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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Entonces, la razón por la que Jano decidió apoyar a Simona, es porque se parecía a ella.

Fueron un poco más de 3 meses, esos días pacíficos dentro de una habitación de un hotel abandonado, terminaron cuando el miedo de Felicia de perder su actual felicidad fue demasiado, e hizo algo que nunca se había atrevido hacer, le dijo a Jano que quería salir de ahí y dar un paseo con él, ella estaba lista para persuadirlo si Jano se negaba, pero él aceptó de inmediato, como si hubiese estado esperando ese momento desde hacía mucho tiempo, quizás, desde el principio.

Usando un vestido amarillo y un sombrero blanco, Felicia caminó detrás de Jano, dejó su lugar favorito en el mundo y salió hacia las calles grises y solitarias, luego de un rato caminando, más personas y diversos colores comenzaron a llenar las calles, Felicia se preguntó si ella había pasado por ahí antes de encontrarse con Jano por primera vez, no lo recordaba porque ese día ella solo se enfocó en huir de los Aboulker, pero ahora podía ir a paso lento y admirar los paisajes, habiendo vivido sin jamás salir de los terrenos de los Aboulker, con el tiempo contado para que realizara distintos trabajos sin casi descanso, había muchas cosas que ella jamás había visto, así que de verdad disfruto aquel paseo.

—Sabes, en realidad yo odiaba los atardeceres —confesó Felicia mientras ella y Jano subían las escaleras del hotel abandonado para ir a la azotea—, los atardeceres me indicaban que tenía que regresar a mi habitación, una habitación diminuta, solo un poco más grande que tu baño, y oscura, igual, solo usamos nuestras habitaciones para dormir. Lo odiaba porque en mi camino veía a los demás miembros de la tercera rama regresar a sus habitaciones también, cansados y heridos, algunos de ellos ya eran viejos, y me pensaba: «Ese es mi futuro, cuando sea anciana seguiré trabajando para la segunda rama, justo como ellos».

Jano abrió la puerta de la azotea e hizo una mueca al ver frente a él a un hermoso atardecer—. ¿Aún los odias? Los atardeceres.

—No —respondió con una sonrisa—, ahora es diferente. Los adoro, me parecen preciosos, porque… fue durante un atardecer que te conocí.

Jano palmeó la cabeza de Felicia—. Me siento igual. Bueno, ahora que estamos aquí arriba, ¿qué te parece el paisaje?

Ella caminó hacia la orilla y se asomó hacia abajo—. ¿Te soy sincera? Es un asco —dijo riendo—, todo lo que rodea este hotel está en ruinas, el paisaje no es para nada bonito.

Asintió con la cabeza—. Te lo dije. Como sea, regresemos adentro, ¿qué quieres de comer hoy? —Se giró y comenzó a bajar las escaleras.

—Consigue lo que tú quieras.

—Yo puedo comer lo que sea, es más divertido si me dices qué es lo que —, se giró hacia atrás cuando notó que ella no lo seguía, subió un par de escalones para poder verla, entonces la vio parada todavía en la orilla del techo—… aléjate de ahí, es peligroso.

—Lo sé.

—Vamos, vas a caerte.

—Quiero caer.

Jano arrugó las cejas con preocupación—… ¿Por qué? ¿No eres lo suficientemente feliz conmigo?

Ella negó con la cabeza, se giró para verlo a los ojos, sin despegarse un poco de la orilla, y le dio una enorme sonrisa—. Nunca había sido tan feliz, es más, fue hasta que te conocí, que conocí la felicidad. Llevo días pensando, y pensando, y pensando, estoy muy preocupada de que me arrebaten esta felicidad, por eso he decidido congelarla. ¿No suena hermoso? Morir en el momento más feliz de mi vida, cerrar los ojos sintiendo toda está emoción —dijo mientras los cerraba—, y hacer de ti, lo último que vi antes de partir de este mundo.

—No suena nada hermoso —aseguró con la voz entrecortada.

Ella rio ligeramente—… Gracias por todo.

El viento de pronto se hizo más fuerte y los oídos de Jano quedaron inundados con su sonido, él cerró los ojos de la misma forma que ella, para preservar la imagen de la pequeña niña de vestido amarillo que volaba con el viento, así como sus largos cabellos negros. Cuando volvió a abrirlos, la pequeña había desaparecido del techo, entonces él bajó al piso de abajo y tomó una pala que se encontraba por ahí, para luego bajar lentamente escalón a escalón las escaleras hasta llegar al piso más bajo. Al finalizar los escalones, Jano salió del hotel con el cielo ya oscurecido, había la suficiente luz como para ver dónde estaba el cuerpo de Felicia, pero no lo suficiente como para que se distinguiera y deformara la última imagen de la pequeña que impregnó sus ojos.

Jano dejó la ciudad Quitrino luego de aquello, entre una cosa y otra terminó en la ciudad Chióni, en donde ingresó a una escuela militar, fue increíble cómo luego de tener comida apropiada y un lugar cómodo dónde dormir, salió a relucir sus increíbles habilidades físicas de las que incluso él desconocía. Luego de 6 años ahí, Jano se hizo de aliados como de enemigos, muchos lo admiraban, y muchos otros lo envidiaban ya que se había vuelto candidato a subteniente. Se podría decir que Jano tenía un brillante camino por delante en el ejército, sin embargo, ese año un nuevo soldado le cambió por completo la vida.

(Universo 2, E10, 47 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Aquel soldado pertenecía a la familia la Aboulker, su nombre era Kevin, era un joven de 20 años y pertenecía a la segunda rama, al igual que Simona, de hecho, era primo hermano de ella. Pero ese no es el asunto. Kevin revivió los recuerdos dolorosos de Jano, hablaba pestes de sus primos de la rama terciaria, y cuando Jano le preguntó si conocía a Felicia, toda su furia se desató.

—¡Claro! Rosalie, la secuestraron cuando tenía como 12 años, esa pequeña mierda solo servía como saco de box, pero la verdad es que su desaparición no presentó ningún problema para la familia, bueno, uno de mis tíos estaba interesado en sus ojos, pero la mayoría piensan como yo, entre más mierda haya fuera de la casa, mejor.

Kevin siguió bufándose de Felicia, contó varias anécdotas de como solía molestarla y de lo orgulloso que estaba de haberle hecho la cicatriz más fea que ella tenía en la espalda. Fue entonces que algo así como chispas comenzaron a salir del cuerpo de Jano, pronto esas chismas se transformaron en algo más grande, y terminaron por quemar la piel del hijo de puta que Jano tenía delante, hasta que murió. Jano huyó del lugar luego de matar a Kevin y a algunos soldados que trataron de detenerlo, pero ninguno pudo hacer nada con él despidiendo rayos por todo su cuerpo, él no podía controlar bien sus poderes, así que, aunque su intención no era precisamente matarlos, terminó con sus vidas tan rápido que ni lo sintieron.

Vivió ocultando su cara por unos meses hasta que en un bar de una ciudad alejada de Chióni y Quitrino, escuchó las risas de varios hombres burlándose de una chica, él volteó hacia el origen de las risas por mera curiosidad, y entones vio frente a él la imagen que solía aparecer en su cabeza cada vez que cerraba sus ojos, vio a su niña de vestido amarillo, cabello negro y largo, y con ojos dorados, era ella… pero no era posible, su Felicia había muerto, estaba seguro de eso.

—¡Les digo que es verdad! ¡Lo sé! ¡Existe! —gritó ella mientras golpeaba la mesa.

Un hombre le dio un trago a tu jarra de cerveza y lo azotó contra la mesa, provocando un ruido más fuerte que el de los puños de la chica—. Hey, al principio era gracioso, pero está comenzando a ser molesto, ¿cómo demonios quieres que creamos que existe alguien que puede conceder deseo? ¿Tienes pruebas?

Ella apretó los dientes al no poder contestar.

—¡Vamos! ¡Quiero verlas…! Estúpida perra, lárgate de aquí, no nos interesan tus historias.

—A mí sí me interesan —dijo Jano luego de acercarse—. ¿Podrías contarme un poco más sobre ello? —le preguntó a la chica.

—S-sí —respondió sorprendida de que alguien la tomara en serio por primera vez.

Ambos salieron del bar y se sentaron afuera de éste.

—Mi nombre es Jano Mintzberg. —Le extendió la mano—. ¿Qué hay de ti?

—Simona Aboulker —respondió estrechando su mano con la de él.

—Aboulker…

Ella arqueó una ceja—. ¿Qué? ¿Conoces a mi familia? Te habrán ayudado en el pasado o algo, supongo.

—Para nada. Pero sí que la conozco.

—No te ayudaron, que raro, todos los que saben de los Aboulker es porque recibieron ayuda de ellos, es una familia bastante altruista.

Hizo una sonrisa amarga—. Igual no todos en Quitrino hemos recibido su ayuda, Quitrino es una ciudad muy grande, hay rincones de ella en las que, si eres inteligente, no te adentrarías, incluso si tu intención es ayudar. ¿Pero por qué siento que hablas como si te desentendieras de los Aboulker?

Simona desvió la mirada y frunció el ceño—. Los detesto… los detesto a todos los de la rama principal. Soy de la rama secundaria, por lo que siempre viví como una sirvienta más, mis padres siempre me presionaron para que fuera la perra faldera de mi prima Sandra, pero… esa escoria me robó al hombre de mi vida, y luego —, apretó los dientes para suprimir las lágrimas—, él… él murió por su culpa.

Los ojos de Simona guardaban un rencor profundo hacia su familia, eran muy parecidos a los de Felicia. Luego de ese encuentro, Jano le ofreció su ayuda a Simona y juró siempre seguir fielmente sus órdenes, y no tardó mucho en recibirlas, su primera orden fue asesinar a la rama principal de los Aboulker y también a algunos de la segunda. Los Cannatela fueron masacrados unos meses después y el nombre de Jano y Simona se difundió por todas partes, incluso si ellos no fueron los responsables, y tras encontrarse con Tahiel, REVENISH nació.

Los rumores decían que Jano se había enamorado de Simona y por eso decidió seguirla, pero luego de que él me contó su versión, supe entonces que la siguió porque ella le recordaba a la única persona con la que él había sido feliz, Felicia, además de que, según él, desde que conoció a esa pequeña de 12 años, supo que se sentía cómodo al recibir órdenes, siempre hacía lo que Felicia quería, ese de hecho fue un motivo por el que pensó que le iría bien en el ejército, y estar con Simona era algo parecido.

(Universo 2, E10, 70 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Una semana después de haber cometido mi primer asesinato, un poco más tranquilo, regresé junto con Jano a Kleidi para ver a mamá Sandra, al supervisor y todos los demás. Primero fui a mi casa, abracé a mamá Sandra, a quien no había visto desde mi cumpleaños un mes atrás, y le conté un poco sobre lo que había descubierto de Jano, aunque no sé si fue correcto, más que hablar sobre la vida de alguien sin su consentimiento, fue el hecho de que ella escuchó por primera vez de mi boca la oscuridad que había dentro de la familia Aboulker, una oscuridad que ella nunca conoció por pertenecer a la rama principal, y me pareció que se sintió un poco decepcionada cuando terminé de contárselo.

Al día siguiente, me dirigí al mercado para reanudar mi trabajo como cargador, y para mi muy, pero en serio, muy gran sorpresa, una cara conocida se hallaba parada al lado del supervisor cuando fui a buscarlo.

—… ¿Qué hace él aquí? —balbuceé mientras señalaba a Yanis con el dedo.

—¿Así es como sueles saludar a la gente, princesito? —recriminó él.

—Yanis, está trabajando como cargador también, regresó hace dos semanas —explicó el supervisor—. Espero que con Massiel aquí, Yanis tenga alguien con quien hablar y que los demás vean que sabe abrir la boca para otra cosa distinta que no sea insultar, tal vez así no lo eviten tanto.

—¿Y-y si yo también quiero evitarlo? —pregunté nervioso.

El supervisor me miró con severidad—. No seas rencoroso, olvida lo que pasó en la batalla contra Tahiel, has de cuenta que Yanis nunca nos traicionó.

—No se trata de eso. —Tragué saliva y pensé: «¡Incluso antes de eso, no soportaba estar en la misma habitación que él por el miedo que me provoca!».

—Bueno, los dejo —se despidió el supervisor, dejándonos solos.

La situación era incomoda y yo quería decir alguna excusa que me permitiera huir, pero la verdad es que tenía varias preguntas para Yanis, aunque solo me atreví a pronunciar una—. Hey… ¿cómo está Eider? Tahiel se lo llevó con él, ¿no?

Él me miró con tanta frialdad que me estremecí de miedo, pero por alguna razón, él desvió la mirada antes de que yo lo hiciera—. Tú mismo viste el tamaño de esa mansión, incluso si vivimos bajo el mismo techo, es difícil toparse con alguien dentro de ella. Desde que entré ahí, jamás volví a ver a ese mocoso.

—Ya veo… y… ¿cómo se tomó Camila tu regreso?

—Ella fue la que me arrastró aquí.

—Ah —, hice una sonrisa floja—, sí me la imagino. Entonces, ¿estás aquí en contra de tu voluntad?, ¿aun sigues de parte de REVENISH?

—Nunca estuve de su parte —aseguró frunciendo el ceño—, yo solo seguía a Yannel, y ella tampoco estaba del lado de Tahiel, solo quería buscar una forma de sacar a la esposa de Guilmer de ahí… pero, no encontramos ninguna forma de acercarnos a ella, además de que ella ya tiene su vida ahí con Tahiel.

Asentí—. Ya, con que así fue. ¿Y qué hay de Yannel?, ¿dónde está?

Yanis frunció aún más el ceño—… Ella… por fin se deshizo de mí y me dejó

—Oh… lo siento —susurré.

—Dejemos de hablar y vayamos a trabajar.

—S-sí…

Era la primera conversación larga que tenía con él desde~… creo que desde que nos mostró su poder y puso una semilla en el dorso de mi mano, estaba un poco feliz, porque no cualquiera cruzaba tantas palabras con él, pero a la vez, me deprimí por haberla cagado al preguntar por Yannel, y ni siquiera sabía que tanto la había cagado.

Bueno, seguro querrás saber cómo fue el emotivo reencuentro entre Camila y Yanis, ¿cierto?

—¡Sí! —debes estar exclamando.

Bueno, dos semanas atrás…

Notas finales:

Yanis regresó uwu.

Gracias por leer.


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