Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Omega parecido a una flor. (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Con un suspiro febril, Natsume se dio la vuelta sobre la cama. A menudo sucedía que dormía ligeramente durante el celo, pero ahora no podía dormir en lo más mínimo.


Cuando se animó a tomar medicamentos adicionales por la mañana y miró el reloj junto a la cama, descubrió que todavía eran las 4 am. Recordaba que hace tres años había pasado lo mismo que esta vez y, por culpa de eso, todo su cuerpo pareció comenzar a temblar.


Se levantó, se sacudió y bebió el té que le prepararon antes de acostarse de nuevo.


Al final, ya eran pasadas las 5:30, por lo que estaba tan oscuro como si fuera la medianoche. Cuando se dijo a si mismo que era diferente al celo de esa época y se relajó, el miedo desapareció un poco pero la fiebre estuvo tan alta como siempre. Cerró los ojos para intentar respirar, pero su piel se sintió áspera ante el tacto de las sábanas que estaba tocando y pensó que era tan incómodo como estar lleno de pequeñas hormiguitas. Era horrible que durante el celo todo lo que tocaba se sintiera un tanto sensual.


Deseaba algo que lo calmara y que tuviera un olor fuerte. 


Una fragancia dura, inquebrantable, de Alfa. 


Natsume miró hacia el armario cerrado y suspiró. Incluso si lo abría, no iba a encontrar nada allí porque lo había tirado todo el otro día y, por desgracia, no pensó en robarle algo que ya hubiera utilizado.


(Harried... Necesito a Harried.)


Trató de olvidarlo, se acurrucó y sostuvo su estómago. No hacía calor, pero era un fenómeno fisiológico que su entrepierna estuviera todavía tan tensa.


Solo quedaba aguantarlo...


Entonces, sintió una señal bastante extraña a su derecha.


Cuando trató de levantarse, descubrió que era una mano que estaba tocando su hombro. 


"Hola..."


Era Kotoku. 


Después de contener la respiración, Natsume intentó levantarse de nuevo.


"¿Kotoku? ¿Por qué entraste?"


Sus hombros fueron empujados y la espalda se le unió fácilmente a las sábanas. Justo al lado de la cara de Natsume, Kotoku se apoyó utilizando toda su mano hasta hundir la cama con su peso y hacer que abriera los ojos casi dos veces más. Era una postura para cubrirlo desde arriba. 


"Escuché que no estabas durmiendo, así que vine a ver qué pasaba. Natsu siempre tiene problemas para hacerlo durante el celo".


Dijo. 


Pero incluso si estaba preocupado, era un momento que no se sentía nada natural. Tal vez era porque la habitación estaba oscura, pero la mirada y las expresiones faciales de Kotoku parecieron ser más agresivas que como era normalmente. Sentía que era aterrador, así que estaba un tanto nervioso.


El hombre bajó los ojos, respiró hondo y se rió.


"La cantidad de feromonas que estás sacando es más alta de lo habitual. No es de extrañar que huela incluso en el pasillo. Es tan rico que me siento incómodo".


Kotoku acarició su cuello y desabotonó la parte superior de su pijama. 


"No me gusta esto del romance, pero no por eso significa que deje de ser un Alfa. Las feromonas omega se pueden oler y producen reacciones físicas en mi".


Estaba tranquilo, pero le daba miedo que tuviera un tono tan educado. Desabrochó dos, tres, cuatro botones, y entonces Natsume cerró las rodillas cuando descubrió que sus pezones se afilaban al exponerlos al aire libre. Se arrepentía de haberse quitado la ropa interior antes de acostarse y se arrepentía de mostrarle ahora su cuerpo a él. Kotoku sonrió mientras alternaba su mirada de un pecho erguido a otro.


"Natsume... Como alfa puedo sostenerte. Si tienes un momento difícil, hagámoslo más fácil juntos".


"Pero yo..."


"No tienes que aguantarlo. Somos una pareja casada después de todo".


"Es cierto..."


"Hmm..."


Le dio unas palmaditas en la barriga y luego acarició la circunferencia de su ombligo. Pero lo que sintió no fue nada parecido al placer sino un sentimiento bastante... Asqueroso. El contacto piel con piel pareció tan terriblemente antinatural para ese momento que deseó retorcerse y huir. Pero Natsume no pudo hacer nada eso. 


(No tengo derecho a huir. Estamos casados y Kotoku-sama es mi benefactor. ¿Y si Kotoku-sama quiere tener sexo?)


Habían pasado 20 años desde que tenía ocho. Especialmente, pareció ser una existencia molesta durante estos últimos 3. No había podido devolverle nada, así que si él quería retenerlo contra la cama, estaba en todo su derecho de hacerlo.


"Voy a hacerlo muy despacio..."


Cuando le tocó el pantalón, como si lo estuviera preparando para tocar su pene, la luz estalló detrás de sus párpados y los mismos sentimientos miserables de su niñez regresaron hasta él. 


"¡No…! ¡No quiero!" Seguramente estaba loco como para rechazar a Kotoku. Pero repetió: ¡Déjame!"


Kotoku, que se tambaleó y puso los pies a un lado de la cama, miró a Natsume con una cara seria y se deslizó hacia la almohada como si estuviera verdaderamente cansado.


"Ay, Natsume".


Los hombros le temblaron cuando escuchó su voz. Había pasado un tiempo desde que lo llamó con su nombre completo. 


"¿No entiendes que pasa con esto o qué es lo que realmente quieres hacer?"


"Kotoku-sama.... Yo..."


"Debes saber que si estás en celo, puedes estar con cualquiera. Independientemente de si es un Alfa o un Beta o un Omega como tú. Solo es basado en la lujuria y la reacción de tu cuerpo. Pero ahora... Natsume me rechazó. ¿Por qué crees que fue?"


Natsume apretó la mano que sostenía su pijama. Estaba mirando a Kotoku pero le dolía la palma de la mano por toda la fuerza que utilizó. La expresión de Kotoku, que estaba oscura y no se podía ver bien, pareció un tanto demacrada...


"¡Porque es más importante tu ser amado que el instinto!"


"Toku-sama..."


Kotoku se sentó al lado de Natsume, quien temblaba y solo podía decir su nombre, y tomó la mano que había estado tocando su pijama. El poder de abrir suavemente sus dedos fue mucho más lindo que cuando tocó su piel la primera vez y por supuesto, ahora no sintió ningún tipo de asco. Kotoku sacó el anillo de platino de la mano de Natsume. 


"Harried es diferente a un pastel de fresas, pero si descubres que lo quieres, tienes que ir por él... No tengas miedo y busca tu propio sueño".


Su dedo anular, sudoroso y tembloroso, también era muy, muy delgado. Natsume se mordió los labios, sacudió la cabeza y luego... Comenzó a llorar.


"No puedo. Porque... ¡Porque no te veré más si lo hago! Además, dejé a Harried".


"Sí, porque te negaste a buscarlo para empezar".


"¡Fue porque me negué! Me negué y ahora..." Movió su cabeza muchas veces. "Yo ya no puedo..."


"¿No puedes? ¿No puedes simplemente decirle que te gusta y empezar de nuevo?"


"No puedo... No puedo porque no sé qué hacer."


"Entiendo. Esto da miedo, ¿No es así?"


La cabeza de Natsume cayó sobre la punta de su hombro y los ojos se le cerraron casi de golpe. El temblor de su cuerpo no pareció querer detenerse fácilmente así que Kotoku acarició su cabello muchas veces como lo hacía cuando era un niño. 


"Tienes miedo de que piense que eres molesto o que no eres suficiente. Tienes miedo de sentirte agobiado y odiado. Es lo mismo para todos los seres humanos, pero, Natsume... Él te ama muchísimo".


"Yo no quiero... Que me dejé como me dejó mi mamá."


"Amabas mucho a tu madre ".


Natsume lloró más fuerte. Le dolía como si le apretaran el corazón. 


Así era. La amaba muchísimo y lo dejó porque era un Omega. No estaba contento con su género. No quería que lo tiraran así de nuevo y no quería ser una carga. Y la única forma de perdonarse a si mismo, era ayudando a Kotoku y separándose de los demás.


"Tengo miedo..."


"Cariño, desde que me convertí en tu guardián, te he dicho que Natsume es importante y muy, muy valioso. Perdoname si no fue suficiente, perdoname. Debí llegar antes, debí recogerte desde mucho antes".


"No... Kotoku-sama no te disculpes. No es tu culpa. Yo te lo agradezco tanto, yo... Estoy mejor ahora por ti."


"Solo desearía poder curar tu miedo. Sin embargo, el papel probablemente es tuyo y de Harried. No mío... Y hablando de papel". 


Lo que sacó del bolsillo de sus pantalones fue justamente un trozo de papel doblado. 


"¿Ibas a tirar el regalo de Harried a la basura? Que mal educado. Satoko lo encontró y me lo reportó antes de que se fuera para siempre."


Y le mostró que en realidad, era más bien una carta. Aunque no recordaba que Harried le hubiera dado una alguna vez.


"¿De dónde...?"


"¿Recuerdas esa billetera larga que te dio hace unas semanas?"


Asintió con la cabeza. Había pensado que era una elección extraña para un regalo y aunque tenía ganas de ver su interior, al final no pudo ni abrirla y terminó, como era lógico, por tirarlo al cesto de la basura. Pero aparentemente la carta estaba escondida entre los pliegues. Harried quería transmitirle algo, pero de una manera cuidadosa. Cuando desplegó el papel, vio que el interior estaba en inglés así que sus ojos se sintieron atraídos por la letra bien organizada y leyó las primeras líneas:


"Querido Natsume, puedes pensar que soy un tonto al esconder una carta de esta manera pero, realmente deseaba hablarte de esto. Quiero decir, tal vez incluso si tratara de decirlo no ibas a querer escucharlo así que, al menos espero que lo leas hasta el final. Quiero decirte que lo más feliz de mi vida fue conocerte. La posición de ser el hermano menor del rey de un país es algo bendecido desde un punto de vista objetivo y es cierto que estoy agradecido por tener una vida sin ningún inconveniente. Había vivido pensando que era lo suficientemente feliz con todo lo que me rodeaba pero, después de conocerte, supe por primera vez que esto era ser DICHOSO. Mi cabeza estaba llena solo de ti, y el alivio vino desde el fondo de mi corazón y se extendió por todas direcciones. Cuando te abracé, no necesité palabras, y cuando te miré, sentí una dulce sensación que nunca había experimentado. Probablemente no recuerdes nada de eso, Natsume, pero no es exagerado decir que me gusta absolutamente todo de ti. Incluso si sabías que era de una familia real en el Medio Oriente, te comportaste racionalmente a mi lado. Y aunque eres tan horrible coqueteando como yo, descubrí que hay algunos lugares suaves dentro de ti que curan a ese egoísta malvado que a veces todavía tenía adentro. Natsume me trajo la mayor felicidad que un humano como yo pudo desear tener y puedo decir muy honestamente, que estoy feliz de que nos hayamos conocido en esa fiesta.


Natsume es la única flor especial para mí, la única estrella que brilla intensamente en mi cielo. Me alegro de que hayas nacido en este mundo y me alegra haber nacido para conocerte. La soledad de los tres años en los que no pude verte fue pesada pero, incluso durante ese tiempo, fui más feliz que antes de conocerte. El mundo parecía hermoso solo de saber que Natsume estaba en alguna parte, viendo el mismo cielo que yo y las mismas nubes.


¿Y sabes? Incluso si no puedes recordar nada, incluso si no estás aquí, puedo decir que siempre amaré a Natsume desde este lugar distante."


Las letras hermosamente ordenadas estaban borrosas ahora debido a sus lágrimas. La mano que sostenía la carta estaba temblando y parecía que sus pulmones no dejaban de arder cada vez que tomaba aire. Incluso la parte posterior de su garganta hacía un ruido extraño, como de hipo


"Yo he... He tenido miedo durante mucho tiempo."


"Sí."


Sentado al lado de Natsume, Kotoku le puso la mano en el hombro para acariciarlo.


"Siempre siento que soy un obstáculo".


"Así es... Pero es diferente para Harried. Para él, Natsume es un tesoro irremplazable en el mundo. Él puede hacerte feliz y tú puedes hacerlo feliz también."


"..."


La carta fue doblada otra vez y Natsume entonces se permitió un momento para cerrar los ojos. Las lágrimas estaban goteando de su barbilla y sus manos estaban temblando ¿Estaba realmente bien creer en eso? ¿Estaba bien volver a confiar en alguien? Kotoku golpeó lentamente su hombro. 


"Para mí, Natsume es mi más amada familia. Eres insustituible así que, voy a usar tus propias palabras contra ti".  Kotoku sonrió mientras tomaba su rostro hinchado y lloroso entre sus manos "Quiero que me devuelvas tu promesa. Págame por lo que hice por ti, yendo con tu persona favorita y siendo más feliz que nadie en este país ¿Por qué crees que te envié a un lugar extranjero?"


Kotoku lo miró a los ojos. 


"Quería que dejaras el nido como es debido. Siempre he querido que vivas como tú lo decidas. Quiero que sepas cuánto potencial tienes y lo maravilloso que eres para los demás. Por eso, aguanté muchas veces las ganas de visitarte." Las yemas de sus dedos limpiaron suavemente las esquinas de sus ojos. "Te amo, muchísimo... Y creo muchísimo en ti también."


"... Kotoku-sama".


No se dio cuenta de que estaba pensando tan fervientemente en él. Era vergonzoso y se sintió hasta un poco estúpido. Natsume miró la carta que tenía en la mano una segunda vez y asintió.


(... Puede que no sea un hombre tan molesto como lo pensaba.)


Al menos Kotoku y Harried lo querían ¿No?


Así que finalmente, FINALMENTE, eso se sintió como un hecho absoluto y Natsume se secó las lágrimas por su cuenta. Ya no era el celo lo que lo estaba adormeciendo, sino una profunda determinación. 


"Lo siento tanto, yo nunca vi que ustedes...".


"Está bien pensar mal de la gente a veces. Pero este, justo ahora, no es para nada el caso ¿Está bien? E incluso si sientes que molestas a alguien alguna vez, lo más importante es que tienes que ser honesto con tus propios sentimientos. Sigue tu corazón y prepárate para tirarlo todo por la borda de ser necesario". 


Fue una expresión que le hizo reír y sentirse más decidido que nunca antes. Cuando se tambaleó, como intentando salir de la cama, Natsume extendió la mano hacia el armario y dijo:


"Iré a buscar a Harried... Estaré de regreso al mediodía así que, por favor, cuida de mi hijo mientras tanto".


"Sí, déjamelo a mí".


No sabía como, pero pensaba que tenía que perseguirlo hasta el fin del mundo de ser posible. 


(Harried, más te vale aparecer. No te he dicho todavía lo que pienso.)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).