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"Entre la Cocina y el Espacio Estelar" por Ddai

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Notas del capitulo:

HOLA NEESAMA YA ACTUALICÉ!!!![¿Va con "C"?]

Ya estoy aquí, lamento la espera y no, no es por la falta de RR que no halla publicado, esto e sun reto y ya lo tengo hecho hasta el capi 23, que e sel último, lo que pasa es que no tengo pc y el ciber sale caro pro loque me tardo en subir cada capítulo, pero no lo voya  dejar... ¿He?...

Ah y por cierto, kari, si quieres leer el resto de msi fics solo le das click a mi nick[o nombre duh!] y ahí sale el listado, como 21 días de salvanlentín, sombras de la eternidad, tú y yo... y creo que tnego otro.. creo que se llama missing file...[sí, estoy de acuerdo con lo que has dejado de RR o creo que lo estoy porque solo entendí como la mitad XD casi no entinedo el texto tipo mensaje de celular¬¬U, en fin]

Espero poder subir el otro pronto ^^[quizas en dos semanas, pero le saseguro que sí lo subo]

"Entre la Cocina y el Espacio Estelar"

Capítulo IV

"Señales de Advertencia"

 

Habían pasado tres días desde aquella noche, era un lunes un tanto aburrido pero todos agradecían que no se hubiesen presentado mas altercados entre los empleados. Ulquiorra permanecía distante, como era su costumbre, Grimmjow era "entretenido" por sus viejos amigos, con historias de sus locas aventuras durante el tiempo que el peliazul estuvo ausente, o bien, le trataban de sacar toda la "sopa" de lo que él había hecho en Francia todo ese tiempo, aunque casi no le sacaron mucho, solo un poco sobre las varias ciudades en las que había estado mientras vagaba por ese país, lo cual duró algunos meses.

Todo parecía ir de maravilla, aunque claro, Shawlong, no estaba conforme con lo que había oído de su "hermanito", en especial porque ahora sabía que Grimmjow no le mintió cuando le advirtió que ya no podía cocinar como antes. Sin duda le seguía teniendo "Amor a la Cocina" pero le era imposible manejarla. Se quedó como ayudante de cocinero, a lo cual el jefe no se opuso, en especial porque Grimmjow no era exigente con su paga.

Se quedaría a vivir ahí, en el segundo piso, en donde habían unas habitaciones sin usar. El peliazul no tenía a donde mas llegar, no le apetecía ir a Tokyo con su tío Kaname, ni estar con su hermana porque no soportaba a su cuñado; Shawlong era casado y tenía una pequeña niña, además que su anciana abuela ya vivía con él; Yylfort vivía en un departamento, compartido con su hermanito, soportar a Szayel no le hacía gracias, pasaba; Edorad vivía en una casa con otros diez tipos, a saber como vivían diez bestias en un lugar tan pequeño, no gracias; Diroy, bueno el rubiesito hubiera podido alojarlo, pero al ser el menor de la pandilla aún vivía con sus padres y ya bastante había tenido con los propios como para soportar ajenos... Mejor se quedaba en el restaurante, ya se había acostumbrado a dormir en pisos, por lo que no tendría problema alguno, además tenía televisión, teléfono, un gran baño con tina, espacio, soledad ¡un clima en el cuarto!... Lo único que quizás pediría sería una lavadora, pero hasta eso se había solucionado, Shawlong se llevaba su ropa y su esposa la lavaba, luego se la regresaba limpia y planchada, su esposa debía ser un amor de persona.

Fuera de esos detalles la vida seguía su curso normal, se levantó a las nueve, se desperezó, se dio un buen baño y se preparó algo para desayunar, tenía mucho tiempo ocioso y cosas tontas se le ocurrían  aunque la duda mas frecuente que tenía era el porqué Shawlong tendría esos cuartos en el segundo piso del restaurante. Terminó su desayuno para ver un poco de tele, aunque solo la dejaba prendida para que hiciera ruido, no toleraba el silencio sepulcral, mientras que trataba de "recuperar" su "don" para la cocina, sin lograrlo. Luego remojó las cosas que hicieran falta en los recados, o salsas, adecuados, se dedicó aponer todo en orden. Al mirar el reloj apenas eran once de la mañana, aún le sobraba mucho tiempo ¿Qué podía hacer con él?... Jugó con las sillas, movió las mesas, practicó la "mesereada",  eso no se le daba nada mal.

Finalmente apagó el televisor, volvió al segundo piso y miró la hora... ¡Aún era la Una con treinta de la tarde!  Shawlong llegaba hasta las cinco, que aburrido. Se metió a la cama, con el ventilador y el clima prendidos, estaba casi desvestido con una sport blanca ceñida y un short corto, color café tierra. Junto a él tenía, aún, el cinturón de Ulquiorra, el enano no se lo había pedido de regreso y claro que él no pensaba devolvérselo así como así. Le parecía interesante, el cuero se deslizaba a través de la hebilla con mucha facilidad, seguramente en verdad fue diseñado para estrangular a las "victimas" del usuario, tenía muchas perforaciones y se notaba que eran de "fábrica" y no hechas por la mano del pelinegro, por la parte interna del cinturón habían unos símbolos que no reconocía y debajo de éstos habían unas palabras: "Asociación Terrícola de Exploradores Intergalácticos"...

La primera vez que lo leyó le dio un ataque de risa maniática, el muchacho debía de estar completamente "chalado", tener, verdaderamente, un cinturón con esa leyenda era una locura. Seguramente fue pro eso que no se atrevió a pedirlo de regreso. Ahora que lo había vuelto a leer se estaba partiendo de risa una vez más. Y si se lo pensaba un poco ¿No estaba, Ulquiorra, leyendo una revista de alien el día anterior? Por todos los infiernos ¡Era todo un freak! Tenía un cuerpo tentador, una cara endemoniadamente linda y unos ojos magnéticos, pero todo eso solo lo hacía aun MÁS raro...

-Tienes pésimos gustos con la gente, Grimmjow-se dijo a sí mismo mientras se reía, pero esa sonrisa se fue borrando de su rostro lentamente al recordar porque estaba ahí, porque no podía cocinar, el porque de que siempre que trataba de salir de hundía mas, esa era la maldición de su "padre", aquellas últimas palabras que le dijera lo habían herido profundamente....

"Debiste haberte muerto, maldito bastardo"

Hacían eco en su cabeza... ¿qué podía hacer para desvanecer ese sonido? Había intentado muchas cosas, pero ninguna había dado resultado, siempre acababa recordándolas y cada palabra quemaba su alma, consumiéndolo más y más...

 

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

 

Para Ulquiorra el día no era mejor, el calor lo estaba matando, ya había arreglado su ventilador pero esa bola peluda estaba enferma, o muerta, quien sabe... Hacía tres días la había recibido en su casa, porque Ichimaru no le dejó opción, antes de salir corriendo para el trabajo la dejó encerrada en el departamento de sus vecinos, y para mala fortuna del conejo se le olvidó que lo dejó ahí, y no fue hasta ayer, cuando el dueño de la monstruosa pelusa lo llamó para preguntarle por ella, que se acodó de que existía, claro que lo había dejado con comida y agua, pero al ir por ella el animalito parecía estar muerto, apenas se movía, no quería comer ni hacer nada. Como si Ichimaru lo adivinara le recordó los cuidados "especiales" que su mascota requería en otra llamada posterior, esta vez Ulquiorra prestó más atención, no quería que le reclamaran por la muerte de esa cosa.

En ese momento Ulquiorra estaba "tirado"  sobre su colchón de agua, con el ventilador a todo lo que daba, incluso tenía por almohada una bolsa térmica, llena con agua casi congelada, quería dormir, pero el mismo calor infernal le impedía conciliar el sueño, no le apetecía ni leer, ni estudiar ni nada, lo bueno era que su casa estaba limpia y si no lo estuviera no estaba dispuesto a limpiar hasta el siguiente fin de reaman. De repente sintió algo cerca de su cabeza, estiró una mano y no pudo reprimir un ligero gesto de disgusto al sentir un par de peludas orejas largas.

-Conejo-susurró despacio mientras se sentaba para mirar a la mascota-¿Qué quieres?-le preguntó aun sabiendo que no le contestaría, el animalito se subió sobre al bolsa fría, acomodándose en ella-Debí imaginarlo-el conejo estaba acostumbrado a estar en el aire acondicionado, que buscara lo mas fresco para dormir era lo más natural, pero ahora él no tenía su "almohada", quizás ya era hora de tomar un baño, con unos cubos de hielo en el agua.

Como solo llevaba un bóxer como única prenda de vestir se desnudó en un instante, se remojó en la tina hasta el cuello, disfrutando de su agradable baja temperatura, se sintió tan bien en ella que poco a poco se fue quedando dormido...

Comenzó a soñar con un... ¿Perro? ¿Un Oso?... Lo único que sabía con certeza era que estaban sobre un volcán,  justo sobre el magma, "volando", estaba ese perro-oso-lo-que-sea y en frente había un.... ¿León?... O algo parecido y era de color naranja, esos dos lo-que-sean estaban peleando justo sobre el magma del volcán, el cual parecía estar a punto de hacer erupción, el calor era insoportable...

Sintió algo tibio en su mejilla, abrió lentamente los ojos, los párpados le pesaban mucho, lo único que podía distinguir era una borrosa mancha blanca y una lengua tibia lamiendo su mejilla.

-¿Conejo?-no, espera ¿Cómo había entrado el conejo al baño? ¿Cómo llegó a la orilla de la tina? Ese animal no medía más de treinta centímetros de alto; se sentó en el acto, mirando a esa "bola" blanca que lo estaba lamiendo hacía unos segundos-¿Cómo fue qué...?-no pudo terminar su oración, la "cosa" blanca se le fue encima y se sentía salado, muy salado.

Parecía que estaba lloviendo, pero era imposible que estuviera lloviendo dentro de su baño, ¿Cierto? Sintió un ardor en su hombro, en su pecho, esa cosa blanca no lo quería soltar y la lluvia de sal seguía cayendo, quemando su cuerpo. Miró el agua y ésta estaba de color rojizo,  como cunado se mezclaba con sangre... ¿Acaso estaba sangrando? Separó un poco su cuerpo del de la cosa blanca, y para su sorpresa lo blanco sangraba, y él mismo también, de su pecho brotaba la sangre como su fuera un río, tenía un agujero tan profundo que estaba seguro que atravesaba su cuerpo....

-"¡¡¡YO NO PEDÍ NACER!!!"-

Se despertó inmediatamente, un poco agitado, ese grito lo había sobresaltado. ¿Qué había sido todo eso? Revisó su cuerpo, solo por si acaso, sintiendo un alivio al ver que estaba intacto, que el agua estaba limpia y que no había ninguna "cosa" blanca cerca...

Se preguntó la razón del porque habría soñado eso, no le hallaba sentido, y no le agradaba para nada, en especial ese último grito que estalló dentro de su cabeza. No se sintió como un sueño normal, él sabía que no lo era, ya antes había tenido sueños de "ese" tipo, lo que menos quería era que de verdad fuera de "ese" tipo de "pesadillas" llamadas por algunos como "premoniciones".

Salió de la tina, vistiendo en el acto para salir, se olvidó del bloqueador solar, tenía mucha prisa; sólo conocía a una persona que podía darle un indicio de lo que ese sueño podía significar y no vivía precisamente muy cerca de su departamento.

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

Abarai Renji  era un joven atractivo y pelirrojo, de ojos carmesí, despertaba los suspiros de muchas féminas y la envidia de los hombres, carecía de envidias o avaricias, simplemente vivía su vida lo mejor que podía vivirla, trabajaba mucho para salir adelante, durante la mitad del día ayudaba al loco primo de su madre, Urahara Kisuke, en su más loca tienda de "dulces", después de todo él le prestaba techo y comidas,  y por las tardes iba de mesero al restaurante, estaba ahorrando para terminar de pagarse sus estudios ya que no quería "colgarse" de su "tío".

El pelirrojo se hallaba dando una vuelta por el centro comercial, no tenía nada mejor que hacer a esas horas, que era relativamente temprano, con un poco de suerte se encontraría con algún ex compañero de la secundaria o de la preparatoria, quizás con alguno de su carrera. Sería un poco difícil no notarlo, ya que llevaba una  sport amarilla fosforescente, y encima una camisa de botones negra son rayas zigzagueadas en morado, un pantalón gastado de mezclilla y unos zapatos cafés, quizás era demasiado estrambótico para vestir... Pero a él nunca le importó lo que los demás dijeran de él.

Había gente por todas que, como él, sólo iban a mirar las tiendas y a perder el tiempo,  paseaba por los pasillos hasta dar con una tienda que le gustaba visitar, en donde vendían lentes de todos tipos, colores, formas y hasta efectos,  a él que le fascinaban tanto y esa tienda que tenía todas las variedades ¡Demonios! ¡Necesitaba otro empleo! Aún con todo y sus ahorros no le alcanzaría para comprar mas de tres pares, y se veían tan...

-¡IO! ¿Qué tanto miras con esa cara de cordero degollado?-aquello voz se el hizo ligeramente familiar, pero decidió ignorarla porque estaba más entretenido sacando cálculos para saber si podría comprarse aunque fuera un par-¡Te estoy hablando, Renji!-la persona que le estaba hablando creyó, por un instante, que talvez se habría equivocado de persona y ahora tendría que disculparse.

-¿Ah?-el pelirrojo se giró para ver quien le estaba hablando, aunque por la manera en la que hablaba y esa cara de "idiota" podría tratarse de...-¿Qué haces TÚ aquí?-no era lo primero que quiso decir, pero ya tenían casi un año sin verse y no se suponía que él debía de estar ahí, eso le había dicho por mail.

-¡Hombre! Hace un año que no me vez ¿Y ya me estas sacando?-le reclamó él al pelirrojo, que buen amigo tenía, la verdad, en definitiva debía de dedicarse a conocer mas gente...

-¡No fue lo que quise decir! ¡Y tú lo sabes! ¡Dijiste que venías hasta navidad!-estaban de frente y Renji seguía siendo el más alto, bueno un metro con ochenta y otro centímetros no eran algo fácil de superar,  antes de que se pudieran decir una palabra más unas cajas les cayeron encima, sin causarles daño alguno realmente.

-¡Lo siento! ¡Lo siento!-esa era otra voz familiar para el pelirrojo,  estaba seguro de que esa era la voz de Rukia-¿Están bien? ¡Lo siento tanto!-los varones estaban recogiendo sus cajas mientras que ella se moría de vergüenza por lo ocurrido ¡Que torpe era! Mientras  ellos dos se preguntaban como una chica podía comprar tanto

-No te preocupes, no pasó nada-Renji le sonrió, por insistencia de ella era que no la trataba de usted y en que fueran amigos, justo como pensó, ella llevaba no menos de diez cajas ahí.

-¡Renji!-ella sonrió radiante al reconocerlo-Perdona, no te vi....-parecía tonto que ella no lo hubiera visto, siendo que él era casi un poste andando, pero en fin, se volvía siega cuando "Chappy" aparecía frente a sus ojos.

-Nah, no te preocupes-él y el otro ya habían terminado de recoger todas las cosas, y justo cuando Renji se disponía a presentarle a ella a su mejor amigo de la secundaria apareció un hombre joven, de cabello negro y ojos intensos, una fuerte tensión se estableció entre todos ellos.

-Rukia...-su voz era fría y solemne, además de muy seria-Te he dicho que no te alejes-

-Nii-sama-ella de repente se puso un poco mortificada, como afligida, los hombres que siempre los rodeaban cuando salían se les acercaron, tomando todas sus cosas para escoltarla-Lo siento...-su hermano ya se había puesto en marcha, y ella lo siguió, mirando el piso, se tuvo que retirar sin poder siquiera despedirse de Renji.

-¡Que tipo tan insoportable!-comentó el mejor amigo del pelirrojo, pero el mesero ya no lo estaba oyendo, su cerebro se había detenido cuando el Hermano de Rukia había pronunciado esas pocas palabras,  era la persona mas perfecta que había visto nunca con esos pocos segundos había hecho latir su corazón de manera loca y salvaje... 

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

Grimmjow estaba cocinando algo para él solo, tal vez si practicaba lo suficiente podría volver a cocinar como antes, tal vez...

Estaba salteando algunas verduras con especias y salsa de soja, trataría con un platillo chino, empezaría con algo "fácil". En ese momento sonó su celular, sonrió al mirar quien era para contestar de inmediato, se trataba de su querida hermana, a quien no veía hacía años y quien seguramente lo mataría por no comunicarse antes, pero es que, de verdad, él no había podido hacerlo...

ªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªªª

 

Ulquiorra llegó, ¡Por fin!, a aquella casa pintada de azul oscuro con partes moradas que tenía su "amiga", o lo que fuera, por decoración. Ella era una joven de su misma edad, cabello negro-morado y ojos grandes su nombre Cirucci Thunderwitch, lo recibió con una sonrisa, diciendo que ya lo esperaba, a lo cual el pelinegro estaba bastante escéptico ya que ella siempre decía algo como eso.

Su gusto por los extraterrestres lo habían llevado en algún momento por el tema sobrenatural, desafortunadamente eso lo llevó a saber  de la "magia" y  lo "paranormal" justo así, así mismo también llegó a experimentar con la "Uija" y otras cosas, justo después de eso fue que comenzó atener esos "sueños". A ella la había conocido hacía dos años en ana convención y desde entonces se frecuentaban, lo cierto era que al toleraba porque ella si que gozaba del privilegio de tener ciertos "poderes"...

Estaban en la sala, ella bebiendo refresco y él un poco de té, habían cuarzos y otros tipos de prioras en la mesita de centro y esparcidos por todos lados, según ella para "armonizar" el ambiente, finalmente ella tomó las manos de él y cerró los ojos, Ulquiorra apenas le había dicho que había tenido un sueño extraño y le dio pocos detalles de ello, era turno de ella de "ver" con su propio "poder" lo que ese sueño representaba, al de ojos verdes el gustaba poder probarla a cada oportunidad que tenía, solo para saber si no fallaba alguna vez.

-Lo primero que veo es un animal...Es completamente blanco, salvo unas rayas azules en su pelaje, se trata de un tigre blanco de rayas azules...-ella permanecía concentrada, logrando ver algunas imágenes fugaces-El otro es un felino naranja con amarillo, es un león de melena abundante-ella soltó las manos de Ulquiorra y lo miró directo a los ojos-¿Dijiste que estaban peleando sobre un volcán? ¿Sobre lava viva?-

-Sí, durante la pelea había magma ardiendo y ellos parecían tener formas humanas-le repitió, sin muchas ganas, para ver que el decía ella sobre lo visto, aunque podía deducir, por su expresión, que no se trataba de algo serio.

-Bueno-Cirucci dijo con cierta reflexión, algo poco usual en ella-Ambos animales son depredadores y representan "Poder y Fuerza" en alguna medida, lo que no me queda claro es lo que hace el magma ahí, la lava puede significar muchas cosas, pero aquí aparece como un... "Escenario". Podrían ser conflictos, quizás una arena, un torneo, una competencia, podría tratarse de una lucha de poder, el tigre y el león peleando para "regir" sobre el otro, para demostrar quien es el que debe reinar sobre el volcán...-Ulquiorra no dijo nada, pero le parecía que él mismo pudo haber llegado a esa conclusión tan... Tonta, por eso mismo la había descartado ya-De igual manera no te veo representado ahí, no creo que debas darle importancia, no creo que te afecte en lo más mínimo-ella tomó otro trago a su refresco.

-¿Qué me dices del otro sueño?-ella estiró sus manos para pedirles las suyas con ese ademán, él ya sabía que el que lo tocara era indispensable y eso era lo que mas odiaba de esas "sesiones"...

Ella se vio a sí misma, su cabello negro con su peinado a dos colitas como siempre,  con un extraño vestido blanco. Aquel lugar estaba en penumbras, probablemente sería de noche, no tenía que caminar, las escenas "venían" solas hacia ella, como si fuera una película totalmente tridimensional.

Ahí estaba Ulquiorra, sentado en medio de la nada, en sus ojos no había señal de nada, ni siquiera la sombra de esa indiferencia que solía mostrar al mundo, pero tenía unas lágrimas falsas bajando por sus pálidas mejillas, junto a él había otra persona, quien tenía unas manchas bajo los ojos, simulando los ojos de un felino, estaban uno frente al otro y sin embargo parecían que no se miraban. Las imágenes se movieron de nuevo, girando alrededor de ella, eran como fotografías barajeadas a toda velocidad, no pudo  ver ninguna con detenimiento pero eran escenas de la infancia de Ulquiorra y del otro, de eso estaba segura... Algo pasó, no sabía el que porque todo había sido muy rápido, pero justo como Ulquiorra lo mencionara había agua, ahora estaba en algún sitio en donde el agua le pasaba de la cintura, estaba rojiza, sanguinolenta, habían paredes grises que la encerraban y por las cuales la sangre caía lentamente, escurriéndose hasta el agua turbia y el nivel de esta iba subiendo poco a poco, a ella le dio la impresión de que no era agua, eran miles de lágrimas que alguien lloraba descontroladamente...

Miró al frente, ahí estaban ellos dos de nuevo, ese chico, ahora estaba casi segura de que era un chico, tenía un agujero en su cuerpo, a la altura de su ombligo, que lo atravesaba pro completo,  Ulquiorra tenía uno igual, solo que el de él estaba sobre su pecho, casi en donde iniciaba su cuello... Los dos se estaban desangrando de manera alarmante pero ninguno parecía darse cuenta de ello o quizás no querían hacer anda para evitarlo...

Ambos parecían estar muriendo lentamente sin importarles nada, como si no quisieran seguir viviendo...

Ella abrió los ojos la instante, mirando, un poco asustada, al pelinegro, en sus ojos morados se notaba que en verdad se estaba preocupando por él.

-¿Qué sucede, Cirucci?-él la miró sin demostrar que estaba impaciente por saber que es lo que ese sueño podía significar, tal vez si era tan malo como él se imaginó en su primera impresión.

-Va a matarte-dijo ella directo y claro-Esa persona que viste como "Blanco" va  a matarte. En tu sueño y en mi visón fue él quien abrió ese agujero en tu pecho-para Ulquiorra eso no tenía mucho sentido, por que no sabia si ella lo decía como algo que pasaría literalmente  o sí solo sería metafórico-Después de la pelea ente el León y el Tigre, él caerá sobre de ti y te herirá mortalmente, por eso es que se estaban desangrando. Ambos están heridos y se desangran juntos, como si se hubieran puesto de acuerdo para morir los dos...-ella lo miró con intensidad, muy preocupada por lo que sabía que había visto-¿Acaso estas pensando en suicidarte, otra vez, Ulquiorra?-

 

 

 

Notas finales:

S i notaron errores es porque no lo corregí, XD

cuidense^^


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