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La Propuesta por Aranel Poli

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-La nacionalidad griega te fue negada- dijo la joven pelilila en un suspiro.

-¿Qué?

-Serás deportado, Shaka- el rostro del rubio se crispó negando repetidamente.

-Pero ¿Cómo? ¿Deportado?

-Y al parecer, también hay unos papeles que no llenaste a tiempo.

-¡Dios! Tiene que haber algo que se pueda hacer, Saori, me conoces desde siempre, y…

-Tu padre y tu abuelo tenían esos papeles en orden, no la nacionalidad que pediste, pero sí los permisos, tú no, Shaka.

-Pero…

-Se puede hacer algo, pero por desgracia debes dejar Grecia al menos un año- Shaka resopló llevando una de sus manos hasta su frente.

-Entiendo, no es lo ideal, pero puedo trabajar por conferencias online o por celular- Saori negó.

-Yuri, si te deportan, no puedes trabajar para una compañía griega- el rubio la miró sin poder creerlo -Te lo dije cuando llegue aquí- decía la pelilila con pesar -Puedes trabajar en la India, en la empresa que tu padre y abuelo fundaron.

-No quiero regresar allá, no puedo, además esa empresa es dirigida por mi prima y…

No quería volver a Rusia, tenía muchos recuerdos que no podían volver a su memoria y lo mejor era dejarlos enterrados. June, su prima, era la encargada de dirigir la casa Editorial que su familia había fundado.

-Sí, y es algo que sólo tú y yo sabemos, pero debes arreglar esto y yo no puedo ayudarte. En lo que resuelves tu problema dejaré a cargo a DeathMask.

-¿Al que despedí?- preguntó casi con cinismo.

-Necesito un editor en jefe y él es la única persona con experiencia.

-Te lo suplico, por favor, que…

-Shaka, estoy desesperada porque te quedes, si hubiese una forma, la que fuera para que esto funcionara lo intentaríamos, créelo.

-Ay, por Dios, Saori, te lo pido…- la puerta se abrió interrumpiéndolo, rodó los ojos sólo para ver la cabeza de Aioria asomarse.

-Disculpa, esto es importante- espetó Saori al castaña, Shaka lo miró con un gesto que decía claramente “lárgate”.

-Lo siento, pero llamaron a Shaka, es de parte de Aldebarán- decía, era claro que era mentira porque Shaka sabía que esos diez minutos habían pasado y élera su señal de escape -Le dije que tenías un compromiso, pero está algo insistente y está feliz por su presentación ¿Qué le digo?

Su señal de escape, eso era Airoia Kolassi.

El rostro de Shaka se transformó en una mueca extraña que Aioria no supo interpretar, unos segundos de silencio y el rubio le hizo una seña de que se acercara.

-Ah… bien… yo… Saori entiendo el predicamento en el que estoy metido y pues… debes saber que soy abiertamente gay- dijo levántandose para acercarse al castaño, quien lo miró extrañado.

-Eso lo sé muy bien, Shaka, ¿Qué tiene que ver eso?

-Que… nos casaremos, nos casaremos- sonreía el rubio palmeando el pecho de Aioria haciendo que este lo mirara confundido.

-¿Quiénes van a casarse?- susurró mientras el rubio seguía a su lado con un gesto extraño, lo que seguramente era una sonrisa.

-Nosotros, tú y yo, nos casaremos- Aioria miró a Saori sin expresión alguna ¿Qué tramaba Shaka Khatri?

-Sí… nos casaremos- secundó extrañado.

-¿No es tu secretario?

-Asistente ejecutivo- corrigió Aioria entre dientes.

-Títulos, no importa, no sería el primero que cayera por su asistente ¿Cierto?- dijo palmeando ahora la espalda del castaño -Aioria y yo somos dos personas que no debían enamorarse, pero sucedió, todas esas noches largas en la oficina, las ferias de libros… y pasó.

-Claro, pasó- decía el castaño mirándolo con una sonrisa falsa intentando no fruncir el ceño.

-Traté de evitarlo, pero no pude, lo intenté- sonreía Shaka colocando uno de sus brazos sobre los hombros de su asistente con algo de torpeza, quizá era la primera vez que lo tocaba a alguien de esa manera.

-Sí, lo intentó, no hay amor como el nuestro- el rostro de Aioria era un chiste, algo molesto, extrañado, divertido y confundido.

-¿Estás de acuerdo con esto, Saori? Es decir, somos felices.

-Shaka, es incríble, tu abuelo y tu padre estarían orgullosos, pero que sea legal- el rubio miró su dedo anular de la mano izquierda haciendo un mohín.

-Ah… sí… legal, eso significa que debemos presentarnos en la oficina de inmigración ¿No? Te lo agradezco, Saori, lo haremos enseguida, vamos… amor.

La palabra era ácido en su boca, ¿En qué demonios estaba pensando? Debía estar muy desesperado para esa locura y lo estaba.

Salieron de la oficina de Saori sin decir ni una palabra, era como si nada de ese extraño pasaje hubiese sucedido. Shaka adelantó a Aioria caminando como siempre lo hacía, con cierta elegancia y arrogancia.

Entró a su oficina seguido por el castaño, quien cerró la puerta tras de sí, el rubio se sentó y comenzó a hojear los manuscritos que tenía enfrente, siendo observado por Aioria, quien aún no asimilaba lo que había sucedido.

-¿Qué ocurre?- preguntó sintiendo la pesada mirada de su asistente.

-No entiendo qué está sucediendo.

-Tranquilo, te beneficiará- dijo alzándose de hombros y volviendo su mirada al manuscrito.

-¿Sí? Explícate.

-Convertirían a DeathMask en tu jefe.

-¿Y es obvio que por eso debemos casarnos?- preguntaba bastante ofendido.

-¿Y cuál es el problema? ¿Te estabas reservando para alguien especial? Sé que eres gay- decía Shaka aún sin despegar la vista de su trabajo.

-Quiero creer eso- dijo con obviedad- Además es una locura.

-No te sucederá nada malo, relájate.

-Shaka, no voy a casarme contigo- soltó tajante, en ese momento Shaka alzó la mirada colocando su mentón sobre sus manos dedicándole una fría mirada.

-Claro que sí, déjame explicarte- comenzó con una sonrisa -Tu hermoso sueño de tocar las fibras de las personas y que lloren con tu libro, se irá. DeathMask te despedirá en cuanto pueda, te lo garantizo, así que te quedarás en la calle sin un empleo y todos los momentos que pasamos juntos, todos esos cafés, las citas canceladas y mis citas con el dentista serán para nada y tu sueño de ser editor también se irá, pero descuida después del plazo establecido haremos un divorcio rápido y podremos separarnos. Hasta en entonces, te guste o no tenemos que ser cómplices, ahora, responde el teléfono.

Ordenó sin inmutarse si quiera, en cambio, Aioria tenía el rostro descompuesto por la preocupación y la incertidumbre, Shaka Khatri estaba demente.


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