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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo. por HikSon

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Notas del capitulo:

Luego de que las cosas se complicaran para Massiel y Sasha, terminan separados y Massiel es rescatado por un hombre que se presenta como el mejor amigo de Lucy desde hace más de 20 años.

En realidad, en una mansión como esa, la cual está repleta de sirvientes caminando de un lado a otro, era casi imposible que Sasha y yo no hubiéramos sido vistos, o que Romina hubiera bajado a hablar con Sasha sin levantar sospecha, pero el poder de Yanis ya había comenzado a actuar, así que esa situación fue posible gracias a que se consumieron bastantes de las plumas blancas que había en mí.

Mi primo y Romina se miraron con anhelo, especialmente él, habían pasado muchos años desde que la conocía, y hasta no hacía mucho, era incapaz de aceptar sus sentimientos por ella al estar cegado por la presencia de Arley en su vida, perdiendo a Romina, perdiéndose a sí mismo. La última vez que había escuchado la voz de Romina, ésta le susurró: «Deberías vivir tu vida como quieras, sin preocupaciones innecesarias», pero aquellos susurros tentadores solo incitaban a Sasha a buscar una libertad que era incapaz de encontrar. Supo entonces que la única forma de librarse de la pesadez de su corazón era encarando a Romina, pero no fue hasta ese día que tuvo el valor de ir a verla.

Y así, mientras yo me mantuve a cierta distancia de ellos, ese par habló sinceramente por primera vez, tenían demasiadas cosas que decirse, el tiempo no dejaba de transcurrir y aunque no habían sido interrumpidos gracias a las plumas blancas que había en mí, por mucha suerte que tuviéramos, era evidente que no podía pasar desapercibida la ausencia de la señorita Romina, tarde o temprano nos iban a encontrar.

A ver, no digo que lo haya hecho a propósito, ¿vale? Solo digo que es muy irónico que tuviéramos la muy mala suerte de ir un día extrañamente agradable, uno de esos días ni muy calurosos ni muy fríos, en los que uno se esta tan a gusto que te daba ganas de dormirte, más si has estado más de 3 horas esperando solo en completa aburrición en un camión.

—Oh, no. ¿Yanis se durmió? —te has de imaginar.

Así es, el Dios del Karma se durmió y nos dejó de brindar suerte. Y entonces nuestra mala suerte comenzó.

Finalmente, fuimos vistos por una sirvienta, y ésta alertó a los señores de la casa, quienes mandaron a llamar a los guardias de seguridad para apresarnos, con todas las enseñanzas que recibí de Jano sobre combate, estaba seguro de poder acabar con ellos… pero las cosas se tornaron diferentes cuando nos apuntaron con armas de fuego, por muy habilidoso que yo fuera, no podía contra más de 5 hombres armados, además de que temía que si yo me movía, pudieran hacerle algo a Sasha, y a ninguno de los dos se nos ocurrió hacer algo como una actuación y tomar a Romina de rehén.

La situación no mejoró ni siquiera cuando los padres de Romina supieron que uno de nosotros era Sasha, para ellos, mi primo era un completo extraño, así que no se tentaron el corazón para llamar a la policía para encarcelarnos por allanamiento e intento de secuestro.

Poco después de que ataran nuestras muñecas con una soga, Yanis despertó, la suerte volvió y la mayoría de los guardias salieron de la habitación en la que estábamos, supe que esa era nuestra oportunidad de escapar, pero lo principal era llevarnos a Romina, era por eso que habíamos ido, así que le susurré a mi primo que huyera con ella en el momento en que yo empezara a atacar a los guardias sin preocuparse por mí, puesto que con las plumas que aún me quedaban, era suficiente como para que yo me las arreglara para salir de algún modo. Él aceptó no muy feliz, pero sabía que no había otra manera, él era pésimo peleando y solo podía confiar en mí.

Ataqué a uno de los tres guardias que nos vigilaban con una patada en el estómago, ninguno de ellos estaba muy alerta, se confiaron solo por haber amarrado nuestras muñecas. Uno de ellos intentó tomar su arma luego de que noqueé al primero, pero logré derribarlo antes de que lo lograra, y el restante corrió detrás de Sasha luego de que este comenzara con su huida, pero no tardé mucho en alcanzarlo y detenerlo. Los demás guardias fueron llegando uno a uno, y uno a uno los fui acabando, mi primo y yo ya habíamos sido desatados por Romina y luego ellos se fueron juntos, yo traté de hacer un poco de tiempo y después corrí hacia la salida en el jardín, y ahí uno de los guardias logró atraparme, entonces vi mis brazos y me di cuenta de que estaban completamente libres de plumas. Entré en pánico, ¿se había terminado mi suerte?

Pronto caí al suelo y tuve encima de mí a 4 hombres que hicieron todo para detenerme, fue cuando escuché vagamente el sonido del camión de carga arrancar y alejarse. No podía ser verdad, no pudieron haberme abandonado, ¿cierto? Y para empeorar las cosas, cuando dejé de escuchar el sonido del motor del camión, comencé a escuchar el sonido de las sirenas de las patrullas de policía que venían por mí.

Sentí mi rostro palidecer, escuchaba las sirenas cada vez más cerca y nadie venía a mi auxilio, aunque era cierto que mi primo y Yanis no se encontraban en la posición de hacerlo. Al menos Sasha, era obvio que él priorizaría su escape con Romina, ese era el motivo por el que nos encontrábamos ahí… ¿y si yo terminaba en la cárcel? ¿Pasaría el resto de mis días tras unas rejas? Lo sé, allanamiento no era un delito que ameritaba cadena perpetua, pero tenía demasiado miedo de ser encarcelado, eso me daba incluso más miedo que morir.

Hubo una vez que Jano dijo que quizás era necesario que yo estuviese en una situación en la que sintiera que perdía la vida para que aquella desesperación hiciese que yo despertara el poder que yacía dormido en mí, por esa razón, él continuamente hacía que yo arriesgara mi vida cuando peleábamos, pero creo que él se equivocó.

Siendo honesto… desde la muerte de César, nada me emocionaba, películas, libros, peleas de arañas… ya nada me parecía divertido, e incluso me sentía incómodo en medio de otras personas, a veces me forzaba a reír y sentía que los demás se daban cuenta, y por mi culpa el ambiente se tornaba pesado. A veces me parecía que estaba viviendo una vida sin alegría, y no había nada más vacío que eso, morir… morir… aunque le prometí a mamá Sandra que no lo haría, más de una vez me lo llegué a plantear como una solución. Morir no me daba miedo, y pelear poniendo mi vida en juego tampoco lo hacía. Pero vivir encerrado en una habitación oscura y maloliente en completa soledad, sin ver a las personas que aprecio y me brindan de cordura para continuar con mi miserable existencia, eso sí que me provocaba terror.

«¿Y si me suicido en la cárcel? Pero le hice una promesa a mamá Sandra. Pero no quisiera que ella viera un lamentable lado mío cuando esté encerrado ahí, tal vez intente matarme antes de que me encarcelen, pero ¿qué pasaría si un día Lucy aparece y descubre que yo morí?».

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando noté que los hombres que tenía encima cada vez ponían más su peso sobre mí… hasta que de plano sentí que me quedaba sin aire. Escuché unas pisadas acercándose y luego el peso sobre mí comenzó a disminuir, hasta que fui librado por completo de él y por fin pude ponerme de pie, miré a los guardias que hasta hacía poco tenía encima, todos ellos y los demás que estaban en el patio se hallaban inconscientes, así como también los señores de la casa, solo había una persona de pie, un hombre de unos 37 años, de ojos azules, cabellos negros, rizados y súper alborotados, tipo afro, de piel oscura, y tenía una cicatriz en el pómulo izquierdo, muy cerca del ojo.

—¿Qué esperas? —me preguntó—. ¡Vamos! ¡Corre!

Corrí detrás de él y logramos salir de la mansión antes de que la policía la rodeara por completo, noté que en efecto el camión en el que habíamos llegado ya no se encontraba, mi primo y Yanis de verdad se habían ido, y tratando de no sentirme demasiado mal, seguí corriendo mientras veía la espalda del hombre que me había salvado. Al final llegamos a las afueras de la ciudad, había pocas casas por ahí, nunca había ido a esa zona por lo que estaba súper perdido, no me quedó de otra más que seguir obedientemente a aquel hombre. Llegamos a una pequeña casa anaranjada, el hombre que me salvó me abrió la puerta y me invitó a pasar, adentro de ella se hallaban 3 niños pequeños, no parecían tener más de 10 años, lucían sorprendidos de verme y de inmediato se echaron a correr a una habitación para luego tratar de analizarme desde la puerta.

—¿Podrían hacerme el favor de salir a jugar afuera? —les pidió el hombre.

Los niños se miraron entre sí y luego caminaron hacia la entrada, mirándome detenidamente cuando pasaron al lado mío.

—Lo lamento, normalmente tengo la cosa sola, pero por lo mismo a veces mi hermano mayor me encarga a mis sobrinos para salir con su esposa —, se encogió de hombros—, siempre acepto porque no tengo nada mejor que hacer.

—Disculpa, ¿acaso nos conocemos de antes? —pregunté, tratando aún de procesar lo que estaba pasado.

—No, es la primera vez que nos vemos.

Entorné los ojos—. Entonces no entiendo, ¿por qué me ayudaste? Dudo mucho que hayas pasado y al verme en problemas quisiste hacer tu buena acción del día y decidiste ayudarme a escapar.

Soltó una risa floja y se dejó caer en un sillón—. Te ayudé porque me lo pidieron, fue un favor de una amiga.

—¿Una amiga?

—Lucía Amser, ¿te suena?

Lo miré con sorpresa y mi pecho se llenó de emoción—. ¿¡Lucy!? ¿¡Cuándo te lo pidió!? ¿¡De dónde la conoces!? ¿¡Está aquí!?

Puso una mano delante de mí para pararme—. ¡Calma! ¡Una pregunta a la vez!

—Perdón… ¿quién eres tú?

—Mi nombre es Eitan Chassier, y soy —, sonrió levemente—… el mejor amigo de Lucía.

Lo miré desconcertado.

Me hizo una seña para que yo tomara haciendo en el sillón frente a él y esperó que yo lo hiciera—. Tú eres Massiel, ¿no? No tienes idea de lo mucho que Lucía me habló de ti. A ella la conocí hace un poco más de 20 años, se entrometió en mi vida durante un año, fue el suficiente tiempo como para poner mi vida de cabeza, luego desapareció y hasta hace unos días volví a verla, pero de nuevo volvió a irse, ya no está aquí, quién sabe dónde estará ahora.

—¿Tú sabes por qué desaparece? ¿Conoces el túnel por el que se va?

—… ¿Acaso no sabes cuál es poder de Lucía?

Negué con la cabeza.

—Que extraño… se supone que ella te lo contó. En el verano en que ella te conoció por primera vez, cuando le dijiste que estabas harto de ella por andar por ahí dando lástima y la hiciste llorar, se supone que ella se enojó contigo y luego te contó todo sobre ella.

Parpadeé un par de veces, incrédulo de escuchar aquello—. ¿Qué…? ¿No te habrás confundido? Yo jamás le he dicho algo así a Lucy.

—Ella me contó que eras muy ojete con ella… a menos que —asintió con la cabeza—… claro… sí… eso tiene sentido.

—¿Qué?

—Seguro te ablandaste luego de que ella te ayudara a escapar de la mansión de tus padres, también tuvo que ver que evitara la muerte de ups —, se tapó la boca—… no sé si deba hablar de eso.

Apreté los puños sobre mis rodillas—. ¿Podrías por favor explicarte bien? Estoy realmente confundido.

—Bien, bien, ¿por dónde debo empezar~…? Cuando era niño, se solían hacer reuniones para encontrar soluciones de ciertos problemas que tenían efecto en todos los que vivíamos en los alrededores. No recuerdo su nombre, pero llamémoslo «Jefe Mayor», ese hombre, un día llevó consigo a una niña, mi madre me contó que el Jefe Mayor la había encontrado y buscaba quién pudiera ofrecerle techo, al final nadie quiso, por lo que terminó al cuidado de él mismo. Esa niña era Lucía.

Nadie de los que vivía en esa comunidad tenía el dinero o acceso fácil a una escuela, pero el Jefe Mayor era uno de los pocos que había concluido su educación secundaria cuando era joven, por lo que él se encargó de transmitir sus conocimientos a los jóvenes, actúo como un profesor y terminó siendo la persona de la que más se tomaba a consideración su palabra gracias a ello.

Al convertirte en la hija adoptiva del Jefe Mayor, comenzaste a asistir a las clases de él, inmediatamente te convertiste en el foco de atención, día tras día te invadían con preguntas sobre el lugar del que venías y cómo conociste al Jefe mayor, pero tú te negabas a contestar todas la preguntas, al principio amablemente, pero después comenzaste a cansarte y sacaste a relucir una actitud… muy parecida a la que Camila mostraba cuando era niña al pelear con Yanis, les gritabas insultos y los ofendías, incluso llegaste a pelearte a golpes con un montón de chicas e incluso algunos chicos.

—N-no te creo —le dije a Eitan—… Lucy es… Lucy es la niña más adorable, dulce y tierna del mundo, jamás ha dicho una mala palabra —, recordé el día que me ayudaste a escapar de mis padres y la forma en cómo actuaste con ellos—… olvídalo, continua.

Rápidamente te comenzaste a hacer fama de buena peleadora, ya nadie se metía contigo por temor a que te les aventaras encima y los molieras a golpes, y aunque en cierto modo eras respetada, el hecho de que nadie se acercara a hablar contigo te hacía ver como una marginada, cosa que no te molestaba demasiado, pero te hacía arrepentirte un poco de haber actuado como lo hiciste, necesitabas a alguien de tu edad con quien hablar y desahogarte, alguien a quien le pudieras contar de Massiel, y no hablo del Massiel que está escribiendo esto, sino del que conociste en el verano que usaste por primera vez tu poder, a ese llamémoslo «Massiel #2».

No, ¿sabes qué? Cuando Eitan me contó todo eso me confundí montón, si lo escribo en el orden en que él me lo contó me voy a volver a confundir, así que escribiré los cambios que hiciste en mi vida en el orden en que los fuiste haciendo, pero antes, creo que es buena idea que tú sepas cómo debió ser mi vida si jamás hubieras interferido en ella.

Notas finales:

Gracias por leer.


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