[Len x Piko]
—¿Puedo partir uno? —preguntó el pequeño al verle partir un huevo. Le miró antes de poner el huevo en la mezcla.
—Claro —contestó con una sonrisa y el pequeño fue enseguida por su banquito para poder quedar más alto y lograr alcanzar bien la mesa—. ¿Sabes como hacerlo?
—Solo lo he visto —respondió Len mirando todo desde la nueva altura. Piko asintió antes de acercar la taza y tomar el otro huevo.
—Entonces te voy a enseñar —dijo, llamando la atención del infante—. Primero vas a golpear la cáscara con la suficiente fuerza contra la orilla de la mesa, ve de poco a más para no pasarte —señaló y Len asintió—. Luego lo vas a tomar con tus dos manos y separas la cáscara en la mitad —le puso un dedo en la punta de la nariz—. Es mejor ponerlo en una taza antes de ponerlo en la mezcla, ya que puede salir malo. —El niño frunció el ceño a lo que el adolescente rio antes de apartar su dedo.
—¿Y cómo sé que está malo?
—Tendrá unas cositas rojas o negras —contestó Len antes de ofrecerle el huevo-. Todo tuyo -El pequeño tomó el ingrediente, sintiendo algo de nervios de que hiciera un desastre.
—Creo que mejor lo haces tú. —dijo antes de siquiera golpearlo.
—Tranquilo —respondió su niñero con una voz calmada—, todos aprendemos algo nuevo siempre y no por eso tiene que salir bien a la primera que lo intentamos —Le acarició el cabello—. Si se cae o se derrama no pasa nada, solo se limpia.
Len asintió tímidamente antes de comenzar a romper la cáscara.
Logró abrir el huevo y colocarlo en la taza, aunque la yema perdió su forma y se ensució un poco los dedos con la clara.
—Muy bien —felicitó el mayor revolviéndole el pelo, tomó una servilleta y se la extendió al menor—. Límpiate lo que puedas con esto y luego te vas a lavar las manos, ¿sí? —El niño asintió para tomar la servilleta, limpiarse y tomar su banquito hacia el lavamanos. El adolescente por su parte incorporaba los huevos a la mezcla.
Una vez el niño regresó se sentó para seguir viendo la preparación de la masa de galletas.
—¿Puedo poner las chispas? —volvió a preguntar. Piko asintió.
—Claro, solo deja que termine de mezclar la harina y las pones —dijo sin dejar de incorporar con la espátula. El niño por su parte se volvió a parar en el banquito, tomando el tazón con las chispas.
—¿Podemos ponerle más?
—¿Más? Te vas a enloquecer, ya de por sí tienes energía —Len rio.
—Pero es para que estén más ricas.
—Hmm... Bueno, solo porque te has estado portando muy bien —respondió Piko a tes de tomar la bolsa y agarrar un poco más y ponérselo a la mezcla, empezando a revolver.
Después de esto ambos comenzaron a tomar un poco de masa y hacerlas bolita para luego ponerlas en las bandejas, una vez terminada la masa Piko se encargó de meterlas al horno, poniendo el temporizador en su teléfono.
Ambos comenzaron a hacer un fuerte en la sala, con sábanas y almohadas y moviendo muebles, en lo que se horneaban las galletas, aunque no terminaron Piko fue a sacarlas del horno y regresar para terminar de construir, aún faltaba que se enfriaran.
Aunque Len ya estaba ansioso por el olor.
Una vez terminaron, el niño corrió por las galletas, seguido de su cuidador. Tomó una y la mordió.
—Están ricas —dijo a lo que su niñero sonrió.
—Que bueno que te gusten —respondió antes de tomar un plato para poner unas cuantas.
—Aprenderé a hacer muchos dulces, así cuando nos casemos nunca se van a acabar —Piko solo se rio suavemente ante la fantasía del niño.
—Quizás te conviertas en un gran chef cuando seas grande —comentó a lo que el pequeño pensó un poco.
—No creo, yo quiero ser investigador de dinosaurios.
—¿Arqueólogo? —preguntó el mayor tomando dos vasos para luego sacar la leche del refrigerador.
—¡Eso! Arque... Arqueólogo —dijo lentamente para no equivocarse. Piko llenó los vasos con la leche.
—Eso esta muy bien —Una vez terminó de llenar los vasos regresó la leche a su lugar—. Pero aún falta mucho para eso, mientras vamos a disfrutar las galletas. —dijo dándole el plato con galletas, llevando él los vasos con leche a la sala.
Len le siguió con una sonrisa.
Aún faltaba mucho para crecer, mientras iba a disfrutar estar con su amado niñero todo ese rato.