- no, haci que procedere a explicarles la misión...
En resumen, ai unos demonios en su mina de oro y debemos aniquilarlos. El problema es que su mina es muy grande y cuenta con tres pasillos.
Armé mi propia hipotesis sobre el tipo de demonio al que estariamos por enfrentarnos. Podian ser de la clase de demonio inferior, es decir, nesecitan de un elemento puro para que su cuerpo empiese a desarrollarse, claro que eso tarda meses. Pero si mal no recuerdo aquel tipo de demonio poseia un veneno....¿que?¿no creeran ue solo soy un patán que se enfrenta a demonios sin saber nada de ellos, o si?
Miré de reojo al chico. Me preguntaba si lo sabria o debia decirselo...aunque tal vez ni hablarme quiera. ¿que le hise para que este molesto conmigo? realmente no lo entiendo...y me provoca cierta molestia en el pecho.
Nos llevaron a la mina en cuestión, entramos y al llegar a la diburcación, nos sepramos.
Caminé por mas tiempo del que hubiera deseado en ese momento. Al cabo de un BUEN tramo, uno de estos demonios, que su cuerpo ya comnzaba a formarse pero aun haci estaba medio....gelatinoso. Era de un color similar al oro, pero en un tono mas rojizo.
- ¿tú eres Dante, hijo de Sparda? - me preguntó. Yo saque mis dosbellezas, Evory y Ebony (N/A: creo que son hací los nombres en ingles, si no, corrijanme porque siempre se me olvida xD) y apunté a su cabeza. Probblemente, ahí esta su punto debil.
- ¿y que si lo soy? ¿quieres una cita conmigo? lo siento, pero los demonios como tu, no me agradan. Son exageradamente celosos.
El o ella o que se yo, no pareció inmutarse ante mi chiste. Que pésimo sentido del humor.
- Crei haverte matado hace unos minutos - temí lo peor. Aquella molestia en mi pecho aumentó, pero no tenia el mismo significado que la anterior molestia.- Pero esta vez, si te mata...- no le dejé continuar. Le dispare a la piedra de oro que habia en su cabeza, sacandola de su cuerpo y destrullendola. Un solo nombre se cruzó fugazmente en mi cabeza...
....Nero....
Di media vuelta y corrí hacia la diburcación. Por el trayecto, mas demonios me atacaron. ¿Por que me atacaban cuando iba apurado y no cuando me dirijia al final del pasillo? es uno de los misterios de la vida...
Me abrí paso entre todos esos demonios y llegué a la diburcación. Piensa Dante, piensa. ¿Por donde se fue Nero?. Saqué una moneda y la lansé. Sello, se fue por enmedio. La guardé y comenzé a correr por el pasillo del centro.
Vi varios demonios en proceso de combertirse en liquido y para luego desaparecer de la faz de este mundo. El chico si que es bueno en batalla. En cierto punto, escuché que alguien respiraba con dificultad. El nombre de Nero volvio a volar por mi mente y aceleré el paso. Cuando lo vi, estaba de rodillas en el suelo, con su brazo humano en el piso y su brazo demoniaco en su pecho, tomandolo fuertemente. Le costaba respirar.
- ¡Nero! - grité. aun me faltaba por llegar a èl, parecia que caeria en cualquier momento.
- Dan...te..- fue lo ùnico que le escuche decir antes de que comenzara a caer al suelo. Lo sujeté antes de que se estrellara y lo tomé en brazos. Debía sacarlo de ahi lo mas rapido posible. Pero tampoco podia dejar que Lady se encargara de todo ella sola. Si hacia eso, de seguro que se robaria la paga de Nero y la mia de paso. ¡Y no lo iba a permitir, señores!.
Justo cuando iba a comenzar a buscarla, una de sus singulares explociones se hiso presente, y ella salio de entre todo ese polvoreo de nieve negado del color blanco.
- Dante de seguro querras....¿que le pasó? - me preguntó al ver a Nero en mis brazos, jadeando.
- veneno de los demonios...- le conteste. Me encaminé hacia la puerta de tan singular y unico diseño en el mundo que Lady habrío exclusivamente para mi. Y es que ser tan irresistible como lo soy yo, te hacen hacer cosas que no arias por cualquiera (N/A: ya ya, bajate de esa nube inshe egolatra xD/N/D: dejame ser alguna vez!!!).
Genial... por una parte, es una buena parte de la fiesta, pero seria mas divertido si Nero estuviera bien. No lo culpo, mas bien, me siento culpable al no haver tocado el tema del veneno de estos demonios.
Lo acosté en un punto estrategico. Podria darme cuenta fácilmente si era atacado o no.
Una enorme montaña de oro brillaba radiante por su presensia ante nostros, y un notable numero de estos bicharracos encima de ella. Era absurdo. Aunque se juntaran y crearan un super demonio, su cuerpo tardaria aun mas en formarse y ellos en la fase actual, solo tienen cómo ataque, mas que defensa, aquel veneno.
Nos costó mucho distinguir cual era la piedra de oro insertada en el cuerpo de estos demonios para acabarlos. Me llegué a hastiar de la situación. Nero nesecitaba con urgencia la cura para aquel veneno y seguramente no le quedaba mas de una hora y treinta minutos.
Cuando PORFIN acabamos, volvi a tomar a Nero en brazos. Ahora estaba sonrojado debido a la fiebre que el veneno causa. Estaba sufriendo. No queria y no quiero verlo haci, nunca mas en lo que me queda de vida. Y no es poco. Corrí a una velosidad de la cual no me creia capaz y salí de la mina. Lo siguente que vi, me dejo impactado.
No solo estaban los agntes del anciano con un furgon listo para sacarno los tres de alli. Tambien estaba mi auto. En cierto modo, no me hubiera importado que este apareciera alli, porque eso de soy irrestible hasta para las maquinas me llamaba mucho la atención. Pero no, alguien lo habia conducido hasta alli. Y yo no podia creer de quien se trataba. Era totalmente imposible que ÈL estuviera hi, en el asientto del conductor de mi belleza de auto. Se supone que estaba muerto. Se supone que YO lo MATÉ.
-...¿Vergil?