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La Elección por Liss83

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James respiro hondo y se dirigió a la sala de su habitación, iba sentarse a revisar la programación en el televisor, cuando escucho que llamaban a la puerta. “Qué raro “pensó. No había pedido nada a la habitación. Aunque habían un par de cosas que le gustaría probar del menú. Abrió y se sorprendió al ver una espalda ya conocida

 

 

 

-          ¿Babba? – dijo el joven

-          James, ¿aún no estas cambiado? – dijo T’Chaka sorprendido

-          No me siento bien – dijo este – y T’Challa dijo que me podía quedar

-          ¡qué pena! – dijo T’Chaka – traje algo que queria que uses esta noche – y le entrego una pequeña caja

-          ¡Es bellísimo! – dijo el joven sorprendido al ver anillo que descansaba en su interior

-          ¿Puedo? – pregunto el rey y James extendió la mano para permitir que se lo colocase – Le perteneció a mi tatarabuelo – dijo su suegro –. Su esposo, el rey, se lo regalo  el día que supo que mi bisabuelo venia en camino

-          ¿Tu bisabuelo? – dijo Jame mirándolo sorprendido

-          Él hizo el mismo ritual que tú – dijo T’Chaka

-          ¡Oh…! – dijo James

-          Sé que esto es nuevo para ti – dijo el mayor – pero no tengas miedo a fallar. Fuiste educado desde pequeño para ocupar este lugar.

-          ¿Cómo dice? – dijo James

-          Negus y yo tuvimos interminables conversaciones estos años al ver el lazo que te unía con T’Challa. Queríamos que tanto Nakia como tú tuvieran las mismas oportunidades de convertirse en la nueva reina – sonrió –. no somos tontos, sabemos cuándo un amor nace y crece a través de los años, porque aunque nunca lo dijeron siempre estuvo ahí ¿no?

-          Mi rey me honro con su amor – dijo James

-          Yo creo que el honrado es otro – dijo el rey – ¿te molesta si caminamos un rato?

-          Por supuesto que no – dijo James cerrando la puerta y salieron al pasillo

-          James, ¿te puedo hacer una pregunta muy personal? – caminando dijo con las manos en la espalda

-          Por supuesto, babba – dijo el joven

-          ¿Tú amas Wakanda? – pregunto T´Chaka

-          ¡Por supuesto! – dijo James sorprendido – ¡es mi país!

-          Déjame plantear desde otro ángulo mi pregunta – dirigiéndose a un balcón – si hubiese un problema internacional ¿Te identificarías con Estados Unidos o Wakanda?

-          Yo soy Wakandiano – dijo James con voz firme y segura – y si tuviera que ofrendar mi vida por algún país, solo lo haría por Wakanda. Por ningún otro. Si tuviese que comparar mi amor por Wakanda solo lo haría con el amor  que le tengo a mi babba o a su hijo. Y no voy a permitir que nadie ponga en duda eso, ni usted majestad, ni nadie – y no pudo evitar empuñar ambas manos

-          ¡Pero permites que humillen Wakanda! – siseo T’Chaka

-          ¡Jamás! – replico el joven

-          Cuando permites que te humillen a ti – dijo el hombre – permites que humillen a Wakanda. ¡ahora tú eres Wakanda! – y parecieron eternos los segundos en los que ambos se desafiaron con la mirada hasta que James giro y se dirigió nuevamente a su recamara

 

 

 

De atrás de unas macetas salió Ramboda tranquilamente mientras su esposo respiraba hondo

 

 

 

-          Crees que se me fue la mano – dijo el hombre

-          Mentiste en todo – dijo su esposa – excepto en lo de tu abuelo, pero…

-          ¿vas a delatarme? – dijo T’Chaka

-          No – dijo Ramboda con simpleza – me doy por bien servida. Aceptaste públicamente que James es la persona adecuada para nuestro hijo y para nuestra nación

-          ¿Así? ¿tan fácil? – dijo el hombre -  ¿Dónde está el truco?

-          Démonos prisa – dijo ella – muero de ganas por ver la entrada de nuestro yerno a esa fiesta. Ya después me llevaras a Paris

 

 

 

T´Challa salía de su dormitorio cuando vio a James entrar distraído mirando su mano

 

 

 

-          T – dijo el americano levantando la vista – ¿ya estás listo?

-          Si amor – dijo el rey – no sabía que habías salido. ¿Te sientes mal de nuevo? En serio no hay…

-          Todo lo contrario – dijo James sonriendo – quiero ir. Quiero dejar en alto el nombre de Wakanda. Y quiero caminar de tu brazo. dame diez minutos y estaré listo

-          James – dijo su esposo deteniéndolo – si no te sientes bien, mi babba puede representarnos

-          T’Challa ¿crees que estoy listo para asumir mi rol como tu consorte? – pregunto James

-          Por supuesto – dijo su esposo –. A veces creo que naciste para esto. Solo te falta… más confianza en ti.

-          Si tú crees que puedo – dijo James sonriendo – no tengo de que preocuparme

-          Mi reina es perfecta – dijo el moreno abrazándolo por la cintura – no importa lo que haga ni lo diga. Es perfecta

-          Y mi rey es un exagerado – dijo James sonriendo en medio de un beso

-          Creo que no es tan mala idea que mi babba se haga carg…

-          Ni pensarlo T’Challa Udaku – dijo James alejándose – iremos a esa cena y luego atenderemos tu… bueno ya sabes. Ahora sé un buen rey y déjame vestirme

-          Te prefiero desvestido

-          Pues tendrás que esperar para esa parte – dijo mientras buscaba su ropa y su esposo resoplaba sentándose en la punta de su cama

 

 

 

La música era suave y el salón muy bien iluminado.  James vestía un traje bastante parecido al de su esposo, aunque con colores más claros. Una especie de mascada dorada que le cubría el hombro y el brazo izquierdo. Su cabello caía en cascada enmarcando su rostro sin rastro de bello facial. Todos sus accesorios eran el anillo que su suegro le había entregado hacia una hora y el collar con el que T’Challa le había pedido matrimonio. En la mano llevaba un pequeño bolso.

 

 

 

En cuanto entraron todas las miradas se posaron en ellos, y el largo desfile comenzó. La presentación casi personal que le hacían de que cada asistente a la fiesta a James, que de no haber tenido cerca a su esposo se hubiese mareado. Aunque tener a una Dora Milaje le daban una seguridad extra para lo que venia

Fue exactamente una hora después de su llegada que se alejó del brazo de su esposo para tomar unos bocadillos que se le antojaron, cosa rara en él, cuando sintió una presencia detrás suyo y volcó para encontrarse con una mirada casi asesina

 

 

 

-          ¿te crees muy listo, idiota? – siseo la mujer con una sonrisa en el rostro

-          Buenas noches señorita Munroe – dijo James

-          Te pague una suma considerable para que propiciaras mi encuentro con T’Challa y lo que has hecho no es otra cosa que mantenerlo alejado de mi – dijo la mujer dando la espalda al salón – ¿quieres más dinero? ¿es eso? Dime tu precio y lo duplicare

-          Mi matrimonio no tiene precio – dijo James con una seriedad mortal – pero me asegurare que usted pague el insulto proferido en mi contra, la de mi relación y mi país

-          ¡Y a mí que me importa con quien te revuelcas, infeliz! – alzo la voz Munroe – escúchame, si no quieres…

-          Como le dije antes – dijo James sacando el dinero que la mujer le había dado y dejándolo caer a sus pies – creo que me confunde

-          ¿pero quién te crees para tratarme así igualado? – dijo la mujer más molesta – ¿acaso no sabes quién…?

-          ¿algún problema, mi rey? – dijo T’Challa parándose al lado de su esposo  y rodeando su cintura

-          La señorita Munroe insiste en que le ayude a agendar una cita contigo – dijo James sin  desprender la mirada del rostro de la mujer quien perdió color al instante – pero para ser una mujer tan inteligente no logra entender que soy tu esposo, no tu secretario

-          ¿Di… di… jo e… e… spo… so? – pregunto la mujer nerviosa

-          James y yo llevamos un año de casados pero quince de relación – dijo T’Challa algo intrigado por las palabras de su pareja, y James lo miro sonriendo – es una historia larga y muy romántica. Se lo aseguro ¿no, mi rey?

-          Nuestro propio cuento de hada – dijo James mientras unían sus frente y cerraban los ojos

-          Alteza – dijo Nakia acercándose al lugar inclinando levemente la cabeza en dirección de James – el embajador de Australia desea conversar con mi señor

-          Por supuesto – dijo James mirando nuevamente a Munroe –. Mañana tengo una reunión con el canciller McCoy estoy seguro que su nombre aparecerá en algún momento de la conversación. Buenas noches – y la pareja se giró para alejarse hacia el otro extremo del lugar

-          ¿Y ese dinero? – pregunto Okoye mirando hacia los pies de la mujer blanca antes de girarse también y seguir a sus soberanos junto con Nakia

                                              

 

 

Munroe estaba paralizada, ¡no podía ser! ¡Eran…! Había tratado al gobernante de un país extranjero como si… ¡Por Dios! ¡Las repercusiones que tendría eso para los Estado Unidos podían ser devastadoras! ¿Y su carrera? En menos de cinco minutos había terminado con todo por lo que había luchado toda su vida

Sin embargo la bulla de la muchedumbre del lugar la saco de sus pensamiento y se acercó lo más deprisa que pudo al lugar donde la gente se congregaba para ver. Arrodillado y con la cabeza de su esposo en sus manos, el rey T’Challa ordenaba desesperado que llamen a un médico mientras su guardia personal los rodeaba

 

 

 

Sentados en la sala de un hospital cercano una hora  más tarde, T’Challa se pasaba una y otra vez la mano por el rostro. ¿Cuánto más iba a tardar?  No sabía si su esposo había despertado o el cuadro se había complicado. Era una escena bastante parecida a la que habían vivido hacia poco más de un año, durante la noche siguiente de su boda. Su madre le masajeaba los hombros tratando de tranquilizarlo, pero era imposible. ¿Y si había sometido a su pareja a demasiado estrés? ¿Y si James enfermaba por estar a su lado? ¿Y si…? la puerta de la habitación se abrió y como si en vez de piernas tuviese resortes, T’Challa se puso de pie.

 

 

 

-          ¿Cómo está mi esposo? – pregunto el joven rey

-          Es un cuadro complicado – dijo el médico – el tumor ha crecido

-          ¿tumor? –dijo la familia real sorprendida

-          ¿de qué tumor habla, doctor? – siseo T’Challa

-          ¿no lo sabían? – dijo el médico mirado a los presentes – debieron ver algunos síntomas

-          No habido nada fuera de lo normal en los últimos… – pero la voz del monarca se fue apagando

-          Se le hizo una ecografía y se le detecto un tumor de unos dos centímetros de largo a la altura del vientre. Es necesario operar cuanto antes.

-          Quiero verlo – dijo T’Challa

 

 

 

James dormía tranquilamente cuando el rey se acercó hasta su cama y tomando su mano entre las suyas la beso dulcemente. Sus piedras kimoye se activaron

 

 

 

-          Hermano ¿Qué paso? – dijo Shuri angustiada – madre me llamo y dijo que…

-          Shuri – interrumpió el rey – quiero que le hagas una revisión a James con sus piedras

-          ¿Qué busco? – dijo la chica

-          Algo que no se vio en su último chequeo – dijo el moreno

-          ¿Estas acusándome…? – decía cuando interrumpió abruptamente – ¡hermano!

-          ¿Acaso eso…? – dijo T’Challa acercándose al holograma que se proyectaba en la pared

-          Parece… – dijo agrandándolo mas

-          Saldremos en una hora a Wakanda – dijo el rey – asegúrate que Negus este en palacio

-          Claro, majestad – dijo la su hermana analizando el escaneo que acababa de recibir

-          Y Shuri – exhortó el mayor – ni una palabra a nadie. Wakanda por siempre – y la princesa respondió con la misma frase antes de desactivar sus piedras

 

                                                                                         

 

 


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