-Perdóname… Edward, pero yo te amo… y no quiero hacerte daño. –Confesó el mayor, totalmente confundido, por la actitud que anteriormente había tomado.-
-No espera, yo… también te amo, y… …ya se que me asustaste, pero… estoy seguro de que esa no fue tu intención, además no fue para tanto, te entiendo… talvez, fue el deseo de ambos lo que te llevo a cometer este pequeño “error”, pero… … si quieres continuar con esto… etto–El rostro de Edward se sonroja por completo.- si quieres, vamos a tu habitación.
-En verdad?... te gustaría continuar con esto… a pesar de…
-¡Si!, si es contigo, claro que me gustaría, Roy Mustang…
Roy se acerca lentamente en dirección al menor, tomándolo de los hombros para de esa manera besarlo dulce y apasionadamente, introduciendo su lengua en la boca del niño comenzando a saborear parte de lo que vendrá en su habitación.
-Mientras lo besaba decía, entrecortado.- Aah! Vamos, sube… ven, Aaah! Por aquí…
-Ro-Roy… Aaah!, se me aria, Aah! Aah! Más fácil si dejaras de Aaah! Besarme, mmm! Aah!
Mientras subían las escaleras para llegar a la habitación, se besaban de manera salvaje, Ed afirmaba fuertemente la cabeza del moreno, tirando un poco de sus cabellos, para que los besos fuesen mas intensos y profundos, mientras que Roy trataba de tomar al niño entre sus brazos para subir mas rápido a la habitación, solo conseguía manosearlo y excitarlo aun más, ambos estaba completamente… ^^U “hot” xD.
Al llegar frente a la habitación de Roy, éste apoya al menor contra la puerta del lugar, para así comenzar a buscar las llaves del cuarto.
-Aaah!, vamos que esperas, abre la puerta de una buenas vez… que ya no aguanto más mmm! Te deseo, amor. –Decía el menor, entre cortado, mientras Roy torpemente buscaba las llaves en su pantalón y ala vez aprovechaba de sacárselos, ya que una vez dentro no lo necesitaría.-
-Esperame un momento, amor… pero mmm!, aun no encuentro las llaves, la habitación está cerrada…
-Agh! ¿Por qué cerraste con llaves, si solo bajas a buscar algo de comer, Roy-baka? –Dijo molesto el menor.-
-Es la costumbre y no me llames baka, enano mal criado –Respondió Roy.-
-Agh! Si me vuelves a llamar enano, te las tendrás que ver con… Aaah!, no yaaah! –El pequeño pleito que comenzaría Edward fue impedido por la mano experta de Roy, la cual se encontraba dentro del pantalón del menor, acariciando, sobando y apretando la entrepierna de Edward.-
-¿Te gusta, Ed? –Le dijo al oído mientras le acariciaba el miembro al menor, con una mirada llena de deseo y lujuria.-
-De… detente, Roy Aaah! No, para… Aaah! –El pequeño no podía disimular el placer que le estaba otorgando Roy con su mano, ya lo deseaba por completo.- ¡maldición, abre la puerta de una buena vez! –Gritó, ya no soportaba la espera, era como un castigo, que él no merecía.-
-Las encontré, vamos, mi niño entremos…
La habitación se encontraba completamente oscura, no se veía absolutamente nada, solo una pequeña luz que entraba por la ventana del lugar, iluminando la hermosa cama de Roy y a la bella mujer que dormía placidamente en aquella cama.
-Quilaté el pantalón, Edward, vamos. –Decía al borde de la excitación.-
-Si… pero Aaah!, déjame hacerlo, Roy… si me sigues Aaah! Besando no podré hacer lo que me pides.
-¿Qué sucede, Roy? -Dijo una voz a lo lejos.-
-…- El moreno se helo por completo, había olvidado a la joven que estaba descansando en su cama, tras una noche larga de amor y deseo.
-¿Eh? –Edward no lo podía creer, aquella voz, era la de una mujer, y no tan solo eso, había una persona en la cama que supuestamente seria solo de ellos dos.- ¿Qué?
-Edward, yo… te puedo explicar… -Le dijo tomándolo de los hombros y mirándolo fijamente.-
-Con lagrimas en los ojos toma sus pantalones, y comienza a vestirse.- Aquí… no hay nada que explicar, buenas noches, y… perdone el mal entendido…
-¡No espera! -Grita deliberadamente.-
Edward corre en dirección hacia la puerta y Roy corre tras el, pero éste para que no le alcanzara trasmuta una jaula de acero, encerrando al coronel completamente desnudo en el pasillo del lugar.
-¡Espera, lo puedo explicar! -Gritaba, para que su pequeño niño no se marchara de aquel lugar.-
-¿Qué sucedió, Coronel Mustang?
-Nada, solo que… soy un tonto…
-Y no le discuto.
-¿Eh?
- u//u esta desnudo, mi coronel.
-O.O Eh?!
-Le traeré sus ropas, para que entremos y… bueno platiquemos de algo.
-Gracias, teniente… Edward, lo siento…. –Dijo en voz baja.-
Continuara…
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