Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

:Corazón Resiliente: por DionSan_95

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Yeeeiii… llego el capítulo 4, dedicado un poco más de los niños Kamado.

Capítulo 4: la Prueba de los Domplins

 

 

Tanjiro y Nezuko no podían creer que ese fuera el lugar correcto. El mayor saco la nota en donde estaba la dirección de la casa, pero al parecer no estaba equivocado. Esa enorme mansión era donde vivía Urokodaki Sakonji…

 

Como si fuera poco, unos sirvientes los recibieron en la entrada, les dieron la bienvenida y los dejaron pasar, al parecer el dueño de esa enorme finca ya los estaba esperando. Fueron guiados por un joven amable, llamado Murata, a quien  los gemelos les pareció gracioso apodar “Patata”… Tanjiro se sonrojo, apenado, era increíble cómo no había ni pasado una hora y ya se estaba disculpando.

 

Era un lugar demasiado increíble y eso encandilo a todos, en especial a los más pequeños.

 

Mientras pasaban por el pasillo se podía ver el enorme jardín y la pequeña fuente, Tanjiro tuvo que evitar que los gemelos saltaran sobre ella a tratar de atrapar a los peces que nadaban allí.

 

¿Por qué Tomioka-san jamás le menciono algo así?

 

- “dijo una casa por dios… esto no es una casa” – estaba enfurruñado mientras se sentaba en la mesita de centro junto a los niños y su hermana. Les habían ofrecido unos aperitivos y ahora los menores hacían un gran desastre, pero Tanjiro los dejo ser, no tenía energía para llamarles la atención – “me siento de alguna forma estafado” –

 

En una finca tan grande, con tantos cuartos… esto era demasiado. No podían quedarse en un lugar tan grande. Solo una noche, después de hablar con Urokodaki-san, se quedarían tan solo una noche y el buscaría la forma después de conseguir trabajo, tenían un poco de dinero… estarían bien.

 

- ¿Kamado Tanjiro? – Murata le llama desde la puerta, haciendo que el pelirrojo se levantara rápidamente – por favor acompáñeme –

 

Nezuko no quería molestar a su hermano, pero lo conocía, sabía que no estaba cómodo en esa situación. Por lo testarudo que era de seguro terminarían yéndose en poco tiempo, pero acaso era buena idea rechazar esa hospitalidad… ella no lo creía, su hermano y ella eran adultos, bien podían valerse por sí mismos. Entonces miro a los niños que se divertían sin considerar nada, sin preocupaciones y suspiro.

 

Su hermano volteo a verla por un segundo antes de cruzar la puerta… ellos no necesitaban palabras para entenderse.

 

El joven le llevo frente a una puerta en donde fue anunciado antes de poder abrirla. Todo aquel protocolo era algo extenuante, lo que demostraba el estatus del dueño de esa casa. Cuando entro pudo ver a un señor mayor que tapaba su rostro con una máscara Tengu, sentado en una mesa de centro y esperando pacientemente que le sirvieran té.

 

Tanjiro trago seco, algo nervioso.

 

- por favor pasa y siéntate – Tanjiro hizo lo que el anciano le dijo. En cambio Urokodaki vio a un joven, demasiado joven tal vez, bastante fuerte, aun que supuso que debería serlo ya que mantenía a una familia por su cuenta. No debería pasar de los dieciocho años, de ojos grandes y rojizos, algo familiares, con cabello del mismo color y unos interesantes pendientes.

 

Después de eso se forma un incómodo silencio que es interrumpido de vez en cuando por los sorbos del anciano. Tanjiro estaba notoriamente nervioso, se podía notar en como tamborileaba sus dedos por sobre la mesa o como no fijaba la mirada al frente.

 

- primero… le agradezco su hospitalidad, prometo que no será por mucho, no sé lo que Tomioka-san le haya dicho, pero… –

 

- no ha dicho nada que ya no sepa… Kamado Tanjiro – corto, rígido – desertor y buscado por los cazadores de recompensas… eres algo popular en ciertas provincias del país… el hombre que robo un preciado tesoro – era un hombre bastante claro, sabía desde un principio a quien estaba metiendo en su casa. Tanjiro no le gustaba lo que decía, era un perfil de criminal que no se merecía - ¿sabías que te puedo meter a cadena perpetua nada más con una llamada? –

 

- yo no robe nada – afirmo con total seguridad. Estaba nervioso, pero eso no le impedía ser franco…

 

Sakonji era un anciano retirado, pero no por eso era inútil, su habilidad que había apreciado por años aun le acompañaba, esa habilidad que le permitía saber la verdad sobre las personas… con un pequeño olfateo podía sentir sus emociones. Era absurdo, pero los sentimientos tenían fragancias, era difícil si eras beta, pero aquel chico no lo era… aunque a primera vista, tuviera la contextura de uno.

 

- Tomioka es un alfa joven Kamado-kun y aun es ingenuo en ciertas cosas… que no reconociera que eres un omega no es lo que me intriga – el anciano suspira para después tomar un poco de su té ante la mirada atónita del pelirrojo – ¿sabías que cuando los niños son muy pequeños al omega que los amamanta?... - en realidad lo sabía, la pequeña Ume olía a leche y a melocotón en almíbar, era un olor dulce que solía estar alrededor de ellos, aunque Tanjiro jamás lo relaciono a que viniera de él. Su nariz era sensible a muchas cosas, pero jamás se percató de cuál era su aroma particular como omega… tal vez porque su olor le dictaba su naturaleza, y recordar su naturaleza nunca fue agradable para él. Asiente, sin entender a donde quería llegar el anciano – la carta de Giyuu dice que la omega Nezuko es la madre de aquella bebe, pero los dos sabemos que no es así… - vio el pánico plasmado en su rostro. Tanjiro supo en ese preciso momento que fue una mala idea – eres en omega y el padre de él bebe que buscan… –

 

- lamento por no ser honesto desde el principio… es, es peligroso – Temblaba, Urokodaki olía el miedo por todo su cuerpo. Vergüenza, era lo que sentía al recordar lo que era, su naturaleza era solo algo que daba mala suerte, algo que lo hacía vulnerable, algo que despreciaba. Por eso en ese momento no se sentía cómodo con esa conversación.

 

Sakonji suspiro, comprendiendo lo que ocurría, algo molesto consigo mismo por no verlo antes. La razón por la que decidiera mentir y ocultar. De seguro estaba pensando algún plan para escapar de esa casa con su familia. Urokodaki supuso que Tanjiro tenía muchas razones para ocultarle a Giyuu su naturaleza o la verdad sobre esos niños.

 

- bien… no necesito saber más - su voz corto ese hilo de pensamientos desastrosos y una suave fragancia se desprendió de él, era sutil pero Tanjiro se dio cuenta con eso que aquel hombre era un alfa – no acepto tu negativa de irte… se irán cuando yo lo considere prudente niño… y es mi última palabra - era firme pero amable. – ahora vamos a ser más honestos entre nosotros… ¿Por qué no me hablas sobre tu hermana? –

 

El menor no comprendió mucho, pero después de aquello el ambiente cambio bastante, aquel anciano dejo de ser distante y comenzó a emitir un aroma más hogareño. Los nervios se fueron gradualmente, tomo un sorbo de su té que ya estaba algo frio y comenzó a escoger las palabras que diría.

 

- Nezuko es una omega, tiene dieciséis años y bueno… ella es sorda – el mayor no dijo nada, sencillamente le siguió escuchando mientras servía un poco más de té para su invitado – hablamos con ella con lenguaje de señas, pero también sabe algunas palabras… y grita muy fuerte cuando se molesta… aunque ella no se escuche – Urokodaki sonrió y aun que tuviera la máscara encima Tanjiro supo que aquello le dio gracia.

 

Urokodaki y Tanjiro se sintieron muy cómodos rápidamente. El joven era inteligente y bastante amigable, cuando hablaba de su familia parecía hablar de un gran tesoro, eso le agrado. Charlaron bastante, Tanjiro le conto sobre Ryoka, el mayor de los niños, que era bastante inteligente y maduro para su edad, aun que tenía un pésimo sentido de la orientación, ayudaba bastante a su hermana a cuidar de los demás y normalmente arreglaba los desastres de sus hermanos menores… también hablo de los gemelos, que ambos por separado eran un duro trabajo para cualquiera, pero juntos eran totalmente imposibles, le estaba preocupando que no creyeran a nadie una verdadera autoridad ya que se salen con la suya la mayoría del tiempo. También le conto de Shinto y su celos de hermano mayor, desde que había llegado Ume el pequeño no quería despegarse un segundo de su lado… y aun que no tenía mucho que decir de una bebe tan pequeña como Ume, Tanjiro estuvo casi diez minutos comentando lo difícil que era hacer que la pequeña pudiera dormir la noche completa.

 

Todas esas anécdotas hicieron reír al mayor y dejaron los miedos de Tanjiro atrás.

 

 

-.-

 

 

Sus dos pupilos se encontraban ahora sentados frente a él, Urokodaki no sabía que pensar, estaba bastante molesto, le envió un mensaje a Giyuu hace un mes… un mes. No tenía sentido regañarlo, de hecho a ninguno de los dos, ser Pilar era una responsabilidad a tiempo completo, lo sabía ya que fue el quien le cedió el título a Giyuu, aunque desde que comenzó la guerra las cosas solo pudieron empeorar.

 

- escuche lo que ocurrió con los bandidos que atrapaste – Sakonji se cruzó de brazos, aquel atentado había sido un escándalo muy bien encubierto, siete hombres habían muerto brutalmente antes del interrogatorio, no obtuvieron nada, quien lo hizo asesino a los guardias igual.

 

Giyuu había tenido bastantes problemas después de eso.

 

- fue bastante molesto lidiar con ese desastre… varios de los Pilares pidieron explicación y pareciera que el patrón va a tomar cartas en el asunto – Sabito tampoco tenía buenas noticias, cualquier intento de saber sobre Kamado Tanjiro había sido frustrado.

 

- ¿Cuándo pretendían avisarme de todo eso? – Sabito se miraba algo apenado, todo lo contrario de Giyuu, que en su seria cara podía leerse un claro… “nunca”. No era de sorprenderse que el mayor supiera todo aquello, Urokodaki como comandante retirado tenía contactos aun en la armada - esto está llegando a niveles peligrosos… si el patrón ordena una investigación no podremos protegerlo – ambos alfas se quedaron anonadados, había una razón por la cual no querían involucrar al anciano hasta que el asunto pudiera ser más claro, porque era alguien bastante cuadrado y la edad le había quitado la tolerancia. Así que decir algo como proteger a un completo desconocido no era algo que se escuchara todos los días - tenemos que hacer algo antes que se salga esto de control – se puso de pie sin admitir que le cuestionaran y avanzo hasta donde estaba el peli negro. – ¿has visto a esos niños? –

 

La pregunta tan repentina los descoloco aún más.

 

- ¿a los que cuidan los Kamado? – No entendía a que venía esa pregunta – no realmente –

 

- ¿sabes siquiera sus nombres? – no entendía a donde quería llegar el anciano y la cara de confusión del Pilar hacia molestar aún más al mayor – mierda Giyuu… ¿¡sabes siquiera que ese niño es un omega!? –

 

- ¿Tanjiro? –

 

- ¿en serio?… pero fue soldado… está prohibido que un omega sea soldado activo a menos que este en investigación… y déjame decirte que ellos tampoco tienen información del chico, Makomo busco también – Sabito estaba tan incrédulo como su compañero. Entonces una idea se cruzó en la cabeza de ambos, una que ya Urokodaki había descifrado hace tiempo. – es… ¿acaso Tanjiro es el padre de la bebe que buscan? – Giyuu no tuvo ni tiempo de asimilarlo cuando un golpe lo noqueo, llevándolo directo al piso – ¿¡pero que te ocurre viejo!? –

 

Urokodaki estaba furioso, era un hombre mayor, pero no por eso dejaba de ser un alfa, el alfa que había criado a tres talentosos niños, les enseño sus valores y derechos y por eso ya eran unos adultos respetados, Sabito, que entre quejas y todo pertenecía a la elite de la policía local, Makomo que entro en el área de investigación militar… y Giyuu, un Pilar, siempre estuvo orgulloso de sus pupilos, tal como un padre estaba de sus hijos. Hasta ese momento.

 

Giyuu había cometido un grave error y Sakonji se aseguraría de que tomara la responsabilidad de sus actos.

 

- piénsalo Giyuu, no te voy a dar todas las respuestas… – dio media vuelta. – Ya estamos más involucrados de lo que pensamos, en especial tú… - se detuvo en la puerta y miro a dos de sus pupilos – les enseñe que la familia es lo más importante y es lo único que vale la pena defender… y espero que actúen bajo esas enseñanzas –

 

Tanto Giyuu como Sabito estaban más que confundidos, aun no entendían lo que ocurría, pero habían hecho algo malo o si no el viejo no se tomaría la molestia de regañarlos como cuando eran unos niños.

 

 

-.-

  

 

Tanjiro sonrió ante ese lindo sonido que hacia Ume cada vez que la levantaban alto en brazos, en ese mes se había vuelto una bebe gordita y alegre. Desde que nació no lloraba mucho, pero esas últimas semanas ella comenzaba hacer más cosas, ya casi cumplía su tres meses de vida y era una bebe bastante activa.

 

- está bastante contenta esta mañana… - Murata llega con dos bandejas de domplins y Tanjiro se ofrece a ayudarlo.

 

De todos los inquilinos ha sido a Tanjiro quien más le ha costado adaptarse a su nuevo entorno, a pesar que habían sirvientes que los atendía el pelirrojo no veía correcto tanta atención, así que se esmeraba en ser de ayuda en lo que fuera, en la cocina o en el jardín, incluso le pregunto a Urokodaki la posibilidad de que lo contratara… pero este se negó rotundamente. Ya cuidar de los niños era bastante trabajo.

 

- si… normalmente se la pasa seria, pero creo que hoy descubrió que se puede reír – Murata se acerca con alegría a la bebe y ella quita su sonrisa, haciendo un pronunciado puchero, demostrándole al beta su total desagrado.

 

Murata decide no presionarla, esa bebe tenía una personalidad bastante exigente, en la casa era conocida como la princesita, de hecho no se dejaba cargar por alguien que no fuera Tanjiro o Nezuko, si él o alguno de los sirvientes se atrevía a sujetarla hacia un berrinche tan grande que podía escucharse fuera de la finca, incluso el señor Urokodaki había sido cruelmente rechazado por la princesita.

 

Iba a levantarse cuando un pequeño espía salta de su escondite, dispuesto a agarrar uno de los domplins… el menor de todos los varones extendió su bracito todo lo largo que era, pero aun así no alcanzaba ninguno de la bandeja. Shinto le gustaba bastante ser independiente, por eso cuando ve que el adulto intento ayudarle le mira muy feo para que lo dejara tranquilo. Era impresionante la cara de asesino que podía hacer un niño de tan solo un poco más de un año. Pero Murata siempre peca de consentidor.

 

Sin que lo notara agarra un domplin y lo deja rodando hasta que la bolita pega cerca de los piecitos del menor. Los ojos de Shinto se iluminan, había uno justo a su alcance, pero cuando estaba dispuesto a agarrarlo…

 

- o mira… patata trajo dulces – fue cruel mente arrebatado por uno de los gemelos.

 

Los ojos de Shinto se aguaron, eso color vino tinto tan bonito comienza a diluirse en lágrimas. Aquel niño comienza a llorar con mucho sentimiento, Murata se siente nervioso, era la primera vez que Shinto lloraba de esa manera. Tanjiro no vio el crimen que se había cometido, pero con paciencia infinita paso a la pequeña Ume a los brazos de su hermana y se levantó a atender al menor.

 

- debiste querer mucho ese domplin para ponerte a llorar así Shinto… - le cargo y le limpio las lágrimas – toma, aún hay más – a pesar que se negó a aceptar la ayuda de otras personas el pequeño sujeto el domplin que Tanjiro le ofrecía y aun con la nariz moqueando y un par de lágrimas le dio un mordisco.

 

- Tanjiro… él es muy bueno con ellos –

 

- ¿verdad?... – Murata se quedó viendo la escena impresionado, apoyando lo dicho – aun no entiendo cómo es que tiene tanta paciencia… incluso Nezuko-san se molesta y termina por castigarlos si se portan mal… pero Tanjiro es como una súper mamá… ¿¡Tomioka-san!? –

 

Definitivamente aquel grito de espanto había dañado el armónico ambiente. La presencia del alfa Pilar era algo poco usual, incluso su seriedad ponía incomodo a los sirvientes de la casa que lo conocían desde hace muchos años.

 

Tanjiro aun así hizo caso omiso de todo aquello y no reparo en levantarse e ir donde estaba el Pilar. En realidad tenía mucho que decirle, Urokodaki le comentaba que Tomioka venia seguido, Tanjiro termino por concluir que sencillamente le evitaba, eso no le agrado al pelirrojo.

 

- Tomioka-san – aquel chico lo recibía con una sonrisa de oreja a oreja - ¿Cuándo… cuando llego? –

 

- ayer… - la respuesta fue seca, algo muy del alfa.

 

- me alegra volverlo a ver… quería agradecerle por todo lo que ha hecho… y disculparme por los problemas que eh causado –

 

- no has causado ningún problema… cumpliste con dar las declaraciones que te pedí – Nezuko no diría nada, pero sabía que su hermano estaba muy emocionado - ¿Qué tal tu brazo? -

 

- completamente curado, gracias a usted – no nota lo amplia de su sonrisa, aun que rápidamente se borra - eh leído las cartas… yo, sé que no debí, pero Urokodaki-san tampoco me quería decir nada de usted o de lo que hacía, supe de la desaparición de los mercenarios – bajo la cabeza, claro que nadie le había preguntado directamente a él, tal vez porque estaban preocupados por cosas más urgentes, o porque simplemente pensaron que él no diría nada. Todos habían sido tan amables que hacían que la conciencia de Tanjiro lo agobiara día y noche – yo le puedo decir por qué no existen esos registros… – el alfa tapo su boca con una de sus manos.

 

Tanjiro se puso tenso, sus mejillas se pusieron rojas como las de un tomate al ver ese rostro tan cerca de él, aquellos ojos azules profundos le miraban muy serios. Solo un poco después noto que desviaba su mirada a su costado, ambos miraron a la misma dirección para encontrarse a un Murata viéndolos a ambos con estrellitas en los ojos.

 

Murata era un civil que no tenía nada que ver con esos asuntos, Tanjiro entendió rápidamente que debía cuidar lo que decía con la servidumbre dentro.

 

- hablaremos de esto después – le aseguro y Tanjiro asintió rápidamente con la cabeza.

 

Su corazón no dejaba de latir como si acabara de correr una maratón entera, el tacto de esa enorme mano en su rostro, aun así fuera para callarlo hacia que sus feromonas se dispararan. Giyuu sintió aquellas feromonas pulular en el aire por primera vez, cuando estaba en esa choza el chico no había dejado salir sus feromonas ni por un segundo, tal vez si hubiera hecho eso antes se hubiera dado cuenta que era un omega.

 

Un omega… su mirada viajo a los brazos de Tanjiro, dándose cuenta que uno de los niños estaba allí, mirándole como si quisiera matarlo. Carraspeo un poco y se fue alejando a una distancia prudente, camino dos pasos atrás solo para que el menor lo dejara de ver así. Más no lo hizo.

 

- ah… Tomioka-san –

 

- hablaremos eso con Urokodaki… por ahora será mejor que me vaya… - Tanjiro quería seguirlo, realmente no quería que se fuera, pero no sabía que excusa decir. Justo antes de que se diera la vuelta vio una pequeña manita alzando un domplin hacia él. Tomioka lo observo con intriga, de nuevo, se acordaba del niño… aquel que escuchaba por las paredes ahora le ofrecía un domplin mientras se comía otro. Se le hacía difícil irse y no parecer un grosero.

 

- estamos comiendo… hay muchos, coma con nosotros – Ryoka le miro con una amable sonrisa…

 

Giyuu termino por resignarse y sentarse en la pequeña mesa baja… había sido débil.

 

Tanjiro se sentó junto a su hermana, quien cargaba a la famosa Ume… el mayor en cambio no pudo librase de Shinto, que termino comiendo domplins sobre su regazo, Ryoka se sentó en la otra esquina y el alfa le toco frente al pelirrojo. Todo parecía apacible, pero era obvio que faltaba algo.

 

- ¿no son cinco? – pregunto un inocente Tomioka.

 

- Tomioka-san no los invoque – Murata se apresuró ante las conclusiones cuando justo sobre el escalón que llevaba al jardín dos pares de ojos se asomaron. Se escondieron rápidamente una vez que el alfa les miro. – oh… eso es extraño, ese par no es tímido –

 

- jejeje… es que creen que Tomioka-san es un monstro y se los va a comer – Tanjiro no estaba seguro de cuando empezó aquello, si desde el momento en que ellos vieron al Pilar o cuando Urokodaki les regaño por romper una reliquia, contándole historias que el Pilar del agua se los llevaría, le causaba bastante gracia.

 

- no lo hare – sujeto un domplin y lo muerde… eso les causa terror a los gemelos.

 

- eso se puede arreglar rápido… solo tome un par de domplins y póngalos en la punta de la mesa –

 

Tomioka hizo lo que dijo y siguió comiendo. No entendía el punto al que quería llegar el menor, cuando vio por el rabillo del ojo como el par de niños se comenzaban a acercar muy sigilosamente, trato de no hacer movimientos bruscos cuando ambos tomaron los domplins pero antes que pudieran irse Tanjiro les llamo.

 

- Kentaro… Kenjiro… ¿Por qué no se quedan a comer? – los pequeños fugitivos se miraron dudosos y luego miraron al alfa. Aquello puso nervioso al mayor… ¿Qué se suponía que era eso? ¿Le estaban pidiendo permiso o qué?

 

Entre alfas suelen haber jerarquías, eso evitaba la anarquía, y estas estaban desde los lugares más extravagantes hasta los lugares más comunes, como las familias. Nadie sabía en ese momento el género de aquellos niños… ni siquiera Tanjiro, pero los niños solían saber por instinto quien tomaba el puesto más alto de las jerarquías en la casa. Los niños lo supieron bastante rápido, en especial los gemelos, además de Tanjiro, ellos no veían a nadie más como autoridad… al menos hasta ese momento.

 

Tomioka era muy torpe con las personas, mucho más con niños, no tenía la menor idea que en ese momento lo estaban poniendo a prueba. Así que se vio en un dilema, observo los dulces que parecían encantarles a esos niños y sujeto dos, poniéndolos de nuevo en el mismo lugar donde puso los primeros, para luego seguir comiendo.

 

Fue un gesto simple, por eso todos los demás se sorprendieron como ambos gemelos se acomodaron junto a ese Pilar, comiendo cada uno a mordiscos grandes esos domplins. Tomioka tapo una sonrisa de victoria tras uno de esos dulces.

 

Y así Tomioka Giyuu comenzó a ser aceptado por los niños Kamado.

 

 

 

Continuara.

Notas finales:

Amo escribir a sobre los hijos de Tanjiro. No sé por qué, pero todos me parecen lindos y únicos. Por eso Urokodaki se encariño tanto con ellos, además de que es un viejo Zorro y nadie lo engaña. También apareció Murata porque me encariñe con él, es súper simpático y me parece que no hay mejor papel para el que ser de niñera de vez en cuando. Aquí Tomioka se acerca un poco más a los hermanos… más específicamente a Tanjiro. Giyuu lo quiere ayudar de verdad pero aún hay muchos misterios alrededor de ese omega, así que digamos que es la calma antes de la tormenta.

 

El siguiente capítulo viene para el 25, nos leemos XD.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).