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ÍMPETU E INSTINTO por Mon18Zu

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Notas del capitulo:

En este capítulo le darás una pequeña probada a Rico de que lo es estar en territorio de titanes y Rico se disculpa por atacarte.

-T/N – Apenas oyó que la llamaban, como si el sonido proviniera de debajo del agua – Alfa.

 

T/N abrió los ojos y se topó con la figura de Rico a un costado de su cama. Tenía las manos unidas sobre su regazo y había procurado tomar su distancia.

 

- ¿Por qué me llamas así? – Le preguntó algo desconcertada mientras se deshacía del sueño y parpadeaba. Rico no respondió su pregunta.

 

-Tu madre y yo te hicimos el desayuno – T/N dirigió su mirada hacia la mesa de noche y vio una bandeja de Bambú repleta de platillos. No cabía duda de que olía delicioso – Por favor – Se inclinó hacia el frente y cerró los ojos con delicadeza – Acéptalo cómo un disculpa por haberte atacado anteriormente.

 

T/N no respondió enseguida, en vez de ello se sentó sobre la cama, esta vez con una playera puesta, y tiró de su cabello hacia atrás con la intención de quitarlo de su rostro.  

 

-No estoy molesta, Rico – Le aseguró – Hubiera dejado que lo hicieras de no estar segura de que te lastimarías – No vio cuando Rico se irguió, pero si la sorpresa en sus rasgos. Luego apreció a Rico apartar la mirada, avergonzada.

 

-Tu madre me dijo que lo viste morir – Susurró – Estaba más molesta conmigo misma por no haber estado para ti – T/N dobló una rodilla y reposó uno de sus brazos en ella descuidadamente.

 

- ¿Estarás ahora? – La cuestionó - ¿Irás conmigo a Trost y aceptarás el uniforme del cuerpo de exploración, aún cuando hay muchas más posibilidades de morir?

 

-Iré contigo – Asintió con coraje.

 

-Bien, porque eres candidata para pertenecer al escuadrón de operaciones especiales del capitán Levi – Su expresión pasó nuevamente a la impresión.

 

- ¿El capitán Levi? – Dijo, procesando la noticia – ¿No podré estar contigo?, ¿Cuál es tu escuadrón?

 

-No todo el tiempo – Respondió – Pero el capitán Levi tiene una reputación precedente y estoy segura de que estarás a salvo bajo su cuidado. Tampoco dudo de que lo impresiones – Bajó la rodilla que había alzado y Rico aprovechó al oportunidad para adelantarse rápidamente. Tomó la bandeja y la pasó sobre sus piernas, posicionándola de modo que pudiera comenzar a comer – Estoy bajo el mando del sargento Mike Zacharius – T/N supo que Rico no tenía intención de irse, no después de contarle aquello – ¿Ya desayunaste?

 

Rico negó.

 

-Tu madre dijo que era de mala educación probar alimentos antes que un alfa – T/N sonrió, pero en modo de disculpa.

 

-Mi madre es una tradicionalista. Siéntate conmigo, hay más que suficiente – Rico no lo dudó y subió a la cama. Tomó asiento justo a su lado, de modo que sus brazos llegaban a tocarse y tomó el plato hondo que contenía sopa caliente.

 

-Creo que intenta enseñarme a comportarme mientras aún no este unida a un alfa – Comentó un segundo antes de llevarse la comida a la boca – He decidido no quejarme.  

 

-No creía que tuvieras interés en establecer una unión – Comentó de vuelta.

 

-No lo estaba, pero ahora estoy abierta a la posibilidad – T/N le dio un mordisco al suave pan de centeno y la miró de reojo. Esperó unos momentos antes de reanudar la conversación.

 

-Tu padre si te compartió el proceso, ¿no? – Le preguntó en un tono casual.

 

- ¿El proceso? – Rico inclinó un poco el cuello - ¿Hablas de…?

 

-Lo que tiene que hacer un alfa, Rico – La acusó, un poco decepcionada. Rico hizo una mueca y mostró un ligero puchero.

 

-Mis padres murieron cuando tenía trece años – Se excusó. T/N suspiró, aceptando que parecía lógico que sus padres creyeran que tenían bastante tiempo con su hija – Pero sé que conlleva una mordida y bastante sexo.

 

-Es más complicado y profundo que eso – Susurró T/N, dejando de comer – Primero el alfa tiene que elegirte, no sucede al revés, aunque lo parezca – La miró de reojo un segundo – El aroma es lo que le dirá si es la persona correcta, no importa lo demás; ni la edad ni la posición económica ni el primer género del omega.

 

- ¿Por eso no has encontrado pareja? – La interrumpió, mirándola de soslayo. T/N asintió, volviendo su mirada al frente.

 

-Aún así, no lo sabrá con certeza hasta que el omega este en celo – Continuó – Si el omega se siente atraído y considera que el alfa es una pareja adecuada entonces entrará en celo, dándole la oportunidad de elegirlo.

 

- ¿Así que, de no haber sabido su madre que te irías, entonces habría vuelto si uno de sus tres hijos hubiera entrado en celo? – Dedujo hábilmente.

 

-Si el padre estuviera de acuerdo, lo adecuado sería que habría vuelto con una prenda o un pañuelo cubierto del celo del omega en cuestión – Asintió apenas – Suponiendo que decidiera elegir a uno, entonces el omega tendría que esperar a mi celo.

 

- ¿El aroma de la prenda no te haría entrar en celo? – Se desconcertó.

 

-No – Negó – No funciona así. Un alfa solo entra en celo en respuesta al celo de su omega vinculado, nada más. Fuera de eso, mi celo sigue siendo preciso – Miró el corte de carne en uno de los platos pero no hizo ademán de tomar el cuchillo, esperando por la siguiente pregunta.

 

- ¿Dices que, esos alfas que se balancearon sobre mí al percibir mi aroma en celo, no querían aparearse? – T/N la miró y observó el desconcierto en sus rasgos, incluso tenía los labios entreabiertos.

 

-No, si querían – Rico parpadeó varias veces y T/N giró un poco más el cuello, poniendo toda su atención en ella – Verás, las píldoras forzadoras de celo no solo tienen el poder de forzar tu celo, sino también el de los alfas que estén lo suficientemente cerca para captar tu aroma. Ni siquiera les importó que hubiera más de un alfa en la habitación y tú tal vez no lo notaste porque tu cuerpo estaba pasando por muchas cosas a la vez – Hizo una breve pausa – Por esa razón y muchas más, es antinatural puesto que lo usual hubiera sido que los alfas se enfrentarán entre sí con el propósito de reclamarte.

 

- ¿Floch también entró en celo? – Susurró después de casi un minuto en silencio. Mientras preguntaba, se alzó los anteojos lo más que pudo y T/N vio el reflejo de la luz en ellos.

 

-Lo hizo – Asintió, confirmando – Dudó mucho que lo esperara – T/N se volvió nuevamente hacia su comida. Ambas terminaron de comer en silencio, luego Rico tomó todo lo que había puesto sobre la cama y lo pasó a la mesa de noche, sin embargo, no se puso en pie sino que se volvió hacia la alfa, doblando las rodillas de modo que sus tobillos quedaron aplastados por sus glúteos.

 

Luego colocó ambas manos sobre sus rodillas y asintió.

 

-Quiero saber lo demás.

 

T/N asintió el respuesta y bajó un poco la mirada, encontrando las palabras adecuadas para decir lo siguiente.

 

-Luego viene lo que podría ser peligroso – La mirada de Rico era de completa seriedad – Tu omega ha decidido que el alfa es el adecuado, pero eso no quiere decir que tú lo aceptes. Sin embargo, si el alfa decide que te unirás a él, entonces eso es lo que pretenderá que pase. El alfa va a cortejarte y si es necesario, se deshará de los otros alfas que muestren interés en ti. Poco le importará tu opinión, eso es cierto – Rico parpadeó, claramente en desacuerdo, pero T/N no la dejó decir nada – Se ganará al alfa bajo la protección a la que estes y si éste acepta la unión, se asegurará de que estes en la misma habitación que tu pretendiente cuando éste tenga su celo – Hizo otra breve pausa, mostrando aún más gravedad – Como dije, puedes negarte, pero si eso sucede solo lo harás enojar. Él va a estar sobre ti, impregnándote de feromonas y entrará en un estado de dominancia total por lo que no va a dejarte ir por mucho que le supliques.

 

-No suena nada romántico – Murmuró Rico – ¿Me pondrías en una habitación con un alfa que no deseo?

 

-No lo es – Concordó ella, ignorando su pregunta. Lo siguiente que salió de sus labios fue preciso, con la intención de que Rico comprendiera realmente – Si al final estas atrapada y has entrado en celo, el siguiente paso que hará el alfa es dominarte por completo, tanto física como mentalmente. Va a romper todas tus barreras y cuanto más te resistas, más te dolerá y más tiempo va a tomar – Debió captar la profundidad de su mirada, porque Rico apretó sus dos manos en puños y las despegó de sus rodillas, encogiendo levemente los codos – Sin embargo, este paso es muy importante porque disminuirá el choque emocional y mental que culminará con la mordida – Luego añadió, trasformando su mirada en una más amable – Verás, no es solo un símbolo de pertenencia. Literalmente, tus emociones se vinculan a otra persona y supongo que debe ser sumamente doloroso porque usualmente el omega pierde la conciencia cuando esto ocurre.

 

Un estremecimiento recorrió la columna vertebral de Rico.

 

-No terminará ahí, empero, y sin mencionar que he dejado por completo de lado el acto sexual. Por supuesto, el alfa lo usará como un método de dominancia – No le sorprendió cuando Rico bajó la mirada, inclinando el cuello hacia delante de modo que su cabello cubrió casi en su totalidad su rostro. Posó ambas manos sobre las sábanas y enredó sus dedos en ellas.

 

- ¿Tú…tú lastimarías de esa manera a un omega? – T/N fue pillada por la intención de la pregunta.

 

-No se trata de tener la intención de lastimarlo o no – Respondió, sin poder hacer contacto visual con ella – Haz visto que a veces no mido mi fuerza, no porque no sepa cómo hacerlo. Mi padre siempre decía que la naturaleza es sabía; es lógico pensar que los cuerpos de los omegas sean tan adaptables. Así que, por mucho que no lo desee voy a hacerlo y eso no me hace sentir mejor – Suspiró profundamente y luego añadió, para advertirle – El alfa no va a matarte, tal vez sientas que sí porque te hará sufrir mucho al principio.  

 

- ¿Y después? – Susurró con pavor mientras volvía a alzar la mirada. Tenía una expresión similar al horror.

 

-Una vez vinculados, usualmente no se atrevería a hacerte daño, porque eso implicaría lastimarse a sí mismo. No obstante, si considera que es necesario usará el dolor para darte una lección – Inclinó un poco el cuello y luego dijo – Esa es la razón por la que mi madre acaba de asumir el papel de enseñarte. No fuiste educada tradicionalmente y ella teme por ti. Más aún al ver la libertad que te tomaste al atacarme delante de ella.

 

-Pero… - Su voz tembló como una cuerda de guitarra y se desvaneció en el aire. T/N estiró los brazos, apoyó las palmas en las sábanas y se reclinó hacia atrás. La miró de reojo.

 

-Yo no me preocuparía tanto, Rico – Le dijo, compadeciéndose de sus nervios. El aroma de la omega desprendía demasiada preocupación – Es cierto que de no haber sido yo, cualquier alfa que se hubiera ofendido fácilmente te habría dado una buena tunda. No obstante, me tienes a mí para protegerte y definitivamente jamás accedería a entregarte a un alfa que no solo desees, sino que no considere bueno para ti – T/N no logró calmarla mucho porque Rico trago saliva – Tampoco debes preocuparte por los alfas de la legión, cuando estemos allí; ellos no sabrán que eres una omega y no los condicionaras al permitirles captar tu aroma. Además, la legión tiene métodos eficaces que nos obligan a mantener nuestros instintos más peligrosos al margen y aunque no lo parezca, esa es una de las razones por las que me uní.

 

Vio en sus ojos que aquello último le llamó la atención, pero decidió concentrar el tema en otra cosa.

 

- ¿Tú…no has tenido la necesidad de poner en su lugar a un omega? ¿Acaso ninguno te ha ofendido de verdad?

 

-No lo suficiente – Cerró un instante los ojos, luego miró hacia el frente, relajándose – Solo tienes que decirme si cambiaste de opinión y me aseguraré de que ningún alfa jamás te reclame. Pero no permitiré que vuelvas a cambiar de opinión – Le advirtió y Rico supo que iba en serio.

 

La omega tragó aire con brusquedad, pero no dijo nada por un tiempo, envuelta en una encrucijada.

 

-Yo…yo… – Tartamudeó – No estoy segura – Dijo con debilidad finalmente – No estoy segura de si alguna vez encontraré alguien bueno para mí, pero antes de que volviéramos a reunirnos yo creía que no necesitaba de un alfa y luego me di cuenta de lo equivocada que estaba y del daño que me estaba haciendo a mí misma. Los omegas los necesitamos, aunque algunos no queramos admitirlo…Por favor, no repitas lo que diré – T/N la miró cuando dijo aquello y vio que tenía los puños fuertemente apretados y los ojos ligeramente rojizos – Quiero uno solo para mí y quiero que sea cómo tu eres, que me de libertades y que me permita desquitarme, incluso si es con él. Quiero que sea caballeroso, muy protector y que no crea que solo soy una omega de cría. Quiero verdaderas responsabilidades.

 

T/N no dijo nada entonces porque se sintió agradecida de que Rico la viera de esa manera. Luego, Rico dejó caer su cuerpo hacia el frente, doblando los codos sobre las sábanas y pegando su frente al colchón. T/N vio su espalda, extrañada de ver esa clase de postura en Rico, pero innegablemente, la complació.  

 

-Si encuentro uno así, por favor, acepta que me una a ese alfa – Le suplicó.  

 

T/N también se inclinó un poco hacia el frente, acomodando su postura y sonrió un poco.

 

-Entonces está decidido – Accedió suavemente y luego añadió – Pero solo conozco a otro alfa que cabe perfectamente en esa descripción.

 

Abrió por un instante las cuenca de sus ojos, pillada al ver la reacción de Rico puesto que la omega abandonó su postura sumisa y gateó por la cama hacia ella con una expresión codiciosa en el rostro.

 

- ¿Lo conoces? ¿Quién es? – Se adelantó hasta que su cara estuvo a escasos centímetros de su pecho y desde esa posición, T/N la miró – ¿Está unido ya?

 

-Está libre – Respondió – Pero no ha aceptado ningún omega ni ha mostrado interés en ninguno.

 

-Pero ¿Quién es? – Rico frunció el entrecejo, molesta por la espera. Aquello último que dijo la alfa no pareció importarle mucho. T/N sonrió con calidez y simplemente dijo:

 

-El comandante, Erwin Smith.

 


 

T/N abandonó su propia recámara, evitando la acosadora mirada de Rico, quien se contuvo de soltar una tanda de preguntas cuando la alfa frunció el entrecejo un poco, y la dejó recogiendo los restos del desayuno.

 

Pero apenas abrió la puerta, sus ojos encontraron a una mujer que usaba un elegante uniforme de limpieza, parada a mitad del pasillo en una postura de espera.

 

-Disculpe – Se inclinó hacia el frente al verla, ocultando sus mejillas rojas – Su señora madre me ha pedido que espere a la señorita Rico hasta que abandone la recámara – La omega estiró ambas manos – La correspondencia.

 

- ¿Mi madre contrató personal? – La mujer se irguió con las manos unidas al frente después de que T/N tomara las cartas.

 

Con que su madre esperaba pasar más de una noche en la propiedad.

 

-Yo ya trabajaba para ella en la pequeña mansión de su hermano en Mitras, pero contrató a un par de omegas locales para hacer limpieza. Ahora están limpiando las habitaciones que aún permanecían cerradas bajo llave. Además, el mayordomo llegará esta noche.

 

- ¿Y hace cuánto arribaste? – La cuestionó, dándose cuenta de que la llave que abría aquellas habitaciones se encontraba en el despacho privado de su padre, junto con todo lo demás de indiscutible importancia.

 

-Hace solo una hora – T/N asintió apenas y luego dijo:

 

-Siento la espera, Rico desayunó conmigo – Caminó fuera del umbral de la puerta y la dejó abierta.

 

- ¿Desayunó con usted? – No fue una pregunta, lo supo por su leve tono de sorpresa.

 

-Puedes entrar. Pero, por favor, no limpies nada. Dile a Rico y a mí madre que declaro el despacho del segundo piso privado. Ergo, solo yo puedo entrar.

 

Luego se alejó, mirando apenas la postura obediente de la omega, y se dirigió justo al despacho de su padre, que ahora era suyo. La gruesa y pesada puerta de caoba lustrosa no estaba cerrada bajo llave y no había nadie en el interior.

 

Aquel despacho siempre le había parecido digno de admirar.

 

Era amplio, sin duda, el olor a cuero inundaba la habitación, las paredes estaba repletas de libreros, los cuales contenían los registros de contaduría desde que la compañía había sido creada. Además, un sofá de cuero de color arcilla decoraba la estancia y estaba acompañado de un par de sillones acojinados y, por supuesto, del enorme escritorio al fondo.

 

Aún reposaba el vaso de cristal de alcohol sobre la superficie del escritorio.

 

Fue allí donde ocurrió y su madre había mantenido la habitación bajo llave todos esos años. Dudaba, además, que fuera ella quien ingresó momentos antes. Debió ordenar a uno de los sirvientes hacerlo porque su nariz no captó ningún tipo de feromona; la servidumbre tenía la obligación de usar supresores de olor, al menos mientras estuvieran de servicio.  

 

Cerró la puerta tras sus espaldas y el silencio fue lo único que escuchó por algún tiempo antes de caminar hacia el escritorio mientras observaba el exterior de la correspondencia.

 

Decidió que debía leerla sentada tras el mueble, así que se adelantó hacia la lujosa y lustrosa silla y tomó asiento.

 

Ciertamente, era bastante cómoda. Y ahora era suya.

 

Luego leyó las cartas, pero solo una le llamó verdaderamente la atención porque supo que el remitente se trataba del alfa de la familia de Nifa, dándole las felicitaciones por el nuevo cargo y mostrando su interés en hacer negocios con la compañía. Mencionó brevemente que T/N podría conocer a su hija, lo que claramente dio pauta a establecer una comunicación.   

 

Guardó las cartas en uno de los cajones del escritorio y cuando terminó de escribir las respuestas se puso en pie con la intención de salir, aunque apenas abrió la puerta vio que alguien esperaba del otro lado.

 

- ¿Sí? – Dijo, ante la molesta expresión de Rico. Cargaba con una taza de té en las manos sostenido por el plato de porcelana.

 

-Has prohibido que nadie entre en tu despacho – Se explicó – Te hice un té, pero ya está frío.

 

-Haremos algo más interesante – Tomó la taza de sus manos y la dejó sobre un mueble que se encontraba en el pasillo mientras caminaba por él. Rico no se quedó atrás y la siguió muy de cerca – Montar a caballo es una herramienta fundamental en la legión y entiendo que las tropas estacionarias no tienen necesidad de ello. Como serás primeramente evaluada por el capitán Levi, le darás una buen impresión si ya sabes montar cuando te reúnas con él. Además, eso evitara que aprendas junto a los reclutas.

 

-Entiendo – Dijo la omega – No he montado desde los doce años, pero recuerdo algunas cosas.

 

T/N evitó reír.

 

-No habló de subir a un caballo y trotar por el pasto – Le dijo sin detenerse – En el exterior, si pierdes tu caballo estás muerto. Así que debes aprender a manejarlo completamente – Se detuvo y Rico casi choca con su cuerpo, pero T/N apenas la miró mientras le ordenaba – Ponte ropa que no temas que se ensucie. Esta vez, te garantizo que serás tú quien se llene de lodo.

 

Rico miró alrededor y pareció darse cuenta de que estaban en el pasillo de sus recámaras. Se adelantó hacia su propia puerta.

 

-Si – Concordó, ingresando y cerrando la puerta detrás de sí. T/N esperó pacientemente del otro lado.

 

Por la noche había caído una leve llovizna que parecía proceder del sur. Como fuera, muchas partes del suelo estaban mojadas y la arcilla se había vuelto lodo en algunas zonas.

Aun así, llevó a Rico al establo donde encontraron a tres cabello descansando. T/N se detuvo un poco apartada pero Rico se adelantó unos pasos, mirando a los animales.

 

-Elige uno – Le pidió T/N.

 

- ¿Me dejarán elegir el mío en la legión? – Preguntó, acercándose a un semental de pelaje bronce.

 

-Usualmente, pero a veces solo te lo asignan – Luego añadió como primera lección – Una vez que es tuyo es tu completa responsabilidad. Eres tú quien lo alimenta y lo lleva al establo. Muchas veces también serás tú quien lo ensille.

 

Le pidió a Rico que sacara al caballo al pasillo y ella lo hizo satisfactoriamente. Luego le hizo entrega de un cepillo y le dijo que acicalara al animal y en todo momento, el animal procuró mantener sus narices cerca de la omega, atraído por su aroma.

 

Luego procedió a enseñarle a ensillarlo apoyándose en otro semental que T/N había escogido.

 

Siempre cabía la posibilidad de que la silla no estuviera bien sujeta y por tanto, el jinete sería propenso a caer del caballo, lo que es sumamente peligroso a una alta velocidad. Así que se aseguró de que Rico comprendiera todo el proceso y lo hiciera por sí misma.

 

Cuando Rico logró ensillar al semental, quien se mostraba bastante sumiso y atento, le pidió que subiera, pero ella solo la miró, girando el cuello mientras mantenía los brazos extendidos sobre la silla.

 

-No puedes esperar que te suba al caballo – Le dijo, a pesar de que la omega era la mitad del tamaño del semental.

 

Rico parpadeó, dejó de mirarla y se concentró en la silla antes de intentarlo. Le tomó un par de intentos, pero lo logró aunque no con mucho estilo. Se balanceó sobre la silla antes de poder afianzarse correctamente, luego tomó las riendas con ambas manos.

 

Era la primera vez que montaba un caballo tan alto, eso era verdad.

 

Mientras tanto, T/N procedió a montar el extraño semental de pelaje color nuez con bastante facilidad y el animal respondió positivamente a su dominio. Usualmente los machos se le daban mejor, pero prefería mil veces tener a Cirano con ella.   

 

-Vamos.

 

Ambas salieron del establo hacia el campo, el sol acariciando sus rostros.  

 

– Empecemos por lo más simple. Trata de que el semental se acostumbre a ti.

 

Rico tiró con poca fuerza de las riendas y trotó dando una gran vuelta alrededor de T/N. Al hacerlo, mantuvo una postura adecuada y firme sobre de la silla, lo que era buen indicador.

 

Dejó que Rico trotara por un tiempo antes de detenerla porque claramente lo estaba disfrutando.

 

-Es suficiente – Exclamó, alzando la voz y tirando de las riendas al mismo tiempo – Manejaremos situaciones similares a las que experimentaras en territorio de titanes.  

 

Acto seguido, corrió pero Rico pudo seguirla sin problemas aunque no se colocó a su altura, sino que se quedó a una corta distancia por detrás.

 

Afortunadamente los campo de la propiedad eran lo suficientemente amplios para correr sin problemas.

 

T/N miró sobre su hombro de reojo y no esperó mucho para decirle en total calma:

 

-Afianza bien tus piernas – Un par de segundos después, tiró con fuerza de sus propias riendas y detuvo abruptamente al caballo, quien relinchó, indignado.

 

Sorprendió a Rico, quien trató de imitar el movimiento pero no pudo evitar saltar de la silla hacia adelante. T/N la atrapó mientras su cuerpo estuvo aún en el aire y Rico se sujetó a sus brazos con fuerza, encogiendo las piernas.

 

T/N la acercó a su pecho y le susurró en el oído:

 

-Imagina que te topaste con un titan de frente, salido de la nada. Es preferible detener al caballo de esta manera antes que impactar sobre el cuerpo del titan porque lastimarás al caballo de gravedad – Expuso seriamente, consciente de que Rico escuchaba cada palabra con atención – Y de nada servirá si sales despedida de esa manera, más aún si el titan está agachado con a la boca abierta de par en par, ya que te estará esperando y no va a dudar en cerrar los dientes alrededor de tu torso. Ni siquiera tendrás tiempo de parpadear.

 

Acto seguido, dejó a Rico en el suelo.

 

-Vuelve a intentarlo – Rico no dijo nada, solo giró sobre sus talones, persiguió al caballo que había comenzado a alejarse y lo montó de nuevo, está vez con mayor seguridad. 


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