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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Aquella enorme mansión de color azul que sirve como refugio para REVENISH es destruida, y ahora, ¿dónde están ellos?

Dos semanas atrás, cuando el cielo se tiñó de negro y fue salpicado con estrellas, Camila salió de la fábrica en la que trabajaba como obrera, fue el primer trabajo que pudo conseguir, pues además de ser rechazada en múltiples empresas y fábricas por no contar con certificados escolares, muchas de estas no querían «manchar su imagen» teniendo entre su personal a alguien sin un ojo y con varias cicatrices en todo su cuerpo.

—Malditos estúpidos —quizás estarás diciendo.

Y sí, la verdad es que sí.

Aquella noche, Camila fue con una amiga a un puesto de comida corrida y caminó con ella parte del camino hasta que tuvieron que separarse. Ya a menos de 15 minutos caminando de la casa del supervisor, Camila tuvo la sensación de que pasos extraños la seguían, ella no tenía miedo, no hizo algo como apresurar su paso o pedir ayuda, simplemente dejó que esos pasos la siguieran, mantuvo la calma, y cuando los sintió más cerca que nunca y no vio a nadie más en la calle, usó su poder para pegar al dueño de aquellos pasos a una pared.

Camila se giró y comenzó a caminar hacia él—. No quiero acusarte de ser un acosador, pero ¿podrías explicarme por qué…?

—¿Y yo puedo preguntarte por qué está mal caminar detrás de ti cuando iba de camino a casa de Guilmer, maldita mocosa? —masculló Yanis, interrumpiéndola.

—… Yanis…

Él chasqueó la lengua—. ¿Podrías liberarme de esta estupidez?

Camila asintió con la cabeza y tras deshacer su poder lo miró curiosa.

Él se percató de las cicatrices en los brazos de ella y la forma en que usaba su flequillo para ocultar uno de sus ojos, y su corazón dolió con culpa—… Pensándolo bien —farfulló, desviando la mirada—… es mejor que no vaya, adiós.

—Espera —pidió estirando una mano hacia él.

Yanis se dio la vuelta, ignorándola, y dio unos pasos para alejarse, hasta que fue atraído de nuevo a una pared—... Hey…

—No voy a dejar que huyas, cabrón.

Él soltó un suspiro—. No debí haber venido.

—Viniste por algo importante, ¿no?

Yanis volvió a desviar la mirada mientras fruncía el ceño—. En realidad, no… solo… estaba cerca de aquí y mis pies se movieron solos.

—Dijiste que ibas de camino a casa del señor Guilmer —le recordó arqueando una ceja.

—Mentí, vine porque quise, luego me di cuenta de que era una estupidez e iba a largarme de aquí… pero…

—¿Pero?

—Te vi y antes de notarlo… ya te estaba siguiendo.

—… ¿Pasó algo con Yannel? ¿Dónde está? —Rodó los ojos—. Vamos, no empieces a fulminarme con la mirada, ambos sabemos que viniste a buscarme porque necesitas desahogarte, y tú única preocupación tiene un nombre, y es «Yannel».

—… Ya no existe esa preocupación.

Camila deshizo su poder y se cruzó sus brazos—. ¿De qué hablas?

—Ella… estaba desesperada por destruir la cadena de mi maldición, y eso la llevó a acostarse con otro… sabrás que —, soltó una risa amarga—… no lo tomé muy bien. Volvió a asustarse de mí y ella trató de huir cuando la vi haciendo eso y vio cuan enojado estaba yo, pero mientras corría por las escaleras, su pie resbaló y rodó hasta el último escalón, su cabeza no dejaba de sangrar… pero yo no pensé que ella —, cerró los ojos con fuerza—… no sé por qué pensé que ella estaría bien.

Camila dio un paso hacia él y estiró su brazo para tomarlo de la mano.

—Yo solo la abracé y le grité lo mucho que me había lastimado, porque nos llevábamos mejor que antes y comencé a hacerme ilusiones, entonces ella me dijo que me amaba y luego... agh…

Era increíble, Camila miraba con asombro al Yanis que yacía llorando delante de ella, Camila siempre creyó que nunca podría saber qué estaba pasando por la cabeza de él, pero en aquel momento, se volvió más claro que nunca que a Yannel de verdad la apreciaba, y siempre la miraba con amor, pero…

—Entiendo que te sientas perdido sin ella —dijo mientras lo abrazaba—, pero tienes que pensar un poco más en ti… ah. —Se separó rápidamente de él cuando se percató de que lo estaba abrazando, y ambos intercambiaron miradas de asombro—. Ah… ¡No! ¡No llores como un idiota! ¡Date cuenta con quién estás! ¿¡Por qué dejaste que te abrazara!? ¡Empújame como siempre y di que te doy asco!

—… No voy a darte ese gusto, masoquista —dijo entre una leve risa.

Camila sintió un escalofrío, era la primera vez que veía una sonrisa tan… normal, supongo, pero comparándola con las risas burlonas a las que ella estaba acostumbrada, esa risa era sumamente tierna, por lo que la hizo estremecerse. Un sentimiento extraño le recorrió la espalda y no pudo hacer más que huir. Corrió lejos de él hacia la casa del supervisor, ni siquiera saludó a nadie cuando llegó, solo se encerró en su habitación, saltó sobre su cama y pegó su rostro a una almohada para ahogar sus gritos.

Recuerdo que una vez Camila me dijo que lo que más odiaba de Yanis, era que no podía leer su rígida expresión, ella creía que él hacía esa cara para esconder algo, pero también parecía que él estaba buscando un lugar al que pertenecer, y Camila se sentía igual, por eso trató tanto de acercarse a él. Cuando ella despertó al día siguiente, Yanis ya se había instalado de nuevo en casa del supervisor, y ya en la tarde, cuando todos regresaron de trabajar, él les contó toda la información que obtuvo durante su estadía en la mansión Cannatela. Las dos siguientes semanas pasaron sin novedades, cada uno estaba ocupado en sus propios asuntos, así que Camila y Yanis no volvieron a tener una larga conversación luego de haberse reencontrado.

Llegó el día que Jano y yo regresamos a Kleidi, a pesar de que yo ya estaba más calmado, siempre que recordaba al hombre al que asesiné, mi cuerpo se tensaba, no estaba seguro de cómo debía hacer para borrarlo de mi consciencia. Fui a visitar a los chicos en la casa del supervisor, actué lo más animado posible para ocultar mis preocupaciones, pero Camila no tardó nada en percatarse, cosa que no era nada extraña, ya que ella me conocía mejor que nadie. Le conté lo que hice y al terminar, ella me dio un par de palmadas en el hombro.

—Hey, Camila, ¿acaso no te da miedo? —le pregunté mientras me dejaba caer en su cama.

Ella se tiró al lado mío—. ¿De matar?

—De todo, de matar, de que te maten.

—Si tuviera a alguien frente a mí amenazándome con una cuchilla, creo, no, estoy segura, que no tendría nada de miedo. Hace tiempo solía tenerlo… pero en una ocasión, no entré a mi habitación cuando mi padre me dijo que lo hiciese, él se emborrachó, golpeó a mamá como siempre, y cuando yo traté de impedírselo, él tomó una de las botellas de cerveza que estaban tiradas en el suelo y me golpeó con ella, tras aquello, sentí que mis miedos fueron cortados también. No sentí dolor, y para cuando me di cuenta, ya estaba cubierta de sangre. Me desmoroné, y cosas como el miedo y demás, dejaron de ser relevantes para mí. Es por eso, que nada me da miedo. Tampoco matar, quiero decir, ya he matado a mi madre…

La volteé a ver y vi que tenía una sonrisa forzada en su rostro, así que la tomé de la mano—. Eso no es nada de lo cual reírse. Me gustaría que te valoraras más a ti misma. Si estás en peligro huye, si algo te duele pide ayuda, si algo sucede iré a ayudarte.

Ella giró su cabeza hacia mí y volvió a sonreír, está vez de verdad—. Es más fácil que yo te ayude a ti, que tú a mí, pero gracias, sé que puedo confiar en ti en momentos importantes.

Unos días después, Simona nos mandó a Alan y a mí a investigar a Tahiel, como le contamos sobre el sujeto que supuestamente trabajaba para REVENISH, ella temió que Tahiel estuviera al tanto de nuestra alianza. Nada era certero, pero al menos luego de que Alan y yo regresáramos de la ciudad Dynami sabíamos algo, Tahiel ya no estaba en la mansión de los Cannatela.

—¿A qué se refieren con que la mansión está destruida? —nos preguntó Simona.

—Personas de los alrededores nos dijeron que hubo mucho ruido una noche hace varios meses —explicó Alan—. Parece ser que desde que se difundió la noticia de que el señor Jano ya no trabajaba para REVENISH, aquellos que iban tras las cabezas de Tahiel y compañía aumentaron, los ataques fueron más constantes, además de que REVENISH comenzó a meterse con algunos de personas peligrosas.

— Eso es cierto —confirmó Yanis—. Yannel y yo fuimos en varias ocasiones a acabar con algunos de esos grupos.

—Todo parece indicar que alguno de esos grupos rencorosos fue a matar a Tahiel —continué—. Nadie sabe qué pasó en realidad, y sinceramente dudo mucho que lo hayan logrado, pero lo que sí sabemos, es que ese grupo era lo suficientemente poderoso como para que Tahiel no pudiera impedir que destruyeran la mansión Cannatela.

—Aunque también está la posibilidad de que la destrucción de esa enorme mansión se debiera a algún conflicto interno —comentó Alan.

—¿Creen que el señor súper fuerte se haya revelado contra Tahiel? —preguntó Camila.

Simona negó con la cabeza—. No, ese sujeto es el perro más fiel de Tahiel. Bastián está bajo el poder de él, así que jamás se le opondría, la mayoría de los que estaban en esa mansión eran igual, los únicos inmunes al poder de Tahiel somos Jano, Guilmer, Yanis, su madre, Miriam, su hija Vanesa y yo. También estaban Ilhan y Yannel, pero ambos están muertos. Nunca lo confirmé, pero existe la posibilidad de que Casper, el hombre que puede leer las mentes, también sea inmune, pero él no tiene tal poder destructivo.

—¿Y qué hay de Eider? —inquirí.

—Oh, el niño que se llevó durante la batalla. —Simona lo meditó un momento—. Pudiera ser, por lo que me han contado acerca del poder de ese niño, es posible que se trate del mismo que el segundo poder de Tahiel, solo he visto una vez a Tahiel utilizarlo, se convierte en un horrible monstruo, transformando sus manos y piernas en unas enormes y delgadas garras negras, y adquiere un incremento bestial en su velocidad y fuerza, incluso mayor a la de Bastián, sin embargo, es demasiado poderoso como para poder controlarlo a consciencia, por lo que prefiere evitarlo, estando de ese modo, bien podría matar a Miriam sin siquiera parpadear. Es posible que Tahiel se haya sentido identificado con el niño y éste se haya convertido en alguien de su agrado, adquiriendo inmunidad.

—Si eso hubiese pasado, si Eider hubiese logrado ser inmune a Tahiel y se hubiera revelado contra él para regresar con nosotros, ¿qué tantas posibilidades tendría de escapar?

—Ninguna.

La miré preocupado.

—No solo se tendría que haber enfrentado a Tahiel, también está Bastián y Frank. Igual solo son especulaciones —dijo encogiéndose de hombros—. Bien pudieron haberse unido nuevos miembros a REVENISH capaces de hacer esa hazaña, o también puede que ni siquiera hubiese sido un conflicto interno y de verdad los que atacaron fueron un grupo externo, así que quita esa cara, Massiel.

—S-sí…

Pronto llegaría el verano una vez más, odiaba la idea de tener que irme de la ciudad a entrenar con Jano en verano, en primera porque detestaba entrenar en días calurosos, y en segunda… a excepción de la primera vez que te vi, cuando me entregaste mis guantes amarillos, que por cierto, seguían guardados como una reliquia en mi casa, tú apareciste siempre en verano, cada verano que pasaba tenía la esperanza de que volverías tan repentinamente como siempre lo habías hecho, pero ese sería el cuarto verano desde que habías desaparecido, comencé a preguntarme si de verdad volverías, nunca más volví a preguntarte sobre el lugar de donde venías por temor a hacerte llorar, no quería obligarte a recordar algo doloroso, pero de hecho, era bastante doloroso para mí tener la sensación de que no sabía nada de ti, siempre hubo una barrera entre nosotros que nunca supe cómo romper.

Antes de irme a entrenar con Jano, todos los días al terminar mi trabajo como cargador, salía a dar una vuelta para matar tiempo, y luego esperaba pacientemente afuera de la fábrica en la que trabajaba Camila a que saliera ésta para caminar juntos a casa del supervisor, mamá Sandra se la pasaba todo el día ahí, por alguna razón, se volvió muy buena amiga de Alan, casi sentía celos de él, pero bueno, así que, cuando Camila y yo llegábamos a casa del supervisor, mamá Sandra y yo cenábamos ahí y luego nos íbamos a nuestra casa.

Esa era la rutina que siempre hacía cuando no estaba entrenando fuera de la ciudad con Jano, pero las cosas cambiaron tras el regreso de Yanis. Ahora no solo yo esperaba a que Camila saliera de trabajar, él también comenzó a hacerlo, había veces en las que incluso él llegaba antes que yo, era extraño, ya que ambos salíamos al mismo tiempo del mercado. Por muchos días, ambos la esperábamos en silencio, era incómodo y nunca logré acostumbrarme, pero un día, él decidió hablarme, estoy casi seguro de que debió ser por alguna petición de Camila.

—¿Sigues sin contactar con la niña simplona? Uhm… con Lucía —me preguntó.

Me tomó por sorpresa, así que tardé un poco en contestar—… N-no… desde la batalla contra REVENISH no he sabido nada de ella.

—¿Qué harás si no regresa? Me refiero a que, ella te gustaba, ¿no?

—Uhm —, reí un poco nervioso—… sí… aún no pierdo la esperanza de que ella regrese, hasta que la pierda pensaré en qué hacer… pero supongo que tampoco debo demorarme mucho tiempo, ya tengo 22 años, a esta edad ya muchos se casaron.

—¿Y me lo dices a mí? Un anciano de 29 años.

Estuve a punto de reírme hasta que recordé que con quien estaba hablando era con Yanis—. L-lo siento.

—¿Y qué hay de Camila?

—¿Camila?

Él giró su cabeza hacia mí para verme a los ojos—. ¿Alguna vez la has considerado románticamente?

—Ah. —Recordé mis vergonzosos días preguntándome cómo sería salir con ella e irremediablemente me sonrojé.

Él se limitó a mirarme en silencio.

Después de eso, el ambiente volvió a ser incómodo y no volvimos a abrir la boca hasta que Camila salió.

El Yanis de ese entonces era muy extraño, parecía más apaciguado, pero temía que estuviese esperando a que le diéramos una razón para explotar, por lo que siempre medía mis palabras o acciones con él, para ser sincero, era más fácil comportarse con el Yanis agresivo de antes, antes sabía que debías evitarlo sí o sí, con el de esos días, no sabías si irte o quedarte con él, al menos yo no tenía ni idea de cómo tratarlo.

Pero por lo que vi, yo era el único en esa situación. Yanis tenía una relación más o menos buena con todos, incluso hizo las paces con Sasha, cosa que me pareció súper rarísima, recuerdo que un día llegué a casa del supervisor y los vi conversando cómodamente en la cocina, Sasha estaba riendo y Yanis asentía con la cabeza con algo parecido a una sonrisa en su cara, aunque el ceño fruncido seguía ahí, ese solo se le quitaba cuando estaba con Camila. Siendo así, no entendía por qué las cosas no podían ir bien para él y para mí, no era como que yo le guardara rencor, tras saber de Camila un poco acerca de su situación, entendí sus acciones y no lo culpé de nada, sin embargo, siempre que estaba con él me sentía intranquilo.

Notas finales:

Gracias por leer.


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