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¡Es tu turno! ||Sterek|| por Dark_Ness

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— Sigo sin entender cómo pueden meterse en tantos problemas cuando supuestamente iban a hacer algo tranquilo —el sheriff Stilinski comentó por lo bajo a Stiles. El grupo de la morgue estaba guardando el cuerpo de Audrey en una bolsa negra para cadáveres —. Tienes una suerte increíble…

    Stiles ni siquiera respondió lo que su papá le decía.

    Él solo pensaba en lo jodido que era la situación en general.

*

    A pesar de que habían dicho que no podrían dormir esa noche, llegó un momento en el que todos fueron cediendo al sueño poco a poco.

    Stiles fue el último en dormir.

    El chico estaba maquinando una idea de cómo podría resolver esta situación jodida sin terminar en peores problemas de los que ya tenían al mismo tiempo que sus ideas se deformaban entre la culpa y los gritos.

    Sin embargo, cuando los rayos matutinos tocaron la ventana de la habitación en donde todos estaban, la manada se levantó automáticamente.

    El silencio pesado e inquebrantable que se estableció en el ambiente hizo sirvió como un manto para que cada miembro de la manada fuera a su habitación destinada a buscar sus cosas. Estaban todos de acuerdo en que tenían que irse lo más pronto posible.

    No contaban con que el teléfono de Stiles, el cual estaba repleto de mensajes del sheriff, sonara para romper el silencio abrumador.

— ¡Stiles! —la voz del sheriff se escuchó para toda la manada sin necesidad de usar el altavoz—. ¡¿Sabes lo preocupado que he estado sin que me respondas el teléfono?!

— Sheriff —habló Derek, quien se tomó el atrevimiento de atender al saber que Stiles no podía utilizar por mucho tiempo su voz—. Stiles en este momento no puede hablar.

    Se produjo un minuto silencioso entre las personas que estaban escuchando la conversación y el sheriff.

— ¿Derek? ¿Derek Hale? —el sheriff preguntó confundido, pero más que confundido, alterado—. ¡¿Por qué mi hijo no puede hablar?! ¡¿Qué es lo que ha pasado?!

    No había forma en explicar aquella escena sin que John tuviera una crisis y decidiera hacer… una locura o algo así —Derek no conocía al sheriff lo suficiente como para saber cómo reaccionaría ante lo que estaba sucediendo. Sin embargo, había entendido que mentir no llevaba a nada positivo a largo plazo. Además, el sheriff era muy bueno detectando mentiras; por lo que simplemente tomó un respiro y le contó todo lo que había sucedido desde que llegaron a las cabañas.

    Debían darle crédito al sheriff. Era posiblemente la primera persona con la que había hablado Derek que no lo interrumpía ni lo catalogaba de loco —lo que supuso que se debía a tener un hijo como Stiles—, en lo que iba de tiempo. Eso le quitó una presión enorme que debería sentir en esa ocasión. Pero, porque no estaba dentro de una dulce historia de amor y ni mucho era el protagonista de ella, la felicidad le duró muy poco cuando el sheriff pronunció sus palabras.

— Todos son testigos de un crimen muy horrible, y hasta nuevo aviso, son cómplices también por haber alterado una escena del crimen. Hasta mataron a alguien… ¿A dónde fueron a parar, Dios mío? —la palidez de las personas dentro de la habitación se hizo muy notable cuando escucharon el veredicto del sheriff.

— ¿Algo más que debamos saber? —preguntó Derek, con la notable intención de ser prepotente, pero fallando en el proceso al sonar desesperado.

— Que voy en camino, y haré todo lo posible para sacarlos de ese apuro —eso le devolvió un poco el alivio a la manada—. Y no crean que esto lo haré porque los valoro. Todos ustedes tienen que aprender una severa lección. Y dile a Stiles que cuando llegue, no habrá lugar en donde pueda esconderse de mí.

    Y con esa dramática revelación, el sheriff colgó la llamada.

— Ahora… ¿Es mucho peor estar preso en este estado o enfrentarnos a la furia del sheriff? —Scott preguntó con intención de menguar la tristeza que había en el ambiente.

— Creo que no es buen momento para hacernos esa pregunta. —Jackson respondió, siendo lo más amable que podía.

    Casi todos estuvieron de acuerdo en eso.

— Pero ¿qué haremos ahora?… ¿Realmente estaremos bajo arresto o algo así? —Erika preguntó a Derek, quien no se había despegado del lado de Stiles que aún seguía durmiendo a pesar de todo—. No puedo ir a la cárcel.

— No podemos ir a la cárcel —corrigió Jackson—. No sé si te diste cuenta, pero no es como si alguno de nosotros quisiera ir a la cárcel a vivir la experiencia de ser un recluso.

— Ya es suficiente, Jackson —Derek frenó la diatriba enfadada de Jackson antes de que él también comenzara a enfurecerse—. Por si no entendieron, tenemos que quedarnos aquí hasta que venga el sheriff; lo cual será un largo rato. Y no podemos mover nada.

— ¿Y Audrey? Dentro de poco comenzará a descomponerse. —Boyd observó. No decía mucho, pero sabía hacer observaciones inteligentes en el momento indicado.

— Además, para cuando ellos lleguen, ya nosotros nos habremos curado en su mayoría de las heridas del alfa; y no tendremos pruebas sobre algún ataque o alguna otra historia que nos saque de apuro —Isaac exhaló—. ¿Y si simplemente nos llevamos el cadáver de Audrey en una cava con bastante hielo, la enterramos en Beacon Hills, y le decimos a su familia que en un punto de viaje decidió abandonarnos? Es un ganar-ganar.

    Todos observaron a Isaac con una enorme o dibujada en sus bocas. ¿Ese era Isaac, el chico taciturno y reservado, que todos conocían?

— Son tiempos desesperados… —la confianza que había reunido se fue apagando poco a poco hasta que bajó el rostro.

— Creo que el mejor plan que podemos tener es dejar de cometer delitos —ofreció Erika—. Y… ¿De dónde sacaste eso? ¿En serio estás dispuesto a viajar con una chica muerta durante 14 horas?

    Antes de que Isaac respondiera, las chicas se despertaron del largo sueño que habían agarrado tras el episodio de la noche anterior. Sus sonidos adoloridos llamaron la atención del grupo, y los chicos se acercaron a ellas en busca de suplir sus dolencias.

    Eso le dio más tiempo a Derek para distraer su mente en otro asunto que pudiera mantener su mente dispersa.

*

*

    Las chicas habían respondido bien a las curaciones que Derek improvisó con ayuda de Deaton. Tenían muchos moratones en el cuerpo y las extremidades les dolían, pero los rasguños y las heridas abiertas que les había dejado en alfa afortunadamente se habían cerrado. Lo cual indicaba dos grandes cosas: se estaban recuperando, y ninguna de ellas había adquirido el gen de la licantropía. Lydia sentía que todas las células de su cuerpo estaban siendo reconstruidas desde el principio, causándole un enorme dolor; aunque, por otro lado, Allison estaba más… ¿Tranquila? Si es que se le podía catalogar así a alguien que no se quejaba con el argumento de que había sentido peores dolores en otros enfrentamientos.

    Derek no era nadie para juzgar.

    Sin embargo, cuando ya todos se disponían a huir como fugitivos, el sonido de unas sirenas se escuchó en el ambiente.

    Era el final.

    Solo que nadie sabía cómo ni por qué la policía estaba ahí si nadie había avisado.

— ¿Señor Whittemore? —la voz de una mujer se escuchó detrás de la puerta—. La policía lo está buscando, dicen que quieren hablar con usted y sus amigos.

    Jackson, junto con los demás, se exaltó hasta tal punto de dar un brinco ridículo en su puesto.

— Ya vamos… gracias, Karen —exclamó Jackson. Se escucharon pasos alejándose de la puerta—. ¿Algunas últimas palabras antes de que nos pudramos todos en la cárcel?

— Esto tiene que ser un error. —murmuró Scott.

— Quiero verte intentar decirle eso al sheriff de este condado cuando te esté esposando, idiota —Jackson gruñó—. ¿En serio soy el único que está asustado en estos momentos? ¿No hay nadie normal, aparte de mí, en esta habitación?

— Si tú eres el ejemplo de normalidad, entonces todos estamos bien jodidos. —Erika respondió antes de levantarse y estirar sus extremidades.

    Derek les gruñó a los dos lobos antes de que comenzaran a pelearse por egolatría.

    Sus ideas no podían caminar correctamente en su mente sin sentir el enorme disturbio de la realidad.

    Derek suspiró después de unos segundos de preguntarse qué es lo que haría su mamá en esta situación. Luego simplemente se levantó, como si estuviera yendo a su propia ejecución, y les hizo un gesto a sus compañeros para que también se levantaran —aquellos que podían hacerlo — y los encaró.

— Esto puede verse como un claro delito, porque lo es en… ¿Todos lados? —Derek habló un poco dubitativo a lo último, realmente no sabía si el homicidio se consideraba un delito en todas las culturas del mundo—. Pero nosotros no hicimos nada malo. Por lo que no tenemos por qué temer…

— ¿Estás seguro de eso? —Erika preguntó—. Mover un cuerpo de una escena del crimen se considera saboteo, en muchos lugares se puede tomar como obstrucción de la justicia. Y bueno… seríamos cómplices de homicidio.

— Dios mío, ¡¿y si te callas un mes, Erika?! —Jackson exclamó realmente molesto—. ¿Por qué eres la única que hablas?

    Erika solamente hizo un gesto terriblemente grosero hacia Jackson.

    La puerta, sin embargo, fue tocada nuevamente.

    El sonido fue salvaje. Y eso hizo que todos se crisparan dentro de la habitación.

    Derek abrió la puerta.

    Fue la segunda vez en donde se encontró delante de tantos policías con una mirada totalmente desaprobadora.

— ¿Pueden repetirme el por qué tienen a una chica muerta en su habitación?

    Derek evitó a toda costa suspirar. O demostrar cualquier signo de debilidad frente a las personas que podían meter en una prisión el resto de su existencia; que, si tampoco respondía bien a esas preguntas, podría ser muy corta.

    Resulta que el grupo de personas que estaba tocando la puerta venía en representación de la policía del condado de Beacon Hills junto a la policía del condado en donde estaban actualmente, ya que el sheriff Stilinski había hecho una llamada para reportar un enorme problema que había acontecido en dominios ajenos con un grupo de personas que eran miembro de su jurisdicción.

    La manada quedó anonadada al observar como todos los policías entraban y esposaban a los integrantes, incluyendo a las chicas y a Stiles que apenas y podían sentarse tras la enorme paliza recibida hacia unas horas atrás.

    Los miembros trabajadores de las cabañas de la familia Whittemore observaron con una morbosa curiosidad como transportaban a los adolescentes esposados hacia las patrullas que estaban afuera. Parecían que por fin tenía algo jugoso sobre que chismear, o en caso contrario, una prueba infalible que podrían utilizar en cualquier momento para cualquier ocasión en la que pudieran tomar cualquier tipo de ventaja para con sus superiores.

    Tal vez en ese momento Jackson pensó en que tratar bien a las personas que trabajan para su familia era tal lo ideal para tener lealtad. O tal vez pensó en que no debió aceptar ese viaje solamente para hacer enfurecer a Stiles.

    Era algo que nadie sabría.

— Recibimos una llamada desde el condado de Beacon Hills por parte de Sheriff Stilinski —un oficial sin nombre habló hacia la manada—. Nos habló acerca de un ataque hacia un grupo de adolescentes que pertenecía a su jurisdicción...

    La manada llegó hacia el grupo de patrullas reunidas en el estacionamiento de las cabañas, y fueron rodeados por el mismo grupo de policías que entraron en la habitación. Aquellos que no podían caminar ni sostenerse bien sobre sus pies, fueron colocados en sillas de ruedas que —convenientemente— estaban puestas alrededor. Las chicas lo agradecieron silenciosamente, y Stiles, quien estaba esperando que su papá no haya hablado en su contra, suspiró internamente tratando de conciliar la idea de que iba a vivir de ahora en adelante en un estado de continuo silencio y privación de libertad.

— Sabemos que uno de ustedes se comunicó con el sheriff Stilinski, e ignoramos el por qué no se comunicaron primero con las autoridades de Ohio; pero el punto sigue siendo el mismo.

    Nadie comentó ni agregó algo elocuente.

    Afortunadamente.

— Necesitamos hablar con ustedes, uno a uno, para saber que sucedió antes de que todos terminen en la cárcel.

    Y, como si la palabra «cárcel» pronunciada por la autoridad hubiera tenido el efecto final en cada uno de ellos, la manada cooperó.

    A lo lejos Derek observó al sheriff Stilinski, quien estaba con el agente Parrish y un grupo de personas que Derek asumía eran miembros de la policía de Ohio.

— ¿Cómo llegó el sheriff Stilinski tan rápido hasta acá? —Derek preguntó tratando de sonar casual.

— Por un helicóptero. Después de la alarma que nos dio, decidimos enviar uno lo más rápido posible para evitar... problemas entre estados.

    Y con esa pregunta, la ronda de dudas por parte de los —ahora— sospechosos se había acabado.

    Derek fue el primero en ser interrogado al tener el porte de líder. Fue llevado hacia un extremo en donde no pudieran escuchar los demás (o esa fue la intención del oficial) y comenzó con la ronda de preguntas.

    Las preguntas fueron diversas. Comenzaron realmente leve, como su nombre completo y dirección de vivienda, lo que hizo que Derek tratara de evitar inmensamente colocar los ojos en blanco; pero en algún momento las preguntas comenzaron a escalar hasta un punto en el que el hombre no se sentía cómodo. Tanta seriedad y hostilidad que emanaba el oficial le estaba colocando los vellos de punta, y la innegable necesidad de atacar se hacía cada vez más y más difícil de controlar hasta que finalmente llegó a la pregunta que más temía.

— ¿Pueden repetirme el por qué tienen a una chica muerta en su habitación?

    Derek sintió que el mundo se les iba a los pies cuando tenía que repetir el por qué Audrey estaba muerta.

— Fuimos atacados en la noche mientras estábamos de expedición —repitió Derek la verdad a medias que había improvisado sobre la marcha—. Nos separamos en algún momento porque no podíamos ver en la oscuridad; y algunos salimos realmente heridos mientras que otros apenas y tuvimos rasguños —Derek mostró los moretones que aún estaban curándose tras el ataque del alfa—. Pero Audrey, la chica muerta, gritó en algún momento y eso nos hizo encontrarnos nuevamente. Ella se resbaló, o eso es lo que creemos; y cuando la encontramos, su cuello estaba roto...

    Derek sentía una fría ira recorriendo por su cuerpo al tener que mentir sobre la muerte de una chica inocente. Se sentía sucio, horriblemente hipócrita al no decir la verdad y estar ahí parado delante de una persona de la ley inventando mentiras sobre alguien a quien apenas si conoció. Por más que estuviera molesto con la chica, no quería que ella muriera; y ni mucho menos quería ser esa persona que estaba ocultando su muerte porque tristemente el mundo sobrenatural no podía ser revelado a todos.

    Era como si todas las oportunidades de ser una mala persona se hubieran juntado en ese momento.

    Y Dios verdaderamente lo sabía, Derek estaba entrando en ese punto donde la culpa lo orillaba lentamente a hacer cosas que no quería hacer. Como, por ejemplo, sentir la desesperada necesidad de echarse toda la culpa del asesinato de la chica y pagar por un crimen que no había cometido (pero del cual, irónicamente, se sentía culpable).

— No podíamos simplemente pedir ayuda. La señal en el bosque no existe. Y en la desesperación, tomé su cuerpo para llevarlo a un lugar seguro... Ni siquiera me había percatado que mis amigos estaban heridos también... y tampoco me percaté de mis heridas... todo fue muy rápido.

    El oficial lo observó fijamente.

— Sé que mientes —le dijo con simpleza—. Sé que todos están mintiendo.

— ...

— Pero el sheriff Stilinski no lo sabe, ¿verdad? —preguntó el oficial. Su presencia se hacía más y más grande, hasta el punto de casi descomponer a Derek—. Él no sabe lo que genuinamente pasó en el bosque, ¿verdad?

    Esa pregunta, si podía ser sincero, lo descolocó un poco. El agente hablaba como si realmente supiera algo que no debería saber. Casi parecía ser un cómplice en el silencio tácito que estaba guardando Derek. ¿Pero cómo era eso posible?

— ¿Qué es lo que está insinuando? —Derek preguntó sin rodeos. Estaba harto de tener que tocar el suelo con cuidado.

— El alfa. Lo encontraron, ¿verdad? —preguntó el agente sin cambios en su voz. Para cualquier persona ajena a la conversación, parecía que el agente solo estaba haciendo preguntas de rutina—. Ayer escuchamos el rugido feroz del alfa de esa... terrible manada. Y hoy, por "azares" del destino, nos llama un sheriff de un sitio llamado Beacon Hills para informar sobre un problema que concierne a personas de su pueblo... pueblo que es dirigido principalmente por la manada Hale... ¿No crees que es muy sospechoso?

    Derek suspiró.

    Finalmente lo hizo. Mostró debilidad.

    El agente, sin miedo a nada, se identificó a sí mismo como un beta gracias a sus brillantes irises dorados.

    Derek solo podía pensar en lo extrañamente conveniente que era esta situación. O en lo muy jodido que podía terminar si el beta terminaba ser parte del equipo contrario.

— Seré sincero contigo, alfa Hale —comentó el agente—. Lo que ustedes hicieron está catalogado como un delito sumamente grave en... ¿Todo el mundo? —preguntó retórico—; y es algo terrible. Además, son cómplices del asesino de esa muchacha por encubrir el crimen y trasladar el cuerpo sin permiso, además de sabotear una escena del crimen y quién sabe qué otras cosas más... Pero han asesinado al alfa de la manada, y eso, más que un crimen, es un milagro.

    Derek parpadeó confundido.

    ¿A qué estaba jugando ese señor?

    ¿Iba a ir preso o no?

— Llegaremos a un acuerdo con el sheriff Stilinski, puesto que ustedes no mataron a esa muchacha.

    Derek simplemente miró a la nada, esperando algo.

    Sentía que su suerte estaba siendo apostada en algún tipo de establecimiento clandestino. Pero si algo estaba aprendiendo sobre la marcha, es que tenía que dejar de forzar los límites que encontraba si deseaba tener un final feliz.

    Entonces, el agente le quitó las esposas que Derek tenía durante todo el rato y caminó hacia donde estaba su grupo de amigos.

    Ellos habían escuchado toda la conversación, obviamente, por lo que no fue sorpresa ver sus rostros totalmente preocupados y ansiosos.

— Creo que lo único que puedo decir es que los viajes se acabaron durante un largo rato. —comentó Derek como si nada.

    Nadie se atrevió a contradecirlo.

*

*

    Stiles no estaba seguro de que procedía ahora que su papá estaba involucrado en este asunto.

    Aunque, en el estado en el que se encontraba en ese momento, era justo decir que no estaba seguro de nada.

    El interrogatorio pasó con todos los miembros de la manada sin que ellos mismos se dieran cuenta. Las chicas y Stiles fueron los últimos por obvias razones. Les tomaron fotos a sus extremidades afectadas por los moretones y tomaron sus declaraciones como testimonios de la larga historia que Derek había contado (antes de que el agente policial/lobo/aliado-enemigo descubriera la mentira). Para el resto de los oficiales que venían con la patrulla el testimonio no les alertó de algo peor de lo que podría haber ocurrido, en especial porque el sheriff había dicho algo parecido cuando contactó con ellos; así que, sin mucho que decir, los adolescentes estaban detenidos momentáneamente en la estación policial del condado hasta que terminaran de transcribir las declaraciones.

    Nadie lo sabía, excepto Stiles, pero ellos realmente no pasarían más de un día en prisión.

    Su padre se encargaría de ello. Lo cual, verdaderamente, era una sentencia de muerte a futuro.

    Antes de que la policía los subiera a las patrullas, una sección encargada del departamento de la morgue del condado llegó a las cabañas y retiró el cuerpo sin vida de Audrey que comenzaba a mostrar los vestigios de rigor mortis.

— Sigo sin entender cómo pueden meterse en tantos problemas cuando supuestamente iban a hacer algo tranquilo —el sheriff Stilinski comentó por lo bajo a Stiles después de observar como el grupo de la morgue guardaba el cuerpo de la chica en una bolsa negra para cadáveres—. Tienes una suerte increíble...

    Stiles ni siquiera respondió lo que su papá le decía.

    Él solo pensaba en lo jodido que era la situación en general.

    Y ahora, regresando de vuelta al presente, Stiles estaba descansando la cabeza contra la pared mientras pensaba en todo y nada al mismo tiempo.

    ¿Qué sería de ellos cuando regresaran a Beacon Hills?

———

Notas finales:

Jijiji, hola.

Un mes desde la última actualización.

En mi defensa, debo decir que realmente no esperaba que esta historia me tomara tanto tiempo en planearla. Al inicio solo quería una historia corta sobre Derek y Stiles siendo tontos entre ellos mismos hasta que terminaran dedicándose la luna mutuamente; pero ahora está más elaborada de lo que esperaba... Ahora tengo que pensar en asesinatos, crímenes, luto y cosas de las que quería huir xd.

Pero me encanta.

Y bueno, mentiría si dijera que sé que es lo que viene a continuación. Solo me dejaré llevar por la corriente.


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