Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De lumière et d'obscurité por Doki Amare Pecccavi

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cap. 6: De tristesse et de solitude

 

La historia de Sasha pudo haber sido como la de tantos niños mestizos criados por gitanos.

 

Desde pequeño había notado una enorme diferencia con sus hermanos mayores, y aunque su madre se empeñaba en evitar el tema, era entendible que esa piel pálida y los cabellos rojos no coincidían con la raza del pueblo en el que había sido criado. La gente blanca marcaba una enorme diferencia, lo hacían cuando lo encontraban bailando en los carnavales, pero a él… jamás le importó tanto saber cuáles eran sus raíces.

 

Su familia le abrazaba, sus hermanos cuidaron que nadie intentara jamás abusar de él, ¿Qué más podía pedir para estar agradecido? Era feliz, mucho que lo era, aunque las piedras en el campo lastimasen sus pies descalzos, aunque la comida faltara de vez en cuando él, había aprendido a ser agradecido en la vida.

 

Aprendió que no era demasiado bueno quedarse en ningún lado, huir de los hombres blancos y cristianos era una prioridad, mientras los carnavales les abrieran las puertas, podían visitar infinidad de ciudades y conseguir algo de dinero.

 

Sólo pedía eso, un poco de abundancia para compartir con los suyos, sólo eso había pedido un anoche y en respuesta, obtuvo la peor de las fortunas. La soledad, la tristeza… la muerte.

 

Todo inició con el acecho, alguien que miró entre las sombras y a través de otras personas, Sasha bailaba en el centro del pueblo, junto a los jóvenes y sus hermanas, algunas monedas caían al suelo como pago.

 

— Lo haces muy bien — En un rápido movimiento, un hombre había podido darle alcance, Sasha bajó la mirada nerviosa, el contacto estaba siendo demasiado, intentó mirar a otros lados para asegurarse de que alguno de sus hermanos había notado aquella cercanía, pero nadie parecía mirarlos, sonrió en respuesta, estaba nervioso. — Baila así de nuevo por un tiempo.

 

¿Qué podía decir?

 

No dijo nada y antes de que pudiera huir, fue tomado por las caderas, aquel hombre le sujetó sin cuidado, y todo le parecía increíble; que nadie de su familia le ayudara a alejarse de él o que otros cristianos no hicieran un revuelo por aquella cercanía.

 

— No… — Susurró apenas en un murmullo antes de sentir como sus labios se unieron a los de aquel hombre, él mismo no pudo moverse, se sintió hechizado, pero no era nada agradable la situación, sintió como la lengua de aquel hombre se deslizaba entre sus labios, y obedeció, parecía asombroso, Sasha correspondió.

 

— Me he enamorado de ti. — Una confesión que terminó por aterrarlo, no había nada que hacer, el extraño había sabido cuando acercarse, todo empezaba a oscurecerse, la noche llegaba y escuchaba las monedas, en las bolsas de sus hermanos, mientras se alejaban del lugar, tampoco hubo más música, ni murmullos. — Sasha, me he enamorado de ti y he decidido hacerte mi compañero, serás mío para toda la eternidad.

 

Cuando pensó que habría más besos, el extraño logró sorprenderlo aún más.

 

— Shh, Shh, déjate llevar; terminará pronto. — Sintió un par de los colmillos enterrados en su cuello, toda la fuerza se fue de sus piernas, sólo los brazos de aquel hombre le sostenían, empezaba a darle vueltas la cabeza, empezaba a sentir un indescriptible dolor recorrer en su cuerpo, imaginó que esa sería la misma sensación que se tiene cuando un animal ponzoñoso se ha pegado a ti.

 

Poco a poco Sasha fue perdiendo la consciencia, pero el dolor no desapareció, dormitaba, pero en el sueño toda su piel era arrancada poco a poco hasta quedar en los huesos y los huesos se destemplaban por el inmenso frío que después sabría, sería el frío de la inmortalidad.

 

— Sasha… te amo.

 

Lograba entender en ocasiones, pero su mente iba más lejos.

 

Había sido tanto tiempo en agonía, y la voz del hombre extraño fue haciéndose poco a poco más familiar. En ocasiones sentía una enorme sed que era saciada de forma inmediata y después un dolor enorme en la barriga, como quién ha tomado un enorme festín después de días sin comer.

 

Mucho tiempo después pasó, tal vez días… meses o años. Verdaderamente jamás lo sabría. Sasha abrió los ojos una noche, su cuerpo estaba débil, sus labios secos y la piel fría. Se incorporó como pudo y permaneció sentado en la cama admirando todo en la habitación, una decoración hermosa, la recamara tenía un agradable olor a caoba, lavanda, vainilla, todos esos aromas los conocía, pero jamás había puesto tanta atención en lo agradable que eran.

 

Sasha sonrió por primera vez en tanto tiempo, infló sus pulmones y tomó fuerza para exhalar todos aquellos aromas. Sus ojos verdes brillaban como jamás lo habían hecho y su cabello pelirrojo cubrían gran parte de su rostro, pero todo era un detalle burdo con aquella nueva grandiosidad de sus sentidos.

 

— Has despertado, por fin. — De golpe, la puerta se abrió, ingresó un hombre alto, sus prendas le señalaron como un aristócrata, Sasha recordando que se trataba del sujeto extraño, se encogió en el colchón completamente tembloroso. Hasta ese momento se notó desnudo, frágil como era intentó hacerse un ovillo y ocultó el rostro en sus piernas encogidas. Esperaba lo peor. — Sasha, no tengas miedo, no voy a lastimarte, no a ti.

 

— ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué me has traído?

 

— Te aprecio demasiado. Créeme por favor.

 

— Necesito ir con mi… familia.

 

— Desde hoy, yo soy tu familia, sólo tú y yo. — Susurró, Sasha no había levantado el rostro en todo ese momento, por lo que no tuvo más opción que caminar hasta donde el pequeño bailarín estaba. Inclinó su cuerpo y le hizo levantar el rostro. — Sasha, te amo.

 

— ¿Me amas? — Preguntó, sin entender como aquel hombre que apenas conocía podía hablar con tanta tranquilidad sobre aquellos sentimientos.

 

.*.

 

Sébastien cayó rendido en la cama, junto al cuerpo tibio de Emma.

 

Salir de la casona había sido un enorme trabajo y su fuerza aún no se comparaba con lo que había sido años atrás; hacerlo parecer todo un accidente, las ensoñaciones de Emma, el regresar a la casona, todo aquello había sido una gran Azaña y por eso mismo necesitaba alimentarse antes de que cualquier otra cosa ocurriese.

 

Por simple gusto, se arrastró en la cama hasta terminar sobre el cuerpo de Emmanuel, estaba desnudo, siempre disponible para él y ese era… un extraño detalle porque había pasado de la biológica necesidad de alimentarse, a la adictiva conducta de ser seducido por ese mortal, jamás antes se había sentido con un deseo tan enorme por alguien, aceptaba que antes había estado enamorado, pero con Emma el deseo iba en función a otra necesidad.

 

Apenas sus colmillos salían, se encargaba de hacer un par de ligeras líneas para que el aroma de la sangre de Emma invadiera la habitación, lo degustaba y lamía a detalle las líneas de su clavícula, besaba los hombros compactos bajaba por el pecho en una línea directa de besos que terminaban en un sinfín de lamidas, en su ombligo.

 

En algún momento los parpados de Emma se abría, y le miraba de forma profunda con sus pupilas grises y aún adormilado sonreía y extendía su mano para atraerle de vuelta a él, para sellar aquella apasionante noche con un beso profundo mientras abría las piernas para recibirle por completo.

 

Aquella noche no fue la excepción y en el momento en el que Emma lo solicitó, él se bajó los pantalones antiguos para rozar toda la extensión de su miembro entre las nalgas de aquel joven, ambos gemían, se dejaban guiar por el placer, le deleitaba hundirse en el interior de Emma, sin preparación alguna y que algunos vestigios de sangre le dieran un aroma erótico para endurecerse más en su interior.

 

— Muévete… — Susurró Emma, eran pocas veces en las que lograba llamarlo, sólo con aquel estado de inconsciencia lograba Emma disfrutar, porque cuando la situación era más vivida, le brindaba un gesto de terror absoluto. También le excitaba, pero empezaba a disfrutar mucho más estas situaciones… a tal punto que le pareció imposible poder compartir en algún momento a ese mortal.

 

Así que había tenido que conseguir a alguien nuevo para Sasha… para alimentarlo sin tener que compartir a Emmanuel.

 

.*.

Cuando la palabra amor viene incluida, las frases se vuelven claramente tentadoras, justo eso había ocurrido con Sasha, había decidido escuchar a aquel extraño hablar de amor y motivos, justificar que por años le había seguido y apenas había podido encontrar el momento, le había arrebatado su mortalidad.

 

Justificó por miedo todas aquellas acciones, quisieron buscar a su familia gitana, pero “era muy tarde”, había demorado demasiado en cobrar consciencia e imposible sería hallarlos.

 

Pasó del terror a la normalidad, entendió el término “inmortalidad” como un privilegio hasta que le fue necesario alimentarse, era un acto casi innato, como un becerro succionando de su madre, Sasha comió del desconocido durante meses completos.

 

Después empezaron los paseos nocturnos, Sasha era tomado de la mano para ser guiando hacia un lago en donde descansaba sentado a la horilla por horas enteras, comprendió más de la vida, aprendió tantas cosas incluso el nombre de su captor.

 

— Sasha. ¿Podrás disculparme en algún momento por haberte transformado? — Sasha miró con tranquilidad a su captor, sonrió y negó con la cabeza.

 

— Sébastien ¿No crees que ya lo he hecho? — Entrecerró sus ojos y con el cuerpo inclinado alcanzó a rozar la mejilla de su acompañante; sus labios rojos, su piel pálida y su cabello pelirrojo, todo era tan surreal y Sébastien creyó que toda aquella fortuna le pasaría factura en algún momento de su eternidad.

 

.*.

 

Sebastien cubrió a Emma, se aseguró de no dejar rastro alguno de aquella noche, después, con el cuerpo de Ben al hombro, se dirigió al ático, quitó las protecciones. Caminó hasta el enorme ropero.

 

Tiró el cuerpo al suelo, abrió las puertas del ropero de par en par y observó el baúl de madera con el fondo en terciopelo rojo, lo mantenía abierto por lo que de inmediato pudo observar un cuerpo con la piel completamente chamuscada, lo que antes había sido piel de porcelana ahora era piel tostada que emanaba acumulación de sangre y descomposición.

 

—  Sasha… es hora de despertar.

 

(º·. ¸ (¨*·. ¸ ¸. ·*¨) ¸. ·º)
«. ·°·~*~ Tristeza y soledad ~*~·°·. »
(¸. ·º (¸. ·¨* *¨·. ¸) º·. ¸)

 

 

|¤°.¸¸. ·'¯'» Doki Amare Peccavi «'¯'·. ¸¸. °¤|

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).