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Vacaciones por Naara

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Notas del capitulo:

La llegada de un viejo amigo... ¿cómo influirá eso en los Mugiwara?

Ah y por cierto, ni idea de si Luffy tiene algún tipo de parentesco con Gol D. Roger, lo pongo porque me parecía una teoría interesante.

 

Los Mugiwara dormían tranquilos en la isla desierta que habían conquistado la noche anterior para sus vacaciones. Cualquier espectador que no los conociera pensaría que era un grupo de jóvenes irresponsables que dormían a pierna suelta en una isla, dejándose a merced de cualquier animal salvaje o enemigo.

Eso pensaría cualquiera que los viera de esa guisa, pero los observadores que los contemplaban sabían cuán engañosas eran las apariencias.

- ¿Deberíamos despertarlos? - Preguntó Ben a su capitán.

- Lo cierto es que se ven liadísimos todos dormidos. - Lucky Roo sonrió a sus camaradas.

- Ciertamente cualquiera diría que esta panda de jóvenes es el grupo más buscado por el gobierno mundial. - Yassop sonrió orgulloso. - Y pensar que Usoop es también miembro de esta tripulación. - Al padre del francotirador de los Mugiwara se le pusieron estrellitas en los ojos. - ¡Este es mi chico!

- Y ése es el mío. - Shanks señaló a Luffy orgulloso y se acercó a él. - ¡Eh, Rey de los Piratas despierta!

- Antes de que le diera tiempo a reaccionar se encontró con tres Katanas frente a él, un cyborg apuntándole con sus brazos, una mujer con unas varas metálicas, el francotirador del grupo, la espada desenvainada por un esqueleto, unos zapatos negros, un reno de nariz azul enorme y una mujer que lo rodeó con sus brazos.

- ¿Quién demonios eres tú y por qué estás aquí? - Preguntó el espadachín, pero sus katanas fueron interceptada por lo que parecía un rifle.

- ¡LUFFY! - Gritó Shanks y el más pequeño entreabrió los ojos.  Se los frotó bien y antes de que a ninguno le diera tiempo a reaccionar saltó sobre el hombre que lo llamaba.

- ¡SHANKS! - Luffy rodeó a su amigo en un abrazo cargado de afecto y se sonrojó ligeramente al sentir el contacto después de tantos años. - ¿Qué haces aquí?

- Venía a presentar mi respeto al nuevo rey de los piratas. - El pelirrojo sonrió a Luffy y él le regaló una sonrisa enorme.

- Te prometí que te buscaría y te devolvería esto. - Le ofreció el sombrero de paja. Shanks lo tomó un minuto entre sus manos y se lo volvió a colocar sobre la cabeza.

- No tiene sentido que me lo devuelvas porque te conocen gracias a él.

- Hm... gracias. - El más pequeño se sonrojó y acarició su preciado tesoro con las manos.

Realmente deseaba quedarse con el sombrero, pero sabía que era el favorito de su héroe de la infancia.

- ¿Y no nos vas a presentar? - La navegante golpeó la cabeza del capitán y éste rió nervioso.

- ¡Es verdad! - Luffy sonrió a sus nakamas y señaló al grupo de Shanks. - Shanks, el dueño de mi sombrero de paja. - Dijo señalando al pelirrojo. - Ben, el primer oficial, Lucky Roo, el cocinero y él... Creo que es evidente.

- ¡Yassop! - Dijeron seis voces.

- ¿Papá? - Preguntó una séptima voz y contempló por primera vez en años el rostro de su padre.

- ¿Qué tal estás? - Yassop rodeó a su hijo en un abrazo empalagoso provocando que todos los presentes se sintieran un poco cohibidos por interrumpir un momento tan especial para ambos.

- Os presentaré a mis nakama. - Luffy sonrió a los miembros de la banda de Shanks que tenía en frente. - Mi primer oficial y el mejor espadachín del mundo, Zoro Roronoa. - Señaló al de pelo verde. - Nuestro francotirador Usoop, hombre orgulloso y un valiente guerrero. - Dijo mirando a Usoop y Yassop que se sonreían felices. - Nuestra navegante, la mejor del mundo,  y la creadora del Mapamundi actual. - Señaló a Nami que se sonrojó de orgullo. - El mejor cocinero de los siete mares, Sanji pies negros. - El aludido sonrió y todos le devolvieron la sonrisa. - La única mujer que ha leído el río Poneygrifo y mejor arqueóloga del mundo, Nico Robin. - La morena sonrió a los hombres que la miraron cohibidos porque poseía una belleza inusual. - El mejor carpintero del mundo y creador de la Bestia de los Mares, Thousand Sunny, nuestro cyborg, Franky y por último el hombre que volvió a la vida gracias a una fruta del demonio de revivir, nuestro músico y nakama más veterano con cincuenta años navegando, Brook.

- Tú tripulación es ciertamente interesante. - Comentó Ben y sonrió a la navegante. - Has hecho un mapa del mundo magnífico, Nami-sama.

- Creo que Nami y tú os llevaréis bien, es más lista que el demonio. - Luffy sonrió a su navegante y ella le propinó un puñetazo en la cabeza.

- ¿A quién llamas demonio, capitán de goma?

- ¡Auch! - Luffy se frotó la cabeza dolorida. - ¡No me golpees que me vuelves tonto!

- ¿Más de lo que eres? ¡Imposible! - La navegante seguía cargando contra el capitán, logrando que la tripulación del pelirrojo se diera cuenta del carácter que se gastaba la mejor navegante del mundo.

- ¿No deberíamos celebrar una fiesta y comer mucho? - Preguntó Lucky Roo y se sacó un muslo de pollo del bolsillo.

- ¡Es una idea magnífica! - El cocinero de los Mugiwara se dirigió a los fogones y empezó a preparar comida para un regimiento, siendo observado de cerca por Lucky Roo que se había quedado intrigado con eso de que era el mejor cocinero del mundo.

- ¿Eres feliz, rey de los piratas? - Preguntó Shanks a Luffy quien se había sentado a su lado, aprovechando que el resto de sus amigos estaban conociendo a la tripulación del pelirrojo.

- Sí. - Luffy miró al cielo. - He conseguido cumplir la promesa que te hice.

- Sabía que lo harías. - Shanks sonrió al más pequeño, ignorando ocho pares de ojos que le estaban agujereando en la distancia. - Eres igual a tu abuelo materno... Gol D. Roger. - Shanks cogió el gorro de Luffy y lo estrechó con cariño sobre su pecho. - A él le pertenecía este sombrero, por eso te lo di.

- ¿Cómo era?

- Exactamente igual que tú. - Contestó el mayor.

- ¡A comer! - Llamó el cocinero Mugiwara y todos los miembros de las dos tripulaciones se sentaron a festejar el reencuentro.

Todos comieron y bebieron hasta reventar. Hubo una competición de beber sake en la que quedaron empatados Ben, Nami, Zoro y Shanks.

Lucky Roo se dedicó a comer todo lo que pillaba por banda y a anotarse recetas de Sanji para cuando estuvieran de vuelta en su propia embarcación.

Yassoop habló con su hijo sin cesar, sobre su infancia, sobre su madre, sobre las vidas que habían estado separadas.

El ambiente en la isla era de festejo y parecía que ambas tripulaciones se conocían de toda la vida porque habían encajado pefectamente una con la otra.

Llegó el amanecer y pilló a los Mugiwara y a la tripulación del pelirrojo dormidos unos encima de otros.


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