Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intentos por Mc-19051

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Eso fue genial —hablaba Segundo de nueva cuenta, cuando recién ingresaban al purgatorio disfrazado de sede empresarial—. Es difícil encontrar gente que le guste escucharme hablar sobre entrenamientos sin que piensen que soy un maniaco de los ejercicios.


—Yo pienso que eres un maniaco de los ejercicios—contestó en su mente, aunque eso sería muy grosero, así que en cambio dijo—: Es cuestión de querer estar sano, ¿No?


—¡Exacto! —era la primera vez que lo escuchaba hablar tan alto, vale, estaba demasiado alegre—. Sabía que eras especial el momento que te vi —le dedicó una gran sonrisa, él por cortesía se la regresó, pero con muchísimo menos entusiasmo—. En fin, debo regresar con Ryan —y así tal cual, los dos metros de perfume marca conquistador y proteína se alejaron, dejándole nuevamente en paz.


Faltaban diez minutos para que la hora de almuerzo acabase, así que mejor aprovecharía y subiría a su cubículo a pretender que hacía algo y evitarse encuentros innecesarios con cierta personilla.


Al entrar a su cubículo, se encontró con quien justo quería evitar, sólo que en vez de una fiera cómo estaba horas antes, parecía revisar con ocio los papeles que se encontraban encima del escritorio. Y cuando finalmente se percató de su presencia; aquellos irises rosado artificial se fijaron en su alma y la desnudaron sin mucho problema.


—Ah, eres el primero en regresar a este piso—comentó casual, su voz sonaba un poco áspera, quizá de haber gritado tanto en la mañana—. Sigue así… Uh…—parecía querer acordarse de algo por la forma en la que fruncía el ceño— Javier, ¿No?


Él asintió de forma un poco mecánica, la pregunta no lo tomaría por sorpresa si no fuese porque Ryan parecía saberse una cantidad exagerada de nombres de sus empleados, que venga, ni los supervisores de cada piso lograban recordar la mitad de los que les correspondían.


Y su simple respuesta pareció complacerlo lo suficiente para que le sonriera con entusiasmo.


—Entonces tú eres el Javier cuyos padres son hermanos ¿No? —pese a lo borde de la pregunta, el tono ingenuo con el que preguntaba denotaba que iba en serio.


—Mis padres no son hermanos —dijo sintiéndose descolocado por la pregunta.


—Pero tienes el mismo apellido —contratacó Ryan, notoriamente confundido—. Dos veces —enfatizó levantando dos de sus delgados dedos a la vez que fruncía el ceño.


—Pero eso no los hace familia —al ver cómo el muchacho seguía con el ceño fruncido en notoria confusión y desconcierto; aclaró—: O sea, ambos sí tienen el mismo apellido, pero vienen de familias muy lejanas de la otra.


—¿Y no se les hizo raro? —cuestionó de nueva cuenta el rubio.


—Bueno, hay mucha gente con el apellido Venite, así que no se les hizo tan raro, de hecho, muchas personas que nada tienen que ver comparten el mismo apellido —¿Por qué se sentía cómo si le estuviese explicando lógicas básicas de vida a un niño de cinco años? —, podemos hacer una comparación, ¿Cuál es tu apellido?


—Thuag.


Vale, no conocía ni una persona famosa que tuviese semejante cosa cómo apellido.


—Es un apellido interesante—intentó enmendar luego de quedarse en blanco, tras haber hecho una búsqueda extensa en su memoria para buscar coincidencias, pero es que, ¿Quién rayos se apellidaba Thuag? Parecía una forma abstracta de decir ‘puaj’, aunque viendo la apariencia de Ryan, sí, ese era el primer pensamiento que se le cruzaba a uno al verle.


Puaj; Thuag, Puaj; Thuag. Mierda, que hasta la vida se burlaba del rubio en ese aspecto.


—No necesito tu lasmita*— Ryan se cruzó de brazos, algo irritado; sacándole de su tren de pensamientos—. Lo único que me parecía interesante de ti era que creía que tus padres eran hermanos.


—¿Sólo recordabas mi nombre por eso? —quiso saber, omitiendo olímpicamente la forma en la que Ryan había pronunciado ‘Lastima’, que no era la primera vez que se confundía con palabras, especialmente cuando se alteraba.


—¿Y por qué más lo recordaría? —vale, eso había dolido—. Hay quienes tienen algo especial que hace que se me haga fácil recordarlos; Susan tiene un hijo con labio lemorpino*, Rebecca fue engañada por Dylan que se acostaba con su hermano Luis, Franccino tiene sobrepeso y adicción a las donas ¿Has visto cuantas se come en media hora?, Bob tiene seis dedos —hablaba a la par que empezaba a contar con sus dedos, rememorando las historias de quienes mencionaba, y la lista sólo seguía, y cuando se dio cuenta que se había quedado sin dedos en las manos para seguir contando, agregó—: Pero luego están los que son cómo tú, que —hizo un par de gestos con las manos, cómo si eso contase cómo palabras—¿Entiendes?


—Sí, supongo que sí —suspiró, un tanto desanimado; vaya, lo habían llamado especial y lo que sea que significasen los gestos de manos de Ryan el mismo día.


—Aunque eres el primero que veo que tiene un lunar debajo del ojo izquierdo, no es lo suficientemente espacial*, pero supongo que te recordaré por eso —habló pensativo Ryan, mientras se tocaba el sitio mencionado.


Y antes de que él pudiera responderle, el brillo rosado se fue así sin más, al parecer todo interés en su persona ya se había disipado.


Una parte de él se alegraba que pasaba por debajo del radar de Ryan, al parecer sus víctimas eran aquellas personas que lograban atraer su interés por demasiado tiempo, pero él era hombre y tenía un ego que gritaba cómo espartano que debía hacer algo para estar en toda la visión panorámica el excéntrico muchacho.


Entonces recordó, que mientras Ryan pagaba para que Segundo le diese cariño, él lo andaba recibiendo de gratis y sin siquiera preguntarle.


Entonces una idea estúpida cruzó por su mente.


 

Notas finales:

Gracias por leer~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).