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The reason of the life por Chizuru

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Notas del capitulo:

Waaa demoré mucho en actualizar, gomeeen! >O< pero al momento de escribir nada venía a mi mente u.ú, la inspiración me había dejado esta semana pero al parecer volvió! *-----*

Aquí está el segundo capítulo de mi fic, espero les guste! ^O^

 


Capítulo II: ¿Quién eres? ¡déjame en paz!

 

 

 

No sé que me pasó en ese momento… su mirada seria, directa y penetrante se posó en mis ojos atenta a cualquier reacción que tuviera, yo instintivamente corrí la mía, era completamente extraño que no pudiera sostener una mirada… siempre he sido una persona que afrenta todo sin vacilar pero sus ojos querían indagar en mi alma… buscar y buscar entre mis recuerdos y sentimientos, nunca antes me había pasado algo similar así que sólo desistí.

-¿Quién eres?- me preguntó, yo sólo quedé como piedra ante lo que me había dicho.

No sabía que responderle… ¿estaba bromeando? ¿O de verdad no se acordaba de mi?, dije lo primero que se me vino a la mente…

-Nadie… sólo pasaba por aquí- fue lo más estúpido que pude haber respondido.

-Y ¿para qué me llamaste, Don nadie?- se paró de su lugar de reposo en dirección mía.

Se acercaba cada vez más a mi… no quise retroceder… no debía intimidarme, por supuesto que no.

-No dije nada, ahora me voy.- di media vuelta dispuesto a marcharme, pero su imponente voz me detuvo.

-No deberías escapar… afronta lo que creas que piensas y sientes.- seguía con la misma postura que antes.

Giré mi torso mirándole esta vez directamente, sus ojos eran un mar de pensamientos borrosos… no podía percibir lo que en ese momento creía, era algo tan extraño… pero él si podía hacer eso conmigo… cosa que yo nunca permití a nadie.

Luego sin decir palabra alguna me retiré del lugar, estaba confundido por lo que me había dicho… ¿qué quería hacerme entender con eso?

 

Mi madre se acerca confidente… te tengo que dejar, creo que algo no muy bueno va a pasar cuando abra la puerta.

 

 

 

 

 

 

Mirándote recuerdo aquella vez… ¿cómo tratar de olvidar a alguien se te hace tan difícil? Y más aún cuando hay una persona que tiene la misma personalidad que la otra… al parecer esto me va a perseguir por el resto de mi vida pero no puedo escapar, sólo sé que con él las cosas van a ser distintas… un presentimiento me lo dice.

-Por lo tanto en los géneros históricos tenemos que mencionar el contexto de producción.

Una aburrida mañana de clases de Lengua Castellana… y lo peor es que no tengo a nadie a quien observar ya que mi entretención no esta, me pregunto…¿qué le habrá pasado? ahora que recuerdo ayer a la salida me lo encontré, mientras yo escribía ciertos acordes el me llamó Yuu… sé que lo hizo inconscientemente porque cuando le pregunté puso una expresión de extrañado ante lo que le había dicho, ¿será que le gusto?... mm lo más probable… aunque ese niñito hijo de papá es bien popular en todo el colegio, no me extrañaría que haya tirado con alguna que otra de sus fans, ¡ja! Pero él no sabe lo que es bueno… no… el no ha probado los labios de Aoi y eso es pecado… creo que lo confesaré porque a decir verdad está bien…

-Shiroyama Yuu ¿me podría repetir lo que acabo de decir?-la enojada profesora miraba al perdido pelinegro.

-Que es una muy buena docente del establecimiento…

-Que lindo de su parte Shiroyama pero no hablo para que mis alumnos anden volando en mi clase riéndose de anda a saber qué, así que haga el favor de retirarse.- decidida hablo apuntando la puerta de la sala.

Silencioso y sin algo que rectificar salió ante la atenta mirada de todos en el salón.

 

-Estúpida vieja…- bufó al aire apoyándose en la pared a sus espaldas mientras se deslizaba hasta quedar sentado en el piso del pasillo.

 

 

 

 

 

 

 

Su mirada vacía sin ningún tipo de destello que indicara vida, una expresión marcada por el dolor, un cuerpo que ya se había vuelto insensible ante las heridas más profundas que pudiera recibir, un corazón que latía mecánicamente sin razón y un alma destrozada por el maltrato, era la verdadera imagen de lo que quedaba de él, ya no le importaba nada, ni el dinero que recibía ni la vida que llevaba, algunas veces sentía que era feliz junto a su mejor amigo Shima y los conocidos que tenían que le hacían su tortura un poco más amena pero en situaciones en que la vida le recordaba que él debía sufrir hasta ya no poder pararse del dolor hacían que todos esos agradables momentos quedaran enterrados a mil metros bajo tierra, olvidaba que tenía gente que lo apoyaba y esa personalidad tan sarcástica e indiferente que siempre mostraba ante todos y que usaba como muro para que los demás no pasaran, el único que sabía de sus problemas era Uruha pero le pedía que por favor no se entrometiera cuando estos lo visitaban cada cierto tiempo, este sin objetar lo dejaba pero le dolía en el alma tener que dejar a su amigo o más aún casi su hermano sólo y sin nadie que lo escuchara… pocas veces se había dejado consolar.

 

El ruido de la música proveniente de un MP3 se escuchaba a lo largo del baño, no quería entrar a clases pero tampoco quería estar en su casa que le recordaba todos los malos momentos, sólo paz y soledad en la cual envolverse hasta perderse en su propio mundo, el sonido del timbre que indicaba la salida a recreo lo sacó de sus pensamientos seguidamente unos apresurados pasos que se dirigían hacía el cubículo donde se encontraba él, una mano forcejeando la puerta para luego mostrar el preocupado rostro del castaño mirando con pena y comprensión el cuerpo que yacía en forma fetal sentado en la taza del inodoro, se acercó, cerró la puerta tras de sí y abrazó el rubio quien le correspondió el gesto aferrándose lo más fuerte que pudo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡AAHHHH! ¡SUELTAME EN ESTE MISMO MOMENTO TAKASHIMA KOUYO!

Tres días ya habían pasado de lo acontecido y los gritos desesperados de un atormentado rubio dejaban sordo a cualquier criatura que osara de pasar por fuera de la sala número 29 del colegio joshikosei, este trataba inútilmente de zafarse del agarre de sus tres amigos que lo sostenían de brazos, cabellos y piernas para que no escapara y saliera corriendo como alma que lleva el diablo por todo el establecimiento. Es que tener que lidiar con una de las personas más testarudas de todo el mundo no era trabajo fácil.

-Ya quédate quieto Reita- trataba de poder agarrar esa blanca venda que llevaba en la cara y poder al fin quitársela es que no podía salir a hablar frente a todos con esa cosa que le cubría la nariz.

-¡QUE NO QUIERO! ¡¡Además que yo no me ofrecí a hablar frente a todo el colegio, es tú culpa Takashima!! ¡Sal tú!- forcejeaba aún más para poder librarse de toda esa tropa de “traidores” como los acababa de nombrar.

-Akira-san es sólo un minuto, por favor.- con sus súplicas esperaba convencer al rubio.

-¡NO Y MIL VECES NO!- en un acto de fuerza total y casi al nivel de hulk soltó sus brazos y piernas del agarre de Uke, Shima y Taka que ejercían sobre él, salió corriendo lo más rápido que pudo, al llegar a la puerta de la sala se topó de lleno con el rostro inflexible del nuevo, de un puro tirón lo sacó de su camino mientras le gritaba el rosario entero para que se apartase.

-¡SAL DE MI CAMINO IDIOTA!

-¿A QUIÉN LE VIENES A DECIR IDIOTA HIJO DE PAPI?- Nadie, pero absolutamente NADIE lo insultaba. Así que completamente ofendido le hizo una zancadilla al que según todos necesitaba un exorcismo en esos mismos momentos, haciendo que cayese de lleno en el piso del pasillo que daba hacia las demás salas.

-MIRA NUEVITO SI NO QUIERES QUE PARTA TU ROSTRO DE MUÑEQUITA AHORA MISMO NO TE ENTROMETAS EN MI CAMINO ¿ME OISTE?- Estaba furioso, tanto así que llegaba a echar humos por la nariz que aparentemente no tenía.

-¿A SI? YA VERÁS- se tiró encima del cuerpo del rubio haciendo que ambos cayeran al piso, tratando cada uno de acertar golpes en la cara del otro.

La multitud empezaba a crear un tipo de círculo alrededor de los dos peleadores, gritaban y alentaban el show que se montaba, cada uno apoyando a su popular favorito.

Un fuerte grito se escuchó haciendo que todos callasen y que los dos revoltosos pararan de pegarse, el mismo director del colegio se encontraba ahí presentándose ante la según él indebida situación que se había creado, mandando a ambos a dirección ante la atenta mirada de todos los alumnos que se habían reunido a presenciar tal escena.

 

Caminaban seguidos por el viejo arrugado que hacía de director, no se miraban y cargaban con el enojo del siglo en sus caras, pobre del que se atravesase por delante o les dirigiera palabra alguna, no viviría para contarlo.

Llegaron a esa oficina llena de premios de diversas competencias y muy bien organizada, con libros por doquier, un escritorio y al parecer una muy cómoda silla, se sentaron ambos muy separado uno del otro a escuchar el entretenido sermón que tenían para ellos, se notaba que deseaban estar limpiando plazas o hacer trabajos voluntarios en vez de estar ahí.

-No lo puedo creer, un alumno como usted Suzuki nunca antes había armado tal escenita en este colegio, me extraña y preocupa demasiado esta actitud, no sé que dirá su madre al enterarse de esto. -

Mi madre… ¡ja! A ella le va a interesar lo que haga o deje de hacer en esta escuela, para ella mejor que yo me muera, un problema menos- pensaba el recién nombrado mientras se tragaba los retos del director sin decir ni pío.

-Y lo que se refiere a usted señor Shiroyama, yo pensé que usted era alguien de buenos modales que no utilizaba la violencia para resolver problemas pero veo que me equivoqué, imagínese que un alumno nuevo ande causando alborotos teniendo dos semanas recién aquí, deja mucho que desear.

Miraba atento al viejo ese transmitiéndole así todo el odio que sentía ahora mismo, había escogido el peor momento para dárselas de “chico rebelde”, seguramente en casa lo regañarían, tendría que escuchar las mismas palabras de sus padres para después enterarse que estaba castigado por un mes completo, que vida la que tenía… todo por ese fastidioso hijito de papi.

-Así que a modo de castigo y que paguen por haber causado esto quedan mañana suspendidos y después tendrán que compartir recreos y todos los trabajos que les toque de ahora en adelante juntos y sin ningún tipo de reclamo, ¿entendido?

-¿QUÉ?, ¡¡yo no pienso trabajar ni pasar una milésima de segundo de mi vida al lado de este!!- se paró de su lugar de reposo poniendo ambas manos en el escritorio a modo de desacuerdo.

-Bueno en vista de eso se quedarán a limpiar LOS DOS la sala después de clase, ¿quiere seguir señorito Suzuki?

Calló ante tales palabras, la había cagado más de lo que ya podía.

-Pueden retirarse.

Los dos salieron en completo silencio de dirección, al cerrar la puerta un inmenso insulto había caído encima del rubio.

-¡¡Mira lo que hiciste idiota!! ¡Lo empeoraste todo! ¡No pienso quedarme después de clases, por haber abierto tu gran bocota limpiarás solo!- empezaba a caminar rápidamente por el pasillo en dirección a su sala para buscar sus cosas y retirarse a su hogar.

-¡Ah no! ¡Tú también estás en esta!- corrió detrás del pelinegro para reclamarle.

-¡Ya cállate y déjame en paz!- se volteó únicamente a decir aquellas palabras para luego seguir su camino sin ser perseguido por el menor. ¿Cómo pudo interesarse por ese crío en algún momento?

Aquello le había caído como un balde de agua fría en su cabeza, no sabía la razón pero le había dolido que le dijese eso.

 

 

 

 

Notas finales:

Eso es todo!! *O* a los 32 reviews actualizo!

chuu~~

Suki.


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