Estaban besandose apasionadamente ademas de otras cosas. Mientras los ansiosos labios se exploraban las manos se deshacían de la estorbosa ropa y las acaloradas pieles entraban en ebullición mientras los gemidos iban increccendo y los cuerpos intentaban con frenesí fusionarse.
Todo esto sucedía bajo un árbol solitario solo cubierto por su sombra.
Un joven apesadumbrado intentaba encontrar su sitio de relax para pensar que haría mas adelante mientras otro jóven solo intentaba molestarlo para evitar el aburrimiento.
Estoy seguro de que tu papá no es tan genial como tu crees—dijo el joven peligris.
Tu no sabes nada de ninjas así que no puedes opinar—dijo el moreno en contestación.
Kitsune frunció el entrecejo—Oye, no intentes hacerme creer que tu papá es mejor que el mío porque mi padre debería ser cojo y ciego para que tu papá le gane—respondió.
Entonces llegaron a un lugar en el que pudieron oír ruidos que consideraron extraños y sigiloso el menor de los Uchihas se acercó a un árbol cercano y de ahí oteó mas adelante.
El ojos azules se puso tras el ojos verdes y no entendía porque el otro no se movía.
Oye, que yo también quiero ver—dijo el peligris jalando la ropa del otro.
Ishin volteó y le dijo—No debes mirar esto--.
Kitsune frunció el entrecejo e intentó haer el otro a un lado para mirar pero el otro intento detenerlo.
¡Que quiero ver!—se quejó el Uzumaki.
¡Que no!—dijo Uchiha empujándole.
El hijo de Naruto que arrogaba su misma paciencia empezó a forcejear con el pelinegro y pronto los dos muchachos terminaron en el suelo. Kitsune termino bajo el experimentado ninja que lo miraba con sus intensas esmeraldas y una torcida sonrisa adornaba su rostro.
Los ojos de los dos se quedaron pegados entre sí pero con un pegamento tan fuerte que ni sus voluntades lograban deshacer su efecto. La cara del pelinegro se acercó poco a poco. Y Kitsune se sintio temeroso de su cercanía a la vez que algo facinado.
Deja de hacer… eso—exclamó el ojos azules.
¿Qué se supone que estoy haciendo según tú?—preguntó Ishin.
El otro estaba colorado y solo lo empujó incómodo para ir a ver que sucedía tras el árbol.
Mientras los labios de los adultos comenzaban a despedirse.
Necesito hablar de Kitsune contigo—informó el rubio.
¡Ah, no! ¡No me lo llevaré! ¡Si te molesta es tu responsabilidad, arréglatelas!—dijo el peligris disfrazado.
¡No es eso!—grito el otro. –Es que…--añadía cuando alguien salio de la maleza gritando traidor.
Ante ellos se presentaron su hijo y el de Sasuke. Con un dedo acusador el hijo de ambos apunto a Nara y dijo—Voy a contarle esto a papá--.
Ante lo que Yakushi (disfrazado de Nara) sonrió.
Oye no te metas en osas de adultos y… ¿Desde cuando nos espían?—pregunto encolerizado Naruto.
Eso no importa. Te descubrí—dijo el menor de pelo gris.
Creo que es hora de irme—dijo el de la coleta.
Tu no te vas a ningun lado. Tenemos que hablar—dijo el rubio molesto.
En otra ocasión será—dijo el otro y sin mas se largo dejando a un furioso Naruto que miro a su hijo como a una piedra en el zapato.
Sé que no te das cuenta de lo que has hecho pero has hecho un gran mal a tu futuro—dijo Uzumaki a su hijo.
Pues tu arruinaras el mio saliendo por ahí y engañando a papá—le dijo su hijo a la espalda que se alejaba de él.