Sharon no estuvo en lo absoluto contenta cuando quedó claro que era ella quien debía acompañar a Steve en aquella misión. Hasta el momento había lidiado bien con la convivencia, limitándose siempre a tratar el trabajo a pesar de su lado animal que se desgarraba por lograr hacer una conexión aunque fuera mínima con su destinado…
.Odio esto- siseó para sí misma mientras preparaba todo para el viaje de dos días
-Si tú lo odias imagínate como me siento yo- la voz de Tony Stark la hizo saltar en su lugar
-Ventajas de ser un Prime, controlas tu aroma a la perfección- presumió el castaño al ver su reacción
-¿En que puedo ayudarte?
-Sigue haciendo lo que hasta ahora…
-No sé de qué hablas- murmuró
-Creo que me hago una idea de porque Steve parece embelesado por ti- confesó acercándose a la rubia
-Tony yo no…
-Sé que no has hecho nada y te lo agradezco, pero sé que ocultas algo… Lo supe en cuanto pusiste un pie dentro de mi torre- susurró aspirando suavemente el aroma a bergamota que aún no se desvanecía del todo
-Sólo estoy aquí para cumplir mi trabajo- dejó la ojiazul sin dejarse intimidar por el mayor
-Y pronto sabré cuál es ese trabajo, sólo necesito las pruebas que comprueben mi teoría- inquirió el genio a sabiendas de que era poco lo que faltaba para que su búsqueda en el archivo de HYDRA diera frutos
-¿Algo más?- cuestionó molesta
-Nada más primita.
-No me llames así…
-Siempre me haz odiado e imagino que muy en el fondo debes estar eufórica por robarte la atención de mi alfa…
-No…
-Siempre conformándote Sharon.
Y sin darle oportunidad de contestar el genio se fue dejándola sola.
*********
Sharon jadeo con fuerza mientras el rubio aplicaba el torniquete en su pantorrilla, apretó las mandíbulas intentando contener las reacciones de su enlace, podía sentir la preocupación de Abbadon y no quería que tomara ninguna decisión apresurada-
-Es una herida limpia, estarás bien- murmuró Steve dejando el botín a un lado
-Se supone que esto era una misión de reconocimiento- siseó la rubia conteniendo el dolor tanto como podía
-Lo lamento, no debía haber nadie cerca, los escaneos fallaron- el alfa soltó sus feromonas para calmarle
-No hagas eso- pidió haciendo el ademán de levantarse
-¡No te esfuerces!- dijo tomándola de los hombros para que se mantuviera en su asiento
-Necesitamos salir de aquí
-En cuanto el área sea segura, no podemos exponer nuestra posición ahora- murmuró el mayor
-Maldita sea- siseó la mujer con rabia. Si el dolor no la volvía loca sería entonces el aroma del Capitán.
Sabía que había sido ella quien los metió en esto al reaccionar de manera visceral pero en cuanto reconoció a Von Strucker decidió silenciarlo antes de que la expusiera pues sabía que el alemán no dudaría después de que Abbadon había destruido a toda sujetos de prueba.
-Lo siento, debí reaccionar más rápido- el ojiazul habló atreviéndose a tomar su mano
-Detente Steve…
-¿Por qué? ¿Por qué sigues rechazándome?- cuestionó con voz dolida
-¡Porque estoy casada! Tengo un alfa y llevo su marca…
-¿Y dónde está el ahora?- gruñó el mayor con el ceño fruncido
-En casa esperándome, preocupado y frustrado porque está sintiendo mi dolor- declaró la rubia molesta sin importar que no iba a permitir que se expresara mal de Abbadon
-Pero él no es tu destino…- murmuró
-Ni Tony el tuyo pero tú lo elegiste y juraste protegerlo- le recriminó ella
Para ese entonces las feromonas de ambos ya se habían descontrolado, el ambiente era pesado y Sharon luchaba por contener el llanto. Era tan malditamente difícil luchar contra sus instintos, le dolía sentir a su omega interior aullando por él, los recuerdos de su vida anterior torturándola…
-Tu eres mi luna- declaró Steve tomando las mejillas de su destinada con delicadeza, sus pulgares dieron suaves caricias en círculos buscando reconfortarla
-No lo hagas, por favor…- murmuró sintiendo como su autocontrol desaparecía, estaban tan cerca que sentía su aliento contra sus labios.
*********
Abbadon estaba hecho una furia, Helmut y Elisa le seguían mientras caminaba hacia el hangar ya enfundado en su traje táctico.
-Abbadon… detente, no puedes exponerte así- gritó el sokoviano alcanzándole y tomándolo por un brazo
-Suéltame- exigió mirándole con hielo en la mirada
-Querido piénsalo bien, puedes mandar a cualquier otro pero no vayas tú- suplicó Elisa tomando su rostro para hacerle entrar en razón
-¡Maldita sea Elisa! Sharon es mi omega y está herida, simplemente no…
El rubio soltó el aire de golpe y se sostuvo del brazo de su mejor amigo, sintió el enlace tensarse, su pecho ardía como si le hubiesen puesto brazas al rojo vivo, sin poder evitarlo sus ojos se anegaron en lágrimas luchando por recordar como respirar.
-¡Dioses! Abbadon, querido… ¿Qué sucede?- cuestionó la omega entrando en pánico ante el dolor del alfa que veía como aun hijo
-Ella… ella está…- el rubio jadeaba fuera de sí, nunca le habían visto de esa manera.
-Respira mi niño, respira conmigo… eso es- decía Elisa guiando sus respiraciones y acariciando su rostro con cariño
El alfa prime poco a poco recuperó la compostura, cuando regresó en sí pudo notar que su mejor amigo se había encargado de que nadie se acercara al área para que no le vieran en ese estado. Una vez recuperado el shock inicial cerró los ojos y se permitió sentir sus propios sentimientos y no lo que el enlace le transmitía tan dolorosamente. Su alfa interno se retorció con furia, clamaba por sangre ante la humillación que estaba sufriendo y el rubio no pudo evitar que sus colmillos saltaran a la par que sus garras, cuando sus ojos volvieron a abrirse brillaban en un furioso escarlata eléctrico.
-Voy a matarlos…