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Los Drabbles de Octubre-20 por Arince Bezariune

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[Len x Piko]

Len y Piko se hallaban en el gran sofá, el rubio sentado mientras que el de cabellos blancos costado, reposando sus pies descalzos en el regazo de su pareja. Ambos inmersos en sus teléfonos aburridos.

Desde que había iniciado la cuarentena se habían quedado ellos junto con Rin en su casa y todo hasta cierto punto se volvió monótono. Si bien los tres de vez en cuando reían a carcajadas por sus chistes, en especial los de los mellizos, el estar tanto tiempo en un mismo espacio les habían drenado todas la creatividad de ocurrencias que solían tener.

Antes tenían un rol de compras al supermercado por la pereza que les daba, ahora se peleaban por tratar de adelantar su turno.

Aunque también se sentían afortunados de poder estudiar desde casa sin ningún problema.

Aunque también lo malo es que la terraza del patio trasero se volvió el área de entretenimiento de Rin. Ya no podía sentarse en una silla en la sombra para sentir el aire fresco.

De repente una camioneta paró adelante y a los pocos segundos el timbre sonó.

—¡Es para mi! —gritó la chica bajando las escaleras. Ambos chicos la miraron acercarse a la puerta, ponerse su cubrebocas, abrir la puerta, recibir un paquete de un considerable tamaño y volver a cerrar la puerta.

Tomó el spray desinfectante y comenzó a aplicarlo a la caja.

—¿Qué es eso? —preguntó su hermano mientras se quitaba la mascarilla.

—Juegos de mesa —contestó la chica con una sonrisa, acercándose con la caja en las manos—. Ya que esto va para largo pedí varios para que podamos convivir... de la manera más sana posible —Hizo una pausa para pensar u decir lo último, porque probablemente terminarían peleando en alguno de los juegos. Ambos chicos se vieron entre sí.

—¿Por qué no? Después de todo no es que tuviéramos mucho que hacer, son vacaciones —comentó Piko antes de levantarse e ir junto a Rin, quien abría la caja.

—Listos para las batallas de sus vidas —dijo con una sonrisa.








 

 

—¡No! ¡Len! ¡Estúpido, ese era mi rojo! —exclamó Piko tratando de mantener el equilibrio.

—Yo lo agarré antes, te jodes, cariño —contestó el rubio antes de sacarle la lengua. Habían pasado ya por varias partidas de UNO, insultándose y tragando cartas a lo loco al punto de tener 25 en la mano, para después ir a Maratón y quedar como ignorantes, y estaban seguros que en el Junior igual quedarían como ignorantes, pero ese lo querían probar con sueño de por medio. Ahora Piko y Len se encontraban en una partida de Twister, con Rin en la ruleta.

Piko dio un bufido antes de ver los rojos libres.

Dio un pequeño grito de guerra para poner su mano derecha en el que creía más conveniente, logrando mantener el equilibrio y que los mellizos soltaran una risa.

—¿Qué fue eso? —preguntó su novio mientras la chica giraba la ruleta.

—Fue mi fua. —respondió, haciendo que Len soltara una risa entre dientes.

—Pie izquierdo verde —anunció la Kagamine. El chico de coleta miró los círculos del color mencionado y alzó su pie, mas antes de terminar de acercarlo Piko puso el suyo.

—¡Oye! —exclamó sintiendo que sus brazos se tensaron para no caer.

—Lo agarré antes, te jodes, cariño —repitió lo dicho anteriormente. Len alzó una ceja antes de colocar su pie en otro círculo sin la mayor dificultad.

Solo esperaba que el siguiente no fuera...

—Pie derecho azul. —Ambos jugadores vieron sus posiciones.

—No seas mamona —soltó el rubio al ver que aquello iba a ser complicado para ambos, Piko por sus brazos cruzados y Len porque los que le quedaban cómodos se hallaban ocupados. Rin rio.

—Eso dice, mira —contestó la rubia enseñando la ruleta, donde efectivamente se hallaba señalado el color azul en el área del pie derecho.

Piko respiró fuertemente mirando su objetivo. De nuevo lanzó un pequeño grito de guerra antes de poner el pie en la posición deseada. Casi cae, pero logró mantener su equilibrio.

—¡Muy bien, Piko! —felicitó Rin aplaudiendo—. Dale, Len, deja de llorar y pon tu pie en el azul.

Len miró su objetivo y se movió.

Sin embargo, no pudo mantenerse y se fue de lado, empujando a Piko y cayendo ambos en el suelo.

Ambos se quejaron, pero de igual manera comenzaron a reír.

Len le dio un pequeño beso en la mejilla a su pareja antes de sentarse.

—Ay, Dios, mi brazo, eso sí dolió —Piko soltó un chillido de dolor, pero sin dejar de reír.

—Al menos ganaste —comentó la melliza, contagiada por la risa de la pareja.

—Mínimo —contestó el de cabellos blancos—. Pero si duele. —Se tomó el brazo afectado.

—¿Quieres otra? —preguntó Len.

Ño. —contestó.

—¿Con Rin?

Ño.

—¿Quieres estar en la ruleta?

Chi. —afirmó antes de sentarse. La muchacha le dio el objeto antes de sacarse los zapatos.

—¿Listo para que te humille, hermanito? —retó para ponerse a un lado del tablero.

—No estaría tan segura, hermanita —contestó en un tono desafiante.

—¡Dale, Rin! ¡Pártele su madre —motivó Piko, Len le miró con un gesto ofendido.

—¡Oye! ¡Se supone que yo soy tu novio!

—Me lastimaste es lo que menos te mereces —respondió siguiéndole el juego, moviendo la cabeza con orgullo.

—Es que tu también eres bien sensible —respondió Len.

—Sensible tu abuela —contestó el de ojos de distinto color antes de sacarle la lengua. El mirada azul le respondió de igual manera antes de sonreír.

Definitivamente la cuarentena iba a ser más amena gracias a la idea de Rin.

 


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