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The true por Ayame Hitsuko

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Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko

The True

Ru/Hana

By Ayame Hitsuko

 

 

 

 

Capitulo 2: Heridas que sangran…

 

 

 

el tiempo transcurrió y las heridas en su alma fueron sanando poco a poco, al final de cuentas fue lo mejor que le hubiera pasado, conocer finalmente a sendoh le permitió dejar finalmente de lado aquella promesa que parecía haberle carcomido un poco su alma y su corazón.

 

-hana!!..- la dulce vocecita de la pequeña hitomi logró sacarlo de sus pensamientos, su mirar entonces se suavizó un poco más y le obsequió una sonrisa a la niña que contenta se acercó a él y le abrazó, rodeando con sus bracitos el cuello de su tio, ese adorable pelirrojo que era su todo.

 

-que pasa?..- cuestionó con voz suave, esa que solo salía al momento mismo que la tenia frente a él, con delicadeza despejó de su frente aquellos rulos de un color chocolate y se perdió en la profundidad de aquellos ojos negros.. su pequeña tenia apenas 5 años y era al parecer el orgullo de yohei, su mejor amigo.

 

-es hora de cenar..- se explicó la jovencita con dulce voz..-papá me envía a decirlo..-

 

-dile entonces que en un minuto bajo..- respondió a su vez..-dile que hay un par de papeles que tengo que revisar..-

 

-te ayudo?..- cuestionó, solicita sacó de entre su vestido un par de crayones que mostró al pelirrojo.

 

-no, gracias, tu tio puede hacerlo solo..- negó divertido, más que ayuda sería un total desastre.

 

-por favor.. por favor..- suplicó con sus manitas juntas a modo de petición y es que no podia negarse a esa preciosa niña que le había robado el corazón desde el momento mismo que llegara a kanagawa y yohei le acogiera en su hogar, por desgracia mina, la esposa de su mejor amigo había muerto hacia 1 año y al parecer esa pequeña había quedado afectada pues ni hablaba y no parecía reaccionar, en parte fue por él que la niña volviera a ser esa lucecita que iluminaba sus caminos.

 

-esta bien..- resignado extrajo de entre los papeles un par de hojas en blanco que extendió a la pequeña, esta lo tomó entre sus manitas y tras sentarse en las piernas del pelirrojo comenzó a dibujar..-hoy toca dibujarte a ti..- se explicó la niña con serio gesto, uno que distaba de la corta edad de la pequeña.

 

-y como posaré.. no me estas viendo pequeña..- logró articular emocionado ante el amor que la pequeña parecía sentir por él y por yohei.

 

-no es necesario, sé como eres..- le informó la pequeña a la par que trazaba un par de líneas en el dibujo y es que distaba de ser un rostro humano pero a hanamichi parecía encantarle el estilo de la pequeña pues justamente tenia el primero que ella le dibujara enmarcado junto a su cama.

 

Un par de minutos después fue yohei quien entrara a la habitación y se encontrara a su pequeña entretenida en dibujar desde las piernas de hanamichi, el cual se había dormido sobre los papeles..-hitomi-chan..- le llamó la atención apenas en un susurro, los ojitos de la niña le observaron un instante antes de volver a su tarea.

 

-shhh, está dormido..- le calló la pequeña mirando de refilón a su tio favorito.

 

-oh..- susurró divertido ante las conjeturas de la niña,  es que en ocasiones le sorprendía que fuera tan inteligente..-crees que seria mejor que lo lleváramos a su habitación?..-

 

-si..- susurró dejando de lado lo que hacia, con lentitud se levantó y permitió que su padre le llevase difícilmente a la habitación que su pelirrojo amigo ocupaba.

 

*+*+*+*

 

Habían pasado ya más de 1 año desde lo sucedido con sakuragi y no había podido dejar de pensar en el momento que pasaron juntos, buscó mas de una manera de olvidarle, otros brazos, de mujeres, de hombres que jamás saciaron aquel voraz apetito que despertó desde el momento mismo de besarle, de probar esos labios que para él estuvieron siempre vedados y es por eso que tras pensárselo se encontraba de nueva cuenta en Japón, rogando que el pelirrojo aun siguiera en casa de ese molesto amigo suyo.

 

Lo primero que hizo fue instalarse en aquel departamento en el que vivió durante su adolescencia y pensar en la manera de acercarse nuevamente a él, conquistarlo y tenerlo nuevamente entre sus brazos.

 

Muchas veces intentó negar lo que sentía, escondiéndolo de simple y llano deseo, solo ansias de poseer aquel cuerpo que durante un momento logró pertenecerle, aquellos gemidos, jadeos y ese estremecimiento en su cuerpo fue producto de las caricias que él le proporcionaba, no había que perder y demasiadas cosas que ganar si volvía a tenerle así que tras descansar un poco se vistió y salió finalmente en búsqueda de su destino.

 

Transitó entonces por cada una de las avenidas, intentando rememorar el camino hacia aquel lugar que tras mucho insistir ayako le había dado, ya frente al lugar se detuvo en la acera, su corazón latía acelerado y su respiración se agitó inevitablemente, con nerviosismo se mordió el labio inferior y avanzó, tocando con firmeza aquella puerta de caoba, al instante fue abierta por una pequeña y dulce pequeñita que frunció ligeramente el entrecejo.

 

-son azules..- susurró refiriéndose claro al color de sus ojos.

 

-está hanamichi?..- cuestionó algo incomodo ante el escrutinio de la niña.

 

-para ti no..- respondió desafiante.

 

-Hitomi-chan, quien es?..- entonces la voz de hanamichi se dejó escuchar en el segundo piso, la niña apresurada intentó cerrar la puerta y evitar ante todo que ese hombre malo entrara más era demasiado pequeña pues kaede con suavidad la apartó y dejó que el pelirrojo le viera.

 

Por un instante tuvo que sujetarse del barandal pues sus piernas temblaron inevitablemente.. intentó hablar, correrlo de esa casa que no le pertenecía pero no pudo, solo fue capaz de bajar con aplomo las escaleras, tomar de la mano a kaede y arrastrarlo hacia fuera.

 

-lárgate..- exigió con una seguridad que sabía no existía.

 

-tenemos que hablar, explicarte las cosas tal y como sucedieron en realidad.. yo te quiero.. –

 

-y?..- fue la respuesta del pelirrojo..-podrías decirme de que sirve tanta palabrería de tu parte?..-

 

-no entiendes hanamichi.. te quiero, te amo.. te deseo.. eres todo lo que desee en mi vida..-

 

-no me interesa, no te creo y jamás lo haré..- le anunció con seguridad, ya no permitiría que volvieran a dañarle, nadie, mucho menos ese par..-ahora hazme el favor de irte por donde viniste, ya no eres ni jamás serás bienvenido..-

 

-primero escúchame..- desesperado le tomó del brazo, tenia que comprender, que atenderle siquiera.

 

-escucharte?..- cuestionó entre divertido y sorprendido..-creo que eh escuchado demasiado rukawa..-finalmente ni siquiera merecía le diera aquel mote que en su adolescencia fue pensado única y exclusivamente a él, no quería hablar, mucho menos intentar arreglar algo que sabia no tenia remedio, aquel intento de conversación había llegado a su fin, en resumidas cuentas no le escucharía porque no quería y no debía.

 

-espera..- suplicó intentando retenerlo.

 

-ya es tarde..- admitió el pelirrojo finalmente..-no es hora, hay un par de pendientes que tengo que hacer..-

 

-me odias?..- cuestionó con algo parecido a la tristeza.

 

-no..- respondió y supo que era la más absoluta de las verdades..-me resultas indiferente..- aclaró, odiar o amar era al final de cuentas un sentimiento y por kaede no sentia nada más que un profundo dolor, decepción tal vez pero no estaba seguro que fuera precisamente por él o por el simple hecho de comprender que ni siquiera akira le amaba.

 

-eso es aún peor..-admitió profundamente dolido..-hubiera preferido que me odiaras antes de eso..-

 

-y que querías?.. que te dijera que te amo?.. que me libraste de akira?.. vale rukawa.. no creo que tengas siquiera una idea de que fue lo que sentí..- musitó mirando fijamente hacia la casita que pertenecía a su mejor amigo, buscando tal vez aquella ventana que pertenecía a hitomi..-no es el momento, hay promesas más importantes que tener que escucharte..- le confesó esbozando lo que quiso ser una sonrisa..-vete por favor..-

 

-lo haré..- respondió finalmente..-pero no significa que deje de intentar que me escuches..-

 

-haz lo que se te dé la gana..- respondió restándole importancia..-mientras no me incluya..-

 

-me cortas las alas..- respondió jocoso.

 

-baka..- masculló por lo bajo antes de adentrarse al lugar y es que esa terrible desazón en el pecho..-kaede.. que buscas de mi?..- inquirió apenas en un susurro..-no me pienso quebrar la cabeza en pensar sus motivos..- gruñó y sin más se dirigió hacia la habitación de la pequeña hitomi seguro completamente que esta pequeña pilluela le esperaba con un libro de cuentos entre sus manos.

 

-lamento la tardanza..- susurró asomado apenas en la rosada habitación de la niña quien tras negar levemente se acercó a él y tomandole de la mano le llevó hacia su pequeña camita.

 

-lee..- exigió con dulce tono a la par que le entregaba uno de los tantos cuentos que tenia.

 

-esta bien..- accedió abriendo el libro justo en la pagina en que se había quedado la noche anterior y tras aclararse la garganta se sentó al borde de la cama, entonces su voz se reprodució en aquellas 4 paredes por algunos momentos suave, casi susurrante, otras un tanto gruesa que lograban mantener emocionada a la pequeña hasta que finalmente caía rendida en brazos de morfeo.

 

*+*+*+*

 

Siguió de pie frente a la casa durante unos minutos pensando solo un poco en lo que había conversado con el pelirrojo, de boca de él sabia que no le odiaba y eso en lugar de hacerle sentir mejor le destrozaba, era aterrador el simple hecho de que hanamichi no le perdonara o por lo menos tener vedada la simple oportunidad de ganarse un poco de aprecio de su parte, pero es que no solo quería que le apreciara, necesitaba, deseaba que le amara, que le deseara tal y como él lo hacía.

 

-mañana será un nuevo día..- susurró y sin más se dispuso a marcharse ya al día siguiente se encargaría de que hanamichi siquiera considerara la opción de escuchar sus palabras.

 

*+*+*+*+

 

sentado frente a una de las tantas mesas del rustico restauran propiedad de yohei leía el periódico mientras daba uno que otro sorbo al delicioso y tibio chocolate que había ordenado previamente, sus castaños ojos leían con avidez una reseña acerca de básquet ball, nombrando para su mala suerte a ese hombre de azules ojos y resaltando la desaparición de sendoh akira del medio, si bien no estaba entre los mejores por aquella estúpida idea de quedarse a su lado.

 

-y de nada sirvió tanto sacrificio..- susurró dando un último sorbo antes de dejar de lado el periódico y extraer de su pantalón su billetera, hizo entonces un gesto a la jovencita que le atendía con la intención claro de cubrir lo consumido.

 

-esta saldado..- respondió la joven sin aceptar el efectivo que el pelirrojo le entregaba.

 

-es imposible..- negó divertido..-creí haberle dejado dicho a yohei que pagaría mi consumo, que me tratara como a uno más de sus clientes..- continuó recordando aquella vez que yohei había insistido tanto con aquella gastada frase “la casa paga” sabía perfectamente que no estaba para darse esos lujos.

 

-pero no ha sido él quien le invita..- respondió la joven ligeramente ruborizada al tener que acercarse un poco más al joven hombre y en susurros señaló hacia el fondo de la mesa donde se encontraba rukawa usando unos lentes negros, sonrió entonces y le saludó con 2 de sus dedos antes de tomar entre sus manos las de la niña y entregarle el costo del chocolate y aquella rebanada de pastel de queso el cual parecía haberse convertido una obsesión pero ello no estaba a discusión en ese preciso momento.

 

-espere..- avergonzada tomó entre sus frágiles manos el antebrazo del pelirrojo deteniéndolo..-tengo que darle un par de cosas más..- comentó a la vez que le instaba a que tomara asiento, el pelirrojo dedicó una mirada extrañada a kaede quien se encogió de hombros y sonrió divertido, sin más que hacer, más que esperar frustrado y curioso se sentó de nueva cuenta pero esta vez en la misma mesa del oji-azul.

 

-ohayo..- saludó el hombre sin despegar su azul mirar del pelirrojo.

 

-tienen algo de bueno este día?..- cuestionó mirando de reojo a la jovencita quien con las manos en la espalda se acercaba a ambos.

 

-lo tiene..- respondió sin más, observando de refilón como la joven mesera entregaba al pelirrojo una rosa blanca y una pequeña tarjeta.

 

-es tuya?..- inquirió el pelirrojo mirando dicho objeto con algo parecido al recelo, no negaba que era hermosa pero.. algo le decia que si la tomaba haría pensar a ese baka egocéntrico que significaba algo para él.

 

-de mi, para ti..- respondió a su vez, contemplando claro el ligero sonrojo que cubrieron esas mejillas y es que no podia negar que se veía encantadoramente delicioso..-solo lee la tarjeta..- musito apenas, dando un sorbo a su ya de por si frío café.

 

-esta bien..- accedió sin saber siquiera el motivo pero no quería ni pensarlo siquiera, apenas con la punta de sus dedos tomó el pequeño sobre, tras abrirlo extrajo una tarjeta en blanco, misma que tenia escrito apenas 2 palabras en impecable ortografía..-gomen nasai..- susurró, tras parpadear confuso un par de segundos dejó escapar una sonora carcajada lo que causó escepticismo en el moreno.

 

-podrías decirme qué te causa tanta gracia?..- malhumorado le increpó, obteniendo solo que el pelirrojo dejara de sonreír y le mirara fijamente.

 

-podría decírtelo..- reconoció jugueteando con la blanca tarjeta..-pero no quiero..- un guiño seguido de unas carcajadas fueron la despedida del pelirrojo quien con buen humor salió de la cafetería, aspirando con divertido gesto el aroma que esta desprendía y es que el muy maldito parecía conocer sus gustos al respecto de esas flores.

 

Pero poco importaba, lo único que tenia presente era que el día pintaba precioso, el firmamento le parecía más azul y la brisa soplaba delicioso contra su piel y removía sus cabellos, quiso el destino entonces que se encontrara tal vez con ese hombre de azul mirar al que extrañamente no odiaba, tal vez, en el fondo le agradecía haberle abierto los ojos y por sobre todas las cosas en parte gracias a esa apuesta había dejado de lado finalmente aquella promesa que le ató más de 4 años al lado de sendoh.

 

Caminar con gesto distraído y las manos en los bolsillos le parecía relajante, casi era como volver a ser aquel ingenuo adolescente que tenia solo un objetivo, uno simple y a la vez complicado, solo buscaba un poco de amor, algo de esa comprensión que tuvo solo cuando su padre vivía, y por desgracia en su búsqueda sufrió más de 51 rechazos, todos de mujeres que objetaron tener alguien a quien amar, entre todas haruko akagi, chiquilla que le hizo conocer a su rival, ese hombre de frío mirar y carácter taciturno y sombrío.

 

-sakuragi?..- su nombre pronunciado de una manera más que sorprendida lo detuvo en seco, lentamente se giró y una amplia sonrisa esbozó al toparse con la familiar figura de un viejo amigo.

 

-hikoichi?..- cuestionó a su vez, contemplando al chico que con ojos brillantes sonreía..-que sorpresa verte por aquí..- aseveró el alto pelirrojo contento con su presencia y es que de cierta manera ese pequeño (en altura) personaje le divertía, sobre todo aquella libreta en la que solía escribir sus secretos.

 

-pues.. aquí vivo..- respondió algo ruborizado..-y tu?.. había pensado que se encontraba con sendoh-sempai..-

 

-ah, eso..- susurró entre sorprendido y entristecido..-eso es pasado..- continuó con sombrío gesto.

 

-te gustaría.. digo, no nos conocemos mucho pero..- nervioso mordió su labio inferior, sabia que la petición era demasiado, mucho más si contaba el semblante apagado en ese hombre al que en su adolescencia tanto había admirado, por esa temple, por aquel talento nato por el básquet ball.

 

-quieres que hablemos?..- inquirió, al ver como asentía sonrió con suavidad..-esta bien, sígueme..- pidió y sin más le guió hacia la playa, sabia perfectamente que a esas horas de la mañana estaría prácticamente vacía, entonces se sentó en la arena y esperó a que hikoichi lo hiciera a su lado, fijó entonces su mirar en el horizonte y le relató lo que creyó conveniente, transmitiéndole sus dudas, temores y finalmente aquella resolución que había hecho hace tiempo.

 

-no le amabas?..- cuestionó una vez terminó de escuchar el relato del joven quien con su mirar fijo en el mar había relatado sin que le temblara un solo instante la voz que aquel a quien creyó amar le había engañado de la peor de las maneras.

 

-si, supongo.. como amigo, como compañero quizás..- accedió..-pero ni hoy, ni antes fue suficiente.. tal vez siempre eh buscado algo más y quizás sendoh jamás podría llenar ese espacio..- le confesó mirando solo un instante aquella rosa blanca entre sus manos, adoraba el blanco porque representaba la pureza, aquella parte que necesitaba encontrar en las personas que le rodearan.

 

-y ahora, ¿Qué sientes?..¿los odias?..- era normal, saber incluso o imaginarse pasar algo así destrozaría a cualquiera, en cambio le veía tan entero, tan sereno y completo.

 

-odiarles?..- se cuestionó y ladeando un poco la cabeza le miró y negó lentamente..-no, no lo hago, creerás que estoy loco, cierto?.. que debería haber hecho algo para vengarme pero si lo hiciera quien saldría dañado seria yo.. hemos de admitir que para ellos resulté una apuesta, la cumplieron y finalmente me dejaron en paz..- comentó intentando resultar convincente, claro que ni siquiera él creía sus propias palabras si consideraba claro ese intento vano de kaede por pedirle perdón e intentar hablar con él.

 

-eres admirable..- comentó con ojitos brillantes.

 

-admirable?..- se mofó de las resoluciones hechas por hikoichi.

 

-claro que eres admirable, sakuragi-kun!!..- exclamó el moreno..-digo, por lo menos yo no quisiera ni verlos, los hubiera matado de ser posible y necesario..-

 

-gracias..- comentó deteniendo repentinamente las palabras de hikoichi..-gracias a ti olvidé por un momento todo..- prosiguió contemplando el semblante del mas bajo y es que ante él hikoichi parecía un pequeño niño que no media más de 1.65m.

 

-no tienes que hacerlo..- denegó avergonzado las palabras de sakuragi..-gracias a ti por confiar en mi..- exclamó sin más, totalmente agradecido de volver a encontrárselo.

 

*++*++**+*

 

Se detuvo en una de las tantas esquinas respirando agitadamente, había estado buscando al pelirrojo desde el momento mismo en que saliera del restauran y es que jamás creyó obtener esa respuesta, ciertamente hanamichi actuaba de una manera un tanto especial, tan diferente a como lo recordaba y le fascinaba.

 

Era consciente que las cosas no eran tan fáciles, simplemente no podia llegar y esperar que el pelirrojo se lanzara a sus brazos pero le desesperaba ante todo que sus conjeturas no fueran las reales, habría pensado encontrarse con una persona llena de resentimiento ante ambos, después de todo se habían encargado de burlarse y decir más de una mentira que lograría el objetivo de akira, aunque alejarlo jamás fuese el suyo.

 

En todo ese tiempo no había logrado olvidar aquel momento en que finalmente había logrado poseerle, mucho menos borrar de su memoria el dulce sabor de sus labios, o la firmeza de esa piel o las deliciosas sensaciones que le embargaron en el momento mismo en que le penetrara y es que esa estreches era magnifica, perfecta, única y lo que a pesar de sus negativas resultó ser lo que siempre deseó y es que amar a alguien como ese pelirrojo era demasiado sencillo.

 

Entonces fue que le vió, sus ojos azules vislumbraron entonces aquella cabellera de un rojo intenso y su corazón latió con aceleradas palpitaciones que le turbó de sobremanera más su ceño se contrajo al verle conversar animadamente con un par de chiquillos que miraban con lascivos ojos al pelirrojo, entre celoso e indignado se acercó a los chicos, sujetó el brazo de sakuragi y sin importarle las protestas del pelirrojo no paró hasta tenerle finalmente lejos de cualquier mirada, en uno de los tantos callejones de la ciudad.

 

-Que te pasa?..- gritó una vez salió de la sorpresa.

 

-que me pasa?.. dí que diablos te pasa a ti, porqué estabas coqueteando con esos crios?..- le reclamó dejando entrever los celos que lo carcomían.

 

-coquetear?..- cuestionó sorprendido, al instante su disgusto se esfumó como obra de magia..-si son apenas unos niños, ninguno pasa de los 16..- prosiguió fingiendo a la perfección indignación..-aunque claro, eso es algo que a ti no te incumbe, finalmente soy un hombre sin compromisos y tú no eres siquiera mi amigo..- cruzado de brazos se apoyó contra una de las paredes.

 

-me incumbe porque me interesas..- respondió seguro de si mismo, de sus palabras y de sus acciones..-acaso es necesario que te lo demuestre..- sin saber como ni porqué se había acercado lo suficiente al pelirrojo como para tener a su disposición aquella boca que descubrió le enloquecía.

 

-estas.. estas invadiendo mi espacio..- comentó con una sonrisa de medio lado, sonrisa que tembló en sus labios unos instantes y es que le ponía nervioso esa cercanía, estaba seguro que dentro de poco perdería el poco control que le quedaba y sucumbiría a esa boca que en un momento logró tener la suya y dejarse manejar por ese hombre tan sensual no estaba en sus planes.

 

-me gusta hacerlo..- comentó divertido, le fascinaba hacerlo temblar motivo por el cual trazó una caricia a esa mejilla tersa y sonrosada..-no sabes lo que daría por besarte..- exclamó deseoso de hacerlo.

 

-y dime kitsune.. que ganarías ahora con hacerlo?..- sin poder evitarlo entrecerró los ojos y le contempló con deseo, con ansias incluso de que kaede cumpliera ese pequeño deseo y le besara.

 

-nada..- respondió sin inmutarse siquiera..-solo.. solo el simple hecho de probarte de nuevo, de degustar tus labios, de besarte por gusto..- poco a poco venció las distancias que le separaban de esa boca entreabierta y humedecida que parecían abrirse para que él los tomara, primero los rozó con ternura, entre sus dientes mordisqueó su labio inferior lamiendo apenas con la punta de su lengua su superficie, cuando quiso profundizarlo hanamichi le empujó con suavidad apartándose de él con apenas una sonrisa..-no quieres?..- agitado intentó retenerlo, forzarlo de ser necesario a que se le acercara.

 

-que tú desees besarme no significa que yo lo quiera..- se mofó contemplándole tras aquellas gafas de transparente cristal..-no juzgues antes de tiempo, que no te odie no significa que te ame o que guarde alguna especie de rencor hacia ti..- sabia que mentía, si bien no le odiaba tenia mas que presente que no guardaba ninguna clase de sentimiento negativo por él, solo aquella inicial decepción que se encontró sintiendo en el momento mismo en que se marchara de aquel lugar que durante 4 años consideró su hogar.

 

-tal vez.. pero no juzgo, solo sé que quieres que te bese tanto como yo..- se atrevió entonces a afirmar sus creencias..-es que no deseas dejarte llevar?..-

 

-es que solo piensas en besarme cuando me ves?..- cuestionó con seriedad, esta vez sin ironías ni burlas, una simple pregunta que logró detener las acciones del oji-azul.

 

-pienso en muchas cosas..-admitió más para si que para el pelirrojo..-no sirve de nada ocultar mi deseo por ti, mucho menos cuando yo me eh encargado que lo sepas, que sientas un poco..-

 

-no pienso dejarme llevar kaede..- refutó el hombre con la mirada perdida..-no permitiré que vuelvas a jugar conmigo.. solo hazme el favor de marcharte que no tendrás nada de mi..-

 

-No quiero..- respondió aun cercano a ese hombre que tanto le hacía sentir, algo que en su momento llegó a creer imposible, pero esos juegos a los que ha sido sometido lo tienen al borde de la locura..-y esto no es un capricho..-

 

-No?..- se burló dejando escapar una carcajada..-dime, solo hipotéticamente hablando.. dejo que me beses, nos acariciamos y hacemos el amor en este callejón o en tu o mi departamento y dime.. que será del día siguiente?.. te irás dejándome alguna nota?...o simplemente volverás a Norteamérica?.. porqué no simplemente haces lo mismo que akira y te esfumas de mi vida?..-

 

-Que quieres que haga para que confíes en mi?..- inquirió esta vez desesperado.

 

-vete y jamás regreses..-

 

-es imposible, no puedo, no quiero..- respondió..-es que no has escuchado mis palabras?.. es que no me darás siquiera la oportunidad de explicarme?..- desesperado le encaró obteniendo claro que el pelirrojo retrocediera y le observara con algo de temor.

 

-lo haré.. – accedió finalmente..-lo haré solo si me prometes que después de ello te irás..-

 

-si aun lo deseas así será..- respondió rogando a kami-sama que esa jamás sea su deseo.

 

-vayamos a tu departamento..- comentó tras unos minutos de total silencio..-el mio esta vacio.. no eh tenido tiempo de comprar nada..- se explicó sin saber siquiera el motivo.

 

-sígueme entonces..- pidió con amabilidad, intentando no dejar visible el nerviosismo que recorría sus miembros, por eso se adelantó unos pasos siendo vigilante de escuchar los del pelirrojo tras suyo.

 

Podia verle de espaldas a él, con las manos en los bolsillos le seguia como oveja al matadero y es que sabia que podría negarse, escapar incluso y no dejarse engatusar por sus palabras pero sabia también que kaede era capaz de no irse con tal de molestarle, por ello había accedido, por él es que había permitido que intentara siquiera explicarse y entender tal vez porque no les odiaba, no cuando todos creyeron que era lo más lógico, lo más correcto, porqué no odiarlo simplemente?, tal vez porque resultaba imposible, porque su corazón se lo impedía, tal vez porque le amaba.

 

Entonces se detuvo, pálido y tembloroso le vió, su porte, su cuerpo, esos cabellos negros intensos y recordó cada sensación que su cuerpo había grabado perfectamente, sus besos, sus caricias y finalmente aquellas palabras que tanto lograron dañarlo y entonces una lagrima seguida de otra más rodaron por sus mejillas, sus labios temblaron e imperceptiblemente lo hizo su cuerpo también..-no.. no le amo..- susurró entonces, se negaba a creerlo, a planteárselo siquiera, pero tal vez, quizás por ello fue incapaz de alzar la mano en su contra, tal vez por eso permitió que le besara, quizás por eso le seguia, tal vez deseaba... añoraba el estar entre sus brazos.

 

-Hanamichi..- ya en la acera se detuvo, lentamente, como temiendo no encontrarle se giró y lo que vió le encogió el corazón, pálido como nunca se encontraba, con saladas lagrimas surcando ese bello rostro, raudo se acercó a él y le abrazó, intentando borrar ese dolor que vió oscilar en los claros ojos de ese hombre que intentaba que le soltara.

 

-suéltame!!..- gritó refugiado en su pecho..-aléjate!!.. no te amo.. jamás lo haré..- chilló y tras lograr soltarse se dejó caer en el piso llorando a mares..-no te amo.. no te amo..- repitió.

 

-esta bien.. no me amas..- intentó calmarle más hanamichi solo fué capaz de alzar el rostro y enfrentarle, tras un breve desvarío logró calmar un poco el llanto y retirar con un pulcro pañuelo aquellas lagrimas que traicioneras bajaron por sus mejillas.

 

-debería odiarte.. no querer nada de ti ni de akira pero..- turbado desvió su mirar y mordió su labio inferior con más fuerza de la que debía..-es imposible y creo que eres un maldito infeliz, un bastardo que no sabe lo que me causa, un estúpido que solo ha llegado a mi vida para destruirla, un...- mas sus palabras fueron acalladas por otra boca que ansiosa se adentró en ella, una lengua ávida y golosa recorrió cada cavidad, con el corazón a mil le besó, degustando entre lo dulce y salado, mezcla de lagrimas y saliva, aquella que se escurría entre sus bocas, entonces le sintió ansioso al abrazarle, al jugar un poco con sus negros cabellos y aferrarse a él, tanto como si temiera que al soltarle se escaparía, si tan solo hanamichi comprendiera que ese jamás fue su deseo, que lo que más anhelaba era precisamente eso, saberse amado por ese ser especial que en su adolescencia y vida adulta iluminaba su existencia.

 

-baka..- gruñó una vez finalizado el beso..-debería odiarte pero no puedo... no puedo porque te amo.. te amo y sé que no te importa, que ni siquiera sabes que significa..- derrotado intentó separarse de ese hombre, no quería humillarse más de lo necesario, no cuando kaede parecía solo desear su cuerpo.

 

-Do´aho.. es que no ves que me muero por ti?..- le increpó visiblemente molesto, poco le importaba que la gente viera, es más que le envidiaran por tener el corazón del hombre más especial sobre el planeta..-yo también te amo..- confesó finalmente..-yo jamás creí que tu lo hicieras, por kami!!.. por eso me fui, por ello huí como un cobarde a Norteamérica, por eso..-

 

-por eso?..- cuestionó mirando fijamente aquellos ojos azules profundos y cálidos.

 

-por eso le pedí a akira que cuidara de ti..-

 

-la apuesta..- comentó con amargura.

 

-jamás existió tal apuesta..- confesó finalmente..-te juro por el amor que te tengo que jamás existió tal apuesta..-

 

-no entiendo..-

 

-hay cosas que tengo que explicarte..- inició tras suspirar profundamente.

 

-me amas?..- cuestionó de pronto.

 

-si, te amo..- respondió sin titubear..-a que se debe tal cuestión?..-

 

-a que no importa más nada, después me contarás todo los detalles..- comentó y sin más besó apenas fugazmente los labios de su kitsune quien entre sorprendido y encantado correspondió al beso sujetándole con firmeza de las caderas, logrando claro que sus sexos se rozaran sobre la tela de sus pantalones, ahogó entonces un gemido y se estrechó contra el cuerpo del moreno quien le recibió gustoso, apretando entre sus dedos largos y níveos la firmeza de su carne.

 

-aquí no..- logró susurrar contra el oído del oji-azul..-has pensado que podrían llevarnos a la cárcel por exhibicionistas?..- cuestionó con diversión en su voz, todo sin dejar de lado aquel arrastre sensual en sus palabras.

 

-vayamos a casa..- respondió con la voz ronca por la excitación..-ya queda poco..- prosiguió y sin más se echó a correr junto a hanamichi calle abajo, justo donde el complejo de departamentos donde vivía se encontraba, ya en el elevador se encargó de arrinconarlo y sumergir sus manos dentro de los pantalones del pelirrojo quien sin poner objeciones se sostuvo apenas de un pequeño barandal, echó atrás la cabeza y cerró sus castaños ojos un momento, solo disfrutando las sensaciones que le embargaban, sus dedos entonces se sumergieron en la negra cabellera de rukawa y con una leve presión le atrajo hacia si y le besó con apasionada entrega.

 

-yo también quiero aportar..- comentó y sin más fue él quien acarició la dureza de ese sexo, pasó su dedo desde la base hasta la punta en donde dedicó apenas una presión, una que hizo que kaede gimiera buscando más de aquellas sensaciones..-pero tu no dejes de hacer lo tuyo..- le susurró a unos centímetros de la boca de rukawa quien tras sonreír comenzó a masturbarle con igual ímpetu, hasta que finalmente ambos se vinieron uno en las manos del otro, hanamichi sonrojado a niveles insospechados se abrazó a kaede respirando afanosamente solo fue capaz de besar un breve instante sus labios..-te ha gustado?..- cuestionó dedicando suaves besos a las pálidas mejillas del joven.

 

-me ha fascinado..- le halagó.

 

-ha sido la primera vez que hago algo como eso..- admitió para sorpresa del moreno.

 

-lo has hecho muy bien..- le animó y emocionado besó con renovadas fuerzas los labios del pelirrojo quien solo se dejó hacer, permitiendo tan solo por un pequeño instante que la felicidad llegara a su vida y se instalara aunque fuera un par de horas en su piel y su alma.

 

-habla entonces..- apoyado a medias sobre el barandal esperaba que kaede iniciara.

 

-vístete primero..- sugirió contemplando con descaro el cuerpo semi-desnudo del pelirrojo quien parecía posar única y exclusivamente para él..-me turbas..- prosiguió, obteniendo que las mejillas del pelirrojo se encendieran de carmín.

 

-kaede!!..- protestó logrando que el moreno riera y se sentara a medias sobre el colchón, permitiendo que la blanca sabana se deslizara por su nívea piel.

 

-esta bien.. esta bien, juro que no te diré cuan sexy me pareces con esa luz..-

 

-no seas tonto..- gruñó el pelirrojo y sin más se acercó a él, lo suficiente como para besarle un par de segundos..- ahora habla.. a que te referías con que no era una apuesta?..-

 

-a eso exactamente..- respondió..-han sido demasiados años, tantos que estoy seguro de no poder resumir..-

 

-inténtalo..- suplicó.

 

-me dejarías de amar?..-

 

-crees que seria sencillo?..- intentó burlarse más al ver el semblante de kaede desistió..-no seas tonto.. las cosas entre akira y yo no funcionaban por más intentos de mi parte o de la suya..solo a ti te amo..-

 

-quisiera creerlo..- respondió indeciso.

 

-si dudas entonces lo mejor es dejarlo por la paz..- comentó y sin más se levantó, tal vez cometía un error al haber asumido que kaede comprendería las cosas.

 

-no, espera..- por enésima vez suplicó sujetando entre las suyas las manos del pelirrojo..-confío en ti..- musitó suavemente.

 

-entonces prosigue..-

 

-desde la preparatoria llamaste mi atención.. tu manera de ser, de comportarte, al principio admiré esa fuerza de voluntad tuya, esa terquedad y la fácil manera que tienes de relacionarte y aprendí a odiar a tus amigos, en especial ese que parecía seguirte siempre..-

 

-yohei..- susurró el pelirrojo.

 

-exacto.. pero los días pasaron, estos se convirtieron en meses y finalmente sucedió lo de tu lesión, por primera vez me encontré temiendo por alguien más que no era yo y tuve miedo, terror de tener que enfrentarte, ambos éramos hombres, tu me odiabas y la sociedad si es que llegases a aceptarme no nos aceptaría, se presentó la oportunidad de la beca y vi una manera de escapar, pero antes de ello me encontré a akira.. le pedí que cuidara de ti, que intentara animarte y lograra lo que yo jamás haría.. sabia por lo menos que estaba interesado por ti..-

 

-jamás pensaste en lo que podría sentir?..- le reclamó.

 

-muchas veces, pero yo no podia acercarme, tu jamás lo hubieras aceptado..-

 

-si mal no recuerdas akira no era de mi agrado, era un contrincante, capitán de ryonan, las cosas no fueron tan sencillas, muchas veces, por no decir demasiadas le negué el saludo, un engreído, un puercoespín..-

 

-pero al final aceptaste, al final dejaste que él te tomara, que te hiciera suyo..- sin saber como ni porque se encontraba reclamándole.

 

-él me salvó..- susurró apenas..-yo me sentía tan mal, tan solo que creí que nadie me necesitaría, todos mis amigos se habían ido para hacer sus vidas, el profesor anzai había muerto y tu habías partido a Norteamérica y pasó por mi mente la idea de acabar de una vez por todas pero llegó él y me lo impidió, me prometió tantas cosas que fui débil y terminé accediendo..-

 

-hana..yo.. si hubiera sabido jamás hubiera pasado esto..-

 

-es lo mas probable pero las cosas pasaron y no hay regreso..- respondió con la seguridad de quien se sabe poseedor de la verdad..-por favor, termina de decirme todo..- suplicó mirándole ya desesperado, finalmente creía que se lo merecía, solo un poco de aquella verdad que le fue vedada por más de 4 largos y casi angustiantes años.

 

-no hay mucho que aportar..- se explicó..-si quieres saber lo que siente akira por ti..-

 

-no es necesario..- le refutó negando lentamente.

 

-él te ama, siempre te amó y por ese motivo me llamó..-

 

-porque me amaba?..- resultó irónico, desde cuando el amar significa que prácticamente lances a los brazos de otra persona a ese ser que tanto amas?..-no bromees kaede..- le reprochó.

 

-entonces.. si no me crees, creo que es hora que le hagamos una visita..- no quería hacerlo, es más no tenia siquiera contemplado llevarle pero.. poco importaban los ruegos de akira, demasiado había hecho con sacrificar todos esos años su felicidad y todo se debió a que akira fue capaz de asegurarle que hanamichi se había enamorado de él.

 

-ganaría algo con verle?..- indagó un poco receloso, no quería verlo porque algo en su interior gritaba una negativa, por kaede sabía que akira le amaba y por más inverosímil que resultaba le creía.. confiaba ciegamente en ese hombre de azules y profundos ojos pues en ellos vió oscilar una especie de temor, el mismo que él sentía, ese voraz sentimiento que amenazaba con todo su autocontrol.

 

-saber la verdad, es aliciente?..- cuestionó a su vez.

 

-no siempre kaede..- respondió el pelirrojo consciente que kaede en parte tenía la razón..-pero esta bien.. supongo que es mejor no dejar cabos sueltos..- susurró..-pero...-

 

-pero?..-

 

-ahora no, estoy realmente cansado..- comentó y sin mediar palabra alguna se introdujo de nueva cuenta en el lecho, cubriendo su cuerpo con las frazadas optó por aferrarse al lechoso cuerpo de kaede quien con una sonrisa se dejó hacer, feliz de tenerlo a su lado.

 

-solo espero que no te arrepientas..- un suspiro siguió a su frase antes de que acariciara apenas con la yema de sus dedos aquella piel aterciopelada.

 

-no hay de que arrepentirme..- masculló el pelirrojo más dormido que despierto..-ya duerme..- suplicó y entreabriendo un poco sus ojos e incorporándose un poco más alcanzó aquella boca que tanto le causaba, fue solo un beso, un roce antes de sucumbir a aquel natural cansancio que nace después de esas demostraciones entre dos amantes.

 

El estridente sonido del despertador le trajo a la realidad de las peor de las maneras, frunció ligeramente el entrecejo y sacó de entre las mantas su brazo, tanteando a ciegas la superficie del mismo, tras encontrarlo lo tomó y aventó lo más lejos que pudo, solo entonces fue capaz de escuchar como trasfondo la risa divertida de una segunda persona.

 

-Al fin despiertas..- exclamó divertido ante la situación, generalmente era él quien dormitaba hasta tarde aprovechando un poco la soledad que le sumergía por completo pero poco importaba, ahora le tenia junto a él y era la mejor de las cosas.

 

-buenos días..- saludó sonriente y completo.. le resultaba tan perfecto el hecho de tenerlo frente a frente que no pudo evitar la lagrima que rodó por su mejilla, kaede entre preocupado y temeroso se acercó a él, retirando apenas con el pulgar aquellas lagrimas que tan mal quedaban en ese rostro, hanamichi en respuesta le abrazó, hundiendo su sonrosado rostro entre la curvatura del cuello del moreno..-no sabes cuanto te amo..- susurró una vez calmó el llanto.

 

-y tu no sabes cuan grande fue mi temor al verte llorar, había creído que te arrepentías de lo nuestro..- comentó tras suspirar aliviado.

 

-también se llora de felicidad..- musitó relajado, era tan grato ese momento que temió se tratara de un sueño, mismo que se había transformado en una realidad tangible y palpable como el amor que por él sentía.

 

-supongo que si..- accedió, él igual sentía el deseo de llorar pero no lo hacia, no podia siquiera pensar en hacerlo, simplemente no estaba dispuesto a mostrar debilidad a hanamichi, quería ante todo que su pelirrojo se sintiera protegido por él..-olvidemos este malentendido..-

 

-esta bien..- accedió sonriente, tras besarle se levantó y presuroso se vistió apenas con el pantalón había una cosa que quería hacer, algo que esperaba gustara a su kitsune.

 

-a donde vas?..- inquirió sujetándolo de la mano.

 

-a preparar el desayuno..- respondió con ilusión.

 

-pero..-

 

-no quieres?..- entristecido le observó.

 

-no es eso.. sería delicioso probar algo preparado por ti..- se apresuró a negar, no quería volver a verle triste, no por algo tan superfluo como ese hecho..-es solo que el desayuno ya está listo..-

 

-era eso..- suspiró ya aliviado y sus ojos entonces brillaron con una intensidad asombrosa..-quiero probarlo.-

 

-sírvete..- sin más le mostró con un gesto de su mano una esquina, aquella que daba hacia las puertas acristaladas de la habitación donde las cortinas permanecían corridas, ondeándose con la brisa marina que soplaba con suavidad, a ojos de hanamichi y kaede el día pintaba perfecto, el cielo azul, el sol cálido y la brisa fresca acariciando su piel, se sentaron en torno a una pequeña mesa, desayunaron compartiendo un beso por cada bocado, caricias bajo la mesa y un par de discretas sonrisas.

 

La tarde ya caía, ambos permanecían abrazados contemplando el ocaso, disfrutando cada momento pasado, sonriendo a medias, complacidos por cada instante compartiendo a su lado.

 

Cerró brevemente los ojos, dejando que la brisa acariciara su piel y alborotara sus cabellos, no podía sentirse mas satisfecho, finalmente le tenia junto a él, en sus brazos, seguro y amado, saberlo era algo que lo llenaba de felicidad, amarlo era tan simple, tan sencillo, tan fácil.

 

-estoy listo..- susurró tan de repente que sobresaltó al oji-azul, tras haberlo pensado había llegado a la conclusión de que era lo mejor, lo más sano, aunque también era consciente que ver a akira resultaría difícil.

 

-esta bien..- accedió finalmente..-aunque el trayecto es largo..- le advirtió ocultando a la perfección aquel temor que amenazaba con salir de su interior.

 

-no importa..- respondió restando importancia al asunto, sujetó su mano y le siguió hacia el estacionamiento una vez tomaron un par de cosas que podrían necesitar, entre ellas ropa, artículos de aseo etc, abordando aquel precioso convertible propiedad de rukawa.

 

-kaede..- tras unos minutos de silencio le llamó, obteniendo que kaede le mirara de refilón..-estarás conmigo?..- inquirió a la vez, después de todo necesitaba su apoyo.

 

-siempre..- respondió sin titubeo alguno.

 

-entonces estaré bien..- respondió y sin más se apoyó contra el hombro del oji-azul, su mano se entrelazó con la pálida de su koi, dormitando al ver pasar las horas y contemplar el mismo paisaje, tras sonreír kaede optó por cubrir apenas con su chaqueta al durmiente, por desgracia para ambos el trayecto resultó agotador, no fue si no hasta que dieron las 6:00a.m del siguiente día que llegaron a su destino, solo en ese momento fue capaz de despertar al pelirrojo que renuente abrió los ojos y contempló con total sorpresa el lugar en el que se encontraban.

 

-es esto una broma?..- murmuró visiblemente molesto, al final de cuentas el lugar en el que se encontraban era un hospital, uno de los más lujosos y caros pero finalmente aquella instalación fría y lúgubre.

 

-..- no supo que responder, solo fue capaz de negar pausadamente con la cabeza antes de tomar entre sus manos las del pelirrojo..-sígueme..- profiere después de unos segundos de relativa calma antes de avanzar un par de pasos hacia el hospital.. tras asentir aun confuso se apresura a cerrar la puerta y guindarse del brazo del oji-azul que le dedica una extraña sonrisa.

 

Una vez frente a la enorme construcción se detienen a espera que las acristaladas puertas se abran, segundos después atravesaban el pequeño espacio antes de llegar a recepción, justo en donde una enfermera atendía con fingida cortesía..-espera aquí..- susurra sin dejar de ver fijamente hacia delante, tras soltarle se acerca a recepción donde tras intercambiar un par de frases y señalar casi imperceptiblemente al pelirrojo es que kaede se despide de la mujer con una respetuosa reverencia y se acerca a hanamichi quien de pie y con los brazos cruzados esperaba impaciente.

 

-ya era hora..- gruñó molesto, a final de cuentas la paciencia era algo que no tenia y eso kaede debía saber más que nadie.

 

-lo siento..- se disculpó levemente antes de acercarse y depositar un fugaz beso en los labios del pelirrojo quien se sonrojó inevitablemente..-ahora sígueme..- comentó, sin más se dirigió hacia los elevadores, en compañía del pelirrojo quien se aferró a su brazo aun ruborizado.

 

Dentro del elevador es kaede quien presiona el botón que les llevaría al 3er piso, ya en su destino las puertas de acero se abren de par en par, tras un paso incierto se dirigen a la izquierda, avanzando tomados de la mano entre los pasillos vacíos y apenas alumbrados por los rayos de luz de aquel nublado día de verano.

 

Durante segundos inciertos de incomodo silencio llegan a la habitación perteneciente al ex capitán de ryonan, al toparse con él número 4 apenas simulado en el centro de la puerta siente un escalofrío recorrer su espina dorsal, kaede no ignorante del hecho rodea con el brazo al pelirrojo apenas unos segundos antes de abrir la puerta.

 

Los recibe una habitación totalmente a oscuras, kaede molesto e indignado frunce el entrecejo y tras emitir un..-Baka..- se dirige a correr las cortinas.

 

-¡¡Espera!!.. ¡¡No lo hagas!!..- la voz débil y cansada de akira resona apenas en los oídos de hanamichi quien raudo, debatiéndose entre la angustia y desasosiego enciende las luces que débilmente parpadean y ahí, en medio de la cama, conectado a un sin número de aparatos se encuentra akira, pálido, delgado y ojeroso con un pañuelo cubriendo su cabellera, deslizó entonces su mirar por ese hombre que mostró apenas en sus ojos como un fugas destello algo de sincera sorpresa.

 

-te había dicho que no lo trajeras..- molesto le reprochó a kaede quien tras encogerse de hombros tomó asiento en un sillón que se encontraba en la habitación, demasiado había hecho por redimirse ante hanamichi como para buscar la manera de hacerse perdonar por sendoh.

 

-Akira..- susurró aún sin salir de la sorpresa, y es que jamás creyó tenerle frente a él de esa manera, no quería ser cruel pero parecía un despojo, alguien tan diferente al que había conocido, tal fue su dolor que dos lagrimas se desbordaron por sus mejillas, sin poder evitarlo se encontró abrazándole, después de todo le quería, vivió demasiadas cosas a su lado como para ser insensible y mantenerse apartado..-kuso.. baka..¿porqué me ocultaste algo tan serio como tu enfermedad?..- lloroso le reprendió.. estaba molesto, angustiado y a la vez furioso, decepcionado en parte y finalmente, en medio de todos aquellos sentimientos sentía culpa.

 

-por tu reacción..- susurró apenas y es que dolía tanto tenerlo frente a frente, todo porque sabia que hanamichi ya no le pertenecía, al igual que tuvo que comprender que jamás fue suyo..-porque no quería atarte, hacer que te consumieras conmigo y finalmente porque..- más no pudo continuar pues hanamichi le acalló posando sobre sus labios 2 de sus largos dedos.

 

-eso ya no importa..- reconoció intentando esbozar por lo menos una media sonrisa..-ahora nos tienes a mi y a kaede..- continuó secando las lagrimas que sin permiso seguían derramándose.

 

-no necesito..no deben..no quiero..- balbuceó entristecido, dolía incluso el pensar que hanamichi pudiera sentir lastima por él.

 

-somos amigos..- le cortó.

 

-gracias, pero no es suficiente.. no para mi..- murmuró apenas, sabia que era cierto, aún, a pesar de 1 año transcurrido seguia amándole con la misma intensidad de siempre, demasiado había sido tener que dejarle ir, fingir algo tan vano como aquel trato hacia su pelirrojo quien por un instante pareció mirarle entristecido.

 

-es lo único que te puedo ofrecer..- comentó entristecido..-no quiero mentirte aki, te quiero, te debo mucho pero no te amo..- le confesó.

 

-eso me basta..- respondió tras pensarlo un poco, sus violaceas orbes brillaron entonces como en antaño y una sonrisa afloró en sus labios, obteniendo que el pelirrojo se sonrojara visiblemente turbado, a pesar de todo, akira seguia siendo hermoso.

 

-No sabes cuanto me alegra saberlo!!..- exclamó contento..-solo quiero saber una cosa..¿Qué es lo que tienes?..-

 

-..- no supo que responder, no quería mentirle, ni siquiera ocultarle algo pero no podía, con frustración mordió su labio inferior y desvió su mirar, esas orbes castañas brillantes e inocentes seguían siendo psra su pesar su perdición, en general todo en hanamichi le hacía perder la cabeza, desde sus ojos, su voz, su cuerpo, sus labios, su esencia y ese alo de ingenuidad que parecía iluminar su personalidad y encender su alma.

 

-cáncer..- siseó kaede, le molestaba que estuvieran tan juntos, celos, injustificados o no los sentía, y ello era algo nuevo, diferente y extraño..-leucemia..- aclaró al ver el semblante de su pelirrojo, lo que menos quería era verle mal, triste por algo que sabia tenia remedio.

 

-oh, aki..- desmoralizado le abrazó, era demasiada su pena, tan grande que no fue consciente siquiera del frío mirar que kaede le dedicó a akira, detestaba ante todo aquella candidez que hana tenía, mucho menos cuando no era él el destinatario de aquellos abrazos..-verás que encontrarás rápidamente un donante.. digo, eso pasa en estos casos, verdad?..-

 

-si, eso pasa..- reconoció, ello era una verdad a medias, a final de cuentas conseguir algún donante que fuera compatible con él resultaba difícil, ahora, solo se atenía a las quimioterapias, aquellas que parecían arrancarle poco a poco la vida y qué hacer cuando ya no tienes por quien luchar.. solo restaba esperar.. suplicar tal vez porque la muerte se lo llevara.

 

-kaede, acércate..- pidió hanamichi, mirando con infinito amor a ese hombre de azules ojos y negros cabellos, aquel de piel nívea y firme, de carácter seco y malhumorado, ese personaje sombrío y ante todo aquel hombre maravilloso, tierno y gentil que solo él parecía conocer, y ahora ¿Quién se atrevería a decir que su kitsune merecía el mote de “ice king”?.

 

-ustedes?..- quiso saber, por más cruel y doloroso creía necesario saber si ambos estaban finalmente juntos.

 

-somos pareja..- aclaró kaede por todos, aun su relación no era formal pero esperaba formalizarla, sonrió entonces al notar la sorpresa en los gestos del pelirrojo y sin poder ni querer evitarlo le besó, suavemente, tan dulce, tan entregado que por un momento le hizo olvidar en el lugar en el que se encontraban, lentamente se separaron, kaede entonces aprovechó psra lamer un fino hilillo de saliva que resbaló por el mentón del pelirrojo quien con los ojos entrecerrados y las mejillas encendidas le observaba a la par que intentaba regular un poco su agitada respiración, entonces fueron conscientes de akira que parecía mirarles entre divertido y triste.

 

-lo siento..- se disculpó el pelirrojo..-es algo que no podemos evitar..- prosiguió mirando tiernamente a kaede y ante todo sabia que era la más absoluta de las verdades, psra él kaede significaba todo, le amaba demasiado, lo suficiente como psra enfrentar al mundo entero de ser posible.

 

-comprendo..- aclaró akira..-y los felicito.. sobre todo a ti rukawa..- se atrevió a comentar, riendo al ver la cara de circunstancia que puso el pelirrojo..-por tener el corazón del ser más especial sobre esta tierra..- prosiguió trazando una pequeña caricia a la tersa mejilla del pelirrojo..-el más preciado tesoro que pudieras poseer.. solo cuídalo y evita que sufra más de lo que ha sufrido..- le suplicó, ante todo la felicidad de hanamichi.

 

-lo haré.. es mi tesoro después de todo..- murmuró, haciendo psra si la promesa de protegerle, de darle finalmente todo ese amor que guardó únicamente psra ese pelirrojo de sonrisa infantil y alma ingenua.

 

La tarde la pasaron conversando sobre temas triviales, apartado de ambos kaede les miraba, no había que aportar de su parte, finalmente tenia la seguridad que el corazón de hanamichi le pertenecía, complacido le veía sonreír, reir ante las ocurrencias de akira y alguna que otra queja de su parte respecto a las enfermeras que le atendían.

 

-vaya que son malas..- se admiró el pelirrojo.

 

-y ciegas también..- respondió entre risas akira.

 

-ciegas?..- se extrañó.

 

-claro, quien trata mal a alguien tan hermoso como yo..- se vanaglorió, obteniendo que kaede gruñera y hanamichi se sonrojara inevitablemente antes claro de lanzarle la almohada a modo de regaño.

 

-tonto, egocéntrico..- le riñó..-además yo soy mucho mas lindo que tu..- se burló casi al instante.

 

-claro que eres mucho más hermoso..- aclaró akira psra sorpresa del propio hanamichi y de kaede..-si no hubiera sido así jamás me hubiera enamorado de ti..-

 

-yo.. esto..- ruborizado a mas no poder buscó apoyo en kaede quien le devolvió una sonrisa..-akira!!..- finalmente se giró y le enfrentó, obteniendo solo que akira, llevado por sus recuerdos le besara, apenas un roce que hizo que kaede apretara los puños y los separara con notable furia, a punto estuvo de golpear a akira más hanamichi le detuvo.

 

-porque me detienes?..- inquirió intentando ante todo controlarse..-acaso te gustó?..- gritó ya sin poder controlarse, obteniendo que hanamichi le mirara sorprendido, la decepción pronto hizo aparición en sus ojos antes de soltarle y alejarse de ambos hombres.

 

-ambos son un par de estúpidos..- gruñó el pelirrojo..-anda, golpéense hasta matarse..- continuó y sin más se dio la media vuelta, no quería saber nada de ninguno, finalmente parecían seguir burlándose de él.

 

-eres tonto..- murmuró akira mirando fijamente a kaede.

 

-aléjate de hana..- exigió

 

-que esperas?.. ve por él..- exigió a su vez, después de todo no valía la pena..-hana te ama y yo.. solo me eh dejado llevar, sé que hana era consciente de ello y por eso dejó que lo hiciera..- sin poder evitarlo ya le regañó, dejando ante todo claro el amor que hanamichi sentía por él, es acaso que no había escuchado las palabras anteriormente citadas por hanamichi?... podría ser tan estúpido como psra dejarlo ir?.. el azotar de una puerta le respondió a su duda, sin más que hacer sonrió y se arrebujó un poco más entre las mantas, el día había sido demasiado psra él, alguien demasiado débil como psra seguirle el ritmo a alguien sano como lo era el pelirrojo, ese chiquillo al que aún seguia amando, ese hombre especial en el que se había convertido.

 

-creí que jamás se irían..-

 

-yo creí que me habías abandonado..- le reprochó, mirando sobre las mantas los profundos ojos negros de su mejor amigo quien sostenía entre sus brazos un ramo de jazmines blancos..-son para mi?..-

 

-para quien si no..- respondió y fastidiado las dejó sobre la mesita..-voy por algo en que ponerlas..- comentó y sin más que agregar se introdujo en aquel reducido cuarto de baño que se encontraba dentro de la habitación, al cerrar la puerta tras de si, se apoyó con gesto indescifrable en el lavamanos, intentando ante todo aquellos que habían nacido justo en el momento que conociera a ese hombre de ojos violetas.. le amaba, por kami que jamás se había sentido tan extraño, tan feliz y a la vez tan triste, pues no había nada que akira quisiera de él a excepción de lo que le daba en ese preciso momento, lentas y precisas lágrimas tibias resbalaron por sus mejillas, el dolor era gigantesco, entonces un leve sollozo se dejó escuchar en la habitación contigua, sorprendido y en extremo preocupado, salió del cuarto de baño sin reparar siquiera en su rostro ni las lagrimas que le adornaban, solo fue capaz de abrazar a akira quien sollozaba como un niño, aquel al que amaba desde el inicio de los tiempos, desde que eran niños, aquellos de 4 años que se conocieron en el pre-escolar, le consoló y escuchó paciente cada una de las palabras de akira, clavándose en su corazón afiladas dagas al escuchar que a pesar de todo el tiempo que estuvieron separados seguia enamorado del pelirrojo.

 

-pero le eh dejado ir..- comentó entre amargos balbuceos..-aunque duela, solo quiero que sea feliz pero.. y yo?.. acaso no tengo derecho de serlo?..- cuestionó mirándole con sus ojos violetas llenos de lagrimas, esas mismas que hiroaki se encargo de retirar con gentileza.

 

-sabias que no te amaba, que nunca lo hizo.. solo fue agradecimiento..- le recordó, notando que la tristeza en su amado se acrecentaba..-lo siento..- en verdad lamentaba que en ocasiones fuera tan directo y de esta manera dañara al ser que mas le importaba en el mundo.

 

-no..no te disculpes, dejarías de ser tu si me dijeras lo contrario..- comentó y para sorpresas de ambos sonrió, una pequeña sonrisa que aceleró el corazón de kosh.

 

-si tu me dejaras..- sincero como nadie inició aquella petición que tantas veces se guardó en el fondo de su corazón..-si tú quisieras darme una oportunidad..-

 

-a que te refieres?.. hiro, no te entiendo..-

 

-te amo.. – le confesó finalmente, largos años amargos en que ocultó gigante secreto, sufriendo en la intimidad de su alcoba, tanto tiempo, tantas cosas que lograron aflorarse finalmente ante los asombrados ojos de akira, dolor que se transformó en saladas lagrimas..-si tu quisieras yo entregaría mi vida entera por cuidar de ti, por amarte..-

 

-hiroaki, yo no te puedo hacer esto..- comentó finalmente, no podía, ni quería siquiera pensar en usarle, en lastimarle siquiera, le quería demasiado como para hacer algo como iniciar alguna especie de relación..-no quiero dañarte..-

 

-sé que no lo quieres, pero piénsalo, finalmente me dañas al ignorarme, permite siquiera que viva una dulce fantasía..- susurró y sin más se abalanzó contra él, atrapando en un dulce beso los labios de akira quien tras titubear algunos segundos aceptó el beso, enredó entonces sus dedos entre los negros cabellos del que consideraba su mejor amigo, ahondando de esta manera el dulce contacto, sus labios le resultaron tan dulces y a la vez salados, mezcla de las lagrimas y aquel dulce almíbar que esos rosados labios desprendían, sintió su corazón later entonces con nuevo brío, tal vez, después de todo su corazón podría sanar lo suficiente como para amar a su precioso hiro.

 

*+*+*+*

 

le había estado buscando por largos e interminables pasillos, cansado y al borde de algún ataque de stress se detuvo, respirando agitadamente se apoyó en uno de las tantas puertas que estaban ligeramente entreabiertas, entonces fue que le escuchó; la voz de su pelirrojo susurrante y hechicera le atrapó, totalmente enganchado dejó todo de lado y se adentró a la habitación en donde una veintena de niños en bata escuchaban a ese atractivo pelirrojo quien absorto les leía un libro de cuentos.

 

Le observó durante mucho tiempo, escuchando maravillado la ternura que parecía desbordar por cada poro de su piel, amaba esa parte de su personalidad, hana resultaba ser tan ingenuo, tan dulce, tan infantil como un niño pequeño, de ojitos grandes y boquita sonrosada, aquellos dulces bebés que te roban el corazón solo con una sonrisa, con una mirada o una inocente caricia que sin querer te eriza la piel, le amaba tanto que no media las consecuencias.

 

-kitsune.. kaede..- preocupado intentó removerle, sacarle de aquel letargo en el que parecía haberse sumido..-eh, kitsune taimado, despierta..- susurró y rió con suavidad al ver que este parpadeaba confuso.

 

-hana?..- sorprendido le cuestionó, hacia menos de un segundo se encontraba leyendo un libro a esos niños o era que el tiempo que pareció detenerse ante sus ojos pasó rapido para los que le rodeaban, tal fue su sorpresa y su desconcierto que no satisfecho por lo que veía alargó la mano y acarició la mejilla del pelirrojo quien sin más se sonrojó y se apartó de él al recordar que estaba molesto con él.

 

-ya terminaron de matarse?..- inquirió mordaz, obteniendo que kaede negara, le atrajera hacia él, le abrazara y finalmente le besara.

 

-Ai shiteru hanamichi..- le confesó totalmente embargado por la belleza de esas pupilas castañas que brillaron con intensidad al escucharle pronunciar aquella frase, esa que era gigantesca en cuanto a sentimientos se refería.

 

-Ai shiteru mo, kaede.. mi kaede..- comentó y estremecido escondió su rostro en el cuello del moreno, el fuerte abucheo de los pequeños logró hacerle reir a ambos quienes tomados de la mano y tras una despedida se marcharon, a partir de ese día vivirían una nueva relación, una que no se sostuviera a bases de mentiras pues la verdad indudablemente salía a flote.

 

 

Owari

 

 

 

¡¡¡¡¡ Hola ¡!!!!!

 

 

De antemano gracias por leer esta disparatada historia, dejen me vuelvo a presentar, anteriormente me dí a conocer con el seudonimo de almogabar pero por tecnicismos decidí cambiarlo, ok.. sin más, muchisimas gracias por leer, espero que dejen revives para saber su opinión para saber si les ha gustado o no.

 

 

 

Hasta luego..

 


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