[Oliver x Lui]
Lui miró a Oliver en la lejanía.
Su brillante sonrisa, sus iluminados ojos, su atrayente aura y su resplandeciente carisma.
Sin duda resaltaba entre aquel grupo de chicos que hablaban con él, totalmente ajeno a su presencia.
Siempre había sido así, desde que eran niños Oliver destacaba sobre todos. Por eso no fue una gran sorpresa que él fuera el elegido de las deidades para proteger el reino de la amenaza que se acercaba.
Lui por su parte había sido lo contrario, y es que su pequeño y débil cuerpo siempre lo hacían pasar desapercibido, incluso molestado por otros niños debido a que parecía una niña.
La única persona que llegó a defenderlo, y por el cual esos conflictos se fueron, fue el mismo Oliver.
Lui habrá tenido unos 7 años, mientras que el de ojos ámbar unos 9 para esa fecha.
Hasta ese momento Oliver no le había conocido, pues siempre se mantenía alejado de los demás, jugando solo con sus muñecos de madera.
Sin embargo, un día estando jugando tranquilamente un grupo de niños le comenzaron a lanzar piedras, seguida de varias burlas a su apariencia afeminada. No pasó mucho cuando Oliver les llamó la atención, pues este desde muy joven mostraba una valentía y un sentido de justicia y de lo que es correcto muy marcado. Además de una agilidad física envidiable para su edad.
Oliver logró hacer que se fueran y le dejaran en paz. Creía que hasta ahí iba a quedar aquella anécdota, pero el de ojos ámbar se fue con él para disculparse, alegando que a veces sus amigos son un poco tontos y bruscos.
Lui le había mirado, más por la pena el otro no le veía. Solo fue que dijera "no te preocupes" para que sus ojos chocaran y algo se moviera en su interior.
Desde aquel día, Lui seguía a Oliver como si fuera una pequeña sombra.
Ambos se llevaban muy bien y se la pasaban todo el día juntos jugando por ahí, al menos hasta que el mayor cumplió los 12 años, edad en la que el destino del elegido fue anunciado a través de los sueños de muchas personas en el reino, incluyendo la de los reyes.
Incluido Lui.
Desde aquel momento había sido llamado para ser entrenado por los mejores generales y caballeros e instruido por los más sabios del reino, separándose poco a poco de él por el escaso tiempo libre que poseía. Además del constante cansancio con el que quedaba, y él simplemente no quería perjudicarlo.
Ya tenía suficiente con la carga de proteger al reino.
Iba a ser un gran caballero, un legendario héroe, y él estaría ahí para apoyarlo en lo que pueda, después de todo, él sería un simple artesano.
Miró de nueva cuenta al grupo de jóvenes notando que Oliver había desaparecido, por lo que comenzó a buscarlo por el lugar.
Se sobresaltó cuando le tomaron de los hombros por la espalda.
—¡Hola! —dijo el chico que estaba buscando con una brillante expresión, Lui le devolvió el saludo—. ¿Qué haces? —preguntó acercándose para ver sobre su hombro lo tenía entre las manos.
—Estoy bordando unos pañuelos —respondió mostrándole los objetos, que tenían unas iniciales—. Encargo especial.
—Que genial, quizás te pida alguno después —El mayor se sentó a su lado, la adolescencia le había sentado muy bien, y es que a sus 17 años el joven se veía radiante, apuesto y con una buena altura. Él por su parte no había cambiado mucho su apariencia, aunque Oliver alegaba que era porque aun tenía 15 años—. Te quería preguntar algo...
—Suéltalo —respondió siguiendo con su trabajo.
—¿Quieres...? ¿Quieres ir al festival de la luna conmigo? —Aquella pregunta le tomó por sorpresa.
Sintió como su cara comenzó a arder.
—Oliver...
—No, ¿sabes qué? Olvídalo, es una tontería, no me hagas caso —dijo de manera rápida mientras se reía de manera nerviosa—. En fin, me tengo que ir, nos vemos. —Pero antes de que pudiera levantarse, Lui le había tomado del brazo.
Aquella propuesta no era una cualquiera, o no entre líneas.
Aquel festival solía irse con un acompañante solo si era un interés romántico.
—Yo... —apretó los labios—. Quiero ir contigo al festival. Acepto.
Vio que Oliver parpadeó antes de que un sonrojo se apoderada de sus mejillas.
—Oh, bueno... —respondió mientras desviaba la mirada y se rascaba la nuca—. E-entonces nos vemos en dos noches, ¿sí? Puedo pasar por ti.
El menor sonrió antes de asentir suavemente.
—Me parece bien —contestó. Oliver, claramente nervioso, se despidió para regresar al grupo de chicos, comenzando su caminata hacia el castillo para continuar con sus actividades del día.
Lui no pudo evitar sonreír aún más grande mientras sentía un calor en su pecho.
Quizás Oliver fuese el elegido para proteger el reino, pero él solo esperaba ser el elegido en su corazón.