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La Haseki del sultan por AngealDante

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La mañana llego y con ello el hecho de sé que se encontraba solo en aquella gran cama, quiso incorporarse, pero el dolor en su parte baja se lo impidió, contuvo el aliento y como si de una escena cinematográfica se tratara, los recuerdos de todo lo que había sucedido la noche anterior se interpusieron en su cabeza deteniendo su respiración.

Sus mejillas se tiñeron de un rojo carmín, retiro las sábanas para comprobar el resultado, y ahí estaban, aquellas finas telas blancas manchadas de sangre y por supuesto de aquel exquisito liquido blanco, el cual, seguía saliendo de su entrada con cada movimiento que hacía.

-veo que al fin despiertas- dijo con suave voz Lan Zhan mientras ingresaba con una bandeja de comida, Wei Ying sintió su respiración detenerse, maldijo internamente y se cubrió por reflejo. -no tiene caso que sientas vergüenza, he visto cada rincón de tu ser- comento con calma sentándose a su lado. -te lastime? - cuestiono curioso.

-mi sultán- susurro Wei Ying mientras alzaba la mirada -usted fue maravilloso anoche- confeso con una amplia sonrisa mientras le veía atento.

-pensé que dentro de tus aposentos o de los míos, podías llamarme por mi nombre- expreso de forma disconforme mientras le veía un poco disgustado.

-Lan Zhan- dijo finalmente viéndole para sonreír nuevamente -tengamos más noches así, todos los días- susurro en señal de petición mientras se recargaba en su hombro, no había sentimiento de por medio, solo era "sexo" y si con eso podía llegar a asegurar una buena posición para él y su familia lo volvería hacer una y miles de noches, después de todo, el sexo no era tan malo.

-Wei Ying, todos los días son todos los días, entiendes el peso de tus palabras? - cuestiono mientras alzaba el rostro ajeno del mentón para acariciar sus labios, nunca había compartido una mañana así después de una noche pasional, ni siquiera con Mo XuanYu -podrías arrepentirte más adelante, tus caderas, todo de ti podría arrepentirse de tal desvergonzada petición- susurro acercándose a él para inhalar su aroma, olía exquisito, la piel de Wei Ying era suave, dulce.

-me arrepentiré si no es así- susurro uniendo sus labios una vez más con los ajenos abrazándole del cuello para acomodarse en su regazo.

-te quiero esta noche de nuevo en mis aposentos- pidió con un tono suave apenas se separaron unos centímetros, Wei Ying asintió suave sonriendo de forma gentil y genuina.

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Madama Lan caminaba a prisa a los aposentos de Lan WangJi con el fin de corroborar si todo había resultado de acuerdo a lo proclamado, deseaba realmente que así fuera, lidiar con Mo XuanYu se volvía cada vez más difícil.

Toco a aquella puerta esperando una respuesta pronta, era poco paciente, una de sus grandes características.

-lo siento madre sultana- dijo aquel guardia haciendo una reverencia. -el sultán prohibió el paso a cualquiera, esta aun dentro con la concubina Wei WuXian.

Ella sonrió, no podía sentirse más satisfecha de lo que escuchaba ahora -cuando el sultán se retire, hazle saber su concubina que le espero en mis aposentos de forma inmediata- dijo seria para retirarse.

-así se lo hare saber- dijo manteniendo la mirada baja en señal de respeto.

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No sabía que quería aquella mujer, pero ahí estaba, parado frente aquella gran puerta, portaba ropa característica de su tierra, su cabello suelto adornado con tocados finos de oro, regalo directo de su padre, llamaba la atención más que el resto de las concubinas, su forma de caminar, de hablar y sonreír captaba la mirada hasta del más viejo caballero.

-Madre sultana- saludo cuando finalmente ingreso -me han dicho que ha solicitado mi presencia- dijo de forma educada.

--así es, tus nuevos aposentos están listos- dijo de forma suave viéndole -mi hijo... él te tomo? -

-así es mi sultana- dijo de forma tranquila -las mantas manchadas de sangre son prueba de que mi pureza fue tomada- comento -el sultán... él ha dicho que desea verme esta noche también-

-si te lo ha dicho así debe ser, no debes negarte ni hacerlo esperar- dijo con calma la mujer -puedes retirarte, Wen Zhu Liu será tu guardaespaldas, por orden de mi hijo- aviso.

Wei Ying asintió suave y sonrió -entendido, me retiro- dijo para salir, miro aquel hombre que hizo una reverencia.

-mi sultana Wei Ying, estoy a su servicio- exclamo el mayor sin atreverse a mirar al pelinegro a los ojos.

-no necesitas ser tan formal, Wen Zhu- susurro sonriendo -los aposentos... ¿podrías llevarme? - interrogo mientras le miraba -deseo conocerlos-

-Sera un honor mi sultana, es por aquí- dijo suave para guiarle manteniendo una distancia prudente.

Los aposentos eran hermosos, más grandes que los anteriores, mejores decoraciones de oro, finas telas para los ventanales, muebles cómodos y de su total gusto y no olvidaría esa agradable vista, la mejor vista que cualquiera pudiera desear.

Wei Ying era hermoso, era delicado, era fino, era la belleza que cualquier hombre desearía tener a su lado, pero así mismo, como cualquier ser humano tenía sus defectos, él no era paciente, odiaba las mentiras, odiaba sentir que perdía ante alguien "poco digno" y, sobre todo, era un alma libre y coqueta, y si, lo último era su mayor defecto y Lan Zhan lo descubriría a la mala.

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Wei Ying no tardó mucho en instalarse en esos aposentos, acomodando las cosas a su gusto, a pesar de estar comprometido tenía que seguir con los estudios, petición de su padre y de su madre, sabían que el podía tenerlo todo con solo pedirlo pese, sin embargo, el conocimiento era poder, y todo Yunmeng lo sabía.

-Entonces..., ¡Basta Wei Ying! - exclamo Wen Qing dando un ligero golpe con el libro en la cabeza -por que tienes que distraerme?!, tus padres me han pedido venir personalmente para terminar de inculcarte lo que debes saber y tu solo me cuentas de tus momentos íntimos, ¿Por qué tienes que ser tan desvergonzado? -

-solo deseo que entiendas mi felicidad- dijo con un tono tan inocente que por un momento la mujer olvido su molestia.

-mira- suspiro sentándose a su lado -debes dejar de hablar de tu intimidad fuera de tu habitación, esos son relatos para ti y tu esposo- dijo viéndole -entiendes? -

-si- susurro mientras limpiaba aquella manzana para comer un trozo y sonreír -deberías conocer a Mo XuanYu, dios, es un amargado- dijo viéndole.

-ese amargado es el favorito del sultán-

-por poco tiempo- aseguro mientras se ponía de pie y abría las puertas de su habitación para sonreír a los guardias afuera.

-deja de ser así, los meterás en problemas-

-es hora de la comida y no deseo comer aquí- dijo serio -quiero ir a comedor principal, tengo derecho- aseguro -no es así, Wen Zhu? -

-Si mi sultana desea ir, puede hacerlo- dijo agachando la cabeza en señal de respeto.

-por que debes ser tan serio?, Wei Ying, debes decirme así- dijo un poco molesto tomando el rostro ajeno para alzarlo -mirame a la cara- pidió -odio que eviten mis ojos, eso para mí es una...-

Un manotazo paro sobre las manos de Wei Ying haciendo que soltara aquel rostro - ¿qué sucede aquí? - interrogo serio el sultán. -Wen Zhu, tienes las agallas para tocar algo que...-

-algo? - interrogo serio Wei Ying viéndole -soy alguien, no algo, mi sultán- exclamo serio y molesto -y el no me ha tocado, he sido yo quien ha tomado su rostro, si le ha de castigar por ello, entonces asumiré la responsabilidad tomando el castigo en su lugar, pues la falta ha sido mía- exclamo mientras se colocaba frente a Wen Zhu.

Lan Zhan frunció el entrecejo, jamás en su vida un doncel se le había enfrentado de tal manera -sabes el peso de tus palabras, ¿no? -

-lo conozco, pero usted es quien me ha faltado golpeando mis manos- reto viéndole -la ley proclama castigo para cualquiera que les falte a las concubinas no?, supongo que esa ley no lo exonera a usted- reto viéndole -Wen Zhu, marchate, fue mi culpa, asumiré el castigo-

-Mi sultana yo...-

-Que te marches- ordeno Lan Zhan serio -arreglare esto con mi concubina-, todos, ¡largo! - ordeno sujetando la mano de Wei Ying para arrastrarlo dentro de la habitación para cerrar -entiendes lo que acabas de hacer? -

-defender un inocente, asumir mi responsabilidad por mis actos y defender mi persona conforme a la ley- dijo viéndole -he leído mis derechos y también mis obligaciones – dijo viéndole -mi sultán...-

-Lan Zhan- exclamo serio sujetando la cintura del ajeno -te dije que me llames Lan Zhan-

-Lan Zhan- susurro Wei Ying dejándose sujetar para tomar el rostro ajeno.

-no me sujetes como a el- pidió serio -así tomaste su rostro no?, ¿que pensabas hacer?, besarlo? - interrogo serio.

- ¿Eso ameritaría la horca para el y el destierro para mí, porque haría algo que dañaría ambas partes de esa manera? - cuestiono sin comprender para rodear con sus brazos el cuello ajeno -solo quería que me mirara a la cara-

-para qué?, ¿por que deseas provocar a otros? - interrogo serio

-no planeaba tal cosa- susurro -por que hacerlo cuando mi sultán me mira? - susurro sobre sus labios para verle y sonreír juguetonamente -le extrañe- aseguro mientras relajaba su cuerpo -pese a que ha golpeado mis manos... no me encuentro molesto- confeso viéndole -sus ojos me gustan demasiado-

-has desviado la atención del tema principal- susurro aprensando más aquel agarre.

-me gusta este Lan Zhan- susurro -es lindo cuando esta celoso- susurro

-no lo estoy-

-si lo está- aseguro mientras le veía -pero no debe estarlo, soy muy fiel a mi esposo- dijo seguro -solo quería comer, pero todos evitan verme a la cara... no me gusta eso-

-y a mi no me gusta que te vean-

-pueden verme, pero solo usted puede tenerme-

 

 


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