Ryunosuke me llevo a una habitación aparte, este era su estudio, comumente se encasillaba aquí cuando tenía trabajo o quería un momento a solas, en ocaciones le acompañe cuando aún estudiaba. El silencio es cómodo con la persona adecuada, esa frase surcaba mi mente cuando lo observaba ojear las páginas de los libros puestos a su alrededor.
—Hey ¿Sigues despierto? —Su voz me trajo del recuerdo y sonreí bobamente, era posible que el jugo que ingerí tuviera alcoholizada , esa idea fue pensada por él también quien para mí repentido mareo me hizo oler un botella de alcohol, de ese que se utiliza para las heridas.
Estornude por el aroma fuerte, apartando el frasco de mi. Él río leve y apunto a burlarse.
—¿Nunca habías bebido antes? — Se sentó a mi lado, ambos en un sillón crema. Negue ante la pregunta, nunca me atrajo la idea de estar ebrio y tirado por allí como algunos de mis ex compañeros de clases después de un festejo nocturno, suponiendo que era común de hacer en la universidad.
—¿Y que hay de ti? Que hablas como experto —Bostece después de decirlo —Si, es más fácil converser a los peces gordos de firmar contrato sí estos están ebrios, no tengo mucha tolerancia pero al menos no me mareo con una simple combinación de jugo y alcohol —. Le di un codazo debió a lo imbécil que era, le mire al rostro, su cara pálida era ilumina por la lámpara a su izquierda, sus ojos me parecía que tenían un ligero brillo por la luz intermitente. No evite darle un vistazo a sus labios eran delgados y con un leve tono melocotón.
—¿Que tanto me miras? —Sus palabras sonaron impostadas, más su acercamiento me hizo retroceder un poco —Si tanto te gusta mirar hazlo de cerca.
—Tienes problemas —Dije de forma susurrante, me sentí atraído por la idea de saber que podía acontencer, o era que el jugo había hecho una buena juga al confundír mis sentidos.
—Si, tengo muchos —Su mano tomo mi mentón firmemente acariciando con el dedo la piel, me hizo cosquillas —. Uno de ellos eres tú, Jinko.
¿Alguna vez has sentido la suavidad sobre tus labios? Creo que esa la palabra correcta que podía pensar al sentirlo sobre mi. Primero una presión para luego dar paso lento a un moviento de arriba abajo, luego sentir algo húmedo sobre los labios abriendole paso torpemente, le dejé hacer, tratando de no lucir inexperto en mi primer beso.
—¿Es tu primera vez ? —Se separó al notar que me faltaba aire a lo que pregunto lo obvio, mis mejillas estaban sonrojadas y él se rió, supongo que es un poco patético de un joven de veinteaños, y él claramente tenía experiencia, me molestó la idea de no saber con quién.
—¿Molesto gatito? — Su tono fue burlesco y lo tomé del cuello y empuje hacia mi, con la intención de imitar lo previó. Cruzó una idea por mi mente, pase la lengua por su labio inferior para luego morderle, a lo que se quejó —Con que te gusta morder, veamos si aguantas esto.
Mi cuello se vio profanado por su boca, tirando y chupando la piel con sus labios, mordisquiando, causando una sensación de dolor y cosquilleo en mi. Tome sus hombros empujando hacia atrás a lo que un toqueteo en la puerta me hizo caer en cuenta lo que sucedía.
—Lo siento y-yo no debía ahg —Me disculpe y tiere un poco de mi ropa pensado que esto cambiará algo entre nosotros, o que ya lo allá hecho. Ambos nos incorporamos.
—No te disculpes, es algo que quería de hace tiempo —Eso me hizo tener una idea de lo que quería decir, en mi silencio continuo hablado —Yo he tenido sentimientos por ti desde hace rato.
Nadie sabría responder algo tan repentino de la persona menos esperada, a pesar de haber tenido un momento de besos hace rato. Esto era complicado, parece que mi pensar lo desespero a lo que se acercó y me abrazó, tal vez temió que me alejara.
— ¿Desde cuándo? — Pregunte, mientras correspondia, sus brazos eran tan cálidos al estrecharse a mi alrededor que sentí lastima por tener que romper la cercanía.
—Creo que desde siempre — Me separe un poco para mirarle con sorpresa en mi expresión, me dio una sonrisa avergonzada — No encuentro cómo explicarlo con palabras, y nunca imaginé sentir esto hoy por ti. La primera vez que te vi pensé que era un niño llorón estorboso —Hice una mueca a lo que me dio un leve beso en la mejilla para apaciguarme y continuó — Sin embargo aprendí a preciar tu compañía, me sorprendió también ese sentimiento tuyo de querer conocer este mundo y apreciar las pequeñas cosas, creo que al final termine cautivado por tu torpe manera de ser.
—Yo no se qué decirte siendo sincero —Recoste la frente en su hombro en la posición inicial del abrazo, oliendo su perfume y sintiendo sus sinceras palabras.
—No lo hagas entonces —Pudimos siguir así, más me separé. Retrocediendo a una buena distancia de él, su mirar mostró la confusión de mi acción repentina, la sinceridad que el mostró debía ser recíproca.
—Me voy a ir del país en unos días — Dije levantando la mirada gacha, a mis ojos una escena triste —. No creo poder corresporte.
En ese instante la puerta se abrió dejando ver a alguien conocido, ya que en medio de la conversa ignoramos el sonido de la puerta siendo tocada.
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