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Placeres del Melocotón mordido por Doki Amare Pecccavi

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Cap. 19: Soñé

 

Como una sombra te desvaneces ante la luz,

Como una lluvia de verano, detrás del arco iris, resplandece.

Brisas cayendo en mi alma, eternidades que terminan ante ti, lo deseaste.

Ahora, estaremos tan lejos de lo que quisimos, unidos... lo que importa es que te amo.

 

.*.

 

Y como aquella, muchas otras visitas más hubo. Yi miró el fingido sol, la luna falsa, todo detrás del espejo en el que se podía ver a Wei Tzu, y estaba celoso, admiraba todas aquellas creaciones, pero muy bien sabía que no regresaría aquel lugar.

 

Estaba “cómodo” encerrado en la habitación de la madre del emperador y aunque no era la situación que hubiese esperado en un principio, comparado con aquella tortuosa ilusión, el mundo del emperador era un paraíso.

 

Tanto tiempo que fue a aparecer

Disuelto en los ojos del sol

Una noticia extraña...

 

.*.

 

Yo sé, podré, tocar tus mejillas rojas

Yo sé, podré, besarte hasta quedar dormidos,

Sólo hay que sentir un poco más.

 

Con la luz falsa, Wei lograba observar sus pies desnudos, lastimados; esa era su historia, viejos golpes, nuevas heridas, pretendía hechizar a Qin~he con sus palabras, obligarle a crear cada vez más maravillas en aquel lugar, un lugar tan maravilloso como lo era el mundo en el que había nacido.

 

Esa era su tarea porque Ling había dicho que haría a Yi odiar estar a su lado. Tenía que hacerlo tan bien, que Yi pidiera volver del otro lado del espejo…, y aquello era completamente ingenuo por parte de ambos, porque Qin~he jamás era tan descuidado como para dejarse engañar y Yi preferiría la muerte antes que volver a ser encerrado.

 

Yo sé, podrás, curar mis mejillas rojas

Yo sé, podrás, besarme hasta quedar dormidos,

Sólo hay que sentir un poco más.

 

.*.

 

Él se disolvió para entra; Primera visita.

Del descuido de ambos, surgió un pequeño hueco que Qin~he aprovechó, y una noche, como en una fantasía nebulosa, atravesó el espacio y el tiempo para poder llegar hasta donde el emperador.

 

— No puedes moverte, no intentes tocarme... no podrás hablar aquí...— sentenció Qin~he, mucha neblina, Ling con los ojos cerrados, no pudo mirar, pero le veía, era cierto, no pudo moverse, no pudo siquiera hablar — Sé lo que quieren, lo entiendo, no tengo pizca de inocencia. Sé que es lo que desean y puedo dárselos, si yo quisiera podrían ustedes tener una última oportunidad.

 

¿De qué hablaba?

Qin~he era hábil, habló, habló, habló e hizo un plan.

Pero todo tenía que ser un secreto para Yi, por supuesto que para Wei también.

 

Qin~he aseguró que quería de vuelta a Yi.

Habló tantos disparates que le convenció. Su voz poderosa ingresó a la cabeza de Ling y le animó a hacer un pequeño sacrificio, el último, por Wei.

 

.*.

 

Celos, más celos, efímero, y sin razones

 

Segunda visita:

Qin~he fue poco a poco tejiendo sus redes, días después habló también con Yi, Yi temía tanto, era tan extraño ver a Qin~he en sueños. Se sentía tan amenazado, obligado, habló por control y escuchó a aquel monstruo hablar de las maravillas que había construido.

 

Habló de lo maravilloso que había sido encontrar a alguien como Wei, que le retaba a crear y destruir a la vez… por último, confesó a la maldición que antes ya se había presentado ante el emperador.

 

El emperador que era deseado.

 

— Esta es una petición de la gloria a la gloriosa no existencia. Antes yo hubiese podido destrozarle con mis manos, pero ahora no más. Estoy construyendo algo que va a encantarte. Una oportunidad para demostrar mi inmensa ambición.

 

Qin~he habló, habló, habló, sólo escuchó el sollozo de Yi, astuto, una ilusión jamás se vuelve realidad, no si el deseo no es máximo, no si estas plenamente seguro de algo.

Esa noche logró, que Yi estuviese convencido y temeroso de su magnífico poder.

Yi a pesar de su inmenso deseo por estar con Ling, aceptó el trato.

 

El tiempo, el tacto y la vida no son más que falsas esperanzas para los amantes que no pueden mirarse fijamente a los ojos.

Las miradas en verdad no dicen nada, la interpretación de lo que quise mirar es lo que quiero escuchar.

El miedo que derrumba, es la simple idea de un dolor plasmado ante la incómoda perdida.

Perdida, perdida, perdida, eso es lo que más se teme, lo que no se sabe.

Fornido sueño, empezó con un saludo, aquella lluviosa tarde

Los espejos no hablaban, y la lluvia no hacia llorar

Los jovencitos no miraban, de manera triste, al amor frío.

No hay más que lo que existe ante sus ojos..., no pretendieron.

Creer en otras realidades, no, ni en sus vidas, con sangre, y esas marcas e heridas.

Pagaron más de lo ganado, más el costo de sonrisas, fue alto precio por tocarse solamente una vez.

...les tocó la luz, y sin ver, aumentaron la velocidad, de un golpe se unieron, se miraron, se perdieron, sin ruidos.

 

.*.

 

Y la tercera visita se dio; Qin~he confesó todo a Wei Tzu.

 

— Tu emperador se pondrá de pie al amanecer frente a ti, tuvimos un buen trato, el espejo es la única salida, lo sabes, tienes que convencer a Ling de que maravilloso es esto, lo quiero de nuevo a mi lado, estoy tan deseoso de ver como la luz ilumina su sangre en una habitación casi oscura...— Necesitaba el cuerpo más lastimado, siguió golpeando a Wei, rompió algunos huesos. — Tú no entiendes nada, puedes saber de más, pero al fin, no lo sabrás.

 

— Estas haciendo algo mal..., lo sé, lo sé, no puede confiar Ling en ti... — Quiso decir algo más, el lodo en su cuerpo le molestaba, lodo entrando en sus heridas, fue lanzado al lago artificial, Qin~he estaba cansado de tantas quejas, mojado, le sostuvo un poco de los cabellos antes de ponerle de pie, fue sólo con un movimiento de mano, un espejo lindo idéntico al que se encontraba en la habitación de la madre de Ling.

 

— Wei, quiero tu sangre, en el espejo... tu sangre...—  Tan poderosos, ellos romperían con el hechizo que él no pudo, amor y sangre, lo mismo que necesitó Yi para cruzar al otro lado, voluntad y persistencia, sentimientos de vació.

Aquella vez fue sangre de Wei y su deseo de estar lejos del emperador fue lo que abrió los portales.  

Ahora con sangre de ambos, con su amor puro y delicado sería capaz de mucho más.

 

Colocó la mano de Wei en el espejo.

 

— Ahora sólo falta que tu estúpido emperador haga su parte.

 

.*.

 

Se deslizo por lo corredores de su palacio, era a madera fina y azulejos hermosos, alfombras y cortinales pesados, con las prendas más perfectas, sus manos blancas temblaban y sus mejillas parecían enrojecer de la emoción. Mientras caminaba a paso lento, imaginó, fantaseó, se dijo, después de mucho meditar, que quizás Qin~he estaba tan enamorado de Yi, como él de Wei, por eso le quería de vuelta, sin pedir nada a cambio, por eso se había esmerado tanto en cambiar ese sitio tan oscuro, por un jardín falso. Pensó en Yi, todo el tiempo que había pasado a su lado, sería recompensado por toda una eternidad.

 

— Voy a pasar — Anunció su entrar sin motivos, Yi permanecía de espaldas, miraba por la ventana, el espejo estaba acomodado, limpio. El cabello castaño llegaba ya a media espalda, su cuerpo parecía más fino, no tan aniñado como recordó, lo había notado la primera vez, con ese perfil tan perfecto, sintió el hormigueo en sus mejillas... que bien sería ver a Wei dentro del cuerpo correspondiente. Tocarle — ¿No te opondrás al final verdad?

 

Se encogió de hombros Yi, no quiso mirar al hermoso emperador por última vez, no lo quería, estaba más que amenazado, Qin~he haría algo malo con él, si no volvía a ese espejo. Fue la peor de las amenizas, con su corazón oprimido, fingió ser indiferente, miraba hacia la ventana, ese jardín por última vez, la luz de la luna, todo, todo lo hacía, mientras las lágrimas seguían corriendo. Era un llorón, había aprendido en tan poco tiempo a llorar por todo.

 

Quiero tu sangre, en el espejo... tu sangre.

 

Con una daga de plata, flores talladas en el mango, marcó sin titubear, Ling, una línea fina, en la palma de su mano, la palma de su mano en el espejo, el espejo brillando...

... la imagen al otro lado del espejo, Qin~he sosteniendo de los cabellos a Wei, Wei con un semblante de terror.

 

— ¡No! — Chilló Yi de repente, con los ojos llorosos, no importó que le viera el rostro, aquel emperador de ojos azules, se viró con una mano en su pecho...— Mi hermoso, emperador... tú.

 

Y la luz cedió. Antes de que Yi pudiese decir algo más, el cuerpo pesado de Wei, cayó al suelo. Con el verdadero Wei en el interior.

 

El brillo en el espejo se intensificó más, antes de desaparecer completamente.

 

— Ling...— Fue el titubeante llamado que recibió el emperador. Aquella voz tenía que ser.

 

— Wei — Casi que se abalanzó a abrazarlo... la sangre en el suelo le hizo retroceder, estaba completamente herido. —

 

— Ling... te adoro... Qin~he, es un mentiroso, no fue tu culpa...

 

.*.

 

— ¿Qué fue lo que hiciste? — Yi había sentido que el aire se le escapaba de pronto y al poder respirar nuevamente, se encontró en aquel falso jardín.

 

— Nada... — Y el primer golpe fue dado... ese maltratado cuerpo era suyo de nuevo — Volvió, volvió a su cuerpo, ahora nada de magia, sin ayuda no sobrevivirá ni un día, tiene la herida que le obligaste a hacerse... ¿lo recuerdas? Cuando Wei Tzu trató de poner fin a su existencia… su cuerpo a regresado a esas memorias. Que lastima.

 

Acaba de una buena vez con todo Wei

¿Con todo?

Tómala entre tus manos, derrama tu sangre y atraviesa el espejo, te lo aseguro, aquí no hay dolor, no hay nadie que te haga sufrir

Wei hizo un ligero movimiento, la tela zarca que le cubría dejó al descubierto su hombro izquierdo, el castaño comenzó a arrodillarse, las cortadas ardían demasiado, Ling notó que el joven Tzu se acercaba hacia el espejo...

 

— Pero aquella vez..., no tenía ninguna herida aquella vez que...

 

— Fue el melocotón, un poco de magia y la herida se borra, sólo sirve una vez ese truco — Qin~he relamió sus labios, cerró sus ojos y comentó sonriendo — Ling me cambió a un Wei medio muerto por ti... jamás has valido nada para él.

 

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«.·°·.*.Heridas.*.·°·. »
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Notas finales:

Gracias a sai21, leí tu rr pero ya no pude responderte porque perdí esa cuenta también.

 

♥ Por fin estamos al día. 


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