Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De lumière et d'obscurité por Doki Amare Pecccavi

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cap. 8: Et les morts flotteront

 

El comportamiento arisco de Emma poco a poco fue desapareciendo, Sébastien sintió que se conocían desde tiempo atrás. Él jamás había vivido una relación de ese tipo; ambos tomaban una ducha por la mañana después de haber pasado toda la noche juntos, trabajaban algunas horas en la casona, que era de Sébastien por antigüedad y de Emma por adquisición. Sébastien tenía un amor inmenso por “Bleu Turquoise” que Emma parecía compartir. Le hechizaba aquella vida, pero no olvidaba ni por un momento su verdadero objetivo. Durante todas aquellas noches, antes de acompañar a Emma en su lecho, el vampiro caminaba hacia el sótano para asegurarse que las cosas iban mejor con Sasha, aunque no cambiaba demasiado sentía su consciencia mucho más cercana a la suya, pero sólo por algunos momentos, sólo hasta que tuviese que regresar con Emma.

 

Le encantaba Emma y su sensualidad, podría hacerlo suyo, acariciar cada rincón de su cuerpo todas las noches y jamás se cansaría de él, todo era tan magnifico que la idea de perderlo en un parpadeo empezaba a aterrarle.

 

¿Qué haría cuando la vida finita de Emma llegase a su final?

 

¿Cuántas vidas le tomaría encontrar a alguien nuevamente como él? O peor aún ¿Qué pasaría si jamás con Sasha pudiese congeniar de aquella manera en la que en semanas había podido entregarse Emma a él?

 

Sasha ahora le parecía un niño, uno encantador pero aquella extraña convivencia le hacía no querer finalizar con la vida de Emma, y si eso fuese el caso sólo tendría dos opciones: dejar de alimentarse de él o.… convertirlo en uno de los suyos.

 

Por el momento, se decidió por la primera, cuando fue consciente de su anhelo por Emma, decidió no alimentarse de él, aunque claro que podía degustar de vez en cuando pero no más que un ligero antojo. Su fuerza era cada vez mayor y eso le permitió poder salir a cazar, de ahí el incremento de accidentes mortales en la autopista.

 

— Se ha retrasado un poco la inauguración, pero, estoy seguro de que podremos hacerlo el siguiente fin de semana. — Sébastien frunció el ceño al escuchar aquello, por algunos momentos olvidaba que el deseo de Emma era llenar aquel lugar de extraños.

 

— En cuanto los huéspedes empiecen a llegar, tendré que dejar de bajar desnudo de la habitación. ¿No es eso algo por lo cual lamentarse? — Emma se sonrojó enseguida, por supuesto que Ben últimamente parecía mucho más atrevido de lo que había sido.

 

— En primer lugar, te he dicho que no puedes andar desnudo. ¿Qué haré si alguien te mira y viene a quejarse? Este es un lugar aún de muchas personas conservadoras, pensarán que, en vez de una posada, estoy haciendo un burdel.

 

— Vamos, no seas mojigato, te he visto mirarme cuando crees que no te veo. — Bromeo y aquello fue suficiente para que Emma frunciera el ceño y se levantara de la mesa, con los platos en manos, hacia la cocina. — Pero regresando al punto. ¿No podemos hacerlo hasta dentro de algunas semanas? Estoy haciéndome a la idea de estar contigo a solas y me gusta.

 

— Desde el principio sabías que estas no son vacaciones.

 

— ¿Y una estancia de bodas? Como un viaje después del matrimonio. — Sébastien tomó a Emma por la parte trasera, restregó su entrepierna a las nalgas del mortal y lo abrazó con deseo, hundía su nariz en el espacio entre su cuello y los hombros, su aliento frío chocaba con la piel suave de Emma y Sébastien tuvo que sostenerlo con más fuerza de la cintura porque sabía que aquello hacía temblar las rodillas del más joven.

 

— Eres injusto. — Susurró bajito, intentando soltarse del agarre de “Ben”. — Vas a ilusionarme y saldrás huyendo por la puerta cuando hayamos avanzado demasiado. No me ilusiones como siempre lo haces si aún no has decidido que te quedarás conmigo. Ni siquiera… somos nada y te tomas atribuciones que no deberías.  

 

— No lo hago. Estoy siendo sincero contigo. — No pretendía engañarlo, vaya que ni siquiera tendría ya algún provecho de continuar junto a Emmanuel, podía desecharse de él, conseguir más mortales y alimentar de forma más rápida a Sasha para tenerle de nuevo a su lado, pero… separarse de Emma, no podía hacerlo.

 

— Tienes a alguien más. ¿Cree que me he olvidado de que tienes pareja? — Sébastien guardó silencio, había soltado un suspiro al sentirse descubierto, antes de recordar que Emmanuel hablaba con Ben. Aún así ¿Qué tendría que decir? Era verdad. Sasha era su amante, observó en silencio la sonrisa amarga de Emma, el cabello suelto le había cubierto el rostro cuando bajo la mirada antes de empujarle con fuerza para separarse de su abrazo. — Lo sabía. Lo he sabido todo este tiempo, Ben, no me…

 

— Detente. — La mención de ese nombre hizo desaparecer todas las confusiones de Sébastien. —¿Qué dices?, te indignas porque tengo un amante cuando eres tú quién me llama con el nombre de otro.

 

Nuevamente su verdadero rostro quedó al descubierto, Emma confundido y sin poder moverse, observó como el cuerpo de aquel sujeto iba acercándose lentamente hacia él.

 

— No… por favor. — Susurró temiendo enseguida. Unos colmillos enormes y las pupilas en un carmín brillante, vagamente Emma recordaba a esa criatura, que le empujó con fuerza hasta hacerle inclinar, boca abajo, en la mesa del comedor. — No me dañes más…

 

Emma sollozaba, sabiendo que ocurriría, cuando sus pantalones y ropa interior fueron bajados hasta los tobillos, sintió la presión de unos dedos en sus nalgas y unas largas hiriendo su piel. Un enorme trozo de carne que se introdujo sin previa preparación entre su carne.

 

— Relájate y disfruta… — Escuchó una orden que no pudo desobedecer y a pesar del terror y el dolor su cuerpo se vio imposibilitado para desobedecer. El primer gemido salió de sus labios cuando las embestidas iniciaron, cuando su cuerpo delgado quedó atrapado entre los músculos del monstruo que le aprisionaba.

 

.*.

 

Las cadenas en sus manos y pies le había imposible el movimiento. Había un plato con comida y un vaso de agua junto a él. Ni siquiera los había tocado. Su cabello rubio estaba sucio, había perdido la noción del tiempo, no sabía cuando tiempo llevaba en aquel lugar, pero ya la visión la sentía atrofiada, no podía distinguir nada. Mucho más débil de lo que parecía, apenas si podía moverse cuando el cuerpo chamuscado se acercaba a él y bebía de su sangre.

 

A diferencia de él, aquel sujeto parecía recuperarse poco a poco, la monstruosa voz que salía de aquella garganta al inicio, fue aclarándose con el paso de los días. Entonces… fue capaz de escuchar a aquel hombre en agonía.

 

Sasha era su nombre, y no era una persona común. La persona que le había atrapado tampoco lo era, habían permanecido por años encerrados en “Bleu Turquoise” hasta que alguien había sido capaz de permanecer una noche ahí. Sabía que se trataba de Emmanuel en el instante mismo que Sasha habló de la remodelación. Emma estaba en peligro, Sébastien era peligroso y obsesivo así que por eso Sasha había pedido su ayuda para derrotarlo.

 

— Lo esta haciendo otra vez. — Sasha se encogió dentro del ropero en el que pasaba la mayor parte del tiempo. — Si continúa así, va a matarle. ¿Lo escuchas?

 

 Ben sintió su corazón oprimirse cuando escuchó unos pasos fuertes acercarse a la planta alta y unos gemidos apenas audibles que supo eran de Emma.

 

— ¿No puedes recuperarte con más rapidez? — Sasha sabía a lo que Ben se refería. Ya en ese momento bebía lo máximo permitido de aquel mortal, para evitar que cayera muerto.

 

— Aunque sane, también tengo que hacerme más fuerte, no es sólo que se regenere mi piel. Si intentamos detenerlo ahora, sólo haremos que enfurezca más y… el más perjudicado sería tu amante.

 

Así llamaba Sasha a Emma, Ben no intentó corregirle.

 

Ojalá fuese de aquella forma, ojalá hubiese tenido un poco más de valor para obligarlo a marcharse de aquel maldito lugar, se arrepentía tanto de haberle dejado solo durante las últimas semanas después de su discusión. Ya lucía extraño, agotado e ido. ¿Cómo no pudo sospechar que algo andaba mal? Había sido egoísta, Emma tenía razón, estaba buscando que se equivocara para que regresara corriendo a sus brazos y él pudiera decir “te lo dije”, para alimentar su ego, antes que su amor por Emma.

 

Ya ni siquiera recordaba por que las cosas no habían funcionado entre ellos.

 

— No puedo soportarlo más… no puedo seguir escuchando como lo tortura.

 

— Lo intento…, sólo dame un poco más de tiempo.

 

.*.

 

El sonido de un aplauso le trajo de vuelta a la realidad.

 

Emma abrió sus ojos y se irguió de golpe en la cama, le dolía el cuerpo, pasó su mano por la espalda hasta su trasero en donde fuerte punzada se había sentido, tenía también las piernas acalambradas. ¿Qué había ocurrido otra vez?

 

— Ben… — Llamó a su amigo, no obtuvo respuesta. Intentó ponerse de pie, pero las rodillas se le doblaron enseguida, había podido levantarse un poco, pero poner recta su espalda había sido imposible, regresó a la misma posición en la que estaba para recostarse poco a poco en la cama. Tenía sueño, empezó a cerrar los ojos y aunque escucho pasos ingresando a la habitación, no fue capaz de levantar el rostro para saber de quién se trataba. Sería Ben, sino ¿Quién más?

 

— Te he traído un poco de té. — Emma levantó su mano negando sólo con el de índice, los mareos habían empezado.  Sébastien intentó hacer que bebiera té, sin éxito. Acomodó el cuerpo de Emma para comprobar su estado, le sentía mucho más caliente cada vez y notó enseguida las manchas de sangre en las sábanas, había demasiadas heridas abiertas y si bien su poder había mejorado, no era lo suficientemente poderoso para ayudar a Emma a recuperarse, no de aquel estado tan deplorable. — Discúlpame… no pude contenerme. Lo lamento. Dime ¿Qué tengo que hacer? No conozco nada de tu medicina…  

 

Sébastien era inteligente, sabía resolver los peores problemas, incluso si la solución no era la más agradable para él.

 

¿Había llegado el momento de convertir a Emma? No, no podía aún.

 

Tenía que recuperarse primero porque en ese estado era seguro que moriría si intentaba “abrazarlo”.

 

Entonces, la única solución que podía encontrar era… el otro mortal. Molesto se separó de Emma, rebuscó en el ropero en donde había visto una caja llena de medicamento y la tomó entre sus manos para después salir de la habitación. Subió las escaleras del ático. Sasha estaba en el ropero y Ben parecía agonizar en el suelo.

 

Le pateó sin reparo.

— Despierta. Necesito que me digas que… medicamento darle a Emmanuel.

 

 

(º·. ¸ (¨*·. ¸ ¸. ·*¨) ¸. ·º)
«. ·°·~*~ Frágil ~*~·°·. »
(¸. ·º (¸. ·¨* *¨·. ¸) º·. ¸)

 

 

|¤°.¸¸. ·'¯'» Doki Amare Peccavi «'¯'·. ¸¸. °¤|


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).