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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Yoo Dam estaba llorando con fuerza porque no le gustaba que papá le tocara el cabello para despeinarla. Isaac no dijo nada, y en su lugar solo sonrió desde la puerta del baño. Hasta pareció que le era agradable escuchar los berrinches de la bebé.

"¡No!"

La niña se quejaba de lo que no le gustaba y luego, empezaba a llorar con toda su fuerza para intentar que le hicieran caso. Al final, Kim San, que ya había terminado con esto, le besó la nuca y sostuvo a la pequeña bien pegada a su pecho. Entonces, la bebé dejó de sollozar y colocó su mejilla sobre el hombro de papá porque le gustaba que le pegara en la espaldita. Mientras tanto, Isaac había decidido jugar con ella para que se calmara otro poquito así que, aunque el cabello de la niña le hizo cosquillas en el cuello, Kim se quedó tan quieto como una estatua y solo dejó que hicieran lo que quisieran hacer. Sin embargo, no pensó que podría soportar por mucho tiempo.

Cuando llegaron a casa, Lee Taek, que estaba listo para llevarla a la guardería e irse a trabajar, pareció muy ocupado llamando por su celular mientras calentaba el agua para el baño de su niña. Entonces, en el momento en que papá la bajó, la pequeña corrió como un cachorro y abrazó a Lee Taek de las piernas porque era lo máximo que alcanzaba. Luego, él sostuvo a Yoo Dam y la colocó sobre su pecho mientras hablaba de lo hermosa que era. Realmente parecieron un padre con su hija, así que suspiró.

"¿Jugaste mucho? ¿Te divertiste? ¿Estuviste jugando mucho con tu hermano mayor?"

Lee Taek le mostró su característica sonrisa hermosa y le acunó las mejillas para poder besarla muy fuerte en la nariz. Cuando la bebé se rió, Taek también lo hizo.

"Mi linda bebé."

"Pues ahora esta linda bebé tiene que ir a bañarse."

A las palabras de Isaac, Yoo Dam respondió: "Sí" y se escapó de sus manos para poder seguirlo. Kim San-eun fue a su habitación después de confirmar que la bebé se fuera al baño de la mano de su hijo y abrió de inmediato las puertas de su armario. Lee Taek, que lo había seguido hasta la entrada, miró atentamente como elegía la ropa y los pañales.

"Kim Yoo-dam dijo que quería vestirse como una princesa".

¿Su hija había dicho esas palabras? ¿De verdad? Kim San parpadeó un par de veces:

"¿Quiere un vestido de princesa?"

Kim San volvió la cabeza y preguntó, pero Lee Taek solo aprovechó el momento para poder besarlo en la boca. Por supuesto que papá no dijo nada al respecto. Es más, a pesar de los gruesos brazos envueltos alrededor de su cintura, Kim eligió empujarlo para seguir buscando la ropa de su niña en lugar de pelear con él.

"Deberías comportarte como un adulto. Tener que cuidar a tres niños es cansado."

Y golpeó su mano contra su pecho para detenerlo. 

"Jaja... Lo que digas, mi vida."

Kim San salió de la habitación y fue al baño con la ropa con la que creía que su niña se iba a sentir más cómoda en la guardería. Por supuesto, cuando llegó a la puerta, vio que la bebé estaba paradita, envuelta en una toalla con orejitas de oso y sosteniendo muy fuerte a su muñeca favorita. Kim San le sonrió, así que Yoo Dam le tendió la muñequita para que también pudiera secarla.

"¡Coco!"

"Sí, secaré a Coco."

Isaac se apresuró a limpiar el cuerpo mojado de su niña así que papá miró un poco de reojo: Todo su cuerpo, desde la cabeza hasta las piernas, estaba empapado de agua y partes de espuma por lo que intuyó que había estado jugando con ella todo este tiempo. Kim suspiró y decidió ayudar a vestir a la bebé en lugar de pensar demasiado en este asunto. También le cepilló el cabello, le puso crema y la enfundó en un hermoso vestido amarillo con cintas largas y brillos en el pecho. Sin embargo, cuando ella iba por aquí y por allá moviendo sus cortas extremidades, como en una danza, comenzó a parecer tanto un pollito que no pudo evitar reírse.

Lee Taek, mientras tanto, estaba esperando a Yoo Dam con los brazos cruzados en la puerta principal.

"Ven, cariño. Ya es tarde."

Yoo Dam, que levantó la cabeza ante el sonido de la llamada de Lee Taek, caminó de inmediato hacia él sosteniendo todavía su muñeca entre las manos. Kim la observó. Su cabello negro y largo revoloteaba a la vista y luego, cuando se echó hacia atrás como si le pícara los ojitos, una cara bonita llenó su visión y luego, una sonrisa hermosa apareció en los labios de su hijo. Era hermoso, así que su corazón, el que todavía era el de un padre, comenzó a palpitar con bastante orgullo.

"Dile adiós a papá."

Yoo Dam agitó su mano hacía Kim para despedirse de él.

"Bye."

Kim San sonrió y agitó la mano, luego Lee Taek inclinó la cabeza en su dirección y salió también.

La puerta se cerró lentamente. Y en el momento en que la luz desapareció, Kim San respiró hondo al sentir los brazos que habían comenzado a sostenerlo por detrás. Su barbilla fue torcida por una mano lenta y obstinada y unos labios suaves se superpusieron a los suyos como si hubiera esperado una vida entera para eso. Sus piernas se tambalearon ante la fuerza de su succión e incluso terminó sin aliento. En realidad ya lo habían hecho muchas veces antes pero, podía decir que seguía siendo extraño que este tipo de cosas todavía sacudieran su cuerpo. Ya ni siquiera estaba pensando bien. Luego, el beso de su hijo se volvió impaciente y áspero, y su aliento se tornó en algo tan caliente que ya no podía soportarlo más. Y mientras Kim San inconscientemente agarraba sus hombros y abría sus piernas para él, Isaac sonrió y profundizó un poco más en sus acciones.

De repente, lo empujó hacia atrás y le hizo caer en el sofá. El aire frío del acondicionador le estaba pegando en todo el cuerpo, pero en realidad no era nada frío. Hacia calor. Un calor condensado que estaba en su interior y que pareció explotar gracias a su toque. Kim inclinó la cabeza y respiró hondo. Hasta ahora, no había notado que una mano blanca estaba sosteniendo la suya con suavidad pero con firmeza, así que levantó los ojos. Cuando era joven, había tenido un accidente de auto que le dejó un montón de cicatrices por todos lados, pero sus brazos ahora eran rectos y bastante bonitos. Incluso en comparación con Yoodam, que todavía era un bebé, su piel pálida se veía saludable bajo la luz fluorescente de las lámparas y además, aunque era delgado, la línea desde su fuerte cuello hasta sus hombros y muñecas era gruesa y hermosa.

Isaac besó el dorso de su mano cortésmente, como si tratara de apaciguar un poco su miedo. Era un rostro tan limpio como una hortensia en un día lluvioso, con un flequillo cuidadosamente cortado que revoloteaba sobre sus cejas. Pero, aunque sus pestañas parecieron tímidas cuando se movieron en su dirección, como pétalos de flores de cerezo ondeando al viento, Kim sabía perfectamente lo que había detrás... Conocía lo que estaba pensando.

"Papá."

Kim San no respondió, pero Isaac igual le cubrió la cara con las manos. San automáticamente abrazó la espalda de su hijo.

"Desde mi primera masturbación, mi primer beso, mi primera relación sexual… Todas esas veces, han sido tuyas papá."

El hijo susurró esto con dulzura antes de besarlo de nuevo. La fuerza en la mano que sostenía la camiseta de algodón de su hijo incrementó y los tendones de sus brazos crecieron significativamente. Abrió sus piernas y dejó que su hijo cavara adentro hasta acomodarse. La nariz afilada de Isaac tocó su mejilla, luego levantó la cara en su dirección y lo chupó por todas direcciones. Ni siquiera había tomado algún medicamento, pero su cabeza se mareó. Manoseó y tocó la espalda de su hijo, que pareció tener un montón de músculos poderosos, por arriba y por abajo y luego, un leve gemido salió de sus boca hasta que finalmente se perdió en el cuarto. Era caliente, pero también patético, como una persona que estaba experimentando una fiebre muy alta.

Cuando el hijo separó los labios de los de su padre, la saliva se conectó entre los dos hasta que Isaac pareció no tener más remedio que limpiar los labios de Kim con una mano temblorosa. ¿Y por qué su hijo estaba temblando para empezar? Luego Isaac inclinó la cabeza en su dirección y apoyó la frente contra su hombro justo como lo había hecho su bebé antes de irse.

"Yo... Lo que quiero decir es, que te amo tanto que creo que podría morirme."

"No quiero que mueras."

Kim San respondió y acarició la cabeza de su niño. Fue un acto tierno tan distante y tan fugaz que ni siquiera podía recordar cuando lo hizo. El niño también lo notó, y por eso se quedó completamente quieto contra él.

La luz del sol del mediodía se partió en pedazos y cayó libremente sobre el cuerpo de los dos. Isaac, cuyo rostro estaba rojo como si le hubiera confesado su amor, era claramente visible desde todas direcciones e incluso si trataba de ocultarse. Tenía una cara tan bonita, que hasta pareció un poco inevitable que sus ojos se encontraran.

"Así que no vuelvas a decirlo ¿Bien...?"

Kim San habló e Isaac abrió lentamente los ojos. Papá estaba tocando sus mejilla sonrojadas con las yemas de los dedos así que comenzó a sentir tanto calor como si fuera una persona realmente enferma. Su hijo entonces sostuvo su muñeca y colocó toda su mejilla en su palma. Supo que le gustaba estar así por la forma en la que cerraba los ojos y comenzaba a suspirar.

"Las manos de papá están frías, así que se siente bien."

Entonces, la respiración del niño se calmó lentamente. Su hijo sonrió y el ambiente, que era un poco abrumador hasta hace unos segundos, rápidamente se volvió refrescante y muy animado. Luego dijo, mientras frotaba el cabello desordenado de Kim San entre sus dedos.

"Papá... ¿Me amas igual a como yo te amo?"

Cuando estaba a punto de decir que "No podía hacerlo", Kim suspiró y cambió de opinión. En este caso, era más efectivo bloquearlo con la boca que decirlo con palabras normales. Después de todo, sus hijos parecían ser normales por fuera, pero en realidad eran como caballos de carreras sin riendas y completamente fuera de control. El único poder que tenía, era este. No necesitaba nada más. Lo más efectivo eran los besos y después, el sexo.

Isaac metió la mano dentro de la ropa de Kim San para poder tocarle la piel desnuda. El destino de sus dedos era su pezón así que el rostro de Kim San comenzó a distorsionarse y los gemidos empezaron a ser tantos y tantos que no se pudieron controlar. No abrió la boca para decir nada, pero en realidad no pareció ser necesario.

"Te amo, mi amor."

"Ah..."

"No sabes lo que haría por ti."


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