¡Baja ahora mismo de ahí o te bajo yo, dattebayo!—gritaba Naruto enfurecido. Su hijo muy feliz le miraba desde un árbol alto sin otros alrededor.
¡No, me voy a quedar un rato aquí, datebayo! ¡Estudiar con esos bobos es muy aburrido!—grito en contestación Kitsune. Olfateo el aire como si fuera un animalito que percibe un olor que le llama la atención. No quería ir a la Academia ninja. Ahí todos le miraban raro y el no estaba acostumbrado a tanta cantidad de gente. Ademas cuando no le miraban así pues las chicas le seguían constantemente y le hablaban, y le hablaban. No se callaban nunca y el no estaba acostumbrado a tanto bullicio y lo que decían no tenía ningún sentido para él.
Sakura llego entonces pues estaba buscando a Naru y se divirtió un poco con el melodramático padre.
¡Yo a tu edad me levantaba a las cinco para ir a la Academia!—grito el rubio al peligris.
¡Problema tuyo si eres tan bobo!—respondió su hijo.
¡Naruto! ¡Que a ti también te aburría estudiar!—dijo Saku.
¡Sssshhhhhhh! ¡Ssssssshhhhhhh! ¡Eso no tiene nada que ver!—la reprendio el shinobi. –¡Tiene que ir porque tiene que ir!—añadió.
La Hokage giro los ojos ante la el razonamiento de Uzumaki. Pero dijo--¡Te has vuelto un oto san muy responsable Naruto!—
El rubio se hincho de orgullo, entones…
¡Oka! ¡Es oka san no oto san, oba chan!—les renegó el peligris desde arriba.
Los dos le miraron furiosos.
¡Ya verás cuando bajes de ahí!—dijo la madre levantando su puño.
¡Entonces no bajaré!—dijo su hijo sacándole la lengua.
¡Vamos Naruto! ¡Mas adelante lo agarraremos y sabrá lo que es bueno!—dijo la Hokage con sus ojos entrecerrados mirando a Kitsune.
Debemos hablar muy seriamente—le dijo Haruno a Uzumaki una vez estuvieron a solas.
¡Creí que eso estaba resuelto!—dijo el rubio haciendo un mohín.
¿Resuelto? ¿De que hablas Naruto?—dijo ella confundida.
¡De lo de mandar a Kitsune a Suna! ¿De que más? Sé que es molesto pero eso no justi…--decía el ojos azules cuando le cortaron de pronto.
Naruto. No es de eso de lo que deseo hablarte—dijo la de ojos esmeralda.
¿Ah, no?—preguntó el rubio ahora el confundido.
No—respondió la Hokage para luego agregar—Naruto de lo que voy a hablarte es algo muy serio e importante—
“Aburrido”, pensó de inmediato el otro.
Debo hablarte de la situación médica de
Kitsune—siguió Sakura y el padre del mencionado parpadeó.
¿Situación médica?—preguntó el ojos azules. Sonaba serio. La Hokage y médico asintió.
Como nos hiciste saber la gestación de tu hijo fue precoz—afirmo la de pelo rosa.
No. Eso no es cierto. Duro poco nada mas. Yo no tuve ninguna peca—afirmo Naruto corrigiéndole.
Sakura tenía una gran gota en su cabeza. –Es lo mismo Naruto, precoz significa que es mas rápido que el tiempo preestablecido para su duración normal—dijo con vergüenza ajena.
¡Ups!—dijo el aludido sintiéndose torpe.
Bueno. Lo importante es esto. Su gestación y su crecimiento han sido precoces. Según los análisis que le hemos practicado su metabolismo esta muy acelerado. Quizás por las razones especiales que lo rodearon en su gestación o por tener el cachorro del Kyubi dentro desde estapero…--exclamó ella.
Metabolismo acelerado—repitió el rubio. ¿Eso es malo?—preguntó luego.
Ella lo miro gravemente. —¡Si, Naruto! Si su metabolismo no desacelera en un término de 17 semanas tu hijo alcanzaría los noventa años biológicos y eso es mas o menos el periodo de vida de un humano normal. ¿Entiendes? En más o menos ese tiempo tu hijo podría… Es decir…--trató de explicar la médico sin poder encontrar el valor para decir la dichosa palabra que tanto le asustaba mencionar.
¡Dilo de una vez!—grito el ojos azules lleno de frustración, impotencia y miedo. No podía creer que su amiga le estuviera diciendo eso sobre su propio hijo. Eso no podía ser posible y sin embargo, debido a que lo del crecimiento anormal de Kitsune era más que obvio, era una amenaza muy real para él. --¡Morir! ¡Dilo con todas las letras! ¡Mi hijo va a morir!—grito Uzumaki al borde de la histeria.
Entonces sintieron un jadeo y ambos supieron que en verdad no estaban solos pero cuando voltearon no vieron a nadie.
Aburrido, aburrido, aburrido. Todo era aburrido para Ishin en Konoha. El chico ya sabía de antemano todo lo que trataban de enseñarle ya que su tío le había adiestrado bien. Además de que con eso de que los había traicionado todos le miraban con el ceño fruncido, y no era que eso le molestase mucho sino que simplemente no le veía el caso compartir su tiempo con esos inútiles. Y por supuesto estaba su hermana. Ourana no dejaba de reprocharle cosas y sentirse con el derecho de tratarlo como su madre y ya con una Sakura Haruno era mas que suficiente en el mundo pensaba el pequeño Uchiha.
Es por eso que había ido al río cercano dejando un clon de sombras en su lugar. Total cuando la clase terminara éste iría al baño y desaparecería con todo rastro de su evasión y lo que este hubiera aprendido, nada nuevo de seguro pensaba Ishin, se lo otorgaría a él una vez desaparecido. El plan de estudios perfecto. De hecho no era la primera vez que lo hacía. Desde que Itachi se lo enseñara lo había utilizado no solo para saltarse las clases sino para acudir con su tío sin que nadie, ni siquiera su familia se percatara de su ausencia.
Por esas razones el mas joven de los herederos del sharingan se encontraba en la vera del río ese día, recostado en una rama y sintió de pronto que el árbol se movió.
Miro tronco abajo y vio lo que lo había causado. El puño de cierto peligris todavía descansaba sobre la corteza herida del vegetal.
Iba a decirle que se fuera a molestar a otro lado pero por estar escapado de la Academia decidió que tal cosa no le convenía y cerró su boca.
¡¡¡POW!!! Otro golpe proporcionado por Kitsune hizo tambalear el árbol en que reposaba el cuerpo de Ishin. El pelinegro percibió que el otro estaba molesto. ¿Por qué sería?, se preguntó.
¡Malditos! ¿Cómo pueden ocultarme eso? ¡Yo, yo… ¿Es que no tienen sentimientos?--dijo el peligris antes de asestarle un nuevo golpe al árbol.
Ishin se había concentrado tanto en sus palabras y alargado su cuerpo de tal forma que pudiera oír lo que susurraba que ese golpe lo tomo desprevenido y al temblar el vegetal el Uchiha se despegó de él cayendo.
Pero no cayo hasta el suelo.
Un asombrado Kitsune lo recibió en sus brazos.
Los ojos sorprendidos de ambos se miraron a la par en intensidad y parpadeo de perplejidad.