Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Entre la Cocina y el Espacio Estelar" por Ddai

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saludos!!! Es lunes dia de actualizacion!!!!

^^ Saludos a todos!! HOLA NEESAMA!!!! espero que lo disfruten mucho ^^

Nee Jazmin, dime si esto es predecible XD

 "Entre la cocina y el Espacio estelar"

 

Capítulo IX

"Callejero"

 

Ulquiorra miró al frente, estaba el callejón y los cuatros tipos, a sus espaldas los otros cinco, sea como sea era mejor sortear cuatro que cinco. Se dirigió al callejón, pretendiendo que entraría, pero siguió de largo, los cuatro delincuentes se precipitaron hacia él, lo cual Ulquiorra supo aprovechar, todo salía como lo había calculado segundos atrás, brinco sobre unas cajas de madera que habían por ahí y se impulsó para saltarlos, chocó contra el muro, lo cual no tenía importancia, siguió corriendo, tenía que salir de ahí o buscar en donde guardarse aunque ambas cosas parecían imposibles, la primera porque se había desorientado y no tenía ni la menor idea de a dónde dirigirse y la segunda era porque no conocía el lugar, y cualquier sitio que escogiera para guardarse era potencialmente peligroso para él.

Tampoco podría huir durante toda la noche, hacía mucho que no se ejercitaba tanto, estaba seguro que se cansaría antes que esos tipos además de que seguramente la banda de esos maleantes era numerosa, si lo llegaban a rodear estaba perdido... ¡Maldición! Debió haber pedido que alguien más lo acompañara, pero su orgullo no se lo había permitido.

Se había metido entre las callejuelas, tratando de no hacer ruido al correr, evadiendo esos asquerosos charcos de lodo mientras trataba de no `pisar a ninguno de los vagos que estaban tirados por ahí, miró rápidamente a su alrededor sin detenerse ¿Hacía donde se debía de dirigir ahora? A la derecha había un cartel amarillo de alguna película de hacía años, viejo y algo sucio, decidió que iría por  ahí ya que el cartel se le hacía vagamente familiar, tal vez lo había visto al entra, seguramente aún lo perseguían y por desgracia su cuerpo le pedía ya que se detuviera por un respiro.

Dio una vuelta más, ya sin aliento, apenas pudo dar unos pasos y cayó, se había tropezado con una manta gris un poco sucia, había caído sobre un vago que dormía por ahí, aquel tipo, o tipa la verdad no sabía, simplemente gruñó y se lo sacudió de encima, el simplemente se levantó, no tenía caso despertar a ese vago si los de la banda lo hallaban, siguió andando hasta el final de la calle pero era un callejón...

Estaba jodido, era calle sin salida, nada en que subirse y brincar el muro y esos idiotas seguramente ya estaban cerca. De saber que eso le iba a pasar se hubiera matado años antes, seguramente hubiera sido menos doloroso. Oyó las voces de esos malnacidos preguntándole a los vagos si no lo habían visto. Justo al frente de donde estaba había otro callejón, más oscuro y de apariencia más sombría, si se escondía ahí tal vez tendría más posibilidades...

Avanzó sigilosamente, se asomó y no había nadie a la vista por lo que cruzó la calle hacia el otro callejón como rayo, tan rápido que casi se caía de nuevo; llegó al fondo sin pensarlo, era bastante largo y estrecho, habían unas cajas, o algo similar no lo distinguía muy bien debido a la poca iluminación. Debía reconocer que ser delgado y bajo era bueno en estas situaciones, podía caber casi donde sea. En donde estaban las cajas había alguien, pero detrás de estas había un pequeño espacio en donde podía caber perfectamente, aunque tendría que permanecer de pie y de costado pero al menos tenía donde meterse. A esas alturas su respiración ya se había normalizado, solo esperaba que los golpes frenéticos de su corazón no lo delataran, hacía mucho que no experimentaba algo así...

Los vándalos estaban cerca, despertando a todos los que se topaban para preguntar por él, los vagos les tenían miedo por lo que le contestaban para que no los golpearan, solo que apuntaban a distintas direcciones, Ulquiorra estaba aferrándose a su suerte...

-¡SAL DE AHÍ!-gritó uno de ellos, por la distancia de su voz, el pelinegro suponía que debía de estar en la entrada del callejón ¿Por qué  no había entrado? ¿Quizás solo lo estaba tanteando para ver si caía? Aunque algo en su interior le decía que no era eso, se oía más bien como si no deseara entrar a esa calle. Lo que no sabía era la razón, ahí casi no había nadie, pero se supone que debía de pretender que ni siquiera existía en lugar de estar pensando en el porqué ese idiota no había entrado a buscarlo.

-¡SI NO SALES, MALDITA RATA VAMOS A IR POR TI!-gritó otro de ellos, y se oían más voces de fondo, diciendo muchas sandeces, seguro que los demás ya no tardaban en llegar...

-¡Maldición!-pensó Ulquiorra-Si fueran solo tres o cuatro podría deshacerme de ellos, pero no podré contra todos-tenía que serenarse, estaba bajo el resguardo de la oscuridad, además tenía el elemento sorpresa de su parte, tampoco había ido así nada más, sabía que era un barrio peligroso, había escogido llevarse su cinturón "látigo" de tres metros de largo, sabía usarlo muy bien, aunque hacía ya más de dos años que no había necesitado usarlo y había esperado no necesitarlo esta vez, aparte de ello, tenía unos nudillos metálicos, pero usarlos le dejaba la mano prácticamente destrozada, por eso era casi nunca los usaba, el cómo había obtenido ambas cosas era un secreto. La próxima vez que se le ocurriera hacer algo tan estúpido se acordaría de este incidente y miraría sus futuras cicatrices, claro, todo eso si es que había una próxima vez...

Los maleantes avanzaron hacían dentro del callejón y los indigentes que estaban ahí salieron corriendo, llevándose algunos golpes en el camino ya que los revisaron rápidamente para verificar que ninguno de ellos fuera el pelinegro...

Ulquiorra esperaba en la esquina, fuera de las casas, pensaba que no tenía salida, ni aunque le hubiera robado las mantas sucias a algún vago para tratar de hacerse pasar por uno, en fin, los esperaría hasta que estuvieran lo suficientemente cerca, pero antes de que eso pasara uno de ellos cayó al piso, gritando horriblemente y los otros seis que estaba ahí se pusieron a la defensiva. Ulquiorra había dado un ligero brinco de la impresión, algo se había movido en al esquina frente a él, y no podía ver que era...

-¡Sal de ahí, hijo de puta!-gritaron los otros, corriendo hacia dentro del callejón, el que se había caído fue sacado por dos de ellos, sin dejar de gritar, mientras que uno de ellos se había ido, seguramente a buscar a mas de su banda... Genial, pensaba Ulquiorra, eso se iba a poner aún más feo...

-¡Quiero dormir!-gritó alguien desde las sombras, quien les seguía arrojándole más cosas a los maleantes, había visto que entrara alguien antes que esos tipos, pero no le importaba siempre y cuando no lo molestaran, pero esos alborotadores habían cometido el error de meterse con el por segunda ocasión, ahora sí que se las iba a rajar...

-Esa voz....-pensó el pelinegro. ¡Bendito sea el cielo! ¡Al parecer había hallado al idiota! Y tenía posibilidad de salir más o menos bien parado de ese problema. Tendría que celebrarlo una vez fuera de peligro.

-¡MÁTENLO!-gritó el tipo herido que se iba alejando-¡MÁTENLO!-los demás ya venían en camino. Tres de ellos se fueron sobre un peliazul que, de mal humor, se preparó para defenderse y justo en ese momento salió Ulquiorra, golpeando a uno de ellos mientras que Grimmjow se deshacía de otros dos, quienes comenzaron a gritar desesperadamente...

-¡Espera!-gritó Ulquiorra, esperando no haberse confundido de idiota y previendo que le tirara a golpear-¡No vine hasta aquí para pelear contigo!-

-¿Qué haces aquí, pedazo de animal?-gruñó el peliazul al reconocer la voz y la silueta ¡Iba a matarlo! Pero antes que nada pisó a uno de esos tipos que ya había derribado para evitar que se levantara.

-Eso lo discutiremos después, primero salgamos de aquí-decidió que por el bien de los dos era mejor ignorar el insulto hacia su persona, tampoco hizo pro acercarse ya que tenía la impresión de que ese idiota no  le haría caso y no se equivocaba.

-No me voy... Lárgate tú, no tienes nada que hacer aquí-disminuyó el volumen de su voz, atento al frente, ya le había pegado a varios de esos tipos por nada, asique seguro que ahora que tenían un motivo para fastidiarlo lo harían.

-Bien, hagamos un trato... -susurró él, mirando al frente también, andando un par de pasos, al que él le había pegado no se levantaría en horas-¿Qué quieres a cambio de venir?-

-NO quiero nada-replicó el peliazul pensativo, esa "nueva" forma de comportamiento de Ulquiorra no le parecía normal.

-Debe haber algo que quieras-lo dijo casi con resignación, odiaba tener que lidiar con ese tipo de personas, tan necias, pero tenía que hacerlo si quería sacarlo de ahí y de verdad que lo deseaba...

-¿Aceptarías ser mi puta por una semana?-sonrió altaneramente, sabía que le chico era un orgulloso de primera, no accedería ni aunque su vida dependiera de ello, aunque si se lo pensaba un poco la vida de ambos estaba en cierto riesgo y, apropósito de eso, ¿Cómo es que Ulquiorra sabía que estaba ahí?...

-He estado vagando por horas, corriendo hasta gastarme y ahora esto...-masculló el pelinegro por lo bajo-Espero que no seas tan mal amante...-se ajustó los nudillos a la mano, estaba seguro que mañana le dolería como el infierno y esperaba que valiera la pena.

-¿Acaso estás diciendo que aceptas?-preguntó casi incrédulo, quizás se había golpeado la cabeza y estaba alucinando con tener a Ulquiorra para él solito...

-¿A ti como te parece que suena?-contestó ligeramente hostil, casi nada en realidad,

-¿Por qué harías algo así?-esta vez parecía mucho mas exceptivo, tenía el presentimiento de que había algo mas detrás de las intenciones del pelinegro-¿Qué te han ofrecido por llevarme?-casi sonó como si hablaran de un animal fugitivo y no de él mismo, por otro lado, no sabía cómo tomarse eso, Ulquiorra no parecía del tipo que aceptaría un soborno de Shawlong, pero no podía estar seguro de ello.

-Nadie me dijo que lo hiciera-los maleantes se iban acercando, eran suficientes como para darles muchos problemas...-Lo hago porque quiero que vengas conmigo...-se preparó para recibir a esos idiotas, necesitaba la mayor probabilidad e acierto si quería salir vivo de ahí...

-Entonces serán dos semanas y tendrás que ponerte una falda...-dijo al momento de dar un paso al frente, listo para atacar, eso lo había dicho solo por contestarle algo al pelinegro, por estúpido que pareciera el que Ulquiorra le dijera esas `palabras lo habían hecho sentir mejor, casi feliz...

-Antes tendrás que cumplir tu parte de ser mi esclavo toda una noche...-dijo él, sin dejar de ver al frente, al menos la parte "fácil" ya la tenía, ahora solo hacía falta que salieran bien de lo demás...

-Es un trato..-sonrió más ampliamente, lo tenía todo, al menos lo que se podía pedir, una buena pelea para desquitarse, un chico sexy que quería que se fuera con él y la probabilidad de un par de huesos rotos, en ese momento todo lo que le haría falta sería un buen vaso de licor y sería perfecto...

Shawlong llegó a su casa, algo deprimido, no habían hallado ni una sola pista, su esposa lo tranquilizó, diciéndole que todo estaría bien, su intuición femenina se lo decía. Tal vez ella sólo quería que se relajara, tal vez ella tenía razón, él deseaba poder creerle. Por su parte, Ichigo había vuelto a casa, cansado de caminar sin tener nada, abrazó a sus hermanas y luego se encerró en su cuarto para llamarle a su novio, era él quien siempre lograba levantarle el ánimo y o impulsaba seguir adelante cuando algo le salía mal, esperaba que no se fuera a poner celoso por que el pelinaranja estaba buscando a otro chico, pero su novio era de lo más comprensivo y amable que podía encontrar... Al menos las más de las veces.

Siendo tan tarde, Renji, no podía dejar que una chica como Rukia se fuera a casa sola,  ella alegó que en verdad no importaba, no le dijo al pelirrojo que su hermano no estaba en casa, solo el servicio, ya que tenía una junta de negocios urgente en Tokio, por lo cual no tenía que molestarse en llevarla pero Renji había insistido. En el camino iban platicando, ella se sentía frustrada porque no habían hallado al otro mesero y el pelirrojo le aseguro que todo había sido un berrinche y que seguro que cuando se le pasara volvería, Rukia estaba segura de que, al menos por cómo le comentaron que fueron las cosas, seguramente el peliazul tenía problemas, eso le decía su intuición, a ese comentario Renji se guardó lo que pensaba. Finalmente llegaron a la mansión Kuchiki, era verdaderamente grande y lujosa, tan solo el jardín parecía medir unos... Cuarenta metros cuadrados, tal vez mas, tenía dos fuentes a la vista y lo árboles estaban bellamente cortados en figuras artísticas.

Renji no quería pasar, sentía que era demasiado lujo para él, Rukia sonrió, aunque con aflicción, a todos siempre les pasaba eso, luego le retiraban la palabra por considerarla demasiado fuera de alcance o la adulaban para sacarle cosas o dinero, por ello era que siempre se sentía sola,  siempre era igual...

-Que pases buenas noches Rukia-le sonrió, tratando de hacerle sentir mejor, ya se había dado cuenta de que la chica parecía un poco triste-No te preocupes tanto por ese idiota, seguro que vuelve en estos días con su mal carácter de siempre...-suponía erróneamente que su tristeza era solamente por lo de Grimmjow-Espero verte pronto en el restaurante...-

-Esta bien-ella levantó la mirada con ligera timidez-¿De verdad no te molesta que vaya?-tenía la esperanza de que él quisiera seguir siendo su amigo de manera sincera.

-¡Claro que no! ¡No digas tonterías! ¡Y ni se te ocurra pagar! ¿He? Que yo te estoy invitando-a ella le brillaron los ojos de alegría, él era justo la clase de persona que ella creía, honesto, sincero, amable y todo un caballero...

-Ella no va ningún lado-la severa voz del hermano mayor los dejó congelados a los dos en sus lugares, él había llegado mucho antes de lo que ella esperaba y se notaba que estaba molesto al saber que al hermanita había salido de la casa sin su permiso, sin escolta y de encima ¡Estaba con ese muerto de hambre! Eso sí que no lo podía permitir-Rukia, entra-

-Niisama...-ella se sentía petrificada, su hermano estaba molesto y... ¡Renji! Su hermano era capaz de matarlo solo por estar ahí-Espera, yo puedo exp...-

-Entra-repitió una única vez, coartando lo que sea que ella hubiera querido decir. Renji solo elevó una ceja ante semejante escena, ese tipo era guapísimo, como  un modelo, pero parecía amargado hasta los huesos, su voz era tremendamente sexy, o así le había parecido hasta que interrumpió  la chica...

-Al menos deberías respetar a tu hermana-contestó sorpresivamente el pelirrojo, causando que Byakuya lo mirara seriamente y que Rukia le lanzara una expresión de terror son igual.

-Esto no te incumbe, fuera de mi casa...-se dio la vuelta para llevarse a su hermana adentro y dejara a ese malviviente afuera ¿Pero quién se creía que era para hablarle de esa manera?

-¿Sólo porque estas podrido en plata te crees dueño del mundo?-gritó el pelirrojo para llamar la atención del otro-¡Eso no te da derecho de tratar a los demás como esclavos!-pero el mayor siguió ignorándolo-¡Y tampoco es excusa para que trates así a Rukia! ¡Bastardo engreído!-ella tembló de miedo al ver que su hermano se detenía para mirar en dirección de pelirrojo,

-Por favor, Niisama...-ella trató de llamar su atención, de detenerlo, opero su hermano tenía orgullo como persona, como cabeza de familia y como hombre, Renji solo estaba acabando con la poca paciencia que le quedaba luego de un día estresante-Es culpa mía, Niisama, yo no debí-ella sabía que si eso llegaba mas lejos no tendría arreglo-¡Niisama, te lo suplico!-

-No le ruegues Rukia-gritó Renji sin moverse de donde estaba-¡Ese tipo no te respeta ni un poco!-

-Esto no te incumbe-Byakuya estaba verdaderamente enojado, ese chico se la estaba ganado a pulso.

-¡Me vale lo que creas! ¡Ella no es tu esclava ni tu mascota! ¡Es una persona! ¡Y si no te gusta que te lo diga ven y cállame!-

-¡NO, Renji!-ella estaba completamente aterrada por lo que podía pasar-¡Niisama, por favor, no!-su hermano ya la había soltado y cuando ella había tratado de sujetarlo él simplemente se arrebató sin ser brusco, iba a demostrarle a ese mocoso imprudente y estúpido quien era Kuchiki Byakuya. Nadie le gritaba y mucho menos en su propia casa... Si ese mono callejero pensaba que por ser educado y rico no se sabía defender iba a aprender por las malas que estaba muy equivocado...

Eran casi ls dos de la mañana cuando ellos llegaron al departamento, después de haber golpeado a esos tipos habían corrido a todo lo que dieron sus piernas, Grimmjow conocía un poco mejor el lugar por lo que llegaron a la avenida principal y corrieron hasta un poco después de salir del barrio y hallaron, por providencia de alguna deidad, un taxi que los había llevado hasta ahí.

Luego de entrar Ulquiorra había hecho pasar a Grimmjow al baño, alegando que antes de dormir debían de atender cualquier herid que tuvieran para evitar que se infectaran. Los zapatos, sucios hasta con lodo, se quedaron en la entrada y las ropas sucias, sudadas y manchadas hasta con sangre se quedaron en el piso del baño, el peliazul realmente no tenía ganas de obedecer pero sabía que Ulquiorra tenía razón, tenía algunas heridas de dos días atrás que no se había atendido apropiadamente.

Los dos estaban en el baño, desnudos y enjabonándose despacio, el dolor se expandía pro todo su cuerpo, tanto que incluso aguantaban la respiración antes de frotarse sobre algún golpe, desde luego que para Grimmjow era aún más difícil ya que él tenía varios moretones de antes.

Ulquiorra lo miró sigilosamente, vaya que tenía el cuerpo de un adonis, incluso los moretones sobre esa piel ligeramente tostada le sentaban de una manera sexy, pero no era momento de pensar en eso. Se enjuagó el cuerpo, quitándose todo el jabón y pensando que ir a trabajar iba a ser muy complicado, y no solo por los moretones, justo como había pensado su mano izquierda están sentida, usar los nudillos incluso le pudieron haber causado una dolorosa fractura, tampoco era como que hubiera tenido opción, la próxima vez la vendaría antes. Era hora de meterse a la tina, cierto que hacía calor como para meterse al agua caliente pero eso ayudaría a relajar los músculos.

Grimmjow respiraba de poco en poco, esos malditos maleantes... ¡La próxima vez que pasara los mataría! Ulquiorra no estaba a salvo de sus maldiciones ya que si no fuera por ese enano entrometido no estaría tan jodido, aunque una parte de él estaba agradecida, poder tomar un baño y dormir bajo un techo era mucho mejor que seguir en ese mugroso callejón. Por cierto, aún tenía la duda de saber cómo demonios lo había encontrado... No tenía cabeza para pensar en ello, todo lo que deseaba era irse a dormir y olvidarse del mundo, era tal su cansancio, y su depresión, que el tener a ese muchacho completamente desnudo frente a él le era indiferente, casi como si no supiera que estaba ahí...

-Date prisa-la voz monocorde lo sacó de sus pensamientos, el pelinegro ya se había metido a la tina,.

-¿Por qué?-cuestionó sin pensar, tenía la impresión de que una terrible jaqueca lo aquejaría pronto.

-El agua cliente le hará bien a tu cuerpo-Ulquiorra lo miró a los ojos, esperando alguna reacción "positiva" para él.

-Tch... Solo quiero dormir-se echó agua y retiró todo el jabón de su cuerpo, podía quedarse dormido ahí mismo si se lo proponía y estaba muy tentado de hacerlo.

-Solo entra-contestó el otro con suavidad, Grimmjow obedeció de mala gana, se puso a un lado de Ulquiorra, era una bendición que el lugar fuera cuadrado y cómodo para que los dos estuvieran ahí al mismo tiempo-Todos ellos están preocupados por ti-comento sin esperar respuesta-Te han estado buscando pro horas-únicamente porque creyó que debía decírselo.

-Son unos idiotas-no quería escuchar nada de eso porque lo hacía sentir culpable.

-¿Por qué te fuiste de esa manera?-giró su rostro para mirarlo, no le importaba mucho sus razones, pero lo que había oído de él y lo que conocía de él no concordaba con la situación, lo único que sabía que era cierto era que el peliazul, peleando, era de temer.

-No te importa-cerró los ojos tratando de ignorarlo, apenas pudiera se iría de ese lugar.

-Tienes razón, pero nunca he visto unos ojos más fieros ni más vacíos que los tuyos-se había sentado bien, quería morir asesinado por causa de  un arranque de ira-Solo se ve soledad en ti...-

-¡No te pregunté!-él también se sentó, mirándolo asesinamente, los ojos de Ulquiorra  solo se reflejaba el mismo vacio de siempre, se dio cuenta de que, de cierta forma, ellos eran parecidos.

-Si estas tan enojado ¿Por qué no vas con la persona que te ha fastidiado la vida y se lo devuelves? Pelearse con el resto del mundo de nada te va a servir-le sostuvo la mirada, ya preparado para un violento arranque por parte del otro, total, unos cuantos moretones más no los matarían.

-¿Tú que sabes de eso, he? ¿Qué putas puedes tú saber sobre nada?-le replicó al tiempo que se iba sulfurando-¿CREES QUE IR Y GOLPEAR A ESE HIJO DE PUTA LO VA SOLUCIONAR TODO? ¿CREES QUÉ CON IR A RECLAMARLE TODO ESTARÁ BIEN? ¿QUÉ MIERDA TIENES EN LA CABEZA?-

-Por lo menos te sentirías mejor... ¿Qué caso tiene ir a golpear a otro si a quien quieres matar a él?-le contestó calmado, alterarse por nada solo empeoraría las cosas.

-¿Crees que es fácil ir golpear a tú maldito padre? ¿Eso crees?-cuestionó un tanto sarcástico, sin gritar, se había dado cuenta de que eso con el pelinegro no funcionaba...

-Claro que lo es...-lo dijo con tanta seguridad y convicción que parecía estar hablando de un tema de la escuela que de la situación delicada de la que estaban tratando...

-¡No sabes lo que dices, imbécil!-iba a seguir con más insultos, pero Ulquiorra habló primero.

-Lo sé, yo mismo lo he hecho...-

 

Notas finales:

Bueno en el 10, "las dos caras de la moneda" vamos a conocer el pasado de ambos.. ojojojojojo.. ¿Quien quiere saber porqué ellos son así?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).