Claro que no. En este mundo de shinobis es lo correcto—respondió el Kazekage y luego se le acercó tomando con una mano su barbilla. –Lo malo es que solo piensas en ti como eso. ¿Y tu persona, tus sentidos, tus emociones? Sé muy bien que abandonaste todo eso por la venganza Uchiha pero se te esta acabando la vida y… ¿Qué has logrado? Dime. ¿Un divorcio y dos niños que ni te conocen? ¿No quieres más de la vida?—dijo después Gaara acercando sus labios a los del otro para besarlo con pasión.
¿Y Kitsune?—preguntó el rubio al ver llegar solo al que ahora era su pareja.
Estudiando con el hijo de la Hokage—contestó el peligris. Luego de mirar en la cocina se volvió al estar donde Naruto miraba la tele y comía ramen. Cuando no, se dijo el otro recordando que desde que estaba con él era la única comida que le había visto comer. Le preguntó--¿Y mi comida?—Había pasado largas horas en el laboratorio, ahora solo deseaba comer y después dormir.
¿Qué? ¿Tus amables ayudantes no te cocinan? ¡Qué horror!—exclamó sin dejar de comer ni mirarlo.
Yakushi se cruzó de brazos y miro la espalda. Sonrió de lado y expresó—No puedo creer que estés celoso--.
¿Quién? ¿Yo? ¡Que va!—dijo el ojoazulado con tono de molesto sin apartar sus ojos del aparato.
¿Sabes? Me gustas mas celoso—dijo Kabuto de pronto al lado de su oído haciendo que el otro se estremeciera y se atragantara a la vez. Naruto trataba de recuperarse mientras el peligris se sonreía de lado. –Pero me parece inconcebible que tú te portes así cuando yo te he visto besándote con otros y no he reclamado—añadió.
¿O… otros?—preguntó Uzumaki y por la mirada y la sonrisa algo pervertida del otro supo que el ojoacerado lo había visto en casa de Sakura con Sasuke. – ¡Tu eres tú y yo soy yo!—dijo molesto y avergonzado.
¡Vaya! ¿Lo descubriste tu solo o te ayudaron?—preguntó divertido el otro por el puchero del jinchuriki.
El rubio ahora furioso se levanto dejando medio plato del ramen, cosa que demostraba su estado y se fue a paso de elefante hacia su dormitorio donde pensaba encerrarse. “Que ese idiota durmi…”, pensaba el ojos azules cuando el otro lo intercepto y tomándolo de la cintura lo acercó a él y trato de besarlo pero Naruto volteo la cara para evitarlo entonces el otro le mordió el lóbulo de la oreja y luego pasó por su cuello la lengua. El rubio trató de zafarse y Kabuto lo aprisionó más fuerte.
¡No seré tu juguete!—grito Uzumaki.
No serás mi juguete pero eres mío—le dijo la voz grave sin inmutarse y un fuerte sonrojo se hizo presente en la cara del otro que seguía con el puchero. --¡Te ves tan sexy así! ¡Aprovechemos que el monstruo no está!—propuso antes de besarlo apasionadamente sin oposición.
Lo llevo a la cama aún destendida y lo recostó sobre las revueltas sábanas desnudando el torso del rubio mientras atacaba su cuello el pelo gris se recostó sobre su pareja para después atacar con fiereza los pantalones del otro que gimió al sentir el contacto de las frías manos del médico sobre su más cálida piel.
Al sentirlo la piel del ojos negros se erizó, la voz que tenía el otro en esos momentos lo ponía y de inmediato atacó su boca abierta mientras sus manos abrían la bragueta de su pantalón.
Entró sin preparación previa haciendo que las manos de Naruto se crisparan sobre su camiseta y jadeara de tal forma en su boca que lo enloquecía. Las embestidas que siguieron fueron rápidas y fuertes y la cabecera de la cama golpeó rítmicamente la pared.
Entonces…
¿Oto san? ¿Oka san? ¿Esta todo bien?—preguntó la voz de Kitsune del otro lado de la puerta.
Los dos dentro del dormitorio se quedaron muy quietos. Kabuto puso cara de molestia. Naruto… bueno, la cara del rubio era todo un poema.
Yakushi sabía que el único animal pensante en ese dormitorio era él así que decidió tomar las riendas.
Si, solo estamos clavando un mueble que se ha roto-dijo el peligris.
¡Pues no lo claves muy fuerte o tirarás la pared, oto san!—grito el niño desde el otro lado de la puerta.
A Kabuto esto le hizo mucha gracia pero se aguantó aunque su cara lo traslucía. El rubio abajo suyo frunció el ceño y esto le hizo aun mas gracia.
Naruto suavizo su mirada admirando al otro. Era raro verle contento de verdad. Siempre pensaba que podía estar fingiendo. Pero en esa situación… ¿Para que fingir? No. Presentía que esa sonrisa era real y era tan bonita como siempre.
Yakushi se sintió observado y miro al otro con atención dejando de sonreír. Sin necesidad de preguntar supo porqué el otro le miraba así y despacio unió sus labios.
Esa relación de ambos era una montaña rusa de emociones, se dijo.
Finalizaron con deseo pero silenciosa y tiernamente.
Kitsune entro en su cuarto sintiéndose infravalorado. ¡Si, claro! ¡Clavando clavos! Como si el fuera un bebé. Claro que recién tenía un mes de vida pero aun así el no se chupaba el dedo.
Sabía que pasaba en el dormitorio principal. La televisión era muy instructiva. Lo que no sabía es porque no veía parejas como la de sus papás en las películas.
Sonrió y se recostó con las manos tras la cabeza.