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88. Conejo Fugitivo (02) por dayanstyle

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—Vamos a dejar una cosa en claro—T.O.P dijo a los dos agentes federales, que se le unieron en el taller de reparaciones. Kent se paseaba como un animal enjaulado, mientras que Morrison sorbía una taza de café que le había dado Taehyun.
—Ustedes dicen uno cosa más sobre Taeyang y voy a poner mi bota tamaño catorce encima de su culo flaco.
Los gemelos y Kyung Il se habían reunido en el garaje, ya que T.O.P sabía hacia dónde se dirigía su hijo. Taeyang necesitaría toda la ayuda que pudiera conseguir.
—Todo lo que dije, fue que Taeyang iba a lograr que mataran a Jay— Kent argumentó,  golpeándose las manos en las caderas.
—Él no está calificado para este tipo de situación.
 
—¿Y tú estás calificado para manejar a un sicario? —Preguntó T.O.P mientras daba un amenazador paso hacia delante.
—¿Estás calificado para recibir una bala? —Resopló.
—Cualquier persona puede tomar una maldita bala, y no conoces a mi  hijo muy bien. Es muy bueno tratando con hombres locos.


Su hijo había crecido en la Guarida. Si alguien podía manejar con éxito a un asesino a sueldo, era Taeyang, aunque T.O.P todavía estaba preocupado. Como lo estaría cualquier padre, cuando uno de sus hijos se dirigía a una mala situación.


Aún así, T.O.P no iba a correr ningún riesgo. Él iba a encontrarse con su hijo en el puente y encargarse del hombre enviado para matar a su yerno. La única razón por la que le había dicho a estos dos trajeados sobre la reunión, era porque Taeyang se lo había pedido.
—Acabas de decir que Taeyang podría recibir una bala—Taehyun señaló.
—No estoy seguro de que queramos eso como resultado final. T.O.P fulminó a la sonrisa en la cara de Taehyun.

 

—Me entrenaron para este tipo de cosas —argumentó Kent. —Sin embargo tan calificado como su hijo puede estar, no ha sido entrenado. Él podría...
—Salvarlo —dijo T.O.P, mientras caminaba por la acera agrietada hacia su camioneta. —Voy a ayudar a mi hijo. Síguenos si lo deseas, pero por Dios, permanece un infierno fuera de nuestro camino. Este es un asunto  de familia.
—Detrás de ti —dijo Morrison cuando T.O.P subió a su camioneta.
T.O.P se apartó, mientras marcaba a Jongin. Algo sobre toda esta situación apestaba. Además, cuando todo esto hubiera terminado, Jay iba a necesitar un abogado muy bueno, y T.O.P planeaba asegurarse de que su yerno tuviera uno.
Pero seguro que sería bueno conocer al tipo primero.
 
Acceder a reunirse con un asesino a sueldo era algo bastante malo. Llevar  a Taeyang sólo empeoraría las cosas. Jay no estaba seguro de si Xiao todavía estaba vivo. Una vez que el asesino había llegado a un acuerdo con él, para reunirse, no habría necesidad de que el tipo dejara vivo al shifter gato.


A pesar de que Jay sabía que estaba caminando a su muerte, se sentía bien tener a su compañero a su lado, reconfortándolo. Esperaba que él no tuviera que morir, pero no veía otra manera de salir de esto. El falso detective o bien podría matarlos a todos o exigirle a Taeyang intercambiar  a Jay por Xiao, algo que Taeyang no haría, y luego las cosas se pondrían realmente feas.
Jay seguía culpando por todo esto, a Marek. Él podría haber culpado a Myoung Jae, pero fue Marek el que había hecho que Myoung Jae lo culpara. Todo se reducía a que un agente especial quería atrapar a un pez gordo independientemente de a quien tenía que destruir para conseguirlo.

 

 
A pesar de que Taeyang le había dicho que se quedara en su forma de conejito, había cambiado de regreso. Jay se sentó tan desnudo como el día en que nació, sin preocuparse que no tenía ropa puesta. Sus pensamientos estaban en su amigo.
—¿Crees que Xiao sigue vivo? —Preguntó Jay, mientras miraba por la ventana, mirando las nubes oscuras rodar lentamente, dejando atrás las nubes esponjosas que los niños usaban para describir animales u objetos.


El sol ya estaba regresando, pero Jay no se sentía más tranquilo.
De hecho, cuánto más cerca estaba del puente, más pesado su pecho se sentía. Su estómago se retorció en mil pequeños nudos. Fue como ser arrojado al suelo por Kaluza todo de nuevo, sólo que diez veces peor. Jay sabía que a Kaluza no le había gustado, pero también sabía que este no le hubiera disparado.


No podía decir lo mismo del tipo con el que se dirigían a encontrarse. No habría bofetadas u ofertas que tomar. Jay no sería envuelto en algún
tipo de programa de protección de testigos. Él estaría metido  en un ataúd  después de que esto hubiera terminado.
—No sé—respondió Taeyang. —Yo diría que está vivo, pero trato de no endulzar las cosas. La verdad es siempre mejor, no importa qué tan amarga sea de tragar.
Esa no era la comodidad que Jay había estado buscando.
—Es un shifter ocelote —dijo Jay.
—¿El asesino a sueldo?
—No, Xiao —dijo. —Olí al asesino a sueldo.
—Yo también —dijo Taeyang. —Un cambiaformas león.
Lo que significaba que el falso detective era tan letal como ellos. Los shifters león tenían demasiado orgullo, eran extremadamente dominantes y egoístas, pero eso podía decirse de muchos shifters depredadores.
—¿Cómo vas a recuperar a Xiao sin entregarme?


Jay preguntó, mientras se retorcía en el asiento caliente, el sudor de la piel contra el cuero. Sentía que los charcos de sudor se acumulaban  debajo de sus piernas y deseó tener algo para sentarse, como una toalla o una camisa.


—Todavía estoy trabajando en eso—admitió Taeyang. —Me voy a reunir con mi padre. Él me ayudará a comprender todo esto.
Jay estaba a punto de conocer al padre de su pareja. Él ya estaba frenético con toda la situación, y ahora tenía que sudar acerca el ser presentado a uno de los padres. No sólo estaba completamente desnudo, también había metido al hijo del hombre en esta tormenta de mierda. El tipo iba a odiarlo bateándolo directamente, y no podía culpar al hombre.
—Deja de preocuparte —dijo Taeyang. —Mi papá te va a gustar.
 
Extendiendo la mano, Jay giró hacia la ventila de aire, hasta que el aire frío sopló sobre su caliente cuerpo. Se sentía bien, pero el sudor bajo sus piernas se enfrío al instante, por lo que se estremeció.
—¿Cómo sabes que estoy preocupado? —Preguntó.
—Las reuniones con los padres siempre son una cosa que enferma los nervios—dijo Taeyang. —Al menos eso es lo que he oído.
—Has oído bien—murmuró Jay.
Taeyang sonrió. —Relájate. Mi padre es intimidante en apariencia, pero ahora eres de la familia. Él te va a protegerte al igual que lo haría con uno de los suyos.


Grandioso, ahora Jay estaba envolviendo a la familia en su jodido desastre. Tal vez, mañana, podría desatar la plaga negra.
—¿Y tú? —Preguntó.
Taeyang frunció el ceño. —¿Yo qué?
—¿No me odias por involucrarte? La mayoría de los chicos huyen de alguien con esta cantidad de equipaje.
La boca de Taeyang se movió, en lo que Jay pensaba que era una  sonrisa. Había hecho una elevación sutil de los labios.

—No has conocido al resto de mi familia. Tener un asesino a sueldo detrás, es un juego de niños en comparación con algunas de las cosas con las que hemos tratado en los últimos años.
¿Por qué Jay no encontró esa declaración reconfortante?
—¿Quiero saber?
—Puedo decirte que algunas de esas historias harían que los pelos en tu cuerpo se pusieran de punta —, dijo Taeyang. El hombre estaba serio. Ya no estaba sonriendo. Quizás Jay no quería saber. Aparte del lio con Myoung Jae, su vida había sido bastante aburrida. Villa sueño.


No estaba seguro de cuánta más emoción podía manejar. El tratar con un hombre que le habían pagado para ponerle una bala, era lo suficiente como para que le durara dos vidas.
Jay levantó sus muslos, ligeramente hacia arriba, dejando que el aire fresco  secara  su  piel.  Gran  error.  Le  picaba  ahora,  y  su  piel  se  sentía apretada.  
—No creo que quiera escuchar esas historias.
—No me digas que no puedes manejar algunas anécdotas de mi vida —, dijo Taeyang.
—No son las historias lo que me da miedo—admitió Jay.
—Se trata de saber que tú estás más jodido que yo.
—Hay una diferencia entre tener una infancia encantadora y estar jodido de seis maneras diferentes de la cabeza —dijo en Taeyang, en un tono que no era muy agradable, pero tampoco hostil. Lo dijo como si estuviera recordando algo que le dijeron alguna vez.
—No quise ofenderte—Jay miró por la ventana, cuando Taeyang se detuvo. Había otra camioneta ahí, junto con una motocicleta y el temido sedán negro.
Jay reconoció a los dos hombres que se bajaron de la camioneta. Ellos eran los gemelos que eran dueños de la tienda de reparación de automóviles. Nunca había visto antes al de la motocicleta.

 

El tipo tenía un tatuaje bajo la manga, de su brazo derecho, llevaba un pañuelo en la cabeza, y tenía el pelo negro y liso, que enmarcaba su rostro y caía como una cortina hasta los hombros. Era por lo menos 1.85m de alto y musculoso como un linebacker. El extraño se puso de pie, con una mano agarrando su muñeca opuesta. La pose de un guardaespaldas.


—Ese es Kyung Il—Taeyang explicó, mientras proyectaba la barbilla hacia el extraño que Jay había estado mirando. —Es mitad dragón y mitad guepardo.
Eso sonaba como una combinación mortal para él. Jay oró porque ni la mitad dragón ni la mitad de guepardo del tipo, tuvieran anhelo de conejo. Tenía suficiente a que hacerle frente.


Kent y Morrison se bajaron del coche negro. Jay al instante frunció el ceño. Morrison estaba bien, pero realmente no le gustaba Kent. El federal siempre lo había mirado como si fuera un inconveniente.
Cuando se abrió la puerta del conductor de la camioneta, la mandíbula de Jay cayó. De ella salió el hombre más grande que había visto nunca. El tipo tenía que ser al menos de 1.93m y un peso sólido de unos buenos 114 kg. También con ojos marrones que brillaban en la luz del sol.
—Y ese sería mi padre, T.O.P.


Jay tragó más o menos. El chico le iba a romper por la mitad como una ramita, por arroja a su hijo en este lío. Intimidante no era una palabra lo suficientemente fuerte. “Formado en las entrañas del infierno” sería una mejor descripción.


El padre de Taeyang rodeó a la camioneta, su mirada fija en Jay. Este tenía ganas de cambiar y corre, cuánto más cerca el hombre llegaba.
Su ventanilla bajó (Taeyang lo hizo) antes de que el hombre descansará sus musculosos brazos en el marco.
—Debes ser Jay.
No sólo Jay estaba desnudo, también estaba muerto de miedo. Hizo lo que su cuerpo le dijo que hiciera. Cambió y se escurrió debajo del asiento, entre los pies de Taeyang.
—¿He dicho algo malo? —Jay oyó el padre de Taeyang preguntar.


—No, solo está un poco nervioso.


Una mano apareció a la vista, deslizándose alrededor y agarrándolo. Jay lo esquivó, se contrajo hacia atrás, hasta que no tuvo otro lugar a donde ir. Si la mano no hubiera pertenecido a Taeyang, la habría mordido.


En lugar de ello, Taeyang agarró su pierna y tiró hacia delante, mientras Jay rayaba y arañaba, a la alfombra del piso, en vano. Su compañero lo levantó y lo abrazó contra su pecho. Jay bajó la cabeza, al hueco del brazo de Taeyang.
—No va a hacerte daño, pequeño conejito.
T.O.P se rió entre dientes, y sonaba como un trueno.
—No me dijiste que era un lindo conejito.


Un lindo pequeño conejito, al que el hombre probablemente no le importaría comerse. Aunque Taeyang era parte lobo, parte vampiro, su padre era un lobo puro. Era más que probable que estuviera relamiéndose en este momento.
—Te dije que era un conejo —dijo Taeyang.
—No debí haberte escuchado —dijo T.O.P. —Ji Yong lo va a amar.
Jay no tenía idea de quién era Ji Yong y no le importaba. El sólo quería que el gran hombre desapareciera.
—Entonces, ¿cómo vamos a manejar la situación?—Preguntó, mientras Taeyang rascaba detrás de la oreja a Jay.


Jay estaba aterrado y en el cielo al mismo tiempo. Debería haber una especie de regla en contra de eso. Pero cuanto más tiempo lo acariciaba Taeyang, más relajado se ponía. Ya no quería correr.
Quería tener relaciones sexuales.
—Rodeamos el tipo y le llegamos por todos lados. Kyung Il va a cambiar a su forma de dragón y caer sobre el hombre, tomando al amigo de Jay, antes de cualquier daño se haga.

 
—¿Qué hacemos con el sicario una vez que Xiao esté seguro? —Taeyang preguntó.
Jay acecho a T.O.P, para ver la mirada del hombre sobre su hombro antes de que se volviera a mirar a su hijo.
—Los federales quieren arrestarlo, los niños y yo tenemos diferentes planes. Vamos a asegurarnos de que el hijo de perra no sea capaz de acercarse a Jay de nuevo.
Taeyang dio un asentimiento firme. —Hagámoslo.
 
continuacion...


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