¿Iba a castrarlo? Se pregunto con horror el ninja medico. Sabía que el sharingan tenía su unidad de tiempo propia y que podía pasar ahí años sin que en la vida real pasara más de un minuto. En manos de ese loco la idea de las torturas que le haría de pronto le llenaron de terror y Kabuto jamás antes había sentido terror. Se sentía solo, vulnerable y aunque en su fuero interno quería pedir ayuda no lo hizo porque sabía que nadie podía ayudarle. Ahí era el mundo privado del Uchiha.
Algo tironeo fuerte del brazo de Itachi rompiendo su concentración. Miro a su sobrino con ira mal contenida pues el otro Uchiha sabía muy bien cuan difícil era lograr el sharingan y mantenerlo pero al mas joven no le preocupo su mirada reprobatoria y solo se limito con premura a señalar detrás de su tío como si le advirtiera de un enorme peligro cercano.
Kabuto medio suspiro aunque estaba muy fatigado gracias a los efectos de la tortura y de las heridas reales combinadas. Curioso miro hacia donde el niño apuntaba. Lo que vio le dejo sin palabras.
Sakura era imparable cuando decidía algo y había decidido que con o sin el padre de sus hijos iba a recuperar a su hijo menor.
Es por eso que estaba con Neji Yamato y Lee en ese paraje buscando a Naruto que sin duda los llevaría con su hijo. Al menos eso era lo que se le había metido a la Hokage en la cabeza.
Vio los restos de una pelea y penso seguir de largo pero Yamato se detuvo de pronto.
¿Qué sucede Yamato sama?—pregunto la pelirrosa.
El susodicho levanto un kunai del suelo y luego dijo—Lo que pensé. Esta es la misma técnica que uso Kakashi para capturar en el limbo a Naruto--.
¿De que hablas? ¿Kakashi sensei encerró a Naruto y a Kabuto?—exigió saber ella.
Hace 25 años Kakashi temió que no podríamos evitar que tarde o temprano el Akatsuki capturara a Naruto y decidió tanto por su bien como por el nuestro mantenerlo sellado en un lugar al que solo el supiera que estaba por un tiempo considerable que nos daría la oportunidad de desaparecer a nuestro mortal enemigo. Solo que no hemos podido—explico el pelinegro.
¿Eso es parte de ese sello?—preguntó la Hokage apuntando al kunai con el papelito pegado.
No. Es el mismo sello pero hace poco fue hecho. Significa que alguien mas ha sido sellado aquí—dijo el más viejo del grupo.
Algo preocupada Haruno pregunto--¿Puedes deshacerlo?
Yamato solo asintió.
¡Entonces hazlo!—ordenó la Hokage y como era de prever el shinobi acato su orden.
De la nada aparecieron Sasuke y Kakashi. Este último se encontraba leyendo uno de sus libros apoyado en la invisible pared que los separaba del mundo exterior y se cayó de espaldas al desaparecer el sello.
¡Yamato podías haber avisado!—dijo el peligris sobándose la adolorida cabeza gracias al golpe.
No veo como—fue la sencilla respuesta del otro, dejando al de la mascara en actitud gruñona.
Por su parte Sasuke fue directo a preguntarle a la madre de sus hijos--¿Hace cuanto escapo Naruto con Kabuto de la aldea?—temiendo que pasara mas del rato que había estado con Kakashi pues para aquellos dos solo habían pasado días dentro de aquello y no años.
Apenas un rato—respondió la Hokage. —Nosotros vamos tras el—respondió ella algo asombrada de que esos dos hubieran caído en la trampa.
Los ojos de Sasuke se volvieron cual afiladas navajas—Entonces no perdamos tiempo—dijo. Su ex solo asintió. No había tiempo para discusiones ni aclaraciones, su hijo podía estar en serios problemas si el Kyubi era liberado.
Poco después siguiendo los rastros dejados por el grupo que peleaba llegaron a la cima de una colina desde donde pudieron ver el fuego del Amaterasu ardiendo inextinguible, como todos sabían, por un lado y a Shin, Itachi y Kabuto por otro. El mayor de los Uchihas allí presente agarraba por el cuello al peligris. Parecía estar usando el sharingan con este.
Sasuke iba ya por su hermano, su hijo y por el bastardo de Kabuto, todos envueltos en un moño según a él le parecía. Cuando iba a empezar su loca carrera por llegar a ellos se detuvo al observar que el más pequeño de su linaje se dirigía a su tío y sacándole de su concentración apuntaba tras él.
Todos los ahí presentes miraron hacia donde el niño apuntaba y aguantaron la respiración.
De las negras lenguas de fuego la agresiva cabeza de la zorruna bestia de nueve colas emergía gruñendo furiosa.
Nadie se lo podía creer, de los allí presentes solo Kakashi y Yamato podían recordar aquel rostro que expandió el terror por toda Konoha muchos años ha.
Kabuto estaba impresionado.
“El Kyubi debió liberarse cuando Naruto murió quemado”, pensó y sintió como una mano atenazaba su pecho al pensar que aquel y el que mal que bien era su hijo habían muerto en las llamas.
“Pero se supone que al morir Naruto la bestia moriría en su interior”, pensó luego.
“Eso significa que Naruto de alguna forma se libero de morir quemado gracias al poder del zorro, eso puede significar que al no poder proteger a su progenie de morir de la misma manera Naruto se ha enfurecido y haciendo a liberado el poder destructivo del nueve colas”, medito el de los anteojos. Conociendo a Naruto eso era más que plausible.
Los de encima de la colina y los Uchihas junto a Kabuto pensaron algo similar y de un salto se separaron de aquel que ahora solo consideraban una molestia para estar mejor preparados para enfrentarse a una de las bestias mas legendarias del planeta.
Entonces todos vieron la segunda cosa mas asombrosa que habían visto en sus vidas.
Otro Kyubi salía de las llamas junto al primero.
De la misma forma y color que el original solo destacábase en él un tamaño menor al de su compañero.
Kitsune—murmuró bajito el de los anteojos con los ojos muy abiertos.
¿Podía ser posible?
El pequeño era excepcional sin duda alguna. Entonces la explicación era fácil de desentrañar. El portador del Kyubi había procreado una nueva vida y la había acunado a milímetros de la milenaria bestia. Era posible que parte del chacra de esta pasara sin trabas hacia el ser que le circundaba engendrando así algo así como un clon o tal vez… ¿Un hijo?
De hecho el más grande se coloco de manera protectora entre los Uchihas y el zorro menor. Como una madre protegiendo a su cachorro.
Sería posible que la locura que estaba pensando fuera cierta y entre Naruto y el hubieran logrado lo que nadie jamás había pensado. Crear una bestia de chacra por si mismos.
A su vez Sasuke dijo conmocionado— ¡No entiendo!
¡Jaja! ¡No me lo puedo creer! ¡Después de todo Naruto decía la verdad!—dijo Kakashi su ojo ya no se veía tan sorprendido.
¿A que te refieres?—preguntó el Uchiha con su tono irreverente de siempre.
¿No lo imaginas?—preguntó el mayor mirando serio a los ojos del otro.
Sasuke Uchiha lo imaginó y su corazón dio un vuelco.
¡Cuenten que nos estamos perdiendo la gracia!—dijo molesta Haruno.
¡Naruto tiene un hijo!—dijo simplemente el peligris apuntando hacia donde las dos fieras que caminaban directo a los Uchihas debajo de la colina.
El sentido maternal de la pelirrosa hizo su aparición de nuevo y la insto a colocarse entre su cría y el peligro, donde se colocó de un salto.
Justo cuando el egoísta tío de esta se alejaba de los refulgentes dientes que se acercaban a la carrera hacia ellos.
De un tirón Sakura salvó a un anonadado Shin que al ver a su madre y la acción de su tío se sintió molesto, avergonzado e incapaz de decir palabra.
Como su madre entendiera su situación le dijo—Luego hablaremos. Lo importante ahora es salvar el cuello--.
Kabuto aún herido era rápido en condiciones normales pero como los otros estaba tan impresionado que para cuando quiso reaccionar tenia los filosos dientes del mortal animal a milímetros de su cara.
“Oh, oh. Esto es grave”, pensó para sus adentros como todos los que admiraban los movimientos de esta.
De pronto la bestia comenzó a olfatearlo y después de un momento a gruñir, luego se alejo de él para ver alrededor como diciendo “Tu no eres el que me interesa”
Esa apocalíptica bestia normalmente no se portaría así. Pero con Naruto nada era normal recordó y si Naruto estaba en su interior…
Entonces la bestia frunció el ceño y sus ojos se volvieron dos rendijas mientras divisaba el objeto de toda su ira.
El ser que había intentado matarlo a él y a su cría.
Itachi Uchiha.
El susodicho sabiendo que no tendría oportunidad el solo contra la legendaria fiera hizo lo más sensato.
Salio huyendo por la arboleda.
La bestia hizo lo que su corazón le dictaba.
Lo persiguió.
La cría quedo rodeada de extraños y temerosa por su integridad ya que era del tamaño de un perro grande gruño furiosa mientras caminaba hacia atrás mirando a los demás que ahora rodeaban a Kabuto y a Shin.
Kabuto no solo era un ninja médico y un genio a pesar de los konohanos. Era un científico. Y a los científicos la curiosidad les lleva a comprobar sus teorías.
Fue solo hasta la agresiva cría y extendió una mano mientras esta aullaba. Todos se dieron cuenta de lo que hacía. Lo que cualquier cría estando sola en compañía de extraños seres amenazantes haría. Llamar a su mamá.
Era por demás extraño que su mamá fuera Naruto.
Pero también era preocupante que la preocupada y furiosa madre fuera una bestia legendaria de 10 metros de altura, afilados dientes y garras, cubierta de fuego y una sed de sangre también muy legendaria.
La cría se tranquilizó un momento para oler la mano que se le ofrecía con reticencia y después de un momento intento refregar de manera cariñosa su morro contra la mano que se le extendía, quemándola con su roce.
Kabuto la retiro agitándola por el dolor causado.
La fiera estaba en una disyuntiva y se detuvo pensativa.
¿Seguir a su presa o proteger a su cachorro?
Con el ceño fruncido volteó y volvió sobre sus pasos.