Luego de enlazarse Rin y Haru tomaron una semana libre para poder estar juntos, ninguno quería estar lejos del otro y sabían que necesitarían tiempo para ellos una vez se hubieran enlazado.
Rin había pasado todo ese tiempo entre los brazos de Haru, pidiendo su atención entre caricias y besos; no quería más que tenerlo cerca y tener su compañía. Para Haru no había sido muy diferente, disfrutaba de tener a Rin pidiendo su atención y ronroneando todo el tiempo.
Pero Haru debía volver al trabajo, su permiso había terminado y por más que quisiera seguir en casa no podía hacerlo. Sabía que el celo de Rin estaba cerca y ahora sería más difícil para él estar tranquilo, pero no podía faltar más tiempo.
Se preparaba para partir, solo terminaba de preparar su atuendo y se encargaba de alistar el desayuno para Rin cuando lo sintió rodeando su cuerpo por la espalda frotando su rostro contra él. Aun estaba adormilado y lo sabía por la forma en que murmuraba.
—Deberías volver a la cama, ni siquiera has despertado bien —sabía lo que intentaba por la forma en que lo acariciaba y no podía dejarse llevar.
—¿Por qué no puedes quedarte aunque sea un día más? —acariciaba lentamente su cuerpo sin separarse de él, sería la primera vez desde que se enlazaron que no estaría todo el día con él y no iba a aceptarlo tan fácil.
—Porque el tiempo de mi permiso terminó y debo volver a trabajar —intentó liberarse de su abrazo, también quería tenerlo cerca y sabía que estar así no ayudaba.
—No pasará nada si faltas hoy, es solo un día y yo te necesito aquí —seguía aferrado a su cuerpo, no quería separarse de él aun—. No puedes decirme que el trabajo es más importante que yo.
—No fue eso lo que dije —Rin intentaba convencerlo, pero no podía dejar que lo hiciera—. Iré a trabajar y cuando vuelva podemos estar juntos todo el tiempo que quieras.
—Pero quiero que estemos juntos ahora —sabía que no era justo para Haru, pero más allá de su instinto, lo que más deseaba era pasar el día a su lado—. No puedo esperar hasta que vuelvas del trabajo... —acariciaba lentamente su cintura intentando deshacerse de la ropa de por medio.
Rin sabía que su celo estaba por comenzar y era demasiado difícil para él siquiera contener sus deseos. No podía culpar sólo a su instinto, pues en el tiempo que pasaron juntos más de una vez había querido más que solo besos y caricias.
No se había detenido e incluso intentaba deshacerse de la ropa que interrumpía su camino. Haría lo que pudiera para tener a Haru un poco más de tiempo incluso si era injusto para él.
—Rin, basta —detuvo sus manos y se alejó de él, usó el tono que utilizaba cuando intentaba intimidar a otros alfas y era evidente que estaba perturbado por ello—. Debo ir a trabajar, y será mejor que descanses un poco. Me encantaría seguir aquí contigo, pero no puedo tomar más días libres -acarició sus mejillas suavemente, no quería ver esa expresión en su rostro—. De verdad lamento haber hecho eso, es solo que no te detenías y...
—Está bien, lamento intentar retenerte, sabes que mi celo está cerca y... —Haru no lo dejó terminar, besó suavemente sus mejillas antes de frotarse lentamente contra él—. Todo está bien, esperaré a que vuelvas.
—Y podemos hacer todo lo que quieras -sonrió acariciando suavemente sus mejillas—. Vendré pronto, y estaré pensando todo el día en ti.
Se despidieron con un suave beso, quizá fueron demasiado optimistas al creer que enlazarse solucionaría todo, y aunque no era así buscarían la manera de solucionarlo.