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Abtra-erel, la joya de sangre por LaYoska

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Notas del capitulo:

si, sé que fue mucho tiempo, mi musa se tomó unas laaaaaaaargas vacaciones, la muy desgraciada, pero ya regresó

04.

 

Nikhel despertó con la cabeza extrañamente despejada, miró a la cama de al lado, donde la Diosa dormía, le observó un largo rato y después se levantó, volvió a ponerse las botas y salió, miro las demás tiendas, la actividad ya comenzaba y empezaban a preparar el desayuno para todos, maldijo, según las leyendas la Diosa no comía carne, siendo ese el principal ingrediente de todas sus comidas debido a la cantidad de energía que necesitaban para las excavaciones, tendría que ir al pueblo más cercano a comprar fruta y vegetales y eso era un viaje de más de un ahora, hizo una mueca, pero sin pensarlo más regresó por dinero, además de su sombrero, volvió a admirar a la figura dormida por un rato, hasta que ella abrió los ojos.

 

-buenos días- su voz aterciopelada y dulce le causó una breve sonrisa

-voy a ir al pueblo para traerte algo de fruta y vegetales que comas, nosotros comemos casi siempre carne, así que no tengo una reserva de comida apropiada para ti

-¿oh? ¿Recuerdas que no puedo comer carne?- Abriena se incorporó en la cama, mirándole con curiosidad

-bueno, los textos que encontramos decían eso- se explicó y vio algo de desilusión en los ojos dorados- en fin esto… voy a ir al pueblo, quédate aquí por favor y si alguien viene di… di que te mandó Issacar

-¿Issacar?- le miró sorprendido

-sí, es mi patrocinador, el nos financia la maquinaria y recursos para la investigación

-¿puedo hablar con él?

-no, él está en otra ciudad- ladeo el rostro extrañado por el repentino interés en su egocéntrico benefactor

-oh, bien, entonces ve con cuidado- le recomendó asintiendo, Nikhel decidió ignorar los celos que se removían en su interior y salió de la tienda, de camino al vehículo vio a su hermana, tenía los ojos rojos e hinchados, parecía que no había dormido en toda la noche y la había pasado llorando en su lugar, la chica le miró y después bajó la vista, como si estuviera avergonzada

-¿qué sucedió?- preguntó acercándose a ella

-no, nada hermano yo… solo lo siento mucho- ella se tomó de su camisa a la altura del pecho- realmente lo lamento, espero que algún día puedas perdonarme

-¿de qué hablas?- dijo levantándole el rostro

-oh, hermano, hice cosas tan horribles- ella comenzó a llorar- realmente lo lamento- sollozó, Nikhel le miró totalmente extrañado, no entendía el comportamiento de su hermanita

-¿qué sucedió?, dímelo por favor

-no puedo, primero… primero necesito hablar con ella- miró hacia la tienda donde estaba la Diosa- ¿puedo hablar con ella?- dijo tomando al parecer energía y algo de fuerza de voluntad

-claro ¿quieres que te acompañe?

-no, gracias, es algo que necesito hablar con ella, tu ve a donde tienes que ir, lo siento

-no te preocupes, solo espero que me cuentes después qué sucedió- dijo totalmente extrañado, todo estaba mal, su vida estaba completamente de cabeza, no sabía que podría pasar los siguientes tres segundos, se despidió de Iara que caminaba decidida a la tienda, bueno, más tarde investigaría qué estaba pasando, ahora debía encargarse de la comida para la Diosa.

 

************#######**********

 

Iara estaba temblando, su cuerpo no quería avanzar pero ella sabía que tenía que hacerlo, había recordado todo, cada vida, cada reencarnación, cada dolor y decepción, sentía un peso en sus hombros que parecía nunca se iría ¿cómo había sido capaz de hacer algo así? Estaba tan avergonzada, avanzó a la tienda y entró, todo estaba hecho un ligero desastre como siempre, caminó a las camas y vio a la Diosa que estaba sentada con una de sus piernas cruzadas, no sabía qué decir, quería correr, tal vez debía irse, sería mejor

 

-¿qué quieres?- el tono gélido y cruel le hizo dar un respingo, la Diosa le volteó a ver, sus ojos brillaban dorado, parecía estar a punto de atacarla y sintió un frio recorrerle

-¡l lo siento!- dijo y se arrodilló en el suelo, inclinándose mientras lloraba aunque no sabía de donde podían venir más lágrimas- hice algo horrible, abrí la puerta a esos demonios y dije cosas crueles, dejé que se alimentaran de inocentes, dejé que destruyeran todo, lo siento, sé que no merezco el perdón pero… pero… yo era tan tonta, me deje llevar por tantas cosas, lo lamento tanto- sus sollozos se escuchaban en la tienda y el bullicio de afuera desaparecía mientras recordaba el ritual, el portal y el demonio que ella había llamado, recordaba la batalla, los cadáveres y el putrefacto aroma de la carne y el fuego

-¿por qué Nabeun no me recuerda?- el tono era plano, sin mostrar interés en su arrepentimiento

-fui… fui yo, él y yo renacimos varias veces, yo siempre terminaba enamorándome de él, pero él siempre te recordaba a ti, te buscaba, te amaba y sin importar cuanto intentara él no se interesaba en mí- dijo tomando un poco de aire- yo seguía obsesionada y lo hechicé, hice que te olvidara, pensé que así me amaría a mí, pero fue inútil, él aún te recordaba, aunque fuera sólo en sueños, él seguía viéndote… al final, lo entendí, que yo no podría ser suficiente para él- levantó su rostro y vio a la diosa al parecer más tranquila- de verdad lo entendí

-lo sé, puedo ver la verdad en tus ojos- su voz se había vuelto mucho más suave, mucho menos dura, eso la tranquilizo, pero también sabía que lo siguiente le condenaría

-lo hechice para que rechazara a tu bebé- lo dijo en voz baja pero aun así pudo ver la sorpresa en los ojos de Abriena

-¿por qué harías algo así?- se levantó, una energía dorada se movía a su alrededor

-porque soy estéril, en cada vida, en cada reencarnación y si no podía tener sus bebes, entonces él no debía desear a ningún bebé, ni siquiera al suyo, inconscientemente el siente al bebé como ajeno, no debí hacerlo- dijo cubriéndose el rostro- fue algo demasiado horrible, me gustaría poder retirarlo, realmente me gustaría quitar ese hechizo, pero mi magia es demasiado débil ahora…- levantó al mirada, vio a Abriena sentada de nuevo, se quedaron en silencio unos segundos que parecían eternos

-no sé si pueda perdonarte, aunque entiendo tus razones, nos causaste demasiado dolor

-lo sé- dijo ella sintiéndose abatida, bajó la mirada al suelo, las memorias le torturaban de una manera horrible, en eso sintió una mano cálida en su espalda

-levántate, aún no estoy listo para perdonarte, pero quiero tu ayuda, tal vez esto te ayude a reponer el dolor, necesito a Issacar

-¿al dragón?

-sí, necesito su ayuda, llámalo, que el venga o nosotros iremos donde está él

-sí, lo haré- dijo sintiéndose un poco más ligera, al menos ahora tenía la oportunidad de resarcir su error.

 

**********#########***********

 

Nikhel iba más tranquilo, las compras y distraerse le habían ayudado un poco a despejarse, miró atrás, tal vez había comprado demasiada comida, pero no había podido detenerse al pensar en ver a la Diosa sonreír, se preguntaba qué le gustaría más, bajó cerca de la tienda y tomó algunas de las bolsas, por suerte tenía su propia nevera con células de energía en su tienda, al entrar dejó la comida, la Diosa no estaba en la cama, eso le preocupó un poco, fue al otro lado y la encontró observando la pintura, iba a anunciarse cuando ella habló

 

-me da gusto que llegaras a salvo- su voz dulce envió una descarga a su espalda, amaba el sonido de su voz

-si, hem, te traje algo de comer, voy a prepararte algo- dijo nervioso dirigiéndose a tomar algunos de los vegetales, sacando la pequeña estufa y utensilios que tenía, para preparar una pasta con vegetales, sintió a la Diosa acercarse, mirándole con interés, eso lo puso algo nervioso, pero siguió con los suyo, una vez terminó de poner todo en la olla la tapó para que terminara de cocerse con los condimentos y volteó, Abriena estaba mirando una fruta que tenía unas figuras rojas

-¿Qué es esto?

-schuls- al ver la cara interrogante sonrió- es una fruta de otro planeta, pero también puede cultivarse en la tierra

-mmm ¿Cómo debo comerlo?

-oh, deja la pelo para ti- dijo tomando un cuchillo, se sentó en la cama para quitarle la gruesa piel al fruto, lo que lo esperaba es que Abriena se sentara entre sus piernas, así que rodeándolo con sus brazos siguió con la tarea, aunque podría sentir el calor en su rostro por la posición que le permitía sentir el cálido cuerpo de la Diosa, extrajo uno de los gajos de la fruta y se lo ofreció, pero ella en lugar de tomarlo con la mano se inclinó a morderlo

-mmm, sabe bien, es suave- dijo con un tono que le provocó un sonrojo, cuando la Diosa tomó el trozo que quedaba en sus dedos y lamió estos un poco le pareció sentir que esta situación ya se había dado en algún momento, le dio una punzada en la cabeza- ¿sucede algo?

-solo me duele la cabeza- le dijo, sin moverse, estar así con Abriena se sentía correcto, era como si hubiera esperado siglos por tenerlo así

-pronto ya no te dolerá- dijo ella con una sonrisa, recibiendo otro trozo de la fruta con el mismo deleite que antes, cuando terminó con la fruta Nikhel se levantó para ir por la pasta, la enfrió un poco y se la dio a Abriena

- está caliente, yo debo ir a las cocinas por mi porción de comida, regreso- el rubio salió, en las cocinas ya le estaban esperando ya que era raro que él se saltara comidas, decidió llevar algo de pan para que también la Diosa lo probara, estaba pensando el ella cuando una mujer le llamó

-Nikhel, ¿quién es la chica que está en tu tienda?- con un tono travieso añadió- pícaro, tenías a la novia muy escondida ¿no?

-¿Qué? ¿Cómo?- Nikhel le miró extrañado ¿cómo sabia de Abriena? ¿La Diosa habría salido?

-fui a buscarte, para llevarte algo de comida pero no estabas y ella me dijo que habías salido a conseguirle comida, que lindo de tu parte preocuparte por su alimentación y la del bebé

-ah… eh- en ese momento se percató que todo el equipo lo miraba sorprendido

-y felicidades, ella sin duda es preciosa

-ah, gracias Amai, ahora si me permites- salió de ahí avergonzado, todos habían empezado a murmurar por la mujer que había “aparecido” de un día a otro embarazada en la tienda del Jefe, eso sin duda no era bueno, de seguro pensaban que el bebé era suyo, frunció el entrecejo, por mucho que le gustara la diosa no podía olvidar que ella esperaba al bebé de otro, su estómago se retorció con un resentimiento que no creyó capaz de sentir, se frenó a pensar un poco ¿por qué? Él siempre había amado a los bebés ¿por qué con este sentía tanto coraje y furia? No era algo natural, cuando regresó a la tienda con la comida la cabeza le dolía horrores, pero se calmó al ver a la diosa esperándole con su comida intacta

-quiero comer contigo- dijo con una sonrisa suave y eso fue suficiente para que el dolor desapareciera por completo

-entonces lamento la espera- se sentó a su lado para empezar a comer

-platícame de tu familia, Nikhel- la petición le tomó por sorpresa pero comenzó a platicarle cómo sus padres le habían dejado en el orfanato a los 4 años y había sido adoptado, la comida pasó ligera con la platica, de algún modo saber que Abriena se interesaba en él le hacía sentir bien, aún más porque dejara de llamarle Nabeun, al terminar la comida recogió los platos, se sorprendió cuando su hermana entró respirando entrecortada pero sonriendo

-logré contactar a Issacar- dijo a Abriena quien levantó la mirada del libro que estaba hojeando- mañana a las 8pm estará esperándonos en la ciudad en el hotel New Season

-excelente, gracias Iara- la diosa sonrió

-oh, hermano, debes ir al templo, descubrieron una cámara donde hay esculturas y algunas cosas interesantes- le dijo y luego añadió- pero no fue donde encontramos a su alteza, al parecer hay otra cámara para despistar con tesoros pequeños a los que entraran

-gracias, en ese caso me voy- dijo retirándose sin decir más, intentando combatir con el monstruos verde que se removía en su interior, nunca en su vida había sentido celos pero ahora sabía que era horrible.


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