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Hasta que tu muerte nos reuna por Eiri_Shuichi

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Notas del capitulo: No es muy interesant q digamos pero... asi va el fic o.O

AVISO: Es el punto d vista del otro protagonista u.u  

 

ESCARLATA

 

 

Invierno, la nieve cae blanca y pura, dulce y fría, no puedo evitar sentir este deseo de ir a ella, casi puedo escucharla llamándome mientras baña las calles, se apodera de todo, tan hermosa que me quita la respiración.

Todo es algarabía a mis espaldas, he perdido la cuenta de cuantas personas están esta noche en mi casa aunque a decir verdad eso no es tan difícil, con apenas seis años contar no es tarea fácil. Cantan, platican, beben, comen, ¿por qué parecen estar tan felices?, ¿por qué mis padres adornaron toda la casa con esos largos listones, las esferas y el pino?; cierto, por la misma razón de cada año, también es por ello que todas estos adultos están aquí, siempre es igual, soy el más pequeño de todos.

Creó ver a alguien más joven que la mayoría pero no, debe tener diez años más que yo y no me inspira confianza, algunos invitados me acosan con preguntas y comentarios halagadores, ¿por qué?, soy un niño como cualquier otro, pequeño pero creceré algún día, mi piel es muy clara pero con el tiempo y mucho sol tomara color, mis facciones son aniñadas aún mas no será así siempre, mi cabello es rubio como el de muchos otros, ¿acaso nunca vieron un infante?, ¿no recuerdan alguna vez haber sido uno?

Soy como cualquier otro, ¿o no?, ¿hay algo malo en mí?, ¿soy diferente?, ¿por qué?, ¿eso es malo?; no los veo, no veo a mis papas, me siento sofocado, asustado, tengo miedo, mucho miedo porque no entiendo lo que pasa a mi alrededor... desearía tanto estar solo.

Subo hasta mi habitación, cierro la puerta con seguro por primera vez en mi vida y es que esta vez no lo he podido soportar, me acuesto en mi cama y me cobijo tanto como las mantas me lo permiten con mi rostro hacia la ventana, sigue nevando y el árbol frente a mi ventana resiste provocando sombras a su alrededor y meciéndose mientras me voy quedando dormido.

 

 

Es primavera y el calor comienza a sentirse en la ciudad, el viento no sopla más con la intensidad de hace algunas semanas y todo comienza a tener su propio color, veo a todos corriendo y gritando, jugando como lo que son: niños. Es un poco extraño lo que siento, una parte de mí quiere ir con ellos y ser como cualquier otro infante pero no puedo, al final siempre hay algo que me retiene, no soy capaz de hacerlo.

Las cosas han cambiado mucho desde aquella navidad hace ya cuatro años... aún puedo recordar lo terrible que me resulto esa noche, pero peor fue el despertar al día siguiente y darme cuenta de que mis padres habían pasado por alto mi ausencia; estaban sentados en la mesa del comedor como cada mañana y solo mi padre me dirigió la palabra para decirme que lo que había hecho estaba mal, en ese momento me di cuenta de algo que hasta hoy hace eco en mi cabeza: ellos son mis padres y me quieren, pero si pudieran elegirían no haberme tenido nunca. A decir verdad no los culpo, su vida era tranquila y feliz hasta que llegue yo, era perfecta hasta que tuvieron a su primer y único hijo que no podía encajar en la alcurnia y sociedad que tanto amaban ellos dos; soy la piedra en su camino.

Desde entonces comencé a tener una niñera, en realidad seis, todas terminaban marchándose por la misma razón; yo era demasiado "extraño" para ellas, ¿qué tan seguido se trata con un niño menor de diez años que se levanta a mitad de la noche por sus sueños?, ¿o qué sea capaz de observar cualquier cosa por lapsos tan grandes que parece una estatua?, incluso algunas veces me encontraron inerte en el piso de alguna alcoba y pensaron lo peor.

Mis padres viven viajando y de vez en cuando los veo, los quiero y se que me quieren pero este vacío en mi interior no se esfuma, sigue, cuando todos se han ido él sigue aquí y entonces se que es parte de mí.

 

 

El verano se siente asfixiante, la temperatura es tan alta que no se cuanto la soportare pero, ¿qué más da?, después de todo lo que desearía que se fuera no es este calor sino el frío que me tortura día y noche, ese que lleva años acosándome, seduciéndome.

Cada mañana es la misma historia, todos van y vienen por la gran casa en la que vivo pero nadie me mira, todos saben que estoy ahí mas nadie se atreve a hablarme, tal vez sea miedo, tal vez sea que, simplemente, nunca he sido como debería, ¿es eso tan malo?; supongo que si, de lo contrario no parecerían temerme.

Han pasado muchas cosas, ni siquiera dos años en aquel internado bastaron para que mejorara nuestra situación, fue ahí donde comencé a recordar mis sueños, esos que cada noche me asaltaba y al despertar se escapaban sin que pudiera evitarlo ahora me permitían llegar más allá del alba.

Siempre es la misma historia, sin importar cuan dulce sea el sueño despierto de golpe, agitado, apenas sin respirar y con unas enormes ganas de llorar hasta que no quede en mí ni una sola lágrima; al final solo queda la nostalgia mientras observo a detalle el cielo por la ventana de mi alcoba, esa que extrañamente me siento incapaz de abandonar.

Creo que fue este cuarto lo único que eche en falta durante mi ausencia, no tuve en ningún momento el anhelo de ver a mi familia, todo era exactamente igual, todo excepto el no poder mirar el árbol que me acompaño esa primera noche cuando, tiempo atrás, me di cuenta de que yo no era lo que creía ni lo que nadie quería... algo no esta bien conmigo y sin embargo el mundo no me importa en absoluto, ahora se que quiero algo, que siempre lo he querido pero no se que sea; ya nada me importa, supongo que muerto estaría mejor.

 

 

Ojalá no pensara como lo hago, ojalá no fuera como soy, ojalá... ¿de que me sirve esa estúpida palabra si no vuelve las cosas realidad?, de nada, igual que todo a mi alrededor; despertar cada mañana me pesa y en las noches al ir a dormir pido al cielo no despertar nunca más.

Llego el otoño, me gusta, extrañamente es de las pocas cosas que me hace sonreír, siento empatía por lo que me rodea, el mundo debatiéndose entre la vida y la muerte, incluso si sabe que el siguiente año volverá se aferra a la vehemencia del verano que ya se ha ido sin mirar atrás; absurdo y romántico a la vez. Así me siento frecuentemente, casi desde siempre a decir verdad, quizá por ello actúo de la manera en que lo hago, me causa gracia pensar lo ridículo de mi situación tan melodramática, rozando en lo suicida y ello me hace sentir estúpido, tantas personas podrían hacer grandes cosas en mi lugar y yo desperdicio mi tiempo pensando en morir.

Cada vez que mi mente pasa cinco segundos en blanco termino pensando que, quizá, eso que busco esta ahí, en ese otro lugar donde se dice, habitan las almas de los que se han ido; es tonto, después de todo, eso no puede ser, no debería.

El clima va cambiando y me lleva con él, Dios, si tan solo pudiera llorar por toda esta pena, ¿alguna vez alguien se ha preguntado lo frustrante de tener la vida perfecta pero no lo que más deseas en esta vida?, esa es mi asquerosa condición, ¿por qué?, ¡por qué maldita razón no puedo comprender el sentimiento que me persigue!, ¡por qué no puedo ser como cualquier otra persona!, ¡por qué mis lágrimas escapan de mis ojos contra mi voluntad cada vez que recuerdo que viviré esto hasta el último momento!...

 

 

 

Tendido como tantas veces en mi cama, sintiendo mi cuerpo arder me sumo en el sueño más profundo de toda mi vida, me cuesta trabajo mantenerme despierto y siento como mi respiración se pausa involuntariamente; reacciono al sentir un peso sobre mi cuerpo, unas manos tomándome con firmeza y unos labios recorriéndome con pasión inhumana. El filo de una cuchilla se marca fría sobre mi piel y yo sonrío, no puedo evitarlo, no puedo al ver esos ojos violeta y el cabello azabache; todo lo que desee en mi vida ahora esta aquí.

 

-Creí que nunca te vería- no me importa agotar mis últimas fuerzas en hablarte, llevo mucho tiempo esperando por este día -pero valió la pena

-Ya es hora, ¿qué has decidido?- su voz es opaca, profunda y contra todo pronóstico lógico me inspira confianza

-Quiero ir contigo

-¿Estas seguro?

-No voy a arrepentirme ahora

 

Me besa mientras una tercera presencia se acerca pero no me importa, agonizo y sin embargo es el momento más feliz de toda mi vida...

Abro mis ojos, todo es oscuro y me produce miedo hasta que siento el calor de sus brazos nuevamente y se que todo estará bien, que valió la pena.

 

Notas finales: El siguiente (y ultimo) capitulo dudo tenerlo para mañana... quiza en 2 dias o.O y si, aqui AUN es primero de Noviembre XD

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