti —dijo Iruka para despeinar la cabellera rubia de Naruto.
—¿Lo conoces? —preguntó Mizuki viendo a Iruka
—Claro, Sasuke ha sido amigo de Naruto desde que entró a la escuela.
—Si, Sasuke y yo somos mejores amigos desde siempre, y ahora somos novios, novios y amigos —hablaba Naruto sonriendo.
—Uy, deberías tener cuidado con eso —comentó Mizuki.
—¿Cuidado? ¿Por qué? —cuestionó Naruto ladeando la cabeza.
—Pues, ¿no has pensado que si las cosas no funcionan arruinaran su amistad? —planteó el mayor.
—No, eso no pasará —replicó Naruto muy seguro de sus palabras. —Lo nuestro va a funcionar porque Sasuke y yo nos queremos mucho, y prometimos ser mejores amigos siempre.
—Solo tenlo en mente, no porque algo sea duradero significa que funcionara, creo que tienes un buen ejemplo —decía Mizuki ladeando su cabeza hacia Iruka.
Naruto bajo la mirada; No podía contrarrestarlo, tenía razón en eso. Hasta ahora no había considerado que su tan ansiada relación pudiera dañar su amistad en un futuro.
La mesera puso el tazón de nuevo frente a él, pero su hambre había desaparecido por completo.
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Kakashi caminaba de un lado a otro mientras esperaba afuera del restaurante.
—¡Papá! —gritó Naruto mientras corría hacia él. —Si llegaste temprano.
—Les dije que lo haría.
—¿Por qué tan formal? —preguntó Iruka viendo a Kakashi que lucia un traje negro.
—Pensé que la situación lo ameritaba —respondió Kakashi.
—Yo me puse lo primero que encontré —comentó Naruto.
—Bueno, pero tú eres lindo y te ves bien con cualquier cosa que uses —dijo Kakashi.
Naruto agacho la cabeza de forma tímida; Después de pasar un día con aquellos comentarios desagradables que Mizuki soltaba a diestra y siniestra, escuchar que su padre lo alagará era reconfortante.
—Vamos dentro, no hagamos esperar al autor pervertido —habló Iruka.
—No digas eso frente a él por favor —dijo Kakashi entrando al restaurante.
—Pero lo es.
—Yo leí uno de sus libros —soltó Naruto haciendo que ambos adultos se alarmaran y lo vieran fijamente.
—¡Kakashi! —exclamó Iruka molestó.
—Yo no fui —negó rápidamente Kakashi.
—Al fin llegan —habló Jiraiya acercándose a ellos.
—¿Nos disculpa un momento? Estamos en medio de una discusión —dijo Iruka. —Te lo advertí Kakashi, no debías leer esa basura frente al niño porque esto pasaría tarde o temprano.
—Iruka, ¿puedes calmarte un momento? —Kakashi intentó mantener la calma.
—No me digas que me calme, sabes lo mucho que odio que me digas que me calme.
—¿Por qué no hay nadie aquí? —preguntó Naruto viendo el lugar.
—Reserve el restaurante solo para nosotros —contestó Jiraiya.
Iruka se detuvo un momento para girarse a ver al hombre que charlaba con su hijo. —¿Él es Jiraiya? —lo señaló mientras esperaba que Kakashi respondiera.
—Si, y no le estamos dando una primera buena impresión —dijo Kakashi apenado.
Los cuatro fueron a una mesa, siendo rodeados por el silencio más incómodo que podían sentir.
—¿Y por qué reservaste este lugar solo para nosotros viejo? ¿Si vamos a comer? Porque yo tengo hambre —hablaba Naruto. —Es la primera vez que vengo a un lugar como este, pero si se usar todos los cubiertos porque papá me enseño.
—Por lo visto me conocen bien así que no veo necesarias las presentaciones —habló Jiraiya.
—Algo así —dijo Iruka. —En realidad, él que es su fan es Kakashi, yo no.
—Eso ya quedo más que claro —contestó Jiraiya para sonreírle.
—¿Este cuchillo es para carne? ¿Vamos a comer carne? —peguntaba Naruto levantando uno de los cubiertos.
—Tienen un niño muy carismático.
—Si, demasiado —habló finalmente Kakashi.
—La comida no debe tardar, y ya que tuvimos un mal comienzo, creo que será mejor que vaya directo al grano —dijo Jiraiya poniéndose serio.
—Se estaba tardando —soltó Iruka.
—Verán. Hace 10 años mi hijo murió, junto con toda su familia. —El hombre hizo una pequeña pausa. Iruka se giró confundido a ver a Kakashi quien levanto los hombros ya que tampoco entendía. —O al menos eso creía hasta que vi a Naruto.
—¿A mí? ¿Por qué a mí? —interrogó Naruto arqueando una ceja.
—Porque eres idéntico a mi “difunto” nieto.