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"Entre la Cocina y el Espacio Estelar" por Ddai

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Notas del capitulo:

 

 

Saludos neesama Saya!!! ^^

 

Bueno, me he atrazado, peor no por mi gusto, no se suponía que pondría esto, pero que rayos! Y si dejo de publicar y no termino ningún fic culpen a Liz Uzumaki!! [SII ELLA ES LA CULPABLE] porque si no aprueba[ella ya sabe a que me refiero] dejaré de subir todo, y ¿porqué? porque la señorita debe estudiar y no estarse quejando [hombre con todo y que soy floja hacía mi parte!!! asique tú también puedes!!!] Bueno, eso es todo creo XD Saludos!!! y gracias por dejarme RR ^^, creo que ya lo contesté todos y espero que lo sigan disfrutando, porque apartir del epi 6 comienza lo bueno...

"Entre la Cocina y el Espacio Estelar"

 

"Mesero"

 

 

Lunes por la tarde, el restaurante estaba en calma, demasiado tranquilo, a Shawlong le pareció de lo mas sospechoso, para empezar Renji había llegado unos quince minutos antes, cuando que él siempre llegaba rayando su hora, por si eso no fuera extraño se hallaba muy distraído cuando normalmente se ponía muy ansioso esperando a que los clientes entraran para poder atenderlos y que el tiempo se le fuera más pronto.

Grimmjow parecía de muy buen humor, tanto que no tenía el ceño tan fruncido como de costumbre, pero el jefe conocía la razón detrás de esa "felicidad", la hermana mayor del peliazul lo había llamado, prometiéndole que lo visitaría pronto,   ya que ella se encontraba en Japón también.

Diroy estaba quieto, en silencio, sin decir una sola palabra sobre sangre, muerte y destrucción, lo cual era espeluznante, el joven platinado siempre se la pasaba comentado sobre desmembramientos, con explicaciones graficas del tema... El en  silencio era más terrorífico que hablando de ello.

Por último estaba Ulquiorra, quien había llegado quince minutos después de su hora de entrada, se trataba de su primer retraso, lo cual no importaría si no sumara ese extraño evento con todos los demás. El pelinegro se veía pensativo, lo cual no sería extraño de no ser porque parecía ligeramente ausente del presente...

Definitivamente algo extraño estaba pasando, todas esas situaciones juntas no eran normales, pero no tenía tiempo para pensar en eso ahora, ya compraría algún amuleto, o algo, para alejar las malas vibras de su local después. De saber lo que pasaría esa noche seguramente Shawlong hubiera comprado más de un solo amuleto de la suerte...

Grimmjow  había estado ignorando ciertas cosas por el "bien" de su empleo y de su jefe, casi hermano, Shawlong. Sin embargo tres días de "portarse bien" eran mucho, para él claro, además así no tendría nada "interesante" que contarle a su hermana cuando llegara a visitarlo. Ok, eso era una excusa estúpida, válida para él pero muy estúpida... Aunque eso no le importaba ni un poco. Por cierto, él aún tenía cierto objeto, de cierto muchacho y para no olvidarlo, ni perderlo, se lo había puesto. Se trataba de un cinturón ridículamente largo. ¡Tanto que aún si su cuerpo midiera un metro circular se lo podría poner y aún le sobraría cuero!  ¿Acaso Ulquiorra le daba tres vueltas a su cinturón o qué? Podría ser, pensaba en ello mientras calculaba con los ojos cuantas veces le daría vuelta, la faja, a la cintura de Ulquiorra...

Por suerte para él los clientes comenzaron a llegar, eso significaba que el pelinegro tendría que acercarse a la cocina quisiera o no; justo ahí venía, con ese gesto vacío de siempre, seguro que era una orden para la mesa cinco, el peliazul no podía reprimir su sonrisa "maligna", fastidiarlo era divertido, ver sus ojos centellear de ira no tenía comparación.

-¡Hey, jolie!-le dijo al de ojos verdes-Al menos podrías decirme algo sobre la orden-el chico no le dio ni una mirada de soslayo, lo ignoró como si no existiera-Hot dérriér-susurró para luego irse a "hacer su parte", el jefe no le reclamaría nada siempre y cuando hiciera lo que suponía que tenía que hacer.

Por su parte, Ulquiorra, se había olvidado del cinturón, aun no descifraba lo que podría significar aquel sueño, era de lo más absurdo... ¿Un Tigre y un León? Ya ni en aquella película de artes marciales que se había estrenado hace años.  Según Cirucci la pelea entre esos dos no tenía nada que ver con él, ni siquiera lo afectaría, aunque en sí el sueño le causó una sensación extraña. Lo sentía como una advertencia, ya que después de eso, según esa loca darcketa, él y el otro, quien quiera que fuera, iban a matarse... ¡Por favor! ¡Aun si su vida no había sido la mejor de todas él no había pensado en matarse! Bueno, solo una vez, pero había sido hacia años, aun en ese entonces no pasó de ser un pensamiento. Mientras caminaba a otra mesa los recuerdos llenaron su cabeza poco a poco...

Tenía casi quince años, estaba viviendo con su madre, al menos esa semana, como sus padres estaban separados vivía una semana con uno y una semana con la otra, había sido así gran parte de su corta vida, ya se había acostumbrado, incluso al hecho de que las parejas de sus padres no lo soportaban y cuando sus padres no estaban viendo las parejas de ellos le decían cosas hirientes, o buscaban asustarlo, o no le daban de comer, o lo dejaban encerrado, quizás aun si se lo hubiese dicho a sus progenitores éstos no habrían hecho nada por él, porque no parecía importarles su vida en lo más mínimo.

Aquella tarde su madre estaba discutiendo por teléfono con su padre, gritaba tan fuerte que podía oírla hasta en su "cuarto", que no era otro que el que se designaba a los huéspedes de la casa y la pareja de su madre estaba por ahí, alistándose ya que la empresa en la que trabajaba su madre tenía una fiesta y por supuesto que ellas no iban a faltar. Unos treinta minutos después llegó su padre, furioso, era obvio, él y su madre habían discutido, otra vez... ¿Por qué? Por la mima razón de siempre, El. El siempre era el problema él siempre era la razón de todos esos pleitos estúpidos, porque no querían cuidarlo, esta no era la primera vez, mucho menos la última ¿Por qué no lo dejaban solo? Ya tenía más de catorce años,  no necesitaba que lo cuidaran como si fuera un bebé, pero a su madre no le gustaba dejarlo solo en su casa.

Su padre irrumpió furioso en la pieza y le gritó que tomara sus cosas, se estaban yendo ¡Pero ya! Ulquiorra estaba acostumbrado a eso, por eso es que su ropa siempre permanecía empacada en su maleta y casi nunca se quitaba los zapatos, su madre ni se acordó de despedirse de él,  estaba mas ocupada tratando de calmarse, para irse a la fiesta, que en ponerle atención. Al llegar a casa de su padre éste le dijo que había pizza en la nevera, refrescos y alguna otra cosa por ahí, que según recordaba el adolescente debían de tener unos tres o cuatro días en el refrigerador, el adulto y su pareja Ivana a salir a divertirse, claro que no iban a cancelar su diversión por él, así que él no podía tocar absolutamente nada, igualmente todas las puertas, con excepción de la de su "cuarto", estaban cerradas bajo llave... Pensó un momento en su "cuarto" que era, de nuevo, el cuarto de huéspedes de esa casa, era una pieza blanca, vacía y fría.

Una vez solo se puso a llorar, como otras tantas veces, se sentía furioso, triste, decepcionado, amargado... ¿Por qué lo habían tenido si no lo querían? ¿Por qué lo arrastraban así si no lo soportaban? El estaba casi seguro de que sus padres no lo amaban, no eran como los padres de sus compañeros de clase, quienes trabajan todo el tiempo, los suyos sí podrían tener tiempo para él era solo que, ellos jamás tenían interés en lo que él hacía o dejaba de hacer, sólo recibía abrazos en su cumpleaños y en año nuevo, si es que se acordaban que estaba ahí, ninguno le decía nunca que lo quería o que lo necesitaba, eso se veía reflejado en su comportamiento antisocial en el instituto, sus notas bajaban y subían caprichosamente y todo eso lo reportaban sus padres, pero a ninguno de ellos les interesaba su vida.

¿Cuál era el sentido de la vida? ¿De su vida? Se dirigió a la cocina, aún llorando en silencio, tentado por esos filosos cuchillos, había leído sobre ello, solo un par de cortes, largos y profundos, y su vida acabaría, tenía unas pastillas para dormir, que le había robado a su madre, además de aspirinas y un par de medicamentos más que no sabía para que eran, podía tomárselo todo junto, mas los cortes, y no tendría porque sentir dolor...

Pasó el filo del cuchillo sobre la suave piel de su muñeca, sintiendo el acero acariciar su piel con cierta morbosidad, en verdad tenía ganas de ver su propia sangre brotar pero no lo cumplió, antes de hacerlo quería saber porqué razón estaba ahí, el porqué sus padres lo habían tenido si no lo querían, además de que si se mataba no iba a lograr nada, seguro que eso era lo que todos querían y no pensaba darles gusto... Dejó esa idea de lado, al menos por un tiempo, al menos hasta que supo la verdad detrás de su nacimiento, la verdad detrás de sus padres...

Ulquiorra se sacudió los recuerdos como quien le da un manotazo a una mosca, ahuyentándolos como si no fueran nada para él, llegó a la mesa pidiendo la orden a los comensales, ya no sentía dolor  por su "pasado", no desde aquella confesión que había hecho endurecer su corazón casi como una piedra. Tuvo que acercarse a la cocina para entregar la nueva orden y recoger la anterior pero se quedó a medio camino, a decir verdad los otros meseros también se quedaron extrañados, el arrogante, engreído y rabioso Grimmjow había salido de la cocina para llevar dos órdenes por él mismo y tenía un andar tan... Ni siquiera tenían un calificativo "adecuado" para describirlo, estaba demasiado plantado, no exactamente como elegante, estaba tan seguro de sí mismo, irradiaba confianza por cada poro de su piel y tenían un ritmo singular que se notaba más gracias a sus botas, estéticas de piel y ligeramente cuadradas, que hacían un ligero tac a casa paso, su uniforme blanco lo hacia resaltar de los meseros, además de llevar una boina para cubrir su cabello azul, que de por sí estaba cubierto con una red de nylon transparente y gracias a su altura no había quien no pudiera mirarlo. Dejó la orden en una mesa donde había unas cuatro jovencitas con una sonrisa y un "Espero que lo disfruten" con su sedoso acento francés que hizo suspirar a las señoritas, la otra orden fue para una pareja a la cual solo les dijo "Bienvenidos, espero que lo disfruten" con el mismo acento de antes. Regresó a la cocina, no sin antes sonreírle coquetamente a Ulquiorra, presumiéndole su "nuevo" cinturón ya que su saco de auxiliar de chef era corto por lo que podía enseñar su faja sin problemas. Renji se acercó a la ventanilla, tenía una orden que llevar una que entregar, en cambio Ulquiorra solo tenía que dejar la nueva, ahora, porque Grimmjow había servido la pendiente.

-¡Hey, jefe! Pensé que el "azul" era su ayudante - se "quejó" el pelirrojo con una sonrisa, él se lo tomaba como una broma - ¿Al menos pudiste haber llevado mi orden también, no?-

-Diroy es mi "brother" y Ulqui-joli es "hot dérriér" y tú solo eres...-mejor no dijo lo que de verdad pensaba de él-Solo tú... ¿Por qué tendría que ahorrarte el trabajo?-sonrió, burlándose, el pelirrojo no era, para nada, su tipo, tal vez si sus ojos fueran azules, o verdes, quizás si fuera un poco más esbelto podría considerarlo, peor le tipo de carácter que tenía lo jodía todo.

-No deformes mi nombre-le ordenó Ulquiorra sin ninguna entonación en particular-Solo sales a repartir órdenes porque te sobra tiempo-comenzó su "ataque" con cautela, no quería que lo despidieran por una tontería como esa-Si hicieras el trabajo por  el que se supone que te contrataron no tendrías que salir a "robar" el trabajo de los demás-Renji prefirió tragarse sus comentarios y no tomar partido, él lo vio como una broma y no quería verse involucrado en una pelea de esos dos.

-¿Celoso chèrie?-esta vez el peliazul no se enojó, quería sacarlo de quicio, no al revés.

-Ni aunque esto fuera un prostíbulo y tú fueras al carne fresca-contestó, el pelinegro, lo que hubiera podido ser un sarcasmo, pero nadie podía estar seguro de ello-Esto no es un putero, es un trabajo como otros, no es para ganar un lugar-aclaró antes de que se pudieran mal interpretar sus palabras-Solo entrégame la orden-dejó la nota en la meseta de siempre.

-Que rudo-dijo Grimmjow, con un toque de sarcasmo sin dejar de sonreír-Solo estás celoso porque son mejor mesero que tú, pero tranquilo, no te quitaré tu trabajo-

-Al contrario, estoy agradecido que prefieras ser mesero a chef o matarías a todos los clientes-contraatacó el pelinegro, no sabía porqué pero no quería perder frente a ese estúpido peliazul, le parecía de lo más odioso y no iba a darle ni la más mínima posibilidad.

-Cuando me dejes cocinarte te aseguro que cambiarás de opinión-se controló para no jalarlo y matarlo ahí mismo, después de todo quería poderlo nervioso, no morado.

-Suficiente-interrumpió el jefe antes de que las cosas se pusieran feas-Grimmjow dale sus órdenes y ustedes ¡Dense prisa!-dicho eso Shawlong se giró para terminar unos camarones en arroz. Le divertía la interacción de esos dos, no lo negaba pero necesitaba vivo a su mesero, de nada le serviría muerto, en medio de un charco de sangre y una investigación policíaca en su restaurante.

Los meseros salieron a repartir sus órdenes pero se toparon con un pequeño inconveniente, las chicas que habían entrado habían visto a Grimmjow y querían que él les llevara su comida. Para Diroy no era novedad, sabía que el peliazul llamaba la atención a donde quiera que vaya; a Renji le dolió en el orgullo ligeramente, pero podía entenderlo ya que el cabello azul llamaba mas la atención que el rojo por ser mas tres veces mas escandaloso a la vista, además de que el muy tramposos usaba su perfectamente fingido acento francés y eso enloquecía a las chicas; para Ulquiorra fue como una burla, no le importaba en lo más mínimo ese tipo en sí, el problema era que ese engreído se pavonearía por ahí pero, ¿Qué mas daba? Igualmente le iban a pagar. Los tres meseros se acercaron a la cocina, diciéndole al jefe sobre la nueva "petición" de sus clientes. Shawlong  suspiró resignado, debió esperárselo ¿Quién iba a ayudarlo en al cocina entonces? Los miró y descartó a Diroy al instante, el rubiecito era muy torpe para picar y con todo lo referente a al cocina; pasó a Renji, el pelirrojo era el más nuevo de su personal y no había estado en la cocina más que una vez, no lo hizo tan mal pero carecía de experiencia; en cuánto a Ulquiorra, el pelinegro se había mostrado muy capaz en la cocina además de que sabía hacer perfectamente al mitad del menú, el jefe creía que era buen momento para que se aprendiera la otra mitad... Decidido, Ulquiorra entró como ayudante de cocina, el pelinegro odiaba estar desempeñando ese trabajo pero no tenía opción; Shawlong hizo salir a Grimmjow a miserear con el uniforme que tenía de repuesto en el locker y la verdad, el uniforme de mesero le quedaba muy, pero muy bien, las clientas se sentían casi tocando el paraíso con solo verlo, era tan alto como Renji y aquellas botas el daban un par de centímetros extra, su manera tan varonil de andar las emocionaba, su mirada era tan intensa que ninguna le podía sostener la propia y ese azul tan radiante en sus  ojos las hacía suspirar... Algunas hasta pidieron doble postre solo para poder mirarlo de cerca un poco más.

Renji sonreía ante la situación, significaba que trabajaría menos, aunque eso hería su orgullo como "galán", pero sabía que Grimmjow llamaba la atención el doble que él, debía ser el acento, pensaba, pero intuía que debía de tratarse de alguna otra cosa lo que llamaba la atención de las chicas y de algunos varones.

Shawlong y Ulquiorra se encargaron de la cocina perfectamente, más gente entraba y salía del local aunque la mayoría eran mujeres, buscando conocer al nuevo "chico" de por le lugar... Al terminar el trabajo cada uno de ellos era dejado en sus casas por el jefe.

Ulquiorra llegó rendido a su departamento, picar, saltear, freír y luego volver a miserear además de que a lo último le tocó barrer todo el local fue demasiado, estaba molido, solo tenía ganas de llegar a su cama y tirarse en ella para dormir hasta el medio día pero para colmo de males ese bendito conejo estaba ahí, llenando de pelo su colcha favorita, no tenía ganas de hacer nada, solo se quitó la ropa, quedándose casi desnudo y se metió a su cama, empujando a la "pelusa" de su lugar, ya cuando despertara lo castigaría o algo así...

Esa noche tuvo otro sueño, estaba caminando por algún barrio, yendo hacía un callejón, dio varias vueltas por ahí, en círculos, hasta que de repente vio unas patrullas que habían empezado a dar vueltas pro el lugar también, en algún momento no supo ni cómo, o porqué, él estaba en una,   incluso tenía uniforma de policía... Al pasar por el callejón una vez más vio a un gato, un bonito gatito negro, muy arisco, descuidado, sucio y seguramente hambriento, pero con todo y eso aún lucía bonito. El lo recogió, pese a los zarandeos del felino, y se lo llevó a casa, tendría que alimentarlo y bañarlo, se vio a sí mismo sonriendo con el pequeño felino entre sus manos, el cual parecía bastante desconcertado y molesto, ahora tenía que ponerle un nombre, porque desde que había decidido quedárselo era suyo, pensó un poco... ¿Qué nombre le quedaría bien a su nuevo gatito? Quizás...

Grimmjow se había quedado en el restaurante, trapeó y quitó las mesas que faltaban. Quien lo viera, él jamás gustó de hacer esas cosas, pero ahora lo hacía "con todo gusto", sentía su ego en el cielo, quizás llegando hasta neptuno y aún tenía el cinturón, lo presumiría el siguiente día también, comenzaría a fastidiar a Ulquiorra de nuevo, el chico era muy escurridizo, era casi imposible tocarlo, pero ya vería como acercársele, ¡No había imposibles para Grimmjow Jeagerjaquez! ¡Y es que ese trasero tan redondo y bien formado lo estaba tentando! ¡Oh sí! ¡Ese pequeño demonio se iba a enterar quien era él!

Martes... Ulquiorra no se había levantado de buen humor, el bendito conejo se había atrevido a mordisquear su cabello, eran casi las once de la mañana, se le había hecho un poco tarde, pero era culpa de ese gato, se sentía tan... ¿Cálido? Sí, ese gato había lamido su cara, sus manos, incluso le había hecho cosquillas en la nuca, lo peor de todo era que incluso despierto le parecía sentir su rasposa lengua sobre su piel... Ulquiorra sacudió su cabeza, para quitarse la sensación, después de todo él detestaba a los animales, ya que estos solo eran unas molestas bolas de pelo... Respiró profundamente, aun tenía unas horas y... Ese sueño no tenía porque significar nada ¿Cierto? Era solo una loca cosa de su cabeza a causa del conejo... ¿Verdad? Pero algo le decía que no, se sentía tentado de llamar a la loca de Circuí una vez más...

Grimmjow se había levantado de buen humor, ese día a quien el tocaba llegar temprano para ayudarlo a acomodar todo era a Ulquiorra. Oh sí, ya podía saborear el momento, no le importaba si el pelinegro no estaba interesado, ni siquiera si no era homosexual, aunque estaba seguro de que sí lo era y con todas las letras, esa misma tarde iba a descartar posibilidades. Esperó impaciente a que el reloj diera la hora...

Se había puesto a barrer y trapear, ordenar la mayoría de las cosas y remojar lo que había que remojar en sus respectivos recados, solo le faltaba mover algunas cosas y ponerle los manteles a las mesas, cosa que le dejaría a Ulquiorra, el peliazul miró el reloj una vez mas, tenía tiempo, se metió a bañar para alistarse. Recordó que Shawlong le dijo que podía quedarse en la cocina o salir de mesero, la verdad ahora prefería lo segundo, se puso el uniforme de repuesto para meseros, aunque le quedaba un poco justo le pareció que le quedaba muy bien ya que dejaba ver que tenía un cuerpo trabajado.

Dieron las cinco y Ulquiorra estaba entrando, era de esperarse de alguien con un record casi infalible de puntualidad, su cabello estaba ligeramente revuelto, como siempre y llevaba un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca con logo de una marca de café, Grimmjow no pudo dejar de pensar que hasta informal el pelinegro lucía sexy. Ulquiorra se cambió enseguida, saliendo del baño de empleados son un uniforme perfectamente planchado. No cruzaron palabras porque Ulquiorra no parecía querer hablar, como de costumbre, aun cuando le peliazul sí lo saludo con gusto, el recién llegado notó que el peliazul ya había acomodado las mesas, mejor para él, se dirigió al armario que estaba en el cuarto detrás de la cocina por los manteles limpios del día, eran de color melón con blanco, estuvo a punto de tomarlos cuando unas manos sujetaron las suyas, un cálido cuerpo se sentía desde su espalda, pegándosele más de lo permitido y el aliento del otro estaba justo sobre su cuello.

-¿Necesitas algo, chèrie?-preguntó el peliazul, sin el acento francés, tenía idea de que Ulquiorra detestaba el acento, estaba seguro de que no podía salirle mal, su plan era "perfecto".

-No-él se soltó, dándose la vuelta para irse, aun sin los manteles, no quería tener que soportar a ese tipo más de la cuenta, pero antes de que pudiera escapar Grimmjow  rodeó su cintura con sus brazos, aún de espaldas a él-Suéltame-

-Me gusta más así-el peliazul deslizó sus brazos por ese delgado torso, hasta rodearlo por completo-Eres tan caliente que podría cojerte ya mismo-le susurró suavemente, removiendo el cabello negro con su nariz para que lo ultimo de sus palabras se sintieran justo sobre su oreja para luego lamerla lentamente, una de sus manos quedó sobre su pecho y la otra sobre el vientre de Ulquiorra y éste no parecía querer zafarse verdaderamente.

El pelinegro se giró para quedar frente al más alto, sus cuerpo estaban casi apretándose uno contra otro, Grimmjow bajó las manos, agarrando el firme trasero del pálido mesero, acariciándolas juguetonamente y se inclinó sobre de él, para besarlo, pero Ulquiorra puso una de sus manos sobre sus labios, como si quisiera que guardara silencio, manteniendo una distancia "prudente" de ese intento de besarlo...

-Suéltame ahora-se lo estaba advirtiendo por las buenas, después no iba a aceptar reclamos, después de todo sabia defenderse y no importaba si se rompía los nudillos de la mano derecha por encajarle un puñetazo ya que él era zurdo.

-O si no ¿Qué?-susurró Grimmjow, dejándose llevar, una de las piernas del otro se había metido gustosamente entre las suyas... ¿Acaso no era esa una invitación para seguir jugando?

 

Notas finales:

Bueno eso es todo^^, ah se me olvidaba.... mas o menos en el capi 8 Ulquiorra se empeiza aa interezar en Grimmjow de verdad... Ojojojojo y todo el truco está en el capi 6 y el 7[si mal no recuerdo  xD] ¿Quieren intentar adivinar a que se deverá??? ojojojojo... *guiño*  Nos leemos pronto


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