Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Convaleciente por Lein_Eorin

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Convaleciente.

En capítulos MUY anteriores…

Todo comenzó cuando Zoro arriesgó su vida para salvar a toda la tripulación de las manos de Kuma, quien llegó a asesinar a Luffy luego de su batalla en Thirller Bark. Aquel acto removió los sentimientos de Sanji obligándolo a pensar más a fondo su relación con Zoro. 

Sin embargo, antes de poder aceptarlo y declararlo, Zoro cae envenenado por lo que tienen que desembarcar en una isla para hacer el antídoto; pero estando ahí son agredidos y en el proceso Sanji pierde la memoria con todo lo relacionado al moreno.

En una extraña confusión Nami y Sanji creen que Zoro y Luffy tienen una relación por lo que planean una boda exprés para hacer reaccionar de una vez por todas a los chicos y saber si realmente están juntos. El engaño resulta pues esto obliga al capitán y al segundo de abordo a reaccionar ante sus sentimientos y declararse.  Finalmente, cada quien queda con su cada cual.

Y cuando todo parece estar tranquilo, en medio de una fiesta Zoro y Robin son secuestrados por la marina…

Aquí termina la primera temporada… y años después, finalmente les presento la segunda temporada. Gracias por resistir a quienes lo hicieron y bienvenidos a quienes han llegado hasta aquí de primera vez.

 

TEMPORADA 2
Capítulo 1: Marines.

El intenso dolor en los hombros le despertó, sentía como si fueran a arrancarle los brazos pues estaba colgando del techo con las manos arriba. Se movió un poco comprobando que sus pies no podían alcanzar el suelo y era evidente que tenía esposas de Kairouseki porque se sentía tan débil y soñolienta.

Miró a su alrededor, aquello era una cueva oscura, vacía y húmeda, solo había una antorcha lejana que iluminaba un pasillo desde el que pudo oír algunas risas, sin duda sus captores.

Se maldijo por haber sido tan descuidada, no cabía duda que estar segura  con nakamas tan eficaces había disminuido su capacidad de desconfianza. Entonces recordó haber visto a Sanji saliendo ¿le habrían capturado? Pensó en gritar su nombre; pero se detuvo un momento a pensar si sería buena idea demostrar que estaba despierta, tal vez querrían lastimarla o peor aún, revelar el nombre de su nakama y que lo fastidiaran a él. Mordió su labio con cierta ira.

-          No te preocupes… somos los únicos aquí – escuchó una débil voz desde el suelo, su corazón se estrujo al momento, de todos, él no debería estar ahí tirado en el suelo húmedo y frio.

-          Zoro ¿Cómo te sientes? – volvió a mover las cadenas, esta vez con fuerza en un vano intento de soltarse y poder ayudarle.

Los hombres a cargo le escucharon y corrieron hasta el lugar, querían asegurarse de que la chica no pudiera bajar. Al verlos ella guardó todo su rencor y se comportó gélida.

-          hasta que despiertas -  dijo Castor sonriendo con suficiencia al saber que pudo apresar a aquella mujer. Caminó hasta ella y la sujetó por las piernas, acariciando los anchos muslos, su rostro quedaba a la altura de la entrepierna de Robin.

Ella no se inmutó, pero su compañero montó en cólera y con una fuerza inexplicable se había levantado tan rápidamente que ya estaba sobre el marine; alcanzó a golpearle tres veces el rostro antes de que el otro lo sujetara con su cinturón por el cuello y comenzara a asfixiarlo.

Robin se balanceó con todo su cuerpo y pudo darle una patada al otro marine en el rostro, esté soltó a su nakama y caminó hacia ella para golpearle el estomago; pero ni siquiera logró hacerlo, el moreno ya lo había sujetado por el cabello  con una mano y con la otra dos certeros golpes a su costado que lograron tumbarlo. Ambos marines estaban retorciéndose en el suelo, Zoro respiró con mucha dificultad, llevó su mano al pecho y se tambaleó, sin embargo logró mantenerse de pie y volteó hacia su compañera analizando si con su fuerza actual podría defenderla

-          ¡huye! Mientras están en el suelo – le pidió Robin, aun sabiendo que no lo haría

-          Tu sabes que estoy más muerto que vivo – dijo con media sonrisa, se sujetó con una mano de la pierna de la chica  - perdona Robin – se obligó a sujetarse con la otra mano, prácticamente abrazando las piernas de la morena, recargó su mejilla y ella pudo sentir que el moreno ardía en fiebre.

-          Patético pirata -  ambos voltearon hacia esa voz inmadura a unos metros de ellos en la penumbra, escucharon luego el sonido de una katana arrastrando, pequeñas chispas salieron por el contacto.

Zoro se apartó de Robin empujando sus piernas antes de que la katana los cortara ¿El enemigo se había tele-transportado o era su fiebre? Dio dos saltos atrás esquivando de nuevo la katana, luego esquivando a la derecha, izquierda, atrás; su vista nublada no le permitía distinguir nada mas sus instintos le advertían el peligro.  Escuchaba las cadenas sacudirse con desesperación el viento siendo cortado por la katana, su corazón latiendo rápido y sabía que pronto caería presa del cansancio, a penas si podía respirar… ¡no podía! ¡Robin estaba ahí!

Esta vez no pudo esquivar tan rápido y sintió la punzada en el costado, el corte fue certero y limpio, aunque no profundo, estaba perdiendo velocidad. Su atacante retrocedió inexplicablemente, tenía la ventaja de distancia y se había detenido, él tendría que arriesgarse y dar un golpe.  Dio un paso firme y cerró el puño colocando toda su fuerza en el brazo, lanzó el golpe pero de detuvo antes de impactar

-          ¿¡Kuina!? – susurró  al observar los ojos fieros, el cabello azul marino, la tez pálida. Sin duda era ella, pequeña y menuda; pero sostenía su katana con fiereza.

Él no podía creer lo que veía, se quedó tieso con la palabra en la boca; pero antes de decir algo sintió un fuerte golpe en la nuca, lo último que escuchó fue su nombre, Robin le gritaba desesperada.

Una risa molesta retumbó en la cueva, el líder de los marines había golpeado a Zoro por la espalda con el mango de sus katanas, aplaudió con suficiencia mirando a su compañera. Ella era una mujer delgada de estatura media, tenía los ojos  negros al igual que su cabello, piel blanca, uniforme de la marina con la gorra al revés; se relamió los labios mirando a Zoro con una expresión que a Robin le pareció enferma.

La mujer caminó hasta Zoro y le dio una fuerte patada en el costado, donde le había cortado, el impacto fue suficiente para voltearlo boca arriba. Robin entró en cólera y forcejeo sin éxito alguno.

-          ¡Oh querida! no te preocupes, no vamos a matarlo…. Aun – le dijo la mujer con una gran sonrisa

-          Bien, ahora nos dirás ¿Qué tan dispuesto está su capitán a entregarse para liberarlos? – Le preguntó Saga guardando sus Katanas en su lugar.

-          Moriremos antes de entregarte al capitán – gritó con la mirada llena de furia

-          No necesitas preguntarle, solo demos la advertencia y veamos que responde – contestó Castor, limpiándose la boca y la ropa. – Si fue por esa mujer a Ennies Lobby, debe ser suficientemente importante. Estoy seguro que se va a entregar

-          es posible – susurró el segundo Marine, era idéntico a Castor a excepción que él tenía el cabello gris - ¿dejarás ir a los demás?

-          solo necesitamos entregar a Luffy y Robin. Troy se encargará de Sanji

-          Y yo me quedaré con él, lo prometiste – dijo la mujer poniendo su tacón en la herida de Zoro, y aplicando fuerza para hacerlo sangrar. El moreno se retorció un poco pero no despertó – pagará – susurró sujetando su katana que Robin de inmediato reconoció, era Wadou Ichimonji

-          Calma intensa – le dijo Castor dando unas palmaditas en su hombro, la chica volteó rápidamente empuñando la espada hacia la garganta del hombre, la detuvo a tan solo unos centímetros del cuello

-          ¡No somos amigos! Recuerda que solo estoy aquí por ese hombre y si alguien, quien sea, se interpone entre Zoro y mi venganza – Acercó más la katana al cuello del hombre – lo decapitaré

-          Lo entendimos desde el día en que le pusiste ese veneno a la bala – contestó el hermano de Castor sin mover un dedo por rescatar a su gemelo – baja eso, estamos muy cerca de completar un ¡maldito plan de meses! Plan que casi arruinas actuando por tu cuenta

-          Y aún sigue vivo – agregó molesto Castor y sintió un pequeño corte en su cuello

-          Basta – dijo Saga con tono tranquilo pero autoritario, la mujer bajó la Katana y los tres se formaron en línea frente a su capitán – Polux lleva la carta de rescate y dile a Troy que estamos listos para la segunda fase. Que traiga consigo el encargo

-          ¡¡EL ENCARGO!! – gritó histérica la mujer y se lanzó al ataque contra Saga, pero este le detuvo con las espadas, ambos forcejearon un poco hasta que Saga la rechazó con fuerza, ella retrocedió un paso

-          ¿tanto es tu odio hacia este hombre? – dijo Saga señalando con la espada a Zoro – Si no les damos al menos una pequeña dosis del antídoto, se va a morir antes de hacer la transacción

-          Si dejas que se recuperé un poco nos aplastará con facilidad – rezongó la mujer, Robin la miró fijamente, era evidente que conocía las capacidades el moreno

-          Para eso están tus ilusiones ¿no Emori? – la chica volteó a ver a Castor con ira, el otro retrocedió nervioso moviendo las manos en disculpa

-          Necesitamos a Zoro debilitado para que el engaño funcioné. No es tan idiota como Castor

-          Bien, entonces podríamos pedir a Zuri que haga un paliativo – contestó Polux encaminándose a la salida de la cueva, su hermano le siguió

Robin los miró alejarse, había por lo menos 5 marines interesados en la cabeza de Luffy, el supuesto amigo de Sanji estaba con ellos y no sabía cuántas personas había fuera.  Lo que le pareció más molesto es que los seguían por lo menos desde dos Islas atrás y habían podido engañar de alguna forma a su experimentado doctor ocultando el supuesto veneno con la herida por la planta… ¿habrían cavado ellos ese hoyo?  De ser así tal vez toda la isla tenia trampas o tal vez examinaron el lugar luego de que ellos salieron y notando lo de la planta decidieron atacar a sabiendas de dos tripulantes heridos… tal vez nunca lo sabría. 

Entonces se sintió tan estúpida por no haberlo notado, podía sentir como los odiaba por someter a Zoro a tal sufrimiento, en cuanto pudiera poner las manos en el cuello de esa mujer, la haría pagar con creces todo el dolor que estaban provocando entre sus preciados nakamas.

Mientras tanto toda la tripulación estaba de regreso en la habitación, habían estado casi toda la noche corriendo por cada lugar del hotel, incluso habían interrumpido en las habitaciones sin ningún reparo. Luffy echaba chispas por la boca, se sentía tan furioso y tan impotente, Nami le sujetaba la mano logrando por lo menos mantener su ira a raya; Ussop y Chopper estaban desanimados y a penas al entrar se habían sentado a la mesa sin ninguna energía, el menor había comenzado a gimotear de sólo pensar en su paciente abandonado para morir lenta y dolorosamente porque el bien sabía cómo se iba a desarrollar aquello.

-          No debí dejarlo solo – rompió el silencio Sanji sacando el humo de su cigarrillo por la boca y agachando la mirada, queriendo contener las lágrimas de impotencia que ya venían a su rostro – soy un verdadero idiota…

-          No es para tanto Sanji – trató de tranquilizar Ussop sin embargo se quedó callado cuando vio las lágrimas de su amigo fluir

-          ESTABA HACIENDO EL TONTO CON TROY EN LUGAR DE CUIDAR A ZORO – gritó fuerte y golpeó el suelo con su puño cerrado

-          ¡¡SANJI!! ¡¡UN MEDICO!!! – grito el renito asustado al ver la sangre en los nudillos de su compañero

-          ¿QUE HACIAS QUE? – gritó molesto Luffy y le sujetó por la camisa levantándolo

-          ¡¡EJECUTAME ENTONCES!! – le dijo molestó sujetando las manos del capitán – LO MEREZCO

-          ¡¡NIÑOS!! Ya basta de tanta intensidad – les gritó Franky y ambos voltearon a mirarlo de forma asesina – bueno… sugiero… ejem- aclaró su garganta para luego valientemente seguir con su razonamiento – no vamos a ganar nada discutiendo, Zoro y Robin dependen de nosotros

-          ¿Por qué asumes que Robin se encuentra en problemas? – preguntó alarmada Nami quien apenas reparaba en ello

-           Revisamos de pies a cabeza el lugar y nada, a estas horas ya debería haber vuelto – aseguró Franky suspirando, a veces olvidaba que ellos seguían siendo muy jóvenes y no reparaban en los obvios detalles.

-          Que mierda – susurró Luffy y soltó a Sanji – hablaremos de esta estupidez cuando los encontremos – sentenció el capitán con una cara de psicópata inusual para dirigirse a un nakama.

Entonces de manera cien por ciento inoportuna alguien tocó a la puerta. Al abrir Nami permitió entrar a Troy que venía cabizbajo, suspiró y caminó sorpresivamente hasta Luffy entregándole un sobre. El moreno le miró con ira, debatiéndose entre romper el sobre y propinarle una paliza o iniciar solo con la paliza

-          Troy ¿Qué pasa? – preguntó horrorizado Sanji que ya presentía las malas noticias

-          Cuando me aleje de ti después de besarte – susurró Troy, todos miraron a Sanji como si fuera un bicho perverso, al menos eso le pareció a él.  – me acorralaron unos tipos de la marina, me dijeron que entregara esta carta o terminaría muerto en algún callejón. Perdóname Sanji, yo sé que todo esto fue inoportuno – le dijo y caminó para tratar de sujetarle la mano

-          Fue una estupidez y además estoy segura que lo hiciste apropósito – recriminó de pronto Nami interponiéndose entre ambos hombres– tu sabías, tu viste que Sanji estaba con alguien más y aun así no te importó – le señaló con el dedo como si eso fuera a convertirlo en la rata asquerosa que era.

-          Porque estaba con alguien más es que tuve que aclararle lo que sentía – le contestó Troy con fiereza – era mi última oportunidad, mi única oportunidad.

Todos quedaron en silenció, el ambiente enrarecido se rompió junto al sobre en el que venía la carta, Luffy la leyó lentamente y al terminar la aplastó y lanzó al suelo con gran furia.

-          Esos bastardos también tienen a Robin – declaró – debo entregarme para que puedan regresar al barco. Quieren que nos veamos en las montañas al sureste de aquí.

De nuevo el silenció reinó en el lugar, todos sabía que tendría que entregar a Luffy, porque él no iba a permitir que sus nakamas murieran, el punto era ¿cómo lo rescatarían después? Además, era evidente que es una trampa, realmente los atraparían a todos.

-          No queda remedio – rompió el silencio Luffy colocándose su estimado sombrero en la cabeza – vamos a patear traseros

-          Franky, Ussop, Brook, necesitamos el Sunny listo, seguro tendremos que emprender la huida al vuelo, deben venir por lo menos en uno de esos buques con muchos marines – declaró Nami y los demás asintieron

-          Yo puedo llevarlos hasta ahí – se ofreció Troy

-          No confiamos en ti – respondió Luffy tajante

-          Largo antes de que matemos al mensajero – dijo Brook con sombría calma, el tipo asintió y huyó por su vida.

Los Mugiwara separaron sus respectivos caminos y corrieron a toda prisa hacia el lugar marcado, todos callados y con el ambiente pesado y silencioso. Sanji corría por delante perdido en la angustia y la culpa; por detrás Luffy había cargado a Nami y ella le abrazaba sintiendo la seguridad de su capitán, centrado sus pensamientos en él en lugar de los sombríos que querían venir a su mente. Por su parte Chopper corría sintiéndose igual de preocupado que Sanji y repasando en su mente en qué estado estaría Zoro y que medicamentos debía suministrarle al momento, ya que se había saltados dos horarios.

Llegaron a la cadena de montañas, miraron a todas partes, tras de ellos solo había árboles y al frente destacando en medio una gran montaña con una cueva en medio. Luffy sonrió con suficiencia, a pesar del peligro en el que estaban sus amigos una buena pelea nunca se rechazaba, le ponía de buen ánimo y, a diferencia de sus nakamas, él estaba seguro que tanto Zoro como Robin estaban bien, finalmente ambos siempre habían sido duros y por eso los adoraba.

 

Notas finales:

No sé de qué manera disculparme por estos años de silencio… lamento la espera… ojalá y todos estos años haya podido mejorar la forma en la que escribo y sobre todo que valga la espera todo este tiempo que deje de escribir. Sólo puedo decir, para no hacer largo el cuento, que tenía que encontrar de nuevo a mi yo escritor, que por mucho tiempo estuvo callada a la espera de la felicidad. 

Gracias por leerme y gracias por los comentarios pasados.

Atte. Lein Eorin.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).