Ya pasaban de las tres de la mañana… y Bill no había regresado, Tom se hartaba de eso, ¿por qué se sentía tan desanimado? Aprovechando esas libertades extras que se estaba dando Bill, el debería salir a mas fiestas, salir con muchas mas chicas, jugar arrancones… pero no era así, se sentía tan mal que apenas y lograba hacer que su dedo cambiara de canal a la televisión. Pasando por cada uno de los canales, pasaron los minutos, sin que alguno le llamara la atención, porque sus pensamientos estaban siempre haciendo hipótesis de lo que podría estar haciendo Bill, apago el televisor. Dio un pequeño vistazo a la habitación de Bill… tal vez si iba e inspeccionaba un poco sabría lo que hicieron el y sus amigos la noche anterior. Se levanto como un resorte, casi corriendo hasta llegar a la habitación.
Estaba impecable… Hasta mucho mas ordenada que cuando llegaron el primer día, se quedarían apenas otro día mas, no tenia mucho tiempo, por estas horas llegaría Bill… pero naaa, seguro y llegaba hasta mañana.
-Vamooos hermanito… tuviste que dejar algo incriminatorio—Decía entre dientes el mayor de los gemelos, buscando debajo de la cama, entre la ropa de Bill que estaba afuera, en los cajones de su ropa interior, de su otra ropa también… nada.
Deshizo la cama para observar si estaba alguna mancha rara en las sabanas… tampoco, parecía que las había cambiado, y si iba a buscar las anteriores, seguro ya estarían lavadas por el hotel. Tom se tiro de espaldas a la cama.
No encontraría nada, su hermano no era estupido… miro un rato ese mueble que estaba debajo de la lámpara, justo a lado de la cama de Bill, no le puso mucha atención, hasta que vio el pequeño bote de basura, se levanto y pensó en sacar la basura
–¿Por qué hago esto?—Se dijo a si mismo Tom, el pensar hacer todo eso iba mas allá de la curiosidad, se levanto para acomodar las cosas de su hermano, no arreglaba tan bien como Bill, pero hizo su esfuerzo. Ya estaba por salir, pero tenia que ver lo que había en ese bote, la decepción lo calmaría un poco.
Se puso de rodillas, y saco poco a poco la basura, solo papeles sin importancia, muchos con algunas palabras escritas, los dejo de lado… no había nada, iba a meterlos y pensó en ver lo que tenían esos papeles, tomo el primero.
-Odio a mi estomago… ¿por qué tengo esta sensación? Debo d…—Era todo lo que decía, lo demás estaba tachado por mas tinta y no se lograba distinguir ni una palabra mas, lo hizo bolita y lo metió nuevamente al bote, tomo otro que estaba manchado por mucha tinta roja
–Llorando otra vez… que estupido—Tom no entendía el porque de esas palabras, quizás intentos de canciones, luego encontró otro
–Tengo miedo de lo que haré pero…—Nada mas… mierda, por que Bill solo escribía Frases que le dejaban tantas dudas, como para pensar un poco mas en él.
Los otros que metió, no decían necesariamente algo importante, solo faltaba uno –Pensé lograr hacerlo, pero en el preciso momento… me arrepentí, se enojaron lo se…—Tom se quedo con ese papel, lo hacia sentir bien, no entendía nada del contexto de esas palabras, pero quería algo de la letra de su hermano, salio de su habitación, mirando que Bill ya estaba dentro con una chica pelirroja de ojos azules.
-Ah… ¿otra vez esperándome hermano?—Le comento Bill mostrando su fastidio, Tom lo ignoro yéndose a la cocina, tomando un poco de jugo
-Buenas noches—Fueron las únicas dos palabras dirigidas hacia su hermano menor, se metió a su alcoba, dejando olvidado el vaso en algún lugar de la habitación, salio al balcón para mirar las luces de la ciudad.
Mañana darían el concierto, Bill se tenia que quedar para ensayar quisiera o no. Tom escuchaba los pequeños ruidos de la habitación de a lado, que era la de su hermano, fue rápidamente a los cajones buscando su reproductor de música, subiéndole a todo a una de las canciones que ahí estaban, tratando de ahogar cualquier sonido
– ¿Por qué …esto duele?—Preguntándose a si mismo Tom miraba la pared que estaba pegada a la habitación de su hermano.
Pero aun con la música a todo volumen, podía escuchar esos ruidos, tiro el reproductor al suelo, ahora sus oídos escuchaban los jadeos de parte de la chica, no soporto mas, abrio la puerta de cristal para llegar al balcón… pero ¡esa pared!... Aun los escuchaba… esos “¡aaah!” De la chica… no lo soportaba, se levanto y toco fuertemente la puerta de Bill
–Cállense ¿quieren?—Grito enojado Tom, se abrió la puerta.
–Si no quieres escuchar esto, oye música o algo, no se, piensa por una vez en tu vida—Bill estaba en sus boxers cortos, la chica como Tom pudo observar estaba solo con su ropa interior encima de la cama de Bill, esperando impaciente por que Bill regresara
–Tu… piensas…hacer..—Trataba de decir Tom
-No se necesita ser genio para saber que pienso hacer…—Dijo Bill molesto por tener que darle explicaciones a su hermano, que sabia perfectamente sus intenciones
–Bill…. Pero tu, y el amor que pensabas encontrar…tú no eres así—Le comento Tom tratando de hacer razonar a su hermano
-Me han dado ganas, no es un crimen, ya somos mayores… así que, no me molestes ahora—Bill le cerro otra vez, la puerta a Tom, que estaba justo enfrente de ella, dándole un pequeño golpe en su nariz, Tom iba a reclamarle, pero desistió y se fue a su cuarto, buscando su reproductor de música en el suelo, apago las luces y se fue a acostar.
-Él tiene razón…—Acabo reflexionando Tom, dejando llevar sus pensamientos por la música, olvidando un rato… toda esa realidad que lo estaba aplastando.
Él dependía de Bill, mas de lo que imaginaba, lo necesitaba… pero jamás lo iba a aceptar, y menos frente a él. No podía. Pero ese no era Bill… él estaba seguro, conocía a la perfección a su hermano… o será que… había alguna parte de él que no conocía, y justo ahora estaba saliendo a flote.
-¿Por qué sigo pensando en él?... Mierda, ¡ya basta!... ¿a mi que demonios me importa su vida?—
Subió un poco mas el volumen de la música, para no escuchar mas, no solamente los ruidos de la habitación de a lado, sino para matar la voz de sus pensamientos, hasta que se quedara dormido, al menos.
A la mañana siguiente, Bill ya no estaba con la chica, estaba arreglándose como siempre frente al espejo, otras dos horas para su cabello.
-…—Tom paso justo a lado de él, ninguno de los dos dijo nada, solo se dieron una mirada fugaz.
Gustav estaba comiendo algo de cereal, Georg… solo unas rebanadas de pizza fría del día anterior
–¿No será emocionante chicos? Un concierto aquí… no me lo imaginaba tan pronto—Comentaba Gustav, mostrando en verdad algo de nerviosismo
-Yo tampoco… pero será divertido, ¿no es así chicos?—Pregunto Georg a los gemelos
-Claro—Dijo secamente Tom, tomando una manzana, no tenia mucho apetito.
-Si… además de la fiesta que se dará luego, seguro me ligo a mas de una—Gustav y Georg se quedaron mirando algunos minutos a Bill casi sin parpadear
–Disculpa… Tom, ¡¿desde cuanto te vistes y te maquillas como Bill?!—Dijo Georg a Bill, que volteo enojado.
-Ahora Tom va a decir que prefiere quedarse con nosotros solo bebiendo y fumando un poco—Dijo Gustav a broma, a lo que Tom respondió
–Si, ¿por qué no?—Gustav y Georg se extrañaron mas aun
–AAAH… ¿ustedes apostaron por cambiar de papeles o que?—Pregunto Georg, los gemelos no se volteaban ni a ver la cara.
-No, a Bill se le ha dado por copiarme sin que le de la idea—Tom le dio una mordida a su manzana, sentándose siendo indiferente a los insultos que su hermano le decía, Tom al escuchar todo eso que le gritaba su hermano, esbozo una pequeña sonrisa, su hermano, aunque de otra manera mas dolorosa, le estaba mostrando atención.
Se arreglaron para llegar al escenario donde darían su concierto. Asegurándose los técnicos de que todos los aparatos funcionaran a la perfección, comenzaron a ensayar las canciones que usarían.
Bill estaba un poco raro –¡Bill! Esta es la parte donde te acercas a Tom y cantas—Le dijo Georg al observar que Bill se alejaba lo mas que podía de su hermano
-Si… lo sé, lo sé—Bill se acerco a penas a lado de Tom, cantando unos segundos y volviendo a su lugar anterior, Tom se quedo mirando como su hermano hacia eso, tenia que hacer algo para que eso cambiara. Ya era el tiempo del breve descanso, una chica le trajo agua a cada uno de los integrantes de la banda.
-Gracias hermosura—Tom…miro como su hermano le decía eso a la chica rubia bien proporcionada. Apretó con fuerza la botella entre sus manos, haría algo para vengarse de su hermano…tenia que hacerlo.
-Empecemos desde el principio chicos—Hicieron todas unas expresiones de cansancio, pero aun así, empezaron nuevamente.
Faltaban ya unos pocos minutos para el inicio de la primera canción que abriría el concierto. –No lo arruines Tom— Le advirtió su hermano mirándolo duramente
–Descuida, no haré nada…—Tom le dio los últimos ajustes a su guitarra, saliendo a escena junto con los gritos de las miles de fanáticos que se encontraban ahí, solamente para ellos. Habían logrado convencer que al menos Bill se acercara a Tom en la última canción.
Saludando a todos los que asistieron al concierto, los cuatro integrantes de Tokio Hotel, iniciaron el concierto.