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:Corazón Resiliente: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Capítulo 29 disfrútenlo

Capítulo 29: Me pertenecen

 

 

Esta situación solo se podía describir como peligrosa…

 

Que un Pilar se presentara en casa de otro sin tener una invitación previa no parecía ser la gran cosa, si fueran remotamente cercanos, pero esos dos no lo eran. Por lo que la presencia de Tomioka daba mucho que pensar.

 

Era claro que un Pilar no se movería en busca de un simple sirviente.

 

Sabito toco el hombro del peli negro, avisándole con su mirada que bajara un poco su guardia, todos podían sentir a Tomioka a la defensiva.

 

El par de niños corrieron hacia el Pilar del agua con alegría, ignorantes del peligro en esos momentos, a diferencia de su hermano mayor, los dos eran demasiado pequeños para darse cuenta de las feromonas alfas. Giyuu no parecía verse muy sorprendido ante la bienvenida, acostumbrado a la efusividad del par.

 

- mide Tomioka-san… ¡comida! – Kentaro fue el primero en mostrarle sus premios.

 

- agadamos mucha – Kenjiro le sigue.

 

Era bastante obvio que tanto Kenjiro como Kentaro habían superado su temor y lo habían sustituido por admiración.

 

- bien hecho - Tomioka se agacho a su nivel acariciando el par de cabelleras rubias con mechones rojos. Felicitándolos, casi como si fuera su…

 

Kyojuro dio un paso al frente con la mirada fija en ellos…

 

No, él no lo era.

 

- lamento la interrupción… pero una chica nos dijo que nuestro sirviente se encontraba aquí – Sabito se apresuró a hablar antes de que ocurriera alguna desgracia. – espero que no tengan problema -

 

Shinjuro miro fijamente a su hijo para que se detuviera y este lo hizo a regañadientes.

 

- claro que no lo hay – contesto el anciano con voz seca.

 

El de mirada violeta entra con mucho cuidado de sus pasos y camina donde esta Murata. Mira las vendas en su tobillo, confirmando la historia de Aoi.

 

- Sabito-san… quiero que sepa – le mira a los ojos mientras el más alto lo carga con cuidado de no lastimarlo - que esto es toda su culpa – sin disculpas y sin muchos modismos. Murata se sentía bastante resentido con el alfa, pues si no se hubiera negado a cuidar de los gemelos en primer lugar, esto no estuviera pasando. - ¡¿vio mi pie?!... ¡jamás me recuperare Sabito-san! – era solo un tobillo lesionado, pero Murata estaba dispuesta a hacer drama.

 

- estos lloriqueos no son dignos de un hombre, Murata –

 

- huir de un par de niños tampoco… Sabito-san – pico en el orgullo del alfa.

 

Entre quejas del beta y disculpas del alfa, todo parecía relativamente tranquilo. Claro si ignorabas la mirada amenazante de Kyojuro hacia Giyuu… y viceversa.

 

- ¿no es algo exagerado?… - habla Shinjuro, demasiado calmado – que un Pilar venga en busca de un sirviente por su cuenta… nosotros pudimos enviar un carruaje –

 

- no es necesario… - corta Tomioka entre dientes.

 

Era obvio que el Pilar quiso asegurarse con sus propios ojos que esos niños serían devueltos sin inconvenientes.

 

Senjuro se acerca muy lentamente, con la cabeza gacha y un rubor en sus mejillas. El pobre omega se sentía avergonzado de la presencia del Pilar del agua, tal vez porque lo admiraba desde que tenía memoria.

 

- To… Tomioka-san… esto, esto es para ellos – con las manos temblorosas le ofreció un pequeño saco con las frutas que habían recogido. El alfa lo tomo al ver que ese par se emocionaba.

 

El omega quiso decir algo más, pero fue interrumpido.

 

- gracias por su hospitalidad – añade Sabito con el beta ya en su espalda – pero no queremos causar más conflicto, será mejor que nos vayamos – El oji purpura intentaba salir de esa situación lo más rápido posible.

 

- ustedes dos, agradezcan también – les dice el beta al par de infantes que se aferraban a su regalo.

 

Kenjiro y Kentaro ni siquiera se enteraron de aquel peligro en que estaban involucrados, mientras se despedían del amable omega con un abrazo y extendían sus manitas hacia el viejo y el hombre herido para despedirse, tal como les pidió Patata.

 

Los niños eran la parte facil…

 

Incluso un beta como Murata pudo notar la tensión entre los Pilares.

 

Sabito estaba atento en todo momento, cuidando sus movimientos y sus palabras. El Pilar de la llama tenía un brazo solamente, pero no había perdido el dominante… y ese viejo de Shinjuro Rengoku era aún más peligroso.

 

Cuando Aoi les aviso que Murata se encontraba con los Rengoku los nervios de Tomioka se dispararon… el mismo había tomado la iniciativa de ir por ellos. Pero si iba el por su cuenta seguro el conflicto sería inminente.

 

Hubo un momento en que de verdad creyó que los Alfas no dejarían que se llevaran a los niños. Estaban tan a la defensiva que parecía que los atacarían en cualquier momento, como si esperaran a que Giyuu o Sabito cometieran el más mínimo error.

 

Kyojuro observo a ese par irse con el Pilar del agua… Senjuro se dio cuenta como los amables ojos que siempre lo animaban se oscurecían.

 

- no bajes tu guardia Sabito – Giyuu dice muy serio. – no hasta que hayamos salido del distrito.

 

- si –

 

 

-.-

 

 

- ¿¡cómo dejaste que se los llevaran!? – Kyojuro estaba realmente furioso mientras destrozaba el escritorio de su padre – esos… ¡esos niños son míos! –

 

- lo sé… lo note a penas los vi – Shinjuro se encontraba sorprendentemente tranquilo, mientras su hijo parecía estar perdiendo el control – en sus venas corre con fuerza la sangre Rengoku –

 

- ¡lo notaste y dejaste que Tomioka se los llevara! – el alfa estaba al borde de la cólera. Y es que por un segundo estuvo a punto de agarrar a Kenjiro y no dejarlo ir con el Pilar del agua, pero las señales de su padre fueron bastante claras. No debía mover un dedo y no lo hizo…

 

Tal vez si lo hubiera hecho Giyuu estaría muerto.

 

- ¿acaso tienes idea de cómo miraron a ese alfa? – Las palabras hicieron que captara su atención – sus miradas eran inocentes, llenas de brillo y admiración… ¿Qué crees que hubiera pasado si te abalanzabas a matar a Tomioka de repente? ¿Qué hubieran pensado esos niños de ti? –

 

Hubo un silencio sepulcral antes que el menor respondiera.

 

- me hubiesen odiado – aquellas palabras le causaron un mal sabor de boca.

 

- ¿quieres que tus propios hijos te odien?... – Kyojuro le miro entre sarcástico e impaciente, casi al punto del hastío. Debía ser una broma de mal gusto que justamente su padre era el que le estaba dando aquel concejo  – créeme, no tienes las agallas de soportar el desprecio de tus propios hijos… no es algo que cualquiera pueda soportar –

 

- ¡no me vengas con tus consejos baratos ahora después de todo lo que nos has hecho a mí y a Senjuro!… - el desprecio se podía sentir en sus palabras – ¡ellos son míos y no se los daré a nadie más!... ¡menos a Tomioka! –

 

Kyojuro estaba perdiendo su norte, haber visto como Tomioka alejaba a esos niños hizo que el alfa dentro de él comenzara a asomarse. Un alfa que Kyojuro se había esforzado por mantener dormido desde aquel horrible accidente… porque a pesar de pertenecer a una casta poderosa y superior, sus valores siempre le ganaban a sus instintos, o al menos eso creía.

 

Su alfa pedía… no, exigía que le devolvieran lo que le habían robado.

 

Shinjuro le tomo del cuello, empujándolo contra la pared con toda la fuerza de un alfa de su edad podía tener, el alfa de Kyojuro se estaba saliendo de control, gruño agresivamente mientras extendía sus feromonas para dominar al menor, a regañadientes se calmó… debía agradecer que su hijo mayor aun no era un completo adulto y a él aun le quedaban fuerzas. 

 

- si no quieres ver a tus hijos con ese alfa entonces vas a tener que escucharme y obedecer lo que te diré… ¿entendiste? – Miraba y gruñía desafiante a su padre, pero aun así escucho – Urokodaki es un viejo con mucha influencia, el Patrón confía mucho más en el que en nosotros, no será fácil quitárselos y no puedes dejar que tus emociones le ganen a tu juicio… a los Pilares del agua no se les vence con furia, si no con inteligencia –

 

Traga seco, disgustado y poco satisfecho, pero convencido de que su padre tenía un punto.

 

- bien – acepta a regañadientes, haciendo que Shinjuro lo soltara.

 

- ahora me tienes que aclarar muchas cosas – era la primera vez que veía a su hijo tan fuera de sí.

 

Kyojuro siempre fue un joven jovial y decidido, alguien que no se detenía por nada del mundo si quería alcanzar su objetivo, por más que todo estuviera en su contra. Pero Shinjuro podía ver el dolor en sus ojos, reconoció en su hijo lo que el sintió por mucho tiempo al perder a su esposa.

 

- no tengo que aclararte nada – dijo esquivo.

 

Pero su padre no lo dejo ir muy lejos.

 

Tal vez aun no era demasiado tarde…

 

Tal vez aun podía intentar ser el padre que era cuando su esposa estaba con vida y su vida aún tenía sentido.

 

- por el contrario… tienes que decirme muchas cosas, si quieres mi ayuda – Shinjuro se sentó pacientemente mientras miraba como su hijo parecía pensárselo. – después de todo… los niños no salen de los arboles – la sonrisa de aquel hombre era de superioridad y eso le molestaba al menor – dime todo lo que tenga que saber sobre el omega que dio a luz a tus hijos -

 

 

-.-

 

 

- ¿estás bien? – Shinobu le mira intrigada, aquel alfa se pasaba la suficientes horas parado frente a ese cristal para considerarse extraño.

 

- si – le contesto sin muchos ánimos.

 

Su vista se encontraba perdida, sus ojos solo observando a esa bebe que ahora tomaba su siesta, por alguna razón observarla aliviaba ese horrible malestar que tenía desde hace días, como si algo en ella lo calmara.

 

- no creí que te gustaran los bebes, Uzui-san –

 

- no me gustan… - afirma sin siquiera dudarlo – son molestos, ruidosos y lloran por todo –

 

- ¿entonces por qué te le quedas viendo?... sabes, aun no tiene la edad legal para ser tu esposa –

 

- ¿¡Qué clase de degenerado crees que soy!? – pregunta, notoriamente ofendido.

 

- es solo una broma, aunque con tres esposas uno nunca sabe – el alfa bufa, cruzándose de brazos. Aquella omega tenía un humor muy negro para su gusto – entonces… ¿la quieres adoptar? –

 

- ¿Por qué haría algo como eso? – que acaso aquella mujer estaba sorda, no le gustaban los niños.

 

- bueno… tienes tres esposas beta, ninguna te han podido dar hijos… adoptarlos es una buena opción –

 

- los Pilares no podemos… “adoptar” – le recuerda.

 

- Urokodaki lo hizo – rebatió.

 

- Urokodaki adopto al hijo de un Pilar… por eso se le permitió, no es lo mismo – una vez que se quedaron en silencio Uzui se sintió algo incómodo, aquella mujer ya le había descubierto. Con una vena en la frente dio media vuelta – no pretendo adoptar a una mocosa cualquiera… no es mi estilo –

 

- ¿aun cuando no sea una mocosa cualquiera? –

 

- ¿como? – detuvo sus pasos, aquella mujer era bastante molesta, ya entendía por qué Tomioka se la pasaba evitándola.

 

- olvídalo… son solo tonterías mías -  

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

ay Kyojuro me caías tan bien! XD… no lo culpen esta amargadito.

 

Jejeje, como ven es el primer encuentro de Uzui con Hibiki, su hija, que obvio no sabe que lo es. Pero Shinobu lo sabe todo jujujuju.

 

Finalizando la nota, nos leemos…


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