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Aioros De Sagitario por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Advertencia: Armas de fuego, mencion de asesinatos, bandas delictivas, acoso.

-¡¡¡ALTO ALLÍ!!! ¡¡¡DETENTE!!!- Con pistola en mano, apunta a aquel delincuente que se ha estado escapando varias veces de las garras de la justicia, pero esta vez… Ha sido suficiente.

El criminal de ropas negras, le da la espala al oficial de ropas oscuras, el cual no deja de apuntarle.

-¡¡¡CENTRAL, TENGO AL SOSPECHOSO DELANTE DE MÍ!!!- Habla rápido por la radio que lleva en su brazo -¡¡¡LEVANTA LAS MANOS Y DATE LA VUELTA!!!- Ordena a aquel que no deja ver su rostro.

-Tsk- Es lo único que se le escucha, sin siquiera prestarle atención a la orden del oficial.

Sus manos guardadas en las bolsas de su chaqueta negra, claramente esto puede ser una muy posible trampa.  

Aquel oficial de camisa morada oscura, pantalones negros y zapatos de vestir también de ese tono, no deja de ver al criminal, al cual le sigue apuntado con ambas manos listas en el gallito, atento a cualquier moviendo.

-¡¡¡ALZA LAS MANOS Y DATE LA VUELTA!!! ¡¡¡NO LO VOLVERÉ A REPETIR!!! ¡¡¡NO HAGAS NADA ESTÚPIDO!!!- Le ordena, frunciendo el ceño, mientras sus cabellos azul eléctrico ondean con la brisa fría de la noche.

Una sonrisa socarrona se dibuja en los labios de quien evita dejar ver su identidad a este decidido policía. Su cabeza algo agachada, con la respiración levemente agitada, por aquella carrera para poder escapar. Pero ha sido alcanzado por ese hombre, y si bien, no es la gran cosa a su ver… No puede dañarlo.

-¿Qué no haga tonterías? ¿Eh?- Burlonamente deja escuchar su voz, mientras se da la media vuelta, sin dejar que el otro vea su rostro. Da dos pasos hacia el frente, antes que de nuevo el hombre de la ley le grite.

-¡¡¡LEVANTA LAS MANOS Y QUÉDATE QUIERO!!!- No se tentara el corazón para disparar si es necesario. Es un joven oficial que hará respetar la ley a como de lugar.

Aquel hombre de identidad desconocida no avanza, pero sus manos siguen refugiadas en los bolsos de la chaqueta de cuero.

-Eres muy ruidoso- Le habla de mala gana.

-¡¡¡NO ME IMPORTA LO QUE CREAS DE MI!!! ¡¡¡YA HAS HECHO DEMASIADO DAÑO EN ESTA CIUDAD COMO PARA QUE YO HAGA CASO A TUS QUEJIDOS ESTÚPIDOS!!!— Se nota enfurecido, pues la larga lista de delitos cometidos por este sujeto son muchos, y eso desde luego hace hervir su sangre -¡¡¡ENTRÉGATE POR LAS BUENAS!!! ¡¡¡Y SÍ HACES UN SOLO MOVIMIENTO EN FALSO, NO DUDARÉ EN DISPARARTE!!!-

-¿Hacer algo? ¿Cómo que?- Responde ante sus palabras, haciéndose el ingenuo.

El peli azul frunce su ceño, quiere estar tranquilo, pero el conocer el historial de este maldito lo hace enfurecer peor -¡¡¡CENTRAL!!! ¡¡¡¿QUÉ PASO CON LOS REFUERZOS?!!!- No es tonto, y no quiere volver a comer un terrible error, debe hacer las cosas con calma, aunque esté lleno de ira.

-En camino, siguen en persecución- Una voz femenina le contesta, mientras deja el comunicador abierto.

-¿Por qué necesitas a más personas? ¿Crees que de verdad te dañaría a ti, Saga?- En esta ocasión, esa voz se escucha mucho más tranquila y suave, hasta con cierto gusto.

El oficial de policía que se había estado ganado su ascenso con crecer, por méritos propios, casi lo pierde todo, solo por a ver dejado que su enojo guiara un disparo. Eso lo hizo estar bajo la mirada de los altos mandos. Amenazado, con que un error más y seria echado del cuerpo policiaco, por ende está haciendo de todo para resolver casos y no hacer una locura, que le cueste todos sus esfuerzos.

Su respiración al fin se está controlando por la persecución, su mente intenta estar tranquila, pero esto lo está sobrepasando.

Traga saliva, molestándose de inmediato.

-¿Cómo sabes mi nombre?- Pregunta arrastrando las palabras, aparentando su mandíbula y dedo en el gatillo -¡¡¡RESPONDE!!! ¡¡¡¿CÓMO SABES MI NOMBRE?!!!- Grita con fuerza, frunciendo el ceño, pensando en que este idiota debe estar mejor enterado que él.

De entre la capucha de color noche que se camufla con el entorno, una sonrisa retorcida se ha presente, le da igual las advertencias, pues sus pies se dirigen de inmediato hacia el uniformado, pisando firmemente.

-¡¡¡PARA ATRÁS!!! ¡¡¡O VOY A DISPARATE!!!- Advierte, apuntando teniendo un tiro limpio hacia la cabeza de ese ruin delincuente.

-Me estas hiriendo- Canturrea con esa sonrisa socarrona -¿Te has olvidado de mí, tan rápido?- Pregunta ladeando la cabeza, dejándose ver de a poco por el peli azul.

Claro que estos jueguitos fastidian a cualquiera, y Saga ya no tiene la paciencia, ni tiempo que perder.

-¡¡¡¿POR QUÉ TENDRÍA QUE RECORDAR A ALGUIEN COMO TÚ?!!! ¡¡¡QUE TIENE LAS MANOS LLENAS DE SANGRE!!!- Ahora ya no duda, esta preparado para disparar, solo un pasó más, y acabará con la vida de ese maldito, haciéndole un enorme favor a la sociedad.

-¿Por qué?- Su tono de voz se escucha levemente dolido, pero su andar continuar dando un paso más, hasta quedar tan cerca como puede. La capucha se desprende de su cabeza, dejando ver unos cabellos castaños cortos que ondean en el aire nocturno, unos ojos verde oscuro como un bosque, miran fijamente a esos viridian que reaccionan al encontrarse una vez más, sorprendiéndose de mala gana por quien tiene delante.

Su respiración se agita, aspirando por la boca profundamente, sus manos levemente tiemblan al verlo de nuevo.

-¿A… Aioros?- Es lo que su voz deja escapar, con la boca abierta y sus ojos llenos de incomprensión.

Aquel quien recién se muestra, sonríe, sus ojos verdes clavados en el peli azul, ladeando la cabeza, mientras en su rostro el éxtasis se apodera -Es maravilloso volver a escuchar mi nombre salir de tu linda boca— Coquetea descaradamente, mientras el tiempo parece detenerse.

-Pero…- Se sobresalta, negando con la cabeza, y bajando solo unos milímetros el arma.

-¿Cómo?- Le pregunta, sin dejar de prestarle atención y al notar su rostro de confusión, sigue mirándolo, relamiéndose los labios -¿Cómo es posible que aquel niño que ayudaste, llego a tomar el camino equivocado?- Sus palabras sarcásticas, contienen claras intenciones de solo burlarse en la cara de Saga.

Sonríe ampliamente satisfecho -Te lo preguntas, ¿No?-

Aquel rostro a madurado, pero sigue teniendo esos rasgos que le parecían tan adorables antes, y ahora marcan los años que han pasado y lo ha vuelto en un joven hombre muy atractivo.

Recuerda a ese chiquillo que robo en la tienda que trabajaba y al atraparlo, este le rogó perdón, que no quería hacerlo, pero su hermanito necesita los medicamentos y en efecto, solo era eso lo que tomo.

Saga en ese entonces era un joven de solo dieciséis años y Aioros de unos trece.

Lo dejo ir, y le dijo que si necesitaba algo fuera con él, pero que jamás volviera ha hacer algo así.

Aquel castaño, nunca hubiera pensado que alguien volviera ha hacer amable con él y acepto aquella propuesta…

Pidió su ayuda, y aquel joven Saga, lo hizo con lo que podía, pues igual no le sobraba el dinero, le dio algunos alimentos sencillos y ayudó con un poco del tratamiento de aquel niño enfermizo que Aioros debía cuidar.

El tiempo pasó... Y aquel peli azul le dijo que pasara lo que pasara, nunca se dejara influenciar por la maldad y la codicia qué existen en las calles… Sin embargo, al empeorar Aioria… Y Saga no poder ayudar mucho, Aioros decidió hacer algo… Y al final se alejó de su mano, tanto así que nunca volvió a saber de él a pesar de buscarla día y noche.

Al final se rindió, y su hermano menor le prometió que los buscaría, para que se fuera tranquilo a la academia. Saga, nunca lo olvido y años después, están aquí, de nuevo… Parados frente a frente.

Aquel oficial con sus ojos viridian sin poder creerlo.

-Aioros… ¿Qué fue lo que… Hiciste?- Nunca lo creyó capaz de todo lo que a cometido… De todos sus delitos.

Aquel niño de ojos verdes tan hermosos como un frondoso bosque, que quería cuidar y proteger, se había convertido en un asesino a sangre fría.

-Saga…- Lo llama, ignorando aquella pregunta, acercándose lentamente.

El policía reacciona, da unos pasos hacia atrás, tragando saliva, y tratando de apuntar su arma hacia el castaño -¡¡¡ALTO!!! ¡¡¡NO TE LO DIRÉ OTRA VEZ!!!-

-¿Me dispararías?- Le pregunta, ladeando su cabeza en son de súplica, mostrando unos ojos perdidos por los del peli azul.

Saga intenta mantener su mano firme, pero… Los recuerdos de cuantas veces pasaron juntos, como si Aioros y Aioria fueran sus hermanitos menores, quienes él y su hermano Kanon ayudaron como pudieron.

-Si no tengo otra opción- Responde entre dientes, desviando desesperado su mirada, mordiéndose los labios.

Le sonríe, acercándose al borde de tomar el rostro del peli azul sin permiso, dándole igual que el arma este en su pecho ahora -Mi amado Saga, jamás me heriría, jamás dispararía contra mi, por que sé que soy importante para ti…- Sus ojos brillan con una ilusión tétrica, a la vez que esa sonrisa retorcida aparece -Me lo dijiste y sé que nunca mientes- Esa confianza es obvia, ese coqueteo que no se va y esa socarrona actitud.

Saga simplemente siente que sus manos no le responden, el contacto frío de parte de Aioros es complemente insoportable, pero sobre todo… ¿Como esos lindos ojos verdes, que antes lucían con una pura e inocente alegría, se han corrompido por la codicia?

-Te he extrañado tanto Saga- Un puchero se refleja en su cara, a la vez que un sonoro suspiro deja escapar -Perdón por decepcionarte pero fue la única manera de salvar a mi hermanito y poder volver por ti— Le habla con descaro, acercándose peligrosamente a esos temblorosos labios.

Los ojos verdes entrecerrados, la boca medio abierta, deseando probarlos.

Saga en su consternación, en su susto y asombro, intenta retroceder, pero esas manos se aferran a los laterales de su rostro, y rápido el castaño le roba un beso, uno necesito, deseoso, en donde sin miedo, ni permiso alguno introduce su lengua a la fuerza, para invadir la cavidad bucal del peli azul qué no puede dar crédito a lo que está ocurriendo.

Imagines comienzan a invadir su cabeza, de Aioros cuando más pequeño y de él de joven, cuidándolo, ayudándolo, tratándolo a él y a Aioria como hermanos menores… Nunca imagino, ni se le cruzó por la mente la clase de sentimientos que ese niño guardo por él por todos estos años.

El beso se rompió rápido al escuchar sirenas de patrullas acercándose, y Aioros solo relame sus labios, robo un beso de esa boca que deseaba tanto probar.

Un hilo de saliva se rompe rápido, y el castaño se limpia con el pulgar, sonriendo, para de manera descascarada tomar el arma del mayor con todo y mano, y la apunta directo a su corazón -Si quieres acabarme, ¡¡¡HAZLO AHORA!!!- Abre sus ojos de par en par, en un son de locura -Pero sino lo haces- No puede evitar admirar el sorprendió rostro del oficial y sentir que su desquiciado amor aumenta -Te juro que sin importar lo que pase volveré por ti y te haré mío de todas las forma posibles- Esa sonrisa socarrona, satisfecho, sabe que ha ganado.

Su mano sujeta aquella pistola, qué topa con el pecho de quien alguna vez fue un niño que protegió y quiso, pero no de esta forma, no así, ni ahora. El adulto en el que se convirtió es todo lo contrario a lo que él espero para Aioros.

-Estás loco…- Balbucea esas palabras levemente sonrojado, desviando su mirada, escuchando las sirenas acercándose -¡¡¡¿Cómo pudiste asesinar a tantos, y decir, y hacer esta clase de estupideces?!!!- Recriminar los actos impíos de este castaño, sujetando con mayor fuerza el arma, listo para disparar.

Ladea su cabeza, mira esos viridian ojos llenos de rabia, es algo que le intriga -Todos ellos se interpusieron en mi camino de alguna u otra forma debía acabarlos ¿Lo entiendes?- Le pregunta, dándole una sonría de nuevo -Si, Saga estoy loco…. Y por ti, haría todas las masacres posibles- Lamiada verde cada vez se vuelve mucho más perturbable- Solo quiero tu felicidad y te deseo solo a ti- Relame sus labios, es sin duda tan diferente al Aioros del pasado que Saga soló se sigue sorprendiéndose mala forma.

Pero el tiempo es poco y es momento de irse -Fue un gusto volver a verte, mi adorado Saga. Sin embargo, por ahora me debo marchar— Y sin dejar de sujetar esa mano con el arma, la besa en el dorso, y un suspiro de felicidad deja escapar -Lamento decirte que no dejaré de acabar a mis enemigos, hasta que tú y yo estemos juntos una vez mas-

Esa palabras solo provocan al mayor, que rápido arrebata su mano y recuerda que nunca debió bajar la guardia -¡¡¡¿QUÉ DIJISTE?!!!- Grita alterado, apuntando al contrario.

Pero unos pasos atrás se hacen presentes, como las sirenas más cerca -Voy a seguir peleando por estar a tu lado, sin problemas, sin precariedades, ni necesidades. Tendré todo listo para cuando tú me pertenezcas, Saga- Sus ojos se afilan con determinación y su sonrisa se vuelve más siniestra -Ya no volveré a alejarme de ti, te lo juro— Habla por última vez, dejando sin palabras al peli azul, que tembloroso no logra disparar su arma, ya solo ve la espalda del castaño qué alguna vez fue un niño dulce, que ante sus ojos vuelve a serlo, pero poco a poco esas alas que parecían de un ángel, se van cayendo para dar paso a las de un demonio… Que lamentablemente ese niño se ha vuelto.

Deja caer los brazos a sus laterales, impactado por darse cuenta que ese asesino, ese maniático, es aquel quien ayudo años atrás, esperando que nada malo le pasara. Se da cuenta que en cierta forma, es parte responsable -¿Cómo pudo… Terminar así?- Se sigue preguntando esto, mientras deja escapar un suspiro y sus ojos aun están lleno de desconcierto absoluto como de vergüenza por no a ver matado a su objetivo, y a verse dejado besar por él.

Un recuerdo que lo perseguirá hasta que lo atrape, pero… Deberá ser más rápido y listo, sino… Sera atrapado por él, y jamás escapara, esa es la nueva promesa de ese chiquillo.


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