Capítulo 3 - Una “cálida” bienvenida…
Tsuzuki entró a la biblioteca con una enorme sonrisa azotando la puerta y levantando la voz para que todos los presentes notaran su buen humor.
- ¡¡¡Buenos díaaaaaaaaaas!!! – gritó a todo pulmón hasta recibir un fuerte golpe con un libro – ¡Aaah! ¡Me dolió!
- Eso te sucede por gritar en una biblioteca… - Lo reprendió su compañero que permanecía en uno de los sillones que pertenecían al lugar.
Los GuShoShin a pesar de darle un pequeño susto por ver dentro de la biblioteca al shinigami se acercaron a él.
- ¿Cómo te encuentras Tsuzuki-san? – preguntó uno de ellos.
- Pues ahora me duele la nariz… - respondió sobándose el rostro para reanimarse en poco tiempo – ya estoy bien, creo que sólo fue un resfriado.
- Qué alivio, todo el departamento se encontraba preocupado…
- No había porqué, Hisoka estaba cuidándome – giró su rostro para mirar al susodicho con ternura mientras éste fingía no escuchar y escondía el sonrojo en sus mejillas con ayuda de su rubio cabello.
- Hisoka-san es una muy buena persona – comentó uno de ellos y el menor, teniendo ya suficiente con halagos se puso de pie para acercarse a ellos aún levemente sonrojado.
- Debemos avisarle al jefe que llegaste…
- ¡Tienes razón! – exclamó el mayor sonriente – Nos vemos… - se despidió con la mano para salir del lugar seguido de Hisoka e introducir sus manos en los bolsillos de su característica gabardina.
El menor comenzó a caminar detrás de su compañero que sonreía radiantemente como de costumbre. Se preguntaba cómo lo hacía, cómo podía ver siempre lo positivo de las cosas. Sus esmeraldas permanecían fijas en Tsuzuki y éste al sentirse observado giró su rostro por encima de su hombro.
- ¿Sucede algo, Hisoka?
- A-ah… - desvió su mirada hacia otra dirección y responde en un tono nervioso – no es nada…
Fue entonces que para suerte de Hisoka, había llegado a la oficina de Konoe. Tsuzuki tocó la puerta esperando el permiso de entrar a ella.
- Adelante… - exclamó su superior.
- ¡Jefe! – abrió la puerta rápidamente para darse paso en el lugar y acercársele mostrándole su sonrisa - He venido a disculparme por faltar en la junta de ayer
Koneo levantó la vista y sonrió levemente.
- No es problema y dime ¿descansaste bien ayer?
- ¡Claro! – respondió del mismo modo al verlo tan amable. Hisoka se colocó a su lado percatándose del verdadero sentido en las palabras de si jefe – debería darnos más días de vacaciones ¿no cree? Tenemos toda una eternidad para terminar con nuestro trabajo – el menor dio un golpe en su frente con la palma de su mano al escuchar tal barbaridad.
- Mira que tienes razón, podrías tener más tiempo libre…
- ¿En verdad? – preguntó inocentemente.
- Así es, podría ser… - cambió su expresión a una molesta – ¡¡SI TRABAJARAS MÁS QUE DE COSTUMBRE!! Vas atrasado con tus reportes y no llegas a tiempo… -
Comenzó a regañarlo de ese modo para sorpresa de Tsuzuki., quien rápidamente se escondió tras de Hisoka intentando detener de esa forma los “insultos” del jefe. El chico rubio suspiró ya que no era la primera vez que sucedía.
Esa era una de las formas para decirle a Tsuzuki, “Bienvenido”… En el Departamento Enma hay persona muy extrañas ¿no creen?
Ya acabado el regaño al shinigami, salió junto con su compañero, llevaba los hombros caídos al igual que en el rostro se había formado un puchero.
- Pero si sólo me enfermé…
- En sí tienes la culpa por no cuidarte… - respondió fríamente.
Tsuzuki dio un suspiro poco antes de sentir los brazos de una chica rodearlo fuertemente.
- ¿Cómo te sientes, Tsuzuki-chan? – preguntó la adorable chica sin soltarlo.
- ¡Wakaba-chan! ¡Ya estoy mucho mejor, gracias! – su sonrisa desvaneció al ver al acompañante de la chica quien lo miraba con los mismos ojos que él.
- Era lo mismo si venías o no, después de todo no haces nada… *se cruzó de brazos mirándole furioso ya que su compañera lo abrazaba.
- También es un placer verte Terazuma… - abrazó a la chica y le sacó la lengua provocando en su rival un gran deseo de golpearlo.
- ¡Eres un cobarde! – comenzó a reprocharle mientras Wakaba se separaba de Tsuzuki para intentar calmar a su compañero – ¡¿Quieres pelea, cierto?!
- ¡Tranquilízate, Terazuma! … - exclamaba la pobre damita sin lograr nada.
- No quisiera hacerte daño, - se cruza de brazos dándole la espalda – eso sería muy cruel – Fue cuando recibió un golpe en la cabeza por parte de su contrincante - ¡aah! ¡Ahora si verás!
Wakaba se comenzaba a desesperar pero fue cuando el menor se interpuso y los miró de forma terrorífica, si las miradas mataran esos dos ya estarían en el piso.
- O se comportan o los comporto… -exclamó sin dejar de clavar su fría y amenazante mirada.
- S-sí… - respondió el castaño algo temeroso y riendo nerviosamente mientras Terazuma permanecía en silencio hasta que se comenzó a alejar de los presentes.
- Nos vemos después – exclamó de forma seca y sin mucho ánimo.
- Ahora puedo ver lo contento que se puso al verte de nuevo por aquí, estaba en realidad preocupado – agregó la chica mirándolo con una sonrisa – me alego yo también, nos vemos chicos… - y se fue detrás de él corriendo hasta llegar a su lado.
- Terazuma, ¿estaba preocupado por mi? Pero si hasta me golpeo… - hizo un puchero para sobar su cabeza.
- Bien merecido te lo tenías… anda vamos con Tatsumi…
Siguió caminando al lado de Tsuzuki hasta llegar a la oficina de citación, abrieron la puerta mirando al secretario y al simpático científico hablando de algún experimento.
Al escuchar la puerta abrirse ambos voltearon y el rostro de Watari sonrió notoriamente, levantándose de su asiento se dirigió hacia donde los recién llegados.
- ¡Tsuzuki! ¡Qué gusto verte! ¿Ya te encuentras mejor? – era verdad que esa pregunta la había escuchado varias veces en el día pero en lugar de enfadarlo lo hacían más alegre ya que las personas demostraban su preocupación por él.
- Estoy muy bien, Watari, te lo agradezco – exclamó con su habitual energía.
- Me alegro de escuchar eso…
- ¿En verdad estabas enfermo? – preguntó el secretario poniéndose de pie y acercándose a ellos, su frialdad intentaba ocultar un tanto la preocupación.
- ¡Que sí! ¿Por qué no me crees? ¡Si no pregúntale a Hisoka! – miró a su compañero esperando que lo justificara.
- Tenía síntomas de resfriado… - exclamó sin mirar a ninguno de sus compañeros.
- Ya veo – sonrío el mayor de ellos – pero no creas que por eso podrás faltar cuando quieras, tienes que pagar tus deudas ¿escuchaste? – mencionó acomodando sus lentes.
- Sí, ya me lo reprochó el jefe también… - de sus ojos comenzaban a salir cascaditas de lágrimas para hacer un nuevo berrinche.
- En fin, - posó su mano sobre el hombro del infantil shinigami – me alegra que estés de vuelta.
- Gracias – exclamó ya de un modo alegre y tranquilo.
Hisoka frunció el ceño sin tener muy en cuenta porqué no le gustaba verlos juntos y de esa forma que siempre Tatsumi lo cuidaba. Decidió hacer caso omiso del asunto y tomar del cuello de la gabardina a su compañero.
- Debemos trabajar, baka…
- ¡Nos vemos después! – lo siguió sin mucha resistencia despidiéndose de los demás con su mano y dejando a sus amigos felices de tenerlo de vuelta.
Fin Cap 3