[Oliver x James]
—¿Entonces el que seas tan activo es parte de tu naturaleza? —Le preguntó Oliver al cambiaforma que se hallaba con su cabeza apoyada en su regazo, acostado en su cama. Él por su parte se hallaba sentado con las piernas extendidas y con el torso apoyado en la cabecera.
—En parte, aunque mi madre dice que supero esos límites, y que cuando estoy aburrido y en un solo lugar más que un jilguero parezco un pez fuera del agua porque no me paro de mover de alguna manera —Sonrió—. Otra cosa es que le somos muy fieles a nuestra pareja, así que de engaños no te tienes que preocuparte. —Le giñó el ojo con un aire coqueto, Oliver sonrió.
—¿Sigue con la idea de que me case contigo?
—Oh, vamos, Oliver —dijo James haciendo un pequeño puchero—. No me voy a rendir hasta lograrlo, y admite que te estoy empezando a gustar —Le picó una mejilla con un dedo—. No voy a desperdiciar todo este esfuerzo de meses, claro que no. —Oliver le dedicó una sonrisa antes de quitarse el dedo suavemente.
—Vamos, mejor duerme, ¿no que estabas cansado? —dijo a lo que el otro sonrió, pues no había negado lo anterior como semanas atrás.
—Es que cuando estoy contigo me regresan las energías —confesó antes de acomodarse para descansar, el mayor por su parte comenzó a darle caricias en el cabello mientras tomaba su celular con la mano libre.
Después de unos minutos el menor se hallaba completamente dormido, mientras que él se hallaba inmerso en su celular.
Posó la mano que acariciaba el cabello ajeno sobre la espalda alta de este, comenzando suaves caricias con sus dedos.
De repente James dio un pequeño quejido y se removió, lo miró alejando su mano, más al ver que el otro seguía en su sueño regresó a proporcionar sus mimos en la espalda.
Fue entonces, cuando comenzó a dibujar círculos, que la reacción de este le hizo apartar su mano por completo con un sonrojo en las mejillas.
Había gemido.
Miró a James, viendo que este se había despertado y tapado la boca, con los ojos abiertos por la sorpresa y la vergüenza, que era aún más evidente por su rostro completamente rojo.
James le miró antes de levantarse, claramente nervioso.
—D-disculpa —dijo sentándose a su costado, pero hacia su dirección y con la mirada desviada—. Y-yo... Ya sabes —Se apartó un pequeño mechón de la cara mientras lo empezaba a jugar—. Durante el cortejo las aves suelen acicalarse o acariciarse de cierta forma el lomo y debajo de las alas, así que soy muy sensible tanto en mi espalda como en la parte interna de mis brazos —Jugó un poco con sus dedos—. Es algo con lo que las aves asocian a su pareja y el instinto de reproducción.
Se mantuvieron en un silencio incomodo un momento antes de que Oliver decidiera hablar.
—Entiendo, perdón, no sabía —James negó rápidamente.
—No, no, no es tu culpa... —Los ojos negros al fin le vieron—. Solo... ten cuidado la próxima vez. —El mayor asintió de manera lenta.
—De acuerdo —Y dicho aquello, James se acomodó a su lado y se apoyó en su hombro, dudaba poder volver a dormir después de aquello.
Después de unos minutos sin emitir palabra alguna, el mayor se aventuró a preguntar:
—James, ¿los cambiantes tienen celo? —El mencionado no dijo nada, solo tomó una almohada y le pegó con todas sus fuerzas al rostro de quien había hecho la pregunta—. ¡Oye!
—¡¿Por qué quieres saber eso?! ¡Pervertido! —Un nuevo golpe fue dado.
—¡Era solo por curiosidad! —James bufó antes de cruzarse de brazos, sin soltar su arma.
—No, nuestra parte humana inhibe aquella necesidad. A lo más simplemente sube un poco el libido, pero no es algo que no podamos contener fácilmente.
—¿Y cuando ocurre eso? —Y esta vez solo obtuvo un combo de almohadazos como respuesta.