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:Corazón Resiliente: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Capítulo 23 listo XD.

Capítulo 23: Hibiki

 

 

El tren tembló desde el primer vagón hasta el último, el temblor fue acompañado de un estruendoso sonido y una explosión. El vagón que estaba justo atrás de la locomotora estallo en llamas.   

 

- ese… es el vagón de los comandantes – al alfa podía sentir el olor a brasas desde la ventana, envuelto en llamas y socavando de humo a los demás vagones – esto no es nada bueno – Genya volteo a sus espaldas solo para encontrar a esos nuevos conocidos corriendo entre los camarotes, ignorando lo que sucedía.

 

Genya no sabía si eran valientes o demasiado estúpidos, aunque con lo poco que había visto estaba muy seguro que era la segunda opción.

 

- aquí tampoco hay nada - El rubio abrió uno de los camarotes.

 

- ¡mierda Tanjiro!... ¿¡donde estas!? – Inosuke le sigue, destrozando la puerta del siguiente, haciendo que dos personas salieron despavoridas - ¡oigan olvidaron su ropa! –

 

Eran unos verdaderos idiotas.

 

Genya se sonrojo hasta las orejas. Era un alfa bastante desarrollado, físicamente hablando, sin embargo tenía cero experiencias con cosas sexuales y cada vez que era consiente de insinuaciones o cosas relacionadas su vergüenza se reflejaba en su rostro.

 

- aquí tampoco hay nada – Zenitsu paso de largo, importándole muy poco y sin vergüenza, debía encontrar a Tanjiro y con él a la bebe, no podían perder el tiempo en preocuparse por lo que pasara.

 

En eso, otro temblor los agarro dentro del pasillo, esta vez lo suficientemente fuerte como para tener que sostenerse de algo.

 

- ¿¡Qué mierda!? – un sonido más fuerte se unió, como si rechinaran los rieles. El chico bestia saco la cabeza para ver como los dos vagones traseros terminaban explotando. – ¡estos dementes quieren acabarnos a todos!... ¿¡que mierda haces Monitsu!? – El rubio le ignoro y corrió hasta el otro lado del pasillo, dispuesto a ir al otro vagón - ¡Monitsu! –

 

- sé que estamos cerca – murmuro muy serio para sí.

 

Con determinación trataba de escuchar entre los gritos de las personas, el estruendo de las bombas y el descarrilamiento. Sus sentidos estaban anclados a un solo sonido, uno que hacia sus instintos activarse.

 

Buscando como un demente.

 

Sabía que con cada paso que daba estaba más cerca, sus instintos se los decían.

 

 

-.-

 

 

Enmu es alguien que controlaba sus emociones la mayoría del tiempo, sin embargo en esos momentos le era imposible controlar la furia que crecía dentro de él. Las llamas lo rodearon, consumiendo la madera del vagón, el crepitar del fuego y lo que consumía con él era la consecuencia de haberse confiado.

 

Rengoku no tenía el título del Pilar de la llama por nada.

 

Todo había ocurrido realmente rápido, Enmu sintió el dolor del rechazo, aquel Pilar había salido de su técnica en segundos y su cuerpo se movió rápido. Había perdió la batalla, volverlo a someter sería prácticamente imposible. No le quedaba otra opción que matarlo.

 

Aun con el control de las personas en sus manos, dio la silenciosa orden de acabar con ellos.

 

Kyojuro sintió el ligero cambio en el nivel de feromonas y le tomo solo segundos comprender lo que pasaba. Una estocada fue suficiente para acabar con aquellos que fueran controlados, la segunda estocada la uso para defender a Tanjiro cuando un ligero descuido hizo que su vida corriera peligro.  

 

Su brazo sangraba, pero eso no le impedía cargar su nichirin con fuerza. 

 

- no se supone que terminaríamos así – no se movió un solo centímetro, no quería que aquel alfa lo rostizara vivo – y todo por tu culpa – miro al pelirrojo tras la espalda del alfa, mientras que Rengoku lo protegiera no podría hacerle nada.

 

Gruño muy poco satisfecho.

 

¿Quién era ese? ¿Qué había hecho para liberar a Rengoku de sus sueños?... amenos que. Arrugo el entrecejo comprendiendo lo que ocurría.

Enmu no era un omega extraordinario, no era muy llamativo, ni habilidoso… incluso fue rechazado por Doma a entrar a su prestigioso harem. Algo verdaderamente humillante. Pero entonces Muzan-sama apareció y le dio una oportunidad, le dio poder y una habilidad perfecta para él. Sin importar por cuanto dolor tuvo que pasar, sin importar cuantos sacrificios tuvo que hacer… el cumpliría cualquier deseo que Muzan-sama le pidiera.

 

Si él quería a un Pilar, entonces Enmu se lo daría… le llevaría su cabeza como un trofeo.

 

El cuerpo de Rengoku cubre en su totalidad al de Tanjiro, le miro por el rabillo del ojo muy seriamente… Tanjiro en cambio parecía permanecer en un estado de shock, su cuerpo estaba temblando como una gelatina, no parecía ser la misma persona que había peleado contra los del norte tan solo hace días.

 

- ¿Qué haces aquí?... – Tanjiro apenas se dio cuenta que hablaba con él - ve con los demás… yo me encargare de todo – a penas y se había dado cuenta que habían sobrevivientes que habían escapado gracias al Pilar. Rengoku le sonrió de lado para tranquilizarlo, con esa aura de alfa confiable.

 

Tanjiro aguanto la respiración… podía acordarse de esa sonrisa.

 

Rengoku estaba determinado en proteger al Kamado.

 

- para poder controlar a las personas fueron horas postrado en una cama, soportando un dolor insufrible… ¿sabes lo humillante que es darme cuenta que tu sola presencia lo arruino todo?– Enmu sujeto a uno de los cuerpos que aún le pertenecían, sacudiéndolo con sus feromonas. Rengoku pudo ver como el cuerpo y la cara de lo que fue el general Hairo comenzaba a mutar – no te dejare escapar tan fácilmente -

 

Hairo, ahora convertido en un completo monstruo se abalanzo contra el Pilar, quien no le quedo de otra que detenerlo. Su ataque fue efectivo, no le importo que estuviera asesinando a un compañero… su respiración fue profunda, su pose ofensiva y en tres movimientos su espada había cortado torso, hombros y cabeza.

 

Un asesinato limpio.

 

Pero aquel omega era mucho más inteligente de lo que espero.

 

- maldición… - volteo instintivamente en cuanto no sintió al chico tras de el – ¡Kamado! -

 

 

 

-.-

 

 

Aquella bebe lloraba algo desconsolada en los brazos de la beta mientras eran incitados por algunos oficiales a mantener la calma, pero era imposible. Ya era de conocimiento público que habían perdido el control de ese tren y de tres vagones, también que era casi imposible llegar a la locomotora.

 

Con ese panorama nadie puede guardar la calma.

 

- ¡devuélvemela! – le grito el omega a quien Tanjiro había dejado a cargo de la bebe. Estaba realmente molesto, esa beta solo se aprovechó del escándalo para quitársela sin su permiso.   

 

Aquella bebe lloraba tan fuerte que le era imposible perderse entre la gente, el joven la siguió entre el tumulto y el caos.

 

- ¿Por qué debería?... ella no es tuya – la beba estaba roja de tanto forzar sus pulmones, la beta aferro aquella bebe a su pecho, estaba tan asustada como la bebe – tú ya esperas uno… ¿porque deberías tener a esta bebe también? -

 

- porque regresaran por ella y no te la puedes quedar – ella miro a la llorosa criatura como se removía incomoda entre sus brazos, estrujándole el corazón.

 

No era justo, ella ya había perdido un bebe… ¿Por qué si tenía otra oportunidad entre sus brazos debía dejarla ir?  

 

- ¿Cómo sabes que regresara?... de seguro para este momento debe estar muerto – sabían que el chico seria llevado con el alto mando militar, y todos vieron el momento en que su vagón exploto en llamas, ese omega estaba más que muerto.

 

Entonces… ¿Por qué?... Ella era una madre sin hijo y aquella una bebe sin madre… ¿Por qué no quedarse con ella?

 

Todos los civiles estaban siendo trasladados a los vagones centrales por seguridad, ella corría adelante mientras era seguida por ese joven. No se detendría por más que intentaran quitársela, ahora era suya. Pero una sacudida retumbo entre los vagones, culpa de otra explosión, un señor termino por chocar por una ventana que terminó por romperse, de la desesperación se agarra del kimono de la beta, jalando a la mujer con todo y bebe hacia el vacío…   

 

Varios cayeron fuera del tren.

 

La beta vio su vida pasar y ante la inminente caída se aferró a la chiquilla.

 

Sin embargo, nada más pasó…

 

Una fuerte mano término por sujetarla del cuello de la ropa, ella quedo atónita. El viento batía su cabello con violencia, vio hacia el vacío y el pánico la ataco, un chico se había lanzado tras ella, ella le quería agradecer con toda el alma, cuando vio que sus mano se resbalaba…

 

El peso de ella y la bebe no era mucho, pero ese viejo aún no se soltaba. Sacudida con el temor de que pudieran morir por culpa de ese maldito viejo, comenzó a patearlo para que se soltara, sacudiendo a todos.

 

- no hagas eso, no puedo subirte si te sacudes – el rubio trato de razonar, pero ella estaba espantada.

 

Él se aferró hasta con la uñas de ese marco, pero al final cedió.

 

Inosuke sujeto a Zenitsu de las caderas y jalo a los cuatros con toda la fuerza que alardeaba tener como alfa. Haciendo que entraran todos de un solo impulso, el rubio, la beta, al bebe y el viejo.

 

- gra… gracias – su cuerpo tiembla por completo y sus piernas perdieron fuerzas… creyó que iba a morir.

 

- no me lo agradezcas, la pusiste en peligro con tu egoísmo – Zenitsu le responde seco, mientras mira fijamente lo que tenía en sus brazos – solo dámela – Ella apenas estaba saliendo del susto y no entendía que era lo que le estaba pidiendo.

 

El chico que le acababa de salvar la vida era muy extraño, ahora que lo notaba bien, la miraba con unos ojos amenazantes… asustándola aún más. Zenitsu no pudo seguir ignorando aquel llanto desgarrador, terminando por arrebatarle a la pequeña bebe en brazos.

 

La beta quiere reclamar aquel abuso, pero el cambio de aires fue inminente… los bebes tenían la habilidad de reconocer a sus padres, ellos reaccionaban al sentirlos cerca, su aroma, su calidez, era como si lo supieran desde que están en el vientre. La bebe lo supo al momento de ser cargada en brazos por él, porque su llanto se detuvo casi de inmediato.

 

Era posible que…

 

- calma pequeña llorona… ya llegue – su tono de voz es calmado y algo dulce, Zenitsu cambio totalmente una vez que sujeto a la niña en brazos. – lamento la tardanza –

    

En el momento en que la tomó en brazos, todo fue más claro para él. Aquellas ansias que lo atormentaban desaparecieron y el resto del mundo dejo de existir… ahora su mundo era ella.

 

Es pequeña, delicada y estaba asustada, solo podía escuchar los latidos de su corazón acelerarse a un ritmo muy rápido, la acurruco más entre sus brazos, llevándola hacia su pecho. No sabía qué hacer, ni siquiera sabía si la estaba sujetando correctamente, aún tenía bastante miedo. 

 

Ella abrió los ojos, revelando el parecido, tenía sus mejillas rojas y sus puños cerrados con fuerza del llanto anterior. Algo dentro de él se conmovió…

 

- ¿¡qué importa que lo lamentes!? – Sus piernas recobraron fuerzas por la furia – que la hayas dado a luz no te da derecho a abandonarla… ¿¡por qué deberías quedarte con ella!? – aprieta los labios, bloqueando las lágrimas de impotencia. No era justo que aquel sujeto la reclame, él fue quien la abandono en primer lugar. – ¡omegas como tú no merecen concebir bebes que después abandonan! –

 

Zenitsu estaba consciente de eso y un gran nudo se instaló en su garganta.

 

- se… sé que no soy lo mejor para ella – Zenitsu no puede dejar de admirar a su pequeña – y sé que es muy egoísta lo que diré… pero ella es mía… - un olor acido comienza a ser liberado del rubio, haciendo a la beta retroceder - y quien se atreva a intentar quitármela, lo destazare hasta que solo quede el recuerdo de sus viseras – todos los omegas sienten esa advertencia y retroceden, incluso Inosuke y Genya se ponen un poco nerviosos.

 

Un omega que protegía a sus cachorros era tan peligroso como cualquier alfa molesto.   

 

La bebe termina por bostezar bajo su mirada, ahora tranquila entre sus brazos. Ella lo quiere a él, tiene millones de brazos dispuestos a recibirla y solo quiere escucharlo a él, a su torpe voz y sentir que la protege… no lo iba a negar, se siente alagado.

 

Le toma la manita y la menea de un lado a otro… Zenitsu se siente ligero, esa redonda carita llevándose sus preocupaciones, él ya sabía que era lo que tenía que hacer.

 

- ¿¡quién es el bruto e idiota ahora… eh!?... mi secuas cumplió con su misión por mi idea – Zenitsu estaba tan feliz que ese cabeza hueca le hizo reír. – deberías agradecerme Monitsu… porque soy grandioso -

 

- ya cállate y deja de llamarla secuas… tiene un nombre – sonríe con dulzura, lo había pensado mil veces y no se le ocurría uno mejor – su nombre es Hibiki –

 

- ¿no es ese nombre de niño? –

 

- cállate idiota –

 

 

 

Continuara…


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