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ÍMPETU E INSTINTO por Mon18Zu

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Notas del capitulo:

Puede parecerles confuso que la protagonista sea ustedes mismos pero que no se adecue a lo que ustedes harían. La trama es mía, ponerlos dentro de la historia me pareció interesante.

Además, este es un mundo omegaverse, así que ¿Qué cosas cambiarían por lo que creen que si hubieran hecho?

Y como saben, en SNK todos siempre sufren.

La sala de juntas era una habitación espaciosa en forma rectangular que contaban únicamente con una amplia mesa que se extendía de largo muy cerca de las paredes. Justo por encima del centro de la mesa colgaba una lámpara recubierta de oro, menos llamativa que la que se encontraba en el área del comedor.

 

La habitación no contaba con ventanas ya que se diseñó con el propósito de ser un lugar discreto para hablar libremente. Sabía que las paredes eran más gruesas que las del resto de la mansión y la puerta estaba diseñada para evitar que las voces abandonaran el recinto. Además, la estancia guardaba un viejo aroma a cuero.

 

Todo eso no era importante ahora, porque los únicos tres residentes en la propiedad se encontraban en el interior y la puerta yacía abierta, de par en par.

 

T/N tomó asiento a una altura media de los asientos y su madre se colocó frente a ella. Rico, a su lado, estaba sospechosamente callada, pero T/N tenía otros asuntos en mente, así que decidió ignorar su comportamiento.

 

T/N miró a la hermosa mujer que era su madre, quien echó un último vistazo a la entrada antes de decidir que era momento de comenzar.

 

-Las tropas estacionarias han sido beneficiaron del dinero de la compañía de la familia por más de cincuenta años – Dijo la omega – Para resolver el asunto, el comandante Dot Pixis se ofreció a asegurar un castigo más severo para los hombres responsables de esos horrorosos actos. No obstante, recibió la noticia de que uno de ellos había sido encontrado muerto en el interior de su celda y el otro se marchó de la ciudad. La policía militar le perdió la pista desde que abandonó el distrito de Ehrmich.

 

Acto seguido, perdió el contacto visual con T/N para extraer un grueso y largo pergamino y la alfa se molestó un poco porque Rico había tenido un espasmo en los hombros al oír aquellas noticias. Definitivamente, no fue la muerte de Floch lo que le afectó.

 

-Estarían dispuestos a aceptar una reducción en las contribuciones monetarias y en un plazo de cinco años, la total pérdida de ellas – Terminó, luego desdobló el pergamino y lo deslizó por la superficie, en dirección hacia T/N.

 

-Parece razonable – Concedió ella en respuesta, pero no leyó el pergamino – Sin embargo, no puedo aceptarlo – Su madre no pareció tomar bien sus palabras.

 

-Siempre estuviste ansiosa por llevar la contraria a tu padre, ¿Es sobre eso?

 

T/N también decidió ignorar ese comentario.

 

-El cuerpo de exploración espera en cinco días lo correspondiente al diez por ciento de las contribuciones. Para el final del año, tendrán el resto.

 

-Aún puedes retractarte – Combatió.

 

-No es una opción – Negó en respuesta.

 

-La legión de Reconocimiento no es una división importante, no una que merezca nuestro dinero – Objetó su madre, apretando ligeramente sus puños sobre la mesa. T/N dudaba que se hubiera dado cuenta de ello – No han obtenido resultados en cien años, es ridículo que siquiera lo hayas considerado. Los muros son los que nos han protegido todo este tiempo.

 

-Mi dinero – Recalcó – Y de verdad creo que te equivocas.

 

Su madre mostró una expresión como si acabara de recibir una bofetada.

 

-Nunca te ha importado mucho ese dinero – Susurró forzadamente – De cualquier manera, ¿Por qué elegiste unirte a la Legión y no las Tropas Estacionarias?

 

-Eso es simple – Respondió con una voz profunda – En ese momento, lo que quería era la oportunidad de morir – Intentó adelantarse a las reacciones de las omegas, pero casi al instante supo que no serviría de mucho. La mujer se puso en pie y se inclinó hacia el frente, con las manos sobre la superficie de la mesa.

 

- ¡No lo dices en serio! – Exclamó su madre, apretando los dientes y las lágrimas acumulándose debajo de sus hermosa cuencas. Pero antes de que abriera la boca, escuchó un extraño sonido salir de entre los labios de Rico y al mirar vio que tenía los dientes apretados, al igual que los puños. Se levantó, se dio media vuelta y la enfrentó.

 

- ¿Así es como piensas? – Antes de que alzara los puños, T/N vio las advertencias en su expresión – ¡No te atrevas a dejarme! – Pero T/N fue más rápida. Sujetó sus dos puños, luego la tomó de la cintura, la giró con precisión y la sentó sobre sus piernas, manteniendo un brazo alrededor de los suyos para contenerla. Rico se retorció, sin éxito y cuando se dio cuenta de que no iba a ganarle, la ira la obligó a gritar. T/N dejó que se desahogara.

 

Por su parte, su madre se limitó a mirar el comportamiento de Rico, un tanto sorprendida, sin mencionar que no se movió ni dijo nada.  

 

T/N trató de mantener una mirada inmutable mientras se explicaba. Acercó sus labios al oído derecho de la omega y dijo con suavidad.

 

-Me malinterpretas, Rico. Morir fue una emoción momentánea. Ya no estoy interesada en ello – La agitada respiración de Rico se calmó y T/N supo que la había convencido. Entonces, su madre decidió tomar partido en la conversación, pero también pudo oír los débiles sollozos de Rico y eso la hizo preguntarse si aquella declaración había sido todo lo que de verdad la afectó.

 

- ¡Pero sabes que no fue tu culpa! – Clamó, haciendo un gesto violento con la mano – Tú padre murió de un ataque al corazón, no….

 

Se detuvo porque nuevamente vio a T/N sonreír, pero esta vez su sonrisa no fue de suficiencia o de felicidad. Lo que su madre vio fue tristeza.

 

-No te lo dije porque no quería que me odiaras – Murmuró, aunque su voz, gruesa, era perfectamente audible dentro de la habitación. Suspiró ligeramente y negó con la cabeza – No necesitas saberlo, de todos modos. O tal vez sea el hecho de que si lo digo en voz alta entonces tendré que enfrentarlo. De cualquier manera no te contaré la verdad.

 

Los ojos de su madre permanecieron abiertos, expectantes.

 

- ¿La verdad? – Fue tan solo un murmullo, tan suave que incluso la alfa se preguntó si lo oyó. Luego, su madre se desplomó sobre la silla. Parecía débil, como si sus fuerzas se hubieran acabado de pronto.

 

Debió pasar varios minutos hasta que dijo, con voz endeble:

 

- ¿Pelearon, acaso? – Notó que los sollozos de Rico se habían detenido.

 

- Es posible – Fue lo que dijo. Su madre parpadeó lentamente.

 

- ¿Por qué no quieres decírmelo? – Le rogó - ¿Crees que no podré soportarlo?

 

-Porque no cambiará nada – Susurró y vio en sus ojos cómo se daba cuenta de que T/N decía la verdad.  

 

De pronto, ella se irguió y suspiró profundamente.

 

Se había rendido, no le quedaba duda.

 

-Me basta con saber que no fue a propósito, lo que sea que haya ocurrido. Incluso si lo fue, sé que te arrepientes – Luego añadió con total resignación, evitando su mirada – Perdí a mi alfa. Fue hace años, ya casi no duele. Y tu eres mi hija, lo único que me queda de él – T/N no dijo nada en ese momento, feliz de que se entendieran – Comprendo que no vas a firmar nada de lo que te traje.

 

Antes de que tuviera intención de ponerse en pie, T/N le pidió amablemente.

 

-Quédate a pasar la noche – Debió ser su forma de disponer las palabras lo que la convenció porque la miró con atención, se levantó, cruzando ambos brazos a la altura de las muñecas por delante, y asintió, ligeramente cabizbaja.  

 

Fue un pequeño gesto, pero con ello, su alfa supo que su madre la estaba reconociendo como su superior inmediato.

 

-Estaré con mi hermano – Ese fue otro detalle debido a que de cierta manera le estaba dando la opción de negarle la petición. Era una forma indirecta de pedirle permiso para reunirse con otro alfa.

 

T/N apartó la vista y frunció el ceño un poco, molesta por tener que darle la noticia.

 

-Él se ha ido – Dijo – Si quieres alcanzarlo, puedo pedirte un carruaje.

 

- ¿Se fue, dices? – Preguntó, sorprendida. T/N le devolvió la mirada.

 

-Vino a mí, entendiendo que no cedería ante la idea de nombrarlo presidente de la compañía – Se explicó – Decidió declinar amablemente si disponía cierta cantidad de dinero para sus dos hijas omegas y yo acepté.

 

-Al menos si puede pensar en alguien que no sea él mismo – Murmuró ella, dejando caer sus hombros y cerrando un momento los ojos. T/N parpadeó y luego comprendió que su madre siempre fue planamente consciente de los intereses de su propio hermano – Me quedaré – Dijo mucho más animada porque sonrió un poco – Pero deja que Rico me acompañe el resto del día.

 

Rico alzó la mirada hacia la otra omega, un poco sorprendida.

 

T/N suspiró, dándose cuenta de que su madre temía que le hiciera daño a Rico. No dijo nada, empero. Solo retiró su brazo del torso de Rico y ella se puso en pie, un poco tambaleante. Luego procedió a limpiar los restos de lágrimas de su rostro.

 

-Bien – Accedió, acomodando sus anteojos.  


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