Les costo convencerlo pero al final, lo consiguieron. Se quedaron a su lado toda la noche, sin poder creer aun que por tanto tiempo no se dieron cuenta de nada. Por primera vez, ambos hermanos estaban de acuerdo en algo, no sabían como pero Yuri Shibuya pagaría por haberse burlado de su hermano menor y ni siquiera ser el maou lo salvaría.
Duelo, eso fue lo que encontró a su arribo a Shin Makoku, luego de tanto meses fuera de este esperaría un recibimiento con bombas y platillos o por lo menos algo mas formal. Sabia que lo que había hecho no estaba bien, que muchos estarían enojados, pero el tenia derecho a ser feliz y por algo había hablado con su padrino, cuan errado estaba al pensar que este solucionaría todo por el, realmente era un enclenque como decía su ex.
Lo que mas le dolía era que ella presenciara todo aquello, se suponía que la llegada a su nuevo hogar seria todo un suceso de alegría, pero no, el rubio se encargo de ponerlos a todos en su contra, si hasta Conrad lo había retado, ¡Que demonios, acaso no entendía que el no lo amaba!
Lo mas extraño fue que ni Gunter le mostraba el mismo apoyo incondicional que siempre lo caracterizaba, Greta había sido enviada con una amiga, de seguro para evitarle ver aquello, y el rubio, el causante de todo ese lío, ni se aparecía.
Ya habían comenzado el enfrentamiento cuando a la tercera envestida Gwendal hizo caer al moreno, estaba a punto de clavarle la espada cuando un grito de horror se escucho y tras el, otro aun mayor en tono suplicante.
-¡Aniki no, por favor, no lo mates!-
Fue ahí cuando Yuri lo vio, ya iba empezar a reclamarle cuando noto que bestia una prenda distinta al usual uniforme azul, se levanto apenas sin dar crédito a sus ojos, mientras Gwendal le miraba iracundo debatiéndose entre el honor de su hermano o el hecho de saber que tras la muerte del violador, este le seguiría a la tumba.
-¿Qué hará ahora Heika?- preguntaba una seria Sherry-sama, tan solemne que quien la viera pensaría que se trataba de otra persona.
El silencio era absoluto tras escuchar de la boca del moreno solo una frase.
-Imposible, esto es imposible-
-Así que eres un fenómeno- decía una joven morena, mirando desdeñosamente al demonio de fuego quien no se dejaba amedrentar con facilidad por la extraña.
-Tal vez en tu mundo lo fuera, pero aquí en Shin Makoku es normal-
-Normal, normal le dices al ver un hombre embarazado, ¿Por qué lo eres verdad?-
El rubio sentía la cólera subírsele a la cabeza al escucharla hablar tan desdeñosamente de su estado.
-Lo soy y no me avergüenzo de mi estado, como te lo dije es normal en nuestro mundo-
-También es normal seducir a jóvenes inocentes-
-¡De que diablos hablas!-
-¡De Yuri por supuesto, no te hagas el desatendido!-
-¡Ja!, inocente ese enclenque, se nota que no lo conoces lo suficiente- contesto el rubio cruzándose de brazos y alzando la cabeza.
-No te le acerques-
-El es mi prometido-
-Pues te tengo noticias, el es mi esposo ahora-
-Eso no cuenta en este mundo-
-Pues lo veremos, porque si es necesario nos casaremos aquí también-
-Yo espero a su hijo-
-¡El no necesita de ese monstruo que llevas ahí, yo le daré niños normales, no como esa cosa que sabe dios que será!-
Todos se levantaron de sus puesto y salieron al pasillo raudos al escuchar los gritos, tanto los hermanos del rubio como su madre fueron en su ayuda, mientras Yuri exigía una disculpa de este por atacar a su esposa, sin darle tiempo de explicarle lo sucedido, la mujer se aferro a su cuello exigiéndole entre sollozos que lo mandara al calabozo, en tanto los presentes esperaban con la mano empuñada en sus respectivas espadas y no eran tan solo los hijos de la ex – reina, a ellos se sumaban los hombres del rubio que al escuchar lo ocurrido habían ido a brindarle su apoyo a su comandante y tras presenciar lo ocurrido, sin pensarlo decidieron ir contra su rey si era necesario con tal de protegerlo.
Continuacion......................................