Taeyang sacó su camioneta por la parte trasera de la casa, teniendo una visión familiar. Por mucho que le encantaba pasar tiempo con su padre, no estaba en el estado de ánimo correcto para hablar con el hombre. El dolor en el pecho no había disminuido. En todo caso, había empeorado. Durante algún tiempo durante su viaje a casa, había pensado en regresar y darle a Jay una gran parte de su mente, pero Taeyang no había querido ver al hombre. Tenía miedo de que si le echaba un vistazo a su compañero, se desmoronaría.
Una parte de su cerebro le decía que el razonamiento de Jay era justificable, que el tipo tenía todo el derecho a ocultar la verdad. Ese no era el lado del cerebro que estaba controlándolo. Si no el retorcido, el que no era capaz de superar la traición de Jong Jin.
Sería el primero en admitir, que la gente no pensaba racionalmente, cuando le habían dado un golpe emocional en el estómago. Taeyang no era la excepción.
Había crecido con unos padres que se amaban profundamente, y sólo eso era lo que quería Taeyang, un compañero que lo amara y nunca le mintiera. No pensó que fuera demasiado pedir.
—Hola, papá—Taeyang le dio a su padre un abrazo rápido.
Choi Seung Hyun era un enorme hombre de 1.93m, y era tan grueso como el tronco de un árbol. Todavía sorprendía a Taeyang, que T.O.P pudiera querer tanto a su compañero, teniendo en cuenta que había odiado a los vampiros en un momento de su vida.
Su mejor amigo había sido muerto a manos de uno, sin embargo, el hombre nunca miró a Ji Yong con otra cosa que no fuera nada más que amor y adoración.
Taeyang había heredado los ojos castaños de T.O.P, mientras que Woo Shin había conseguido los de color verde jade de Ji Yong. Ninguno de los dos había heredado el cabello rojo de Ji Yong. No le importaba a Taeyang. Estaba orgulloso de llamar a ambos hombres padre.
—¿Qué haces aquí? —Taeyang se subió al porche, dejándose caer en un asiento, al lado de su padre, tratando de actuar como si todo fuera normal, como si no hubiera dejado su corazón en el apartamento de Jay.
T.O.P encogió sus grandes hombros, desde la silla en la que estaba sentado. Sus piernas fueron plantadas a ambos lados de la silla, con las manos escondidas detrás de su brillante cabeza.
—¿No puede un chico visitar a su propio hijo?
—Sí, si puedes—Taeyang se encorvó hacia atrás y asintió con la cabeza, formando una pequeña sonrisa. —En cualquier momento que desees.
Su padre tenía esa mirada de conocimiento, como siempre lo hacía cuando sabía que algo estaba molestando a uno de sus hijos. Tomó más control que el que Taeyang, sabía que poseía para sentarse y hablar con su padre, sin dejar que sus verdaderas emociones brillaran a través de él.
Un gran y enorme control. Le sorprendió que no sangrara la herida que sentía por todo el cuerpo desde las plantas de sus pies. Es seguro que se sentía como si pudiera.
—Ji Yong me envió a ver cómo estás—confesó T.O.P.
—Podrías haber llamado.
T.O.P se encogió de hombros. —Tuve un agradable viaje, hasta aquí. Es algo bueno, salir de vez en cuando.
Era un viaje de cuatro horas desde Villa Kim a Dalton Falls. Era también tarde, lo que significaba que su padre había salido al anochecer. Si Taeyang conocía a Ji Yong, y él lo hacía, su otro padre lo había coaccionado hasta que cedió e hizo lo que él quería.
—Puedes decirle a tu pequeña calabaza que estoy bien—Taeyang sonrió ante el mote cariñoso con el que T.O.P siempre había llamado a su compañero. Era eso o bola de fuego.
El pensamiento sólo trajo un pequeño conejito a la mente de Taeyang, y una nueva ola de la traición se apoderó de él.
—¿Vas a bailar en torno al tema toda la noche? —Su padre se inclinó hacia delante, y parecía como si una gran montaña se acabara de mover.
—No sé de lo que estás hablando—dijo Taeyang, aunque él sabía que su padre podía ver a través de la mentira. Mientras crecía, nunca había sido capaz de salirse con la suya, cuando le mentía a su padre y dudaba de que eso hubiera cambiado, al convertirse en un adulto.
—Hijo, hueles como si te hubieras bañado en un río de tristeza.
Una de las cejas oscuras de T.O.P se elevó. —Está bien si no quieres hablar al respecto, pero no me mientas. Ya sabes lo que pienso de la mentira.
Una imagen de T.O.P regañando a Taeyang le vino a la mente, y sus nalgas al instante se apretaron. Se echó hacia atrás y miró hacia el cielo despejado, los millones de estrellas parecían como si hubieran sido arrojadas a lo largo de un lienzo negro y una franja de luna, brillaba en el cielo.
—Nunca te dije la verdadera razón para irme de casa—dijo Taeyang, y luego se sentó allí y le dijo a T.O.P sobre la traición de Jong Jin, de su doble vida, y cómo mordazmente el hombre de corazón frío había estado en esa habitación de hotel.
T.O.P se sentó y escuchó, sin decir una palabra. La mayoría estaría diciendo “Te lo dije” teniendo en cuenta que ninguno de sus padres había querido a Jong Jin. T.O.P no lo había dicho en sí. Era más bien la forma en que siempre tenía algo que hacer, cada vez que Taeyang había llevado a su amante cerca.
Pero Ji Yong no tenía ningún problema en expresar su opinión. Taeyang sólo pensaba que los dos estaban actuando como típicos padres, que nadie sería nunca lo suficientemente bueno para su hijo. Ahora sabía la verdad. Lo habían visto escrito en la pared, pero no habían interferido. Habían permitido a Taeyang aprender las cosas por su cuenta.
—¿Todavía te afecta? —Le preguntó a su padre.
—No tanto por Jong Jin, sino por la forma en la que jugó—admitió Taeyang.
T.O.P asintió. —Así que, ¿qué es lo que te tiene tan decaído?
Bajando la cabeza, sintiéndose como un completo idiota, explicó la situación con Jay.
—No me quedé a preguntar cuál era el trato—admitió Taeyang. Se acordó de Kent diciendo que Jay había roto el acuerdo y que su culo estaba frito.
Ahora que ya no estaba hasta el culo en la situación, Taeyang tuvo tiempo de pensar. ¿De qué estaba hablando Kent? Asesino a sueldo. Trato. Consecuencias. Pandilla conectada a un padrino. Por Dios. Taeyang se sintió mareado.
¿Qué clase de vida llevaba Jay?
—Suena como si tu compañero está dentro de una situación de mierda —, dijo T.O.P. —¿Qué vas a hacer al respecto?
Taeyang bruscamente miró a su padre.
—¿Qué quieres decir? No voy a hacer nada. Me ocultó todo. No puedo estar con alguien en quien no puedo confiar.
Su padre se limitó a mirarlo y finalmente suspiró.
—Te lo dije todo sobre tu padre y yo. Cómo no quería nada que ver con él, cuando me di cuenta de que era mi compañero y un vampiro.
T.O.P parecía como si estuviera perdido sumido en sus pensamientos, mientras miraba hacia el lago que no estaba demasiado lejos de donde Taeyang había aparcado.
—Tomó mucho de mí ver más allá de mi ira, de mi herida, pero no me he arrepentido de mi decisión de estar con tu padre.
—Esto es diferente—dijo Taeyang. —Ji Yong no te hirió a propósito. Jay lo hizo. El me mintió.
—Para que, ¿salvar su propio culo? —Preguntó T.O.P.
—Por ocultarme algo tan grande—dijo Taeyang.
—Lo reclamé, papá. También le pregunté si podía confiar en él, si estaba llevando una doble vida. Me dijo que podía confiar en él, pero no lo hice responder la segunda pregunta.
Una carcajada escapó de T.O.P. El sonido tenía una nota de incredulidad y un toque de ira. Taeyang estaba confundido.
Ninguno de sus padres estuvo nunca de parte de otro hombre, especialmente un hombre que nunca habían conocido, sin embargo, parecía que T.O.P estaba defendiendo lo que había hecho Jay.
—Sé completamente honesto contigo mismo —dijo, su padre.
—Si tuvieras que hacer esa elección, ¿Qué habrías hecho? Ustedes dos no se conocían lo suficientemente bien, como para que él confiara en ti con algo tan grande. ¿Le echas la culpa por tener miedo?
—Pero...
T.O.P negó con la cabeza.
—Sé mejor que Jong Jin. No dejes que arruiné tu oportunidad de ser feliz. Jay no suena como un hombre cruel y sin corazón. Ha sido puesto en una situación difícil, hijo. Dale un descanso.
Eso era más fácil de decir, que de hacer. A pesar de que su padre le había enseñado que había tomado una difícil decisión, esto era diferente. Taeyang frunció sus labios y mordió la parte inferior. Aunque Jay no había sido claro, había roto algún tipo de acuerdo por no decirle lo que estaba pasando. ¿Habría confiado en alguien, si hubiera estado en ese tipo de problemas?
—Voy a hablar con él mañana. —Taeyang cedió. Tal vez estaba permitiendo que lo que le había sucedido con Jong Jin nublara su juicio con Jay.
No, Jay no era un hombre cruel e insensible. Muy por el contrario.
Iría mañana con Jay y obtendría la historia completa. Esta noche, tomaría algún tiempo para enderezar su cabeza.
Jay estaba escalando las paredes al día siguiente. Tenía que llegar a Taeyang, tenía que explicar por qué había hecho lo que lo había hecho. Tenía que hacer que el lobo entrara en razón. Sólo se acababan de conocer, pero no quería vivir sin el hombre.
Taeyang era su única oportunidad de tener un compañero, de ser feliz. Si sólo pudiera hacer que el hombre viera porque le había ocultado la verdad.
Echó un vistazo a la ventana de su dormitorio y consideró fugarse, pero el sicario seguía en libertad. Por lo que sabía, el detective Saeng podría estar vigilando el lugar en ese mismo momento. Dando vueltas, Jay sopesó sus opciones. No había ninguna. Taeyang no había respondido a su teléfono, no importa cuántas veces le había llamado.
El chico fue hecho para él. Jay lo sintió profundamente en sus entrañas.
¿Debería quedarse y seguir llamándolo o ir detrás de su compañero?
Todavía seguía viendo el dolor en los ojos de su pareja. Jay cerro de golpe los ojos y se llevó la mano en el pecho. Dios, ¿por qué dolía tanto?
¿Por qué se sentía como si el mundo se estuviera desmoronando por debajo de sus pies?
Metiéndose la camisa debajo de la nariz, inhaló profundamente los restos del olor de Taeyang de la noche anterior, y el dolor en el pecho sólo creció más profundamente. Tenía que hablar con Taeyang. Jay tenía que disminuir el dolor, y encontrar las palabras que lo pondrían de nuevo en la gracia de su compañero. Cuando sonó su teléfono celular, Jay casi saltó de su piel, su corazón se aceleró frenéticamente en su pecho. Se apresuró a través del cuarto y lo arrancó de la cama, con el ceño fruncido cuando no reconoció el número.
Quizás Taeyang lo estaba llamando desde un teléfono fijo.
—¿Hola?
—¿-Jay?
—¿Xiao? —Jay ya había avisado, que no iba a ir a trabajar. ¿Por qué lo llamaba Xiao? ¿Había un problema en el Running Bunny?
—Si quieres ver a tu amigo de nuevo, vas a encontrarte conmigo, sin policías.
La sangre de Jay se heló con el sonido de la voz del impostor. El sicario había secuestrado a Xiao. El shifter gato no tenía un hueso valiente en su cuerpo, y Jay se sorprendió que Xiao no se había desmayado todavía.
—¿Por qué cogiste a Xiao? —Jay estaba haciendo tiempo mientras trataba de averiguar qué hacer.
Él sabía que si iba solo moriría. Pero tenía que salvar a su amigo, y tragarse su miedo.
Podría decirles a Kent y Morrison acerca de la llamada telefónica, pero sabía que lo dejarían atrás, y eliminarían al sicario o resolverían las cosas como lo hicieron antes. Jay tenía que hacer esto, pero tenía que encontrar una manera de no ser asesinado. Además, tal vez, podría desaparecer una vez que liberara a Xiao y hacer como si el asesino lo
hubiera secuestrado o algo así. De esa manera, podría evitar el la condena que se cernía sobre su cabeza.
A Jay no le apetecía vivir en fuga, pero era mejor que ducharse con hombres que harían caer el jabón docenas de veces.
—¿Cuándo y dónde? —Preguntó Jay.
—Una hora por el puente cubierto. —El hombre colgó antes de que Jay pudiera decir algo más.
Empujando su teléfono en el bolsillo, Jay se arrastró hasta la ventana y la abrió, haciendo una mueca, cuando hizo un sonido chirriante. Esperó, pero ningún federal entró en la habitación.
Gracias a Dios que estaba en el primer piso.
Deslizándose, desde la ventana, Jay salió, manteniéndose en la sombra, mientras se abría camino hacia el puente.
continuara...