-puedo pasar-era Kiba que se encontraba pidiendo permiso para entrar al cuarto Uc-Uz.
-¿quien?- pregunto una poco ¿cansando? El Uzumaki, pues como ya aviamos dicho no tenia ganas de nada.
-lo siento ya entre…-abrió la puerta del cuarto y entro, lo busco con la mirada pero no lo encontró, hasta que lo vio tirado en el suelo, “se ah de haber caído”, pensó.
Se le acerco y lo tomo del brazo, al darle vuelta se dio cuenta que no tenia esa sonrisa tan suya, se preocupo un poco debería de ser serio para deprimirlo así.
-hola kiba- le saludo un poco más animado, pero aun tenia los ojos apagados.
-que tienes Naru…to, Naruto- recordó que no le gustaba que le llamaran así.
-Kiba…no puedo, se me perdió el regalo de Sasuke- empezó a sollozar, el hecho que se lo haya perdido era muy malo, pues sabia que el sentía un cariño especial por él, estaba por demás el resaltar el hecho que acababa de terminar con su novia, por lo que cualquier relación con quien sea le seria fácil.
-no llores, acaso era ¿tan importante el regalo?- pregunto con un poco de… bueno pregunto intrigado, mientras sostenía el cuerpo del rubio con sus manos.
-pues no, pero no tengo nada mas que darle, además todo mi dinero se fue en ese regalo y se me perdió, todo por dar mal la dirección del campus.- se sentó en sus piernas, y por fin una sonrisa se poso en sus labios.
-y que era eso… digo, si que era lo que se te perdió.- e levantó y fue a su ventana, donde empezó a buscar a Hinata con la mirada, se suponía que el regalo para Sasuke lo traería ella, por que si lo entregaba Kiba se vería raro.
-bueno, eran dos entradas para en concierto de Coldplay…creo que le gustan esos tipos- se levanto pues aun estaba en el piso. –Dime ¿que le vas a regalar tu?- se le acerco y también se asomo por la ventana,
-me uní con Hinata para darle un regalo, es un rinoceronte de peluche,… ¿por que no buscas una regalo que se le acomode bien?-le propuso el castaño mientras se retiraba de la ventana.
-y como cual seria el regalo de Sasuke? No solo el regalo sino el regalo perfecto ¿Qué le regalías?- se le volvieron a iluminar los ojos con la propuesta que le dio el Inuzuka.
-pues si estuvieran en tu situación, no se un disco de esos fulanos o una poster, ices que los escucha ¿no?-
-pues si, pero cuando Sasuke rompe una relación “importante” se vuelve inestable emocionalmente, hubieras visto como lloro cuando la terminó…- fue interrumpido
-¿¿¿¿lloro????- al parecer a Kiba le sorprendió mucho esa palabra, pues se veía que el uchiha no era de esos, pero como todos dicen, tiene mas de unas mascara.
-¿Qué si lloro? (sarcasmo) si y bien mucho, sus mejillas se volvieron rojas de tanto llo9rar, pero al día siguiente lo supero, y paso como si nada, pero volviendo al tema, dices que n poster o u7n disco, pero el problema es que ya no tengo dinero, además mi mesada es hasta el domingo y su cumple es una día antes, no le quiero dar un regalo atrasado me sentiría mal, será como si se me hubiera olvidado.- le sonrió un poco nervioso, pues era cierto, un mal juego del calendario, cumple de Sasuke-viernes, mesada-domingo.
-bueno, entonces hazle algo, no se, el cuñado de Sasuke es artista dile que te enseñe a hacer algo, no creo que sea tan difícil.- se acerca Kiba comiendo un dulce que se encontró en una cajita que decía “propiedad de Sasuke, no tocar”.
-si bueno iré con mi cuñado y le preguntare.- tomo su suéter, que por alguna razón neurótica estaba impuesto a salir con su suéter naranja y azul, a pesar que el día estaba soleado a mas no poder.
-¿tu cuñado?- pregunto iba mas divertido que extrañado.
-si bueno, estoy hablando de Itachi, ya sabes no, Deidara y yo somos… y Itachi es su pareja entonces eso me convierte en su cuñado-:D salió de la habitación dejando a Kiba mas que divertido.
Unos minutos mas tarde el rubio llego con un intento de estatua de color blanco, simulaba ser un cuerpo humano, pero a decir verdad era mas bien una montaña de color blanco, nada que ver con lo que visualizo en rubio.
-oyes naruto, que linda estatua ¡si se parece!- s le acerco Itachi pues estaba caminando por los pasillos para llegar a su cuarto y deshacerse de la cosa que hizo con Deidara.
-¿eso piensas?-pregunto más animado, pues en el camino de el dormitorio de Dei hasta el suyo no recibió mas que insultos a su obra de arte
-si, vaya no había visto una monte iztaccihuatl, pero en vertical.- le contesto como si en realidad eso fuera. Sin darse cuanta el rubio ya se encontraba llorando por su escultura.
-no es eso, ¡ni siquiera lo se pronunciar! Era otra cosa, pero ya no la quiero- la tiro a un contenedor de basura y siguió caminando.
-tu hermano dice que todas escultura por mas basura que sea es especial- se quedo pensando en lo que dijo, y saco como conclusión que eso no fue muy inteligente que digamos.
-gracias tratare de animarme con eso… eres el hermano de Sasuke, entonces tu debes de saber ¿que es lo que le gustaría de regalo de cumpleaños?- se le empezaron a subir los ánimos.
-si creo que soy su hermano, ya deberías de saber lo que le gusta, tal ves se haga el fuerte o el muy hetero pero en realidad te desea mas que nada en el mundo, eso seria su regalo perfecto, solo piénsalo, tu en una pose desproporcionada, con una voz bastante erótica y muchos objetos para divertirse, si es que me entiendes- le miro con cierta picardía, mensaje que el rubio capto y de inmediato se sonrojo.
-pe-pero yo soy virgen no se como se hace, además él ya se a acostado con sus ex’s seria injusto-
-no lo ha hecho, solo ve cosas insanas con ellas, de hecho dice que le dan cierto asco, son muy cerdas se toman fotos y las publican en la red, una total asco para él- defendía a su hermano, pero era cierto, Sasuke uchiha aun era virgen, pero no lo podía divulgar como si fuer un simple chisme, ya que eso también le afectaría a él de cierta manera.
-ti-tienes los objetos- ¬///¬ se di por vencido, ahora que sabia que era lo que ansiaba Sasuke lo tenia que aprovechar al máximo, hacia fuera entregársele.
El uchiha sonrió orgulloso de si, lo había convencido. –pasa a mi cuarto a las 7 de la noche, hay te las doy- fue lo ultimo que le dijo para después retirarse, tiempo que aprovecho nuestro rubio para pensar en lo que se había metido, en realidad lo quería tanto como para hacer “aquello” con él.