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:Corazón Resiliente: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora, fin de semana atareado. Aun así, a las ultimas horas les dejo el capítulo 5, en donde aparece un nuevo personaje que todos sabemos que queremos, pero nadie lo soporta XD.   

Capítulo 5: El deudor

 

 

- ¡no seas maldito!... – algo se rompió, pero ya no le importaba una mierda los platos, ni los cubiertos, ni las ollas… haría todo un desastre si era necesario - ¡dijiste que yo no tenía que hacer esa cochinada! – fue sujetado por más personas, para evitar que siguiera rompiendo cosas y que su deuda fuera más grande.

 

- no puedo evitarlo Zenitsu… ofreció bastante por ti – el hombre sonrió sínicamente, importándole poco la molestias del chico. – y tu deuda es enorme… esos platos que rompiste también saldrá del precio que ese hombre pagara por ti –

 

- maldito imbécil… ¡eres un cerdo asqueroso y avaricioso! – Le lanzo otro plato y esta vez se rompe en una columna al lado de su cabeza – ¡te eh estado pagando cada maldito centavo!... ¡prometiste que no era necesario prostituirme en este asqueroso lugar con tal que te pagara! – Las regordetas mejillas del hombre no cambiaron su expresión.

 

Los omegas que sujetaban al rubio presionaban sus brazos y piernas, si se iba contra ese asqueroso gordo de seguro lo golpearía hasta que su cara quedara irreconocible, Zenitsu no estaba pensando bien en ese momento. Una de las mujeres se acercó al hombre que parecía no querer cambiar de opinión y hablo en defensa del rubio.

 

- señor… piénselo mejor, Zenitsu no está en condiciones… su embarazo está muy avanzado sería peligroso que tuviera sexo a estas alturas –

 

El chico aún estaba tratando de alcanzarlo, cosa que al dueño le importaba muy poco, observo el abultado vientre que cargaba, no era muy conocedor del tema de omegas embarazados, pero por ese tamaño de seguro el chico daba a luz en cualquier momento. Pensó que sería un horrible problema que un bebe recién nacido estuviera en un burdel, las noches de llantos de seguro le bajaría el lívido a muchos de sus clientes y eso serian bajas irrecuperables.

 

- no… ese hombre especifico que lo quería con todo y embarazo… ¿Quién soy yo para detener a un sujeto con dinero?... me vale mierda lo que le haga a ese niñito llorón o a su bebe, si se los coge a los dos no es mi problema… - la bofetada fue limpia y fuerte, tanto que volteo la asquerosa cara de ese cerdo.

 

Todo se detuvo, incluyendo los gritos furiosos de Zenitsu, todos vieron con pánico lo que había hecho la chica, aquella bofetada dejo una marca en la cara del cerdo y aun que se merecía eso y mucho más, las reglas eran bastante claras en ese lugar. Nadie podía alzarle una mano al dueño o las consecuencias serían bastantes horrendas.

 

La chica no lo pensó mucho por lo que ahora se encontraba realmente asustada.

 

- ¿quieres perder tu mano? – abrió tantos las pupilas que podían verse las venas de los ojos. Sujeto a la chica del cabello y la sacudió con violencia mientras esta gritaba que se detuviera – POR QUE LA PERDERAS… TE CORTARE LA MANO POR LO QUE HICISTE –

 

Zenitsu no podía seguir viendo aquello.

 

- ¡ya basta! – Sujeto la muñeca del sujeto con bastante fuerza – suéltala – y hablo muy bajo pero serio – esto es conmigo solamente –

 

Aquel hombre a veces se le olvidaba lo fuerte que era ese muchacho, Termino por soltar a la chica. Aun estando embarazado llevaba cargas pesadas como si nada, importándole muy poco si perdía o no al mocoso, su única condición era no trabajar como prostituto.

 

- dejemos esto en claro mocoso… te venderé y tú no causaras más problemas – Zenitsu entrecerró sus ojos, aun sin soltar el agarre – sabes que si me matas te metes en muchos problemas – entre un molesto bufido termino soltando la regordeta muñeca.

 

Claro, la única razón por la que no lo mataba en las noches era porque se ganaría muchos enemigos, y su anonimato era lo que más apreciaba en ese momento.

 

- no me quejare más… con una condición… - el cerdo iba a negarse, pero el rubio no le dio tiempo – también metes su deuda en el precio de mi venta… - apunto a la chica que se había atrevido a defenderlo, a él y a ese bebe que aún no nacía. – ese es mi precio… o no me dejare vender –

 

- bien… me desharé de dos pájaros de un solo tiro –

 

 

-.-

 

 

Tanjiro paseaba por el mercado, mirando los distintos puestos de comida junto a Murata. El omega se había ofrecido a ayudar, así que finalmente y después de tanta insistencia le dijeron que si, la idea de ir al mercado por víveres era algo simple, pero le gustaba saber que era de ayuda.

 

- vamos Tanjiro… por aquí, mira que esto no es un paseo en el parque – jalo del brazo del chico para que no se retrasara – este es el trabajo más difícil en la casa –

 

- ¿en serio? – Kamado se vio preocupado, el beta hablaba muy en serio.

 

- claro… hay que llenar todas las despensas para dos semanas, está la comida de los sirvientes, son aproximadamente diez personas, luego la comida de Urokodaki-san, quien se ha puesto bastante quisquilloso con la edad… también están tu hermana, los niños y tú… y sin contar con los pupilos del maestro que suelen llegar sin avisar… siempre hay que tener comida para ellos, también solemos tener invitados… así que se debe comprar para más de veinte personas –

 

- wow… eso es mucha comida – Tanjiro intentaba escuchar y aprender a la misma velocidad que Murata le decía todo eso, mientras caminaban rápido por los pasillos y escogían alimentos.

 

- claro… por eso hay que ser ágil para agarrar lo mejor y fuerte para llevarlo todo a… ¡eso lo vi yo primero señora!... vamos aléjese, aléjese – el beta grito posesivamente a una anciana que hozo quitarle un buen pedazo de pollo que la el había seleccionado cuidadosamente. 

 

Tanjiro sonrió algo tenso… ¿adónde se había ido el dulce y amable Murata?

 

 

-.-

 

 

- uff… creí que no lo lograríamos – cansado el beta se sacudía el sudor de la frente mientras cargaba un par de cestas en su espalda.

 

- ¿en serio? – Tanjiro no podía olvidar aun el enfrentamiento de Murata por los mejores cortes de carne en el mercado, parecía que quien no lo lograría era el resto de la gente.

 

- claro que si… sé que pudimos hacerlo mejor, si no fuera por esa arpía, la ama de llaves de la finca mariposa es la peor y como tiene más presupuesto para sus compras suele sobornar a los vendedores para tener los mejores frutos secos, vegetales y carnes… es una –

 

- Murata… es bueno verte… ¿Quién es tu amigo? – una jovencita de sonrisa arrogante saluda al beta, este sin embargo pareciera no estar muy contento al verla.

 

- Aoi Kanzaki – prácticamente mordisqueo el nombre - ¿Qué… pretendes llevártelo como a los últimos cocineros? – se puso delante del pelirrojo, era bastante claro que no se llevaban bien.

 

- en tiempos de guerra todo se vale Murata – sonrió arrogante, mientras que el beta murmuraba maldiciones. - ¿entonces tu eres? –

 

- oh… Kamado Tanjiro… yo soy –

 

- amigo de Tomioka-san… que por cierto de seguro debe estar preocupado, vámonos Kamado-kun – Murata decide interrumpir ese saludo de tajo, el amo Tomioka había sido bastante claro con que el omega debía mantenerse bajo perfil, ese encuentro definitivamente no era conveniente, todos en el mercado sabían que Aoi era los oídos y los ojos del Pilar Mariposa.

 

Aoi le miro por sobre el hombro y Murata entrecerraba los ojos bastante rencoroso. Tanjiro podía palpar la tensión entre los dos. No quería interrumpir en esa rivalidad extraña que se formaba cuando algo curioso ocurrió.

 

- ¿Qué es eso? –

 

Ambos beta se extrañaron al ver aquella escena.

 

Era un grupo de soldados que estaban reunidos, pidiendo que dieran paso. Eran jornadas de seguridad, en una ciudad tan grande como lo era la capital a veces debían tener controlado a las personas que pasaban libremente, aquello hacia que existiera una falsa sensación de seguridad… muy necesaria, en especial en esos tiempos de guerra.

 

- algo poco usual, tal vez atraparon a alguien, suelen poner seguridad si es alguien problemático – Aoi le dio poca importancia, había visto esas cosas anteriormente.

 

Pero la novedad de aquellas cosas que solo sucedían en la ciudad no era lo que atraía la atención del omega.

 

Los ojos de Tanjiro se abrieron en sorpresa, casi sin poder creer lo que veía… rodeado por unos cinco uniformados estaba el criminal, tenía esposas en sus manos y pies unidos con ruidosas y largas cadenas. El joven no era muy alto, sus ojos ámbar miraban hacia la nada, parecía que sus emociones se habían esfumados, caminando como un completo zombi.

 

Todos le miraran, era imposible ignorarlo, era la atracción, después de todo no era común que arrestaran a un omega embarazado.

 

- Murata-san… tome, yo creo que olvide algo… en el puesto anterior - el pelirrojo deja las cosas que acabaron de comprar en manos del beta, mientras este aprecia confundido, el menor se acerca al oído de mayor y parece comentarle algo que lo pone más nervioso – ya regreso –

 

Aoi no conocía de nada al muchacho, pero era muy obvio que estaba mintiendo.

 

 

-.-

 

 

Sus ojos ámbar siguieron la ruta por la que esos bastardos querían que el caminara, justo por uno de los mercados más concurridos de la capital y a plena luz del mediodía. Su nuevo dueño no solo era un depravado con mucho dinero, sino que también le gustaba humillar, sacarlo como si fuera un criminal a la calle, en medio de un montaje de mal gusto, donde la gente podía ver claramente su rostro y su condición, en vez de hacerlo de forma discreta en la noche, pero no, era todo un criminal, porque hasta sin zapatos lo tenían…

 

Su maldito crimen fue tener que confiar en puros bastardos traicioneros.

 

La gente lo juzgaba, de eso estaba seguro, los escucha claramente, siempre tuvo una capacidad auditiva bastante buena. Y aunque su aspecto no le ayudaba en nada, con su haori roto y sucio, lo cierto es que lo que más detestaban de él era su enorme y desproporcionada panza. Podía escuchar como solo por ser omega era un puto o fácil, que de seguro ni siquiera sabía quién lo embarazo.

 

Y le encantaría ser como ellos dicen y haberse acostado con tantos hombres que ni siquiera se pudiera acordar quien era el padre de ese bebe, no tener recuerdo alguno de ese infeliz sería una gran mejoría a su situación actual.

 

Pero no era así, lo sabía, sabía quién era exactamente.

 

Y por eso vivía escondiéndose, para que nunca llegara el momento en que lo encontrara ese infeliz.

 

Caminaron una larga distancia, tan grande que sus pies comenzaron a dolerle, ya ni siquiera se preguntaba a donde lo llevarían, solo quería poder descansar. Fue cuando los guardias se detuvieron, todos en frente de un edificio viejo y destartalado, eso no era bueno.

 

Mientras avanzaba dentro del edificio, Zenitsu veía el lugar y no le agradaba nada, era oscuro, húmedo y estrecho, tendría poca movilidad y una sola salida, eso no estaba bien en ningún sentido.

 

Las posibilidades de escapar de un lugar así son minimas.

 

- señor… aquí está el omega que pidió –

 

Zenitsu trago seco al ver esa sonrisa cínica, unos ojos turquesa que solo le miraban con prepotencia y arrogancia, sentado en una silla frente a él, con aquel uniforme que el rubio detestaba, una placa que decía que era del imperio del norte, un nombre casi penado por estos lugares. El labio le tembló y los ojos se aguaron, ese malnacido… ¿Cómo había llegado hasta él?

 

- dime Zenitsu… ya encontraste la salida… - esa maldita voz se burlaba de él, claro sabia de sus mañas, él era la segunda persona que lo conocía tan bien como el mismo – claro que a un ratero como tú no se le pueden dejar las cosas fáciles… aún estoy esperando que comiences a llorar y pedir por tu vida –

 

- prefiero morir antes de siquiera pedir tu clemencia – Aquel hombre alzo una de sus pobladas cejas al notar el estado del rubio y se ríe.

 

- es bastante irónico que jamás me dejaras tocarte un puto dedo, pero si le meneaste el trasero a un Pilar… bravo – aplaudió burlón.

 

- ¿Qué mierda quieres conmigo Kaigaku? –

 

- yo nada… pero el Imperio del norte quiere un bebe de Pilar a toda costa, y tú… – se levantó y con algo de cinismo saco su espada para apuntar con ella al vientre abultado del rubio - …tienes uno justo allí –

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

Capítulo dedicado a Zenitsu, no es mi personaje preferido y de hecho me cayó mal la primera vez que vi en pantalla XD, pero luego le agarre cariño, tiene su encanto. Bueno, como verán la parte de romance de los personajes en esta historia es algo lenta al principio, casi inexistente en algunos casos… al pobre de Zenitsu ya le montaron el muchacho, Kaigaku también viene a probar la paciencia de todos…

 

Espero que este capítulo les guste, ya que es una introducción a otros personajes que enriquecen la trama… espero poder actualizar en el transcurso de esta semana a eso del 29 o 30… nos leemos XD.    


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